La sensación era extraña. Estar sobre algo duro pero suave a la vez. JunMyeon no sabía como describir la sensación, era estar durmiendo sobre un duro y magnífico colchón que si estiraba la mano hacía abajo podía sentir algo parecido a una barra de chocolate.

Abre los ojos, cansado de no saber en dónde estaba durmiendo. Se endereza, su cabello estaba revuelto y sus ojos entrecerrado. Lo primero que ve es el pecho desnudo de un hombre y si subía más podía ver el rostro tranquilo de YiXing quien dormía.

JunMyeon se levanta de inmediato y se da cuenta que estaba en la sala del chino, durmiendo sobre él en el sofá. Recuerda el día anterior, cuando habían salido del hospital y seguramente se había quedado dormido en el auto de YiXing.

El coreano busca su teléfono y revisa sus mensajes. Sus padres estaban sumamente enojados con él, aunque a ese punto a JunMyeon ya no le importaba mucho el castigo.

– JunMyeon – la voz adormilada a sus espaldas le hace verlo de inmediato. – Vuelve a dormir, es temprano – se queja, abriendo sus brazos para que JunMyeon vuelva a meter entre ellos. El coreano casi se hace gelatina.

– Claro que no, YiXing, tengo que ir al hospital a ver a mi hermano e ir a casa –  talla sus ojos y bosteza con fingido cansancio. La verdad esque su cuerpo se moría por tirarse encima del chino a descansar.

– Irás después de comer algo – YiXing se levanta para ir a la cocina y tomar algo de agua. Se notaba que estaba cansado y adolorido por haber peleado el día anterior.

JunMyeon va también a la cocina y se recarga contra la encimera mientras observa con detalle la espalda de YiXing, era grande, ancha y con un tatuaje grande en su costado.

– YiXing – lo llama, sin poder dejar de verlo de manera atenta – Gracias, por todo – relame sus labios y piensa en sus siguientes palabras como si fueran extremadamente importantes – Yo. . .no sé cómo pagarte, pero. . .– se acerca a pasos lentos, sus miradas conectadas en todo momento. Antes de que YiXing diga algo o siquiera piense en a actuar de cierta forma, las manos de JunMyeon acunan sus mejillas y se tiene que poner de puntitas para poder plantar un besito en los labios ajenos. El chino nisiquiera puede desmayarse en paz porque así de rápido como fue el beso así también JunMyeon había huido de su departamento, dejando solo a un chino con el corazón latiendo a mil.

                                [. . .]

JunMyeon había recibido el peor regaño de su vida. No solo por lo ocurrido con su hermano sino por haber desaparecido toda la noche.

Los padre de JunMyeon, JiEun y Woojun Kim eran dos personas estrictas y conservadoras. Habían tenido dos hijos, el mayor, Kim Joon  y el menor, Kim JunMyeon. Desde su infancia habían sido duros con ambos, dándoles un margen de vida "saludable" que les obligaba a estudiar más de lo necesario, solo comer ciertas cosas y no tener ciertas amistades. En algún punto, esa vida terminó abrumando a uno de los hermanos, que, sin importar nada había huido de casa, aún cuando esto significará ganarse el odio y repudio de sus padres.

JunMyeon había quedado solo, siguiendo las estrictas normas de sus padres. Y aunque admiraba a su hermano por haberles hecho frente a sus padres le dolía demasiado saber que estaba viviendo de manera mala y sin la oportunidad de cumplir sus sueños. JunMyeon no era tan valiente.

– Joder – se termina de tirar en su cama, tenía los ojos llenos de lágrimas y la desesperación subiendo por su cuerpo, lo único que le calmaba era el exquisito aroma de YiXing impregnado en su ropa. Una suerte había sido que su madre no se percatara de esto.

Le habían quitado el teléfono por lo que no podía enviar algún mensaje, aunque a decir verdad después de lo ocurrido en el apartamento de YiXing ya no estaba tan seguro si era capaz de estar frente a él sin sentirse nervioso o avergonzado. Porque, para ser honestos, el coreano no tenía ni la más mínima idea de por qué había hecho aquello, fue simplemente algo que se le pasó por la mente y sin siquiera procesarlo su cuerpo había actuado más rápido que su razonamiento.

Lo hecho estaba ya, y no podía cambiarlo.

                               [. . .]

– ¡JunMyeon!

La voz histérica de su madre lo despierta de golpe, causando que JunMyeon casi se caiga de la cama. Ve asustado como su madre entra en su cuarto y va hacia su armario para abrir este de golpe y empezar a revisar su ropa.

