6.
Se estaban conociendo, pero ya se traían ganas desde que bailaron casi toda la noche en una de las fiestas que ONU organizaba para fortalecer los lazos entre Country.
No fue perreo sucio.
Fue un baile de salón donde México se sintió tan protegida con la suave guía del güerito del norte que le sonreía con un leve sonrojo.
Dios. Quería a ese hombre.
Por eso aceptaba cada oportunidad que tenía para hablar con Canadá, y por eso estaba ahí, compartiendo unos taquitos entre risas porque al chico maple pareció gustarle mucho su cultura.
—¿Hace cuánto que no sales con alguien?
—Pues... —Canadá lo pensó—. Hace seis años... creo. Me tomé mi tiempo para guardar esa bonita relación como un lindo recuerdo.
—Wow —México sonrió enternecida por esa respuesta—. Hasta como ex eres lindo.
—¿Gracias?
—Qué mala morra la que te dejó, Canadá.
—¿Eh? ¿Morra?
—Chica.
—¿Chica? —Canadá arqueó su ceja.
—¿Eh?
Entonces México lo entendió todo, entendió que Canadá había salido con un chico y que probablemente era bisexual...
Puta, que ofertón.
—Y... ¿eras el pasivo?
Canadá enrojeció y tuvo que beber un poco de agua, porque casi se atora con su comida.
Pero México no iba a perder su oportunidad.
—Porque puedo ser tu dominatrix, hermoso.
Canadá no sólo escupió su agua, sino que terminó atorándose y armando un pequeño escándalo. Y México se sintió un poquito culpable. Solo un poquito.
Pero al final. Su séptimo intento de coqueteo, falló.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top