Capitulo 2
—Hijo, ¿Cómo te fue en la manada Winter? —pregunto mi padre mientras los demás conversaban entre ellos.
—Bien supongo, su alfa no me convence. Tiene algo que no me inspira confianza —sé que puedo ser sincero con él ya que una vez estuvo a cargo.
—Con el anterior alfa, me llevaba excelente, no sabría cómo es su hijo ya que nunca trate con él. Me imagino que después de la muerte de su padre quedo afectado, sabes que puedes ir con el consejo de ancianos si ves algo raro.
Palmeó el costado de mi brazo, negué con la cabeza.
—No lo hare, sembraremos pánico entre su gente y temerán más de lo que ya le temen a su alfa. No sé en qué se metió para que alguien asesine a su luna, pero de seguro no es nada bueno.
Cuando termine nos dimos cuenta de que todos estaban expectantes de nuestra conversación, algo que se dio cuenta de inmediato ya que mi madre le contesto a favor de que no hiciese nada. Asi, empezaron un debate entre mi padre y mi madre, sobre que debería avisar a los ancianos según él y que no tendría que decir nada dejando que las cosas se dieran solas para no asustar a nadie, según ella.
—El culpable debe morir, la muerte de tu compañera es algo muy doloroso.
—Pues si tanto la quería, ¿Por qué sigue vivo? Sabes tan bien como yo que el lazo es tan fuerte que desearías la muerte a vivir toda una vida sin tu alma gemela y aunque la diosa luna te conceda otra, el dolor es muy fuerte. Ese chico destrozaría todo a su paso y no se detendría hasta tener la cabeza de quien la mato.
Las palabras de mi madre concluyen con un golpe en la mesa, todos asienten convencidos de lo que dijo, hasta mi padre que ahora se siente más que orgulloso. Terminamos de comer hablando de ese tema para después ir cada uno a sus deberes.
Mi madre y mis hermanas fueron a la manada a comprar ropa que según ellas "necesitaban" a pesar de que tienen sus armarios llenos.
Cristen, se fue de nuevo al hospital ya que había recibido un mensaje de que necesitaban gente a pesar de que ya había finalizado su jornada.
Andrew, Ethan y Saya, esta última se adaptaba perfecto a pesar de lo que es, ya que se dice que las brujas son malas, son más fáciles de que la magia negra las manipule. Nosotros fuimos a mi despacho.
Quería dejarles en claro lo que debían de hacer antes de ir a la ciudad de los humanos, me decidí a ir por ahí porque había una cafetería en donde trabaja una amiga de la familia y porque me encantaba su café, no es que mi madre lo haga horrible o mal, es que de seguro esa señora le pone droga por lo adictivo que es.
Andrew se iba a encargar de llevarle una copia del tratado al rey de los vampiros para que estemos en paz, si bien nuestra especie y la suya están destinadas al rechazo no tenemos que llevarnos mal. A Saya se le dificultaba entrenar a los nuevos porque no a todos les agrada que una bruja les diga que hacer, no le tienen respeto tampoco ya que su pareja destinada es una mujer y de seguro sienten envidia. Le dije a Ethan, mi delta que la acompañara tenía permitido darles una lección de como tratar a una dama. Una vez todos de acuerdo me dispuse a salir.
Voy por mi auto que se encuentra cerca de la cochera -lo que es extraño porque debería estar dentro de ella- y aunque hay personal que me podrían llevar a donde quiero, no lo busco, no me apetece en este momento que alguien más me lleve siendo que quiero vagar sin rumbo.
Salgo de la manada dejando los pensamientos a un lado y dejarme llevar por el sonido relajante del radio, pero estoy tenso, no funciona.
Cuando estaciono el auto afuera del restaurante una suave brisa trae consigo un olor delicioso a chocolate con menta, se estremece mi cuerpo y las ansias por bañarme de ese olor se hacen presentes, me pongo ansioso y Sam se pone inquieto intentando tomar el control.
—¡mate! —exclama exaltado arañando las paredes internas de la conciencia. —¡mate estúpido! Anda a buscarla, ahora —ruge mi lobo con ansias, tratando de que salga de mi estupor.
Sigo el rastro por el olor y hago una mueca al ver a la hermosa mujer que es mi mate. Tiene una hermosa cabellera rubia que por el viento se vuelve descontrolada, un cuerpo hermoso hecho por una diosa enfundado en un vestido floreal dejando relucir sus largas piernas.
Lo que está mal con mi mate no es ella, es la asquerosa mano que la sujeta de la cintura y un niño -quien no me fío que lo haya traído la cigüeña- que tiene en brazos. El hombre le da un sonoro beso en la mejilla mientras yo apretó mis manos y se va, ella baja al pequeño de sus brazos y comienzan a caminar, mis piernas como imanes empiezan a seguirlos. Llegamos hasta una plaza bastante grande.
