Capitulo 3
Era momento de dejar atrás y de reencontrarme, de redescubrirme.
Eso lo había pensado muchas veces antes, hasta antes de ser novia de Alexis pero nunca era lo suficientemente fuerza para hacerlo, para aventurarme, para disfrutar y soltar un poco toda esa presión que había yo lanzado sobre mis hombros para demostrar que era mucho más que una cabeza vacía llena de sueños equivocados, me había presionado toda mi vida y me había estado hundiendo en mi misma, en un pozo que cada vez parecía más oscuro.
No puedo asegurar que sea la primera persona que se sienta así pero si justo ahora hay personas que están pasando por lo mismo que yo, solo recomiendo soltar y soltar miles de veces más hasta que puedas andar en la vida como una pluma flotando en el aire, sin preocupaciones. Espero llegar a eso en algún momento de mi vida y dejar de ser la obsesiva compulsiva que había sido siempre.
A veces pensamos que es mucho más fácil dejar que el peso nos lleve hasta abajo, hasta lo más profundo para dejar de respirar y así conseguir la calma que necesitamos pero ¿y todo lo que has hecho hasta ese momento? ¿Vas a perder todo tu esfuerzo? Era algo que me repetía todos los días, algo que no dejaba mi mente hasta en mis momentos más oscuros pero hay que recordar que la vida no es perfecta y no hay forma de hacerla perfecta, debemos aceptar que hay días buenos y días malos, y debemos estar conscientes de que esta en nosotros cambiarlo.
Veo las luces mientras Laura busca un lugar para estacionarnos y sonrío porque es algo realmente hermoso, no le tenía fe en realidad porque Katia había hecho cosas similares y siempre han sido lugares sosos y sin gracia pero lo que veía en ese momento me había dejado sin palabras.
Un parque hermoso repleto de árboles y flores, habían lugares para sentarse, un hermoso césped pero en esa noche lo mejor eran todas las luces que colgaban por el lugar, lo hacía ver como una ilusión, un cuento de hadas. Las cuatro caminamos por el lugar sorprendidas, Katia no dejaba de repetir cosas a las que no le prestábamos atención porque toda estaba puesta en las luces, yo me alejé un poco de ellas y caminé despacio hasta llegar a un puente sobre un pequeño arroyo.
Me detuve en el centro y observé todo con mayor atención pensando en cómo se vería reflejado todo eso en una pintura, era absolutamente majestuoso. Al otro lado en un camino de piedras y entre dos árboles repletos de luces, vi a un hombre alto y moreno, delgado pero tenía una espalda ancha y me descubrí deseando que volteara para ver si seguiría pareciéndome un sueño o rompería el encanto pero nunca se dio vuelta, lo vi alejarse con las manos metidas en su abrigo y desee poder tener el valor de acercarme solo para ver su rostro porque sentía como una energía extraña me empujaba hacia él.
Moví mi cabeza para espabilarme y volví con mis amigas quienes se habían sentado en el césped para disfrutar un poco más de las luces, me uní a ellas y nos reímos sin parar durante el tiempo que estuvimos en ese lugar, sentí como otro peso me abandonada y podía respirar mejor, solo me faltaban pocos pasos para cumplir mi sueño y ya todo acabaría, ya la presión se iría y posiblemente llegara otra pero esta vez podría soportarla, esta vez no le daría tanta importancia y podría hacer las cosas sin tantas presiones.
Media hora después estábamos todas ya paradas frente al club al que habíamos venido a acompañar a Clara, quien parece que se va a arrancar los dedos de tanto retorcérselos, me estaba poniendo nerviosa a mí y yo no soy la que me voy a ver con un chico.
—Necesito que te calmes porque me estas poniendo nerviosa—le dije tomándola por los hombros—vamos a entrar y nosotras nos quedaremos cerca mientras tú haces lo que tengas que hacer, no te cohíbas y muestra quien realmente eres—suspiró—y si te sientes incomoda, solo nos haces una señal y nos vamos, está en tus manos todo.
