Volví de la escuela, entre al recibidor y escuche risas, de seguro mis padres traería amigos.
Entre y me lleve una gran sorpresa Ashton estaba platicando con mis padres.
—Dai, ha venido a verte un amigo, perdona, ¿Cuál era tu nombre? —Preguntó mi madre.
—Simón.
—Bueno, los dejaremos solos.
Yo perseguí con la mirada a mis padres, esperando a que se fueron, cuando por fin estuvieron a una razonable distancia, lo voltee a ver.
—Largo de mi casa, ahora.
—Solo quería saber como estabas después de la golpiza que se dieron.
—Estoy bien, creo que a quien deberías de ver es a Nancy.
—Dai, lo siento, en serio lo siento, te amo cada segundo y cada minuto más.
—Ashton, yo ya no te creo, además ya no siento lo mismo por ti, ese día destruiste todo lo lindo que sentía por ti, ahora por favor vete o gritaré.
—Dai, no me iré hasta que me perdones.
—¡MAMÁ!
Mi mamá me bajó.
—Madre, él no es Simón, es Ashton.
Mi madre lo miró, después con una escoba lo golpeo hasta que se fue.
—Y no vuelvas a esta casa, niño malcriado.
Por eso mi madre era la mejor.