El aroma florar mezclado con el rocío de la tierra me quitan el intenso olor de ella, pero mis ojos no dejan de observarla, niños recorren el lugar mientras sus mamas los siguen, algunas parejas están sentadas en las bancas y los grupos de amigos en algunas mesas.
Debería estar feliz de haberla encontrado después de tantos años, pero tengo miedo, si ese hombre llega a ser su marido y ella lo amara tendría que rechazarla. Mientras tengo una lucha interna ellos se sientan en un banco, ella le dice un par de cosas y se va corriendo a jugar.
Yo por ser hombre lobo escucho mejor que los humanos y más lejos. Ella le dijo; que se porte bien, que no se valla con ningún extraño y que se divierta, que ella iba a estar ahí viéndolo.
Tenía la mirada fijamente en ella sin disimularlo y ella podía sentirlo porque se removía incomoda en su sitio, se sentía observada y no era para menos ya que yo era el culpable quien quería que ella me notara, fue mirando en todas las direcciones hasta que sus ojos dieron conmigo y son de un hermoso color castaño, un hermoso campo en sus ojos.
Mi lobo gruñe de satisfacción ya que su alma gemela le presta atención, Sam sin contenerse toma el control de nuestro cuerpo para aproximarse a ella siendo que le suplique que no lo hiciera, ella es una humana lo sé por su olor, y los humanos son muy quisquillosos cuando los secuestran por más que la conexión también los afecte.
Por su parte, estaba atenta a todos mis movimientos y no dejaba de mirarme como si quisiera descifrarme, mis ojos habían cambiado a dorado ya que ese es el color característico de mi lobo, pero ella parecía haberlo pasado por alto porque cualquier persona normal se asustaría y ella estaba tranquila.
—¿eres padre de alguno de los nenes?
Creo que ya me enamoré de la hermosa melodía de su voz, es como si estuviera cantando un Ángel quienes existen y con su canto te hechizan hasta que cuando caes en sus redes muestran su otra cara. Sam se pone nervioso y me cede el control
¡Magnifico!, él no me hace caso y cuando hace algo mal yo tengo que dar la cara, ¡estúpido lobo!
—Dile que la venimos a buscar porque es nuestra, nos pertenece. Después la agarras, si pone resistencia la cargamos al hombro y nos la llevamos —ruedo los ojos por su ridícula opinión.
—¡Cállate!, en el momento que interfieras de nuevo para tomar el control, no te voy a dejar salir en lo que resta del mes —amenazo ya que a él le gusta estar libre para correr por el bosque, corta conexión sin responder.
Me mira impaciente por mi respuesta, ¿qué le digo?, no puedo decirle la verdad porque se asustaría o me tacharía de loco, pero como justifico que me halla acercado a ella sin una razón en específico, aunque la razón era de llevármela eso no le podía decir.
—eh...no. Me preguntaba que hace una hermosa mujer sola en una plaza —lo de hermosa era cierto, lo demás eran detalles sin importancia.
Si le llegaba a decir que estaba con alguno de esos niños después como hacía para convencer a la madre o a el niño, aparte de hacer pasar vergüenza a mi mate por tener como pareja a un incompetente. Prefiero no arriesgarme.
Ella comienza a reír, me quedo sorprendido ya que me espere cualquier reacción menos está, espero a que se calme para que me diga que era lo gracioso, aunque por mi cara se dio cuenta lo que provocó.
—me está siguiendo desde la cafetería y seguro ya vio a mi hijo, sabe que no estoy sola —termina con una sonrisa.
Esta mujer es una caja de pandora, tan iluso fui para que una humana se diera cuenta que la estaba acosando y no saberlo, debo ser un asco de Alfa para pasar desapercibido.
—En el caso de que así fuese, ya que no lo aceptaré. ¿Por qué preguntaste si venía con algún niño?.
—Porque quería saber si me mentiría que por cierto si hizo, me di cuenta cuando lo sentí detrás y el mismo olor que tenía allá me siguió hasta acá. Si ya me vio con mi marido, ¿Qué es lo que está buscando? —pregunto cruzándose de pierna.
¿Qué clase de humana reconoce el olor?
No debe ser una humana común y corriente, aunque su olor es igual que al de los demás humanos, la diferencia es que ahora huele a chocolate con menta que se me hace difícil estarme quieto sin querer abrazarla y marcarla.
Mi lobo me estaba haciendo las cosas difíciles ya que escuchar que ella se refiera al significante humano como pareja lo cabrea, hace que a mi tambien me enoje de una manera más profunda.