—Y no permitas que te haga sentir menos por ninguna razón—habló Katia—eres mucho y vales mucho, si él no lo ve entonces que vaya al oftalmólogo—nos reímos.
—Estamos contigo, vamos—Laura le dio un empujón y pasamos detrás de ellas, nos quedamos cerca mientras la vimos buscar al chico y cuando él se fijó que había llegado las tres quedamos petrificadas por esa gran y hermosa sonrisa que le dedicó, parecía completamente feliz de que haya ido.
Laura, Katia y yo nos sentamos en una mesa apartada en donde podíamos ver todo sin ningún problema, debíamos estar pendientes de ella, la conocíamos lo suficiente para saber que no estaba familiarizada a este tipo de ambientes y mucho menos a conocer chicos porque nunca escogía bien o solo la buscaban para otras cosas sabiendo lo dulce e ingenua que es.
Mientras el tiempo pasa nos pedimos unos tragos para no morirnos de aburrimiento, yo solo observé atenta a la pareja hasta que de la nada apareció un hombre pero no era cualquier hombre, era el mismo que había visto en el parque, me había jurado no olvidar esa espalda ancha, esa altura y ese cabello negro. Sentí como la respiración se me cortó en el momento que llegó hasta Clara y su amigo, ellos se saludaron y luego se la presentó.
Mi amiga esta tan relajada con esos dos hombres que quise buscar una excusa para acercarme y poder por fin ver ese rostro moreno que había querido ver media hora antes pero no era tan valiente, no soy capaz de levantarme y acercarme a ellos, no puedo porque la pena ya había tomado fuerza dentro de mí y todo empeoro cuando Clara nos señaló.
Contuve el aliento todo lo que pude cuando ambos voltearon hacia nosotras, yo agache mi cabeza y respiré varias veces para controlarme, sentía como si el corazón se me fuera a salir del pecho.
— ¿Qué te ocurre? —me preguntó Laura y yo le sonreí volteándome hacia ella.
— ¿Cómo es? —le pregunté y ella frunció el ceño.
— ¿Quién? —Yo hice una seña con la cabeza y ella sonrió negando—es guapo, moreno y tan alto que no podrá besarte sin que le duela la columna—solté una risita nerviosa
—Lo vi en el parque, es el mismo chico y quería verle el rostro pero ahora no soy capaz de hacerlo—Katia se acercó a nosotras y escuchó atenta.
—Es muy fácil verlo pero te escondiste ¿por qué? —Me tape la cara con las manos—vamos a buscar unos tragos ¿puedes hacer eso? —asentí y las tres nos levantamos, caminamos hacia la barra muy cerca de donde están ellos y cuando nos detuvimos escuchamos la voz alegre de Clara llamándonos.
—Chicas—nos giramos en redondo y nos acercamos poco a poco, la muralla hermosa seguía de espaldas y cuando llegamos a ellos yo me quedé de pie un poco más atrás de él—Son Laura, Katia y Alice, mis mejores amigas—las chicas sonrieron y yo contuve el aliento—ellos son: Edward—señaló al chico junto a ella—y su amigo Dominic—quería poder respirar pero no podía, estaba muy nerviosa.
—V-voy al baño—dije sin poder pensar en nada más que alejarme de ese lugar y de ese calor que desprendía ese cuerpo.
Caminé apresurada hasta llegar a un pasillo solitario y pegarme a una pared para poder respirar con calma, no sé porque reaccioné así con una persona que no conozco pero es que había algo que me hacía estremecerme, algo en él me alarmaba de muchas formas.
—No creo que quisieras ir al baño—me sobresalté y voltee para encontrarme con un rostro tan atractivo que me hizo retroceder, mandíbula cuadrada, ojos oscuros como la misma noche y unos labios gruesos que solo me llevaron a un pensamiento que alejé con fuerza.
Una sonrisa surgió de esos labios y pensé que eso era lo último que vería en mi vida antes de morir.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top