"Me encanta tu cabello rubio, nunca lo cambies"

"Mira lo hermoso que tienes tu cabello"

"Cuantas quisieran tenerlo asi"

Serena paso su mano sobre el cabello pintado de castaño oscuro, sus ojos verdes resaltaban aún más ante el contraste y se sonrio un poco. Le encataba.

—¿Serena?— pregunto Gideon detrás de ella.

La ex rubia se dio media vuelta con una sonrisa y miro al chico bien vestido, Gideon la recorrió con la mirada y luego sonrio un poco.

—Um, te ves maldita así, me gusta.

Serena rodó los ojos y pago la cuenta por todo lo que pidió en el lugar.

—Ahora, debemos crear una historia que nos crean para cuando mi familia empiece a preguntar el típico "¿Como se conocieron?"

—Podria ser en una playa.

Serena negó con la cabeza mientras cerraba la puerta del auto.

—Muy cliché.

Gideon asintió con la cabeza.

—¿Que propones?

Serena se quedó pensando mientras manejaba, debía crear una buena historia que fuera creíble para sus padres, primero debía comentarles que su relación de más de cinco años había terminado y debía justificar el hecho que comenzará a tener una relación con Gideon.

—¿Día o noche?—pregunto Serena cuando se detuvo en un semáforo.

—Noche— le contesto y Serena sonrio un poco, a ella también le gustaba más la noche, algo que nunca concordó con su ex pareja.

—Me agrada. Podría ser que nos conocimos en una fiesta de amigos en común organizada por Sarah, una amiga mía, tu asististe a ella, nos hablamos y me invitaste a bailar.

Gideon se quedó callado ante su idea, Serena se giro a verlo.

—¿No te agrada?

—No bailo— le contesto.

Serena abrió la boca ante ello ¿Quien no bailaba en pleno siglo XXI?

—¿A que sales entonces a la fiestas?

Gideon le sonrio.

—A tomar, ¿A que más? Vivir la vida loca.

Serena negó con la cabeza.

—No toda la vida consiste en tomar—lo miro— ¿Que lugares concurres? Nunca te he visto en Medianoche o Luz de Luna.

Gideon soltó una risa y negó con la cabeza.

—Esos son lugares de ricos Serena, yo voy más a "Mala Pinta" o "El Rincón del Diablo"

Serena hizo una mueca al no escuchar nunca esos lugares del bajo mundo, opto por quedarse callada y no opinar. Gideon coloco su mirada en la ventana y respiro profundamente al pasar por una taqueria, miro a Serena.

—¿Ya cenaste?

—No, pero tengo en mi casa yogurt y granola—sonrió la chica.

—¿Yogurt y granola?— repitió Gideon y soltó una risa, Serena lo miro buscando la gracia— Eso no es cena, por eso estas tan delgada.

—Es nutritivo— le contesto la chica.

—Si, pero no te llena— le sonrió— Ándale, párate en esa esquina y te invito unos tacos.

—¿Estas loco? Podría pasarnos algo malo— señalo la esquina llena de gente comprando.

—Lo peor que te puede causar es que te suelten el estómago, fuera de eso seguirás viva, ándale, yo invito, tengo hambre.

Serena detuvo el auto con duda y Gideon salió sonriente de el, con duda Serena lo siguió y bajo del auto, hizo una mueca cuando su tacón entró a un charco de lodo.

—Yo quiero de tripa— pidió Gideon al taquero y se giro a Serena quien hacia corajes por su zapatilla llena de lodo— ¿De que quieres? Oh, tu zapato...— miró.

Serena cerró la puerta, se coloco a su lado, se cruzo de brazos al sentir el frío y miro los tipos de preparados de tacos, ninguno de ellos se le hacia apetecible.

—Amm, no gracias, paso— contesto.

—Por favor Serena, yo invito, pide lo que quieras...

Un perro ladró al lado de la chica y grito ocultándose detrás de Gideon.

—A Donald dale dos de cabeza— señalo Gideon al perro y miro a Serena— Es el perro del taquero— el perro ladró y Serena se sobresalto— ¿Te gustan los perros? — Serena lo miro haciendo una mueca— Uy, veo que no, toma— le extendió una charola.

Serena lo tomó con duda y miro los tacos, miro de un lado a otro.

—Tranquila Serena, dudo que tu círculo de amigos pase por estos lugares así que come sin sentir pena.

Serena le sonrio un poco y le dio una mordida al taco, sonrió un poco al descubrir los buenos que estaban pero no quiso demostrarlo. Cuando sintió que pudo entrar en confianza, antes de irse, pidió dos más.