– ¿Qué te pasa?, ¡¿Qué haces?!

Ella saca una camisa blanca y unos pantalones marrones. Algo bastante anticuado y que JunMyeon no salía usar.

– No hay tiempo, date una ducha y cámbiate, el joven Zhang te está esperando

¡¿El joven Zhang?!

– ¿YiXing? – murmura para si mismo, pero su madre alcanza a oírlo.

– Sí, sí, YiXing, el hijo del importante empresario Zhang. No sabía que eran amigos, JunMyeon, eso es exelente, debes juntarte con gente así, de clase

JunMyeon, aún desconcertado, se levanta de la cama y hace lo que su madre ordena; darse una ducha y cambiarse. Unos veinte minutos después baja las escaleras y después ahí puede ver el inconfundible cabello rojizo. YiXing estaba hablando con su padre en la sala, de manera tranquila. JunMyeon llega ahí, sin saber qué hacer.

YiXing sube la mirada y le sonríe. El chino estaba distinto, por lo general se vestía casual, con pantalones medio rasgados, musculosas, converse o botas de cuero. Sin embargo está vez estaba con un traje negro, su cabello rojizo peinado y sin sus anillos ni su sexy pircing o el arete en su oreja.

– ¡Vaya!, Hasta que bajas, hijo – el señor Kim sonríe alegremente y JunMyeon tiene ganas de vomitar. Sus padres estaban portando se como si ayer no lo hubieras casi hechado de casa. – El joven Zhang estaba contándome sobre cómo le has ayudado en la escuela con sus trabajos.

JunMyeon mira a YiXing y después a su padre – Sí

– Señores Kim – YiXing se levanta, acomodando su pulcro traje y viendo a ambos padres cuando la madre de JunMyeon llega al lado de su esposo – Fue un gusto conocer a los padres de JunMyeon por fin, él ha sido una persona maravillosa conmigo y planeo recompensar toda su amabilidad – sonríe de manera hermosa, haciendo uso de sus hoyuelos tiernos. – Así qué, traeré a su hijo antes de anochecer, ¿Algún problema? – Ambos adultos niegan de inmediato – Perfecto, entonces, conpermiso – hace una reverencia y sale, siendo seguido por JunMyeon quien no entendía nada. Una vez dentro del auto de YiXing, JunMyeon toma valor para verlo.

– ¿Qué fue eso?

– Supuse que te castigaron, mis mensajes no te llegaban y no fuiste a la escuela, así que – se encoge de hombros, mientras enciende el auto maneja, alejándose de casa del coreano.– te llevaré a ver a tu hermano

– Gracias– sonríe sin poder evitarlo, desviando la mirada.

                            [. . .]

– JunMyeon, ¿Cómo llegue aquí? – el hermano de JunMyeon abraza suavemente a su hermano cuando esté se acerca a abrazarlo. – No recuerdo nada

– Tao me llamó y me dijó que habías vuelto a pelear – responde. – Joon . . .me asusté mucho

– Lo sé y lo siento, solo pensé que podía ganar – mira el techo y después a su hermano– gracias por ayudarme, Jun, de verdad – sonríe adolorido – Los abuelos se fueron a descansar, estoy demasiado apenado de hacerlos venir hasta acá solo para ver la porquería en la que me convertí

– No, no – niega con la cabeza– Ellos estaban muy preocupados y. . .ayudaron a pagar los gastos del hospital, no tenía a nadie más, lo siento, Joon

– Está bien y gracias

Hablan durante un rato hasta que el doctor le indica a JunMyeon que era hora de irse para hacer una revisión a Joon. Los hermanos se despiden con una abrazo fraternal y JunMyeon termina yéndose.

Se encuentra a YiXing sentado en la sala de espera siendo rodeado por unas lindas enfermeras que le preguntaban cosas. Era más que obvio que YiXing llamaba la atención y más al verse así de elegante y seductor. Cuando ambos se ven el chino se levanta para llegar a dónde JunMyeon y besar su frente.

– ¿Todo bien? – pregunta cerca de su oído. JunMyeon solo asiente.

Salen de ahí y vuelven al auto, en dónde el ambiente se hace tenso y algo incómodo.

¿Qué demonios estaba pasando?

JunMyeon se sentía extraño y diferente, porque siempre había sentido por YiXing un repelus al ser el chino un chico arrogante. Pero ahora, sentía que las cosas ya no estaban siendo iguales.