—¿lo amas? —pregunte con la mandíbula apretada, no podía controlar la furia que estaba sintiendo.
—si —susurro viendo mis ojos.
Sam no aguanto más. Ella no podía amar a alguien más que no fuese él y a decir verdad yo tampoco lo tolere. Se acerco hasta sentarse a su lado ya que nos encontrábamos parados bajo su atenta mirada, fui acercando mi rostro al suyo que estaba inmóvil, no sabría si fuese porque quería esto tanto como yo o que se esperaba otra cosa, aun así, no me detuve, roce mis labios con los suyos en una suave caricia, tentando, sentía un remolino de emociones en el estómago y en la parte baja de mi cintura.
Deslizamos nuestras manos alrededor de sus hombros para posar nuestra mano en su nuca y acercarla más, nuestros labios hicieron contacto enviando una corriente eléctrica que se expandió por todo mi cuerpo, entreabrió sus labios para que nuestras lenguas se encontraran.
Las personas a nuestro alrededor desaparecieron así mismo como el lugar, solo estábamos ella y yo besándonos, lo único que quería era no separarme nunca de ella para seguir sintiendo esos suaves y ricos labios para toda mi vida.
¡Dios! ¿Cuánto espere por esto?
Enredo sus brazos a mi cuello para profundizar el beso, se me escapó un gruñido y nos tuvimos que separar por la falta de oxígeno, pero juntamos nuestras frentes, sin dejar de hacer contacto nos mirábamos fijamente.
—¿lo sigues amando? —pregunte con voz ronca.
—nunca lo hice. ¿puedo hacerle una pregunta? —respondió haciendo que sonría y asiento hipnotizado. —¿eres un hombre lobo?
Me separo de ella algo aturdido, si antes pensaba que era un tonto para pasar desapercibido, ahora ya no se quedaba en un pensamiento sino algo que en verdad era.
—¿Cómo lo sabes? —dejándome en evidencia la interrogue.
Ella ríe como si fuese absurda mi pregunta y no tendría caso responder a tan obvia respuesta, me encuentro perdido por el sonido que hace, me encanta todo de ella.
—porque los humanos no les cambian de color de sus ojos cada cinco minutos —ya me di cuenta de que no lo había pasado por alto. —además, lo de mi marido solo era una prueba para confirmar mi teoría.
Esta mujer es muy lista y ya descubrí como va a volverme loco, no le teme a nada, yo fácilmente podría haberla marcado sin importarme que hubiera humanos alrededor, no fue así ya que puedo controlar mis impulsos.
—¿Cómo sabes de la existencia de los licántropos? —esa era la pregunta que rondaba por mi cabeza en este momento, antes de que contestara la interrumpí. —no me vengas a decir que de los libros.
A los humanos les encantaba irse por lo fantasioso y exageraban muchas cosas de nosotros o de las otras especies, a mi hermana le encantaba leer sobre lo que ponían y muchas veces me lo mostraba.
—tengo un amigo que es Rouge —susurro haciendo que me tense. —pero el no hizo nada, lo culparon de matar a la luna solo porque su alfa de mierda no lo quería.
—¿si sabes que los Rouge son lobos desterrados de su manada, no?
—sí, lo sé. El me conto su historia. —hizo una pausa y se removió nerviosa. —Dejando la vida de mi mejor amigo a un lado, ¿yo soy tu mate?
Si bien no me terminaba de agradar que tenga contacto con un Rouge, apreciaba que mi alma gemela este bien informada para evitar el mal momento de las confesiones, yo nunca había pasado por eso, pero por lo que paso mi beta agradezco no tener que pasarlo.
—si —afirmo expectante de su reacción.
Jamás espere ver ese brillo en sus ojos, que se levantara euforica y se pusiera a reír. Parece que mi alma gemela no solo es divertida sino interesante, va a ser mi vida muy entretenida.
—¿Qué le vas a decir a tu exmarido? —pregunto enojado pese a decirlo yo, me irritaba solo de pensar otro hombre con ella.
—lo quiero como amigo ya que ese fue el parte del trato —frunzo mis cejas y cuando estoy por preguntar continua. —nosotros éramos amigos cuando él se dio cuenta de que le gustaban los hombres. Sus padres eran homofóbicos y no lo aceptarían, me propuso casarme y tener otros pretendientes a escondidas, así que ese fue el trato, salgo con él por sus padres, hoy cuando nos viste veníamos de una reunión con su familia y después se fue para encontrarse con su novio y yo me vine con mi niño para sacarlo un rato.
La escuchaba con atención hasta que termino, ahora lo que ronda por mi cabeza es; ¿de quién es el niño?
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