56.


—Un día dejarás de amarme —Canadá sonrió con tristeza—. Y no se puede evitar.

Acarició las mejillas de México con dulzura, memorizando esa mirada brillante y tierna.

—Eso no pasará, maplecito.

—Todo termina, Mexique... Pero no importa —se inclinó para besarlo dulcemente—. Porque disfrutaré cada día junto a ti.

—Maple, me quiero quedar contigo para siempre.

—Me gustan mucho tus palabras —lo abrazó—. Déjame creerlas hasta que solo sean recuerdos lindos.

México abrazó inquieto a su Canadá, angustiado por el dolor que veía en esa linda mirada color cielo.

—¿Quién te dañó tanto?

—Atesoraré cada día en que me ames —susurró—. Así que... Ayúdame a amarte ciegamente.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top