– Bueno. . .– YiXing carraspea

– Gracias, gracias otra vez, de verdad – sus mejillas se ponen rojas al recordar el beso que le había dado. – No tienes porqué estar conmigo hoy, déjame en dónde quieras

– ¿Te parece si te dejo en la playa?

– ¿En la playa? – JunMyeon lo observa sin saber a qué se refiere en realidad.

– Mi abuela me regaló una casa en la playa hace unos años y hace tiempo que no voy, así que quería ir a revisar todo

– Oh – asiente en concordancia y relame sus labios– Claro, está bien, YiXing

En el camino no dicen nada más. Simplemente disfrutan del silencio y del aire acondicionado en el auto. Cuando por fin llegan a la playa, aunque claro que en una zona privada, el auto se mete hasta quedar estacionado frente a una casa no muy grande pero si perfecta y encantadora.

Ambos iban desentonados con la ocasión pero poco les importaba. Entran a la casa y JunMyeon examina todo.

– Dijiste que venías a revisar todo, pero toda parece bien cuidado, como nuevo, pensé que tenía tiempo que nadie venía

– Puede ser que haya mentido– pone una sonrisa burlesca mientras se desabrocha el saco y lo deja en el sofá para después seguir con su camisa blanca. – Puede que yo vine ayer en la noche y ordene todo para traerte hoy

– ¿Estás bromeando? – el coreano desvía la mirada antes de ver la camisa de YiXing ser retirada.

– ¿Por qué lo haría? – ríe un poco y va hacía un mueble dónde tenía guardada ropa. Se cambia ahí mismo, sin importarle que el coreano este ahí. – Vamos, cámbiate – le tira una camiseta y unos shorts. – ¿O acaso tienes miedo de lo que vaya a hacer?

JunMyeon niega con una pequeña sonrisa. – Tonto – tomando las prendas para cambiarse ahí mismo, sin importarle que YiXing lo vea, porque sabía que este lo estaba viendo, por algo sentía su mirada quemando en todo su cuerpo. 

Una vez cambiados salen a la playa, dónde el cálido sol los recibe. Van al agua y se meten, no decían mucho, pero si reían mientras se daban miradas divertidas.

Pasaron la tarde ahí, disfrutando del mar y el sol. Habían hablado tanto, sobre cualquier cosa, como si fueran amigos de toda la vida, habían reído por cosas sucedidas en la escuela y sobre sus vidas. En algún punto terminaron sentados en la arena, viendo el atardecer juntos.

– ¿Por qué no eres así siempre?

JunMyeon le pregunta, sin poder dejar de admirar la belleza del sol anaranjado ocultando se en el horizonte.

YiXing se mantenía recargado con sus brazos hacia atrás, también viendo el atardecer.

– ¿Así cómo?

JunMyeon relame sus labios y se atreve a observarlo– Así, como eres ahora, tan. . .amable y encantador – el último adjetivo lo dice algo avergonzado – Toda la escuela piensa que eres un maliente, que te metes en peleas y te gusta tomar y que eres malo

– ¿Y quién dice que no lo soy?

– No lo eres – se endereza un poco – YiXing, no eres nada de eso, almenos no conmigo

El chino gira su cabeza para ver a JunMyeon también– Si fuera así con todos, se aprovecharían de mí, sé con quién ser así, JunMyeon, sé cuándo una persona vale la pena para mostrarle lo que realmente soy

JunMyeon– ¿Yo valgo la pena?

El chino sonríe y se endereza un poco, su cuerpo se inclina un poco hacia JunMyeon– Toda la pena del mundo

El corazón del coreano se agita, sus alarmas se encienden mientras poco a poco ve a YiXing inclinar su cuerpo hacia él. Sus alientos se mezclan cuando están lo suficientemente cerca. YiXing relame sus labios y observa los de JunMyeon, quién sentía su alma abandonar su cuerpo.

– G-gracias– responde, su voz viéndose afectada por el nerviosismo que YiXing le provocaba – Espero que SeHun. . .piense lo mismo

YiXing se detiene, alejándose lentamente y sonriendo de manera sutil. – ya verás que sí, JunMyeon – carraspea y suspira – Cumpliré mi parte del trato, no te preocupes, te aseguro que él se va a enamorar de ti – palmea el hombro de JunMyeon y se levanta, sacudiendo la arena de sus pantalones– Tengo que llevarte a casa

JunMyeon observa a YiXing irse y solo es cuestión de segundos para que su mano sola golpee su frente.

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