12 🌲 Madre y suegra
—...no voy a asistir este año y por favor deja de insistir Gabrielle— hablo Gideon de por teléfono dando la espalda a la puerta mientras Serena abrochaba sus zapatos, muro de reojo y apartó la mirada— Te hablo después.
Gideon colgó y Serena se coloco frente al espejo observando su vestimenta, se había colocado un suéter blanco de cuello alto, un pantalón de vestir color negros y sus botas del mismo tono.
—¿Todo bien?— pregunto Serena rompiendo el silencio.
Gideon se giro a verla y le sonrio.
—Si, problemas familiares es todo.
Serena se sentó junto a él.
—¿Que paso ahora?
Gideon soltó un suspiro.
—Mi hermana cumple años hoy y quiere que asista a una pequeña reunión pero no creo que sea correcto puesto que mis padres no querrán verme.
Serena le sonrio.
—Entonces significa que debemos ir— Gideon fruncio el ceño— No lo hagas por tus padres si no por tu hermana, ella quiere que asistas y a pesar de lo que paso ella quiere verte, tus padres estarán si, pero la que importa es ella— se levantó de la cama y se coloco frente a el— Además, la navidad sirve para reconciliaciones.
—Mientras nos sean de ex novios...—murmuró el voz baja sin que la chica lo escucharse y luego sonrio— ¿Me acompañarias?
Serena se girova verlo y le sonrio.
***
El trayecto a la casa de la familia de Gideon era más largo de lo que Serena creyó, estaban prácticamente al otro lado de la ciudad de donde ellos estaban, en todo el camino Gideon no pronunció ninguna palabra y movía la pierna con nerviosismo. Serena estiro su mano y la coloco sobre su pierna, el chico la miró y ella le sonrio.
—Todo saldrá bien, piensa positivo.
—Eso lo dices porque aun no conoces a mis padres— negó con la cabeza— Solo espero que Henry no esté...
—¿Quien es Henry?— alzó una ceja Serena al no recordar ese nombre.
Gideon la miro.
—Mi hermano mayor, después de lo que paso con Gabrielle es uno de los que menos me habla, de por sí la relación entre nosotros nunca ha sido buena y esto la empeoró aún más.
Serena le sonrio.
—Todo saldrá bien.
Pero esas palabras solo le hacían sentir más miedo a Gideon mientras observaba las casas conocidas de su infancia, comenzó a bajar la velocidad con la intensión de no llegar pero eso era imposible. Detuvo el vehículo frente a una casa pequeña pero muy bonita, poseía unas flores rojas que decoraban el jardín y un perro negro comenzó a ladrar. Serena abrió los ojos al ver al canino y miro a Gideon.
—No me comentaste que tenias un perro.
—Oh...—exclamó Gideon y le sonrio— Se llama Blanco, no te hará nada.
Serena regreso la vista al perro labrador color negro y fruncio el ceño.
—¿Blanco?— pregunto y sonrio— Que original para un perro negro.
Gideon le sonrio y ambos bajaron del vehículo, el perro corrió hasta la cerca y comenzó a ladrar cada vez más. Gideon estiro mano saludando al perro quien se tiro con la panza arriba. Serena tomó la mano de Gideon con fuerza y caminaron hacia la entrada, ella de forma rígida por el miedo.
El perro corrió hacia ellos y Serena se escondió detrás de Gideon tras soltar un grito.
—Siéntate Blanco— ordeno Gideon al perro y este obedeció mirando a ambos con la lengua de fuera.
La puerta de la entrada se abrió y Serena observo una mujer elegante al asomarse, tenía los ojos verdes y su rostro era afilado, pómulos marcados y sonrió.
—Gideon— saludo al ver a su hijo.
El joven se giro a su madre cuando la escucho y soltó a Serena para abrazar a su madre, la mujer abrazo a su hijo sin quitar la mirada de Serena quien no apartó la mirada en ningún momento.
—¿Quien es la joven?
Antes de que Gideon contestara, Serena se adelanto.
—Serena De Wittgenstein— estiro su mano Serena, la mujer la tomo— Su novia.
La mujer abrió los ojos con sorpresa y parpadeo varias veces, se giro hacia su hijo.
—Nunca me comentaste que habías terminado con Lilibeth, era encantadora— sonrio la mujer.
Serena alzó una ceja. Ella era más encantadora que Lilibeth quien andaba ahora con su ex novio y ahora eran unos traidores.
—...con ese cabello rubio y hermoso— continuo la mujer— Ah, que hermosa era.
—Madre, por favor— pidió Gideon callando a su madre, se giro hacia Serena— Mi madre, Angelic.
Serena le sonrio a la mujer y la Angelic se apartó de la puerta para dejarlos pasar. Pasaron a la gran sala donde un hombre bien vestido los saludo, el padre de Gideon, Sebastian.
—Me alegra que hayas aceptado venir a casas después de tantos años— hablo el hombre después de hacerlos tomar asiento— Es gusto conocerte Serena, a simple vista me caes mejor que la otra chica— negó con la cabeza el hombre— Su voz chillona me desesperaba y posesiva.
Serena le sonrio al hombre, al menos dentro de la familia de Gideon, el padre de el hacia más ameno el ambiente.
—¿Gideon?— pregunto una voz desde la entrada de la sala.
Serena y Gideon se giraron, una adolescente de cabello castaño sonrio al verlo y corrió hasta el, Gideon se levantó y abrazo a la chica.
—Te he extrañado mucho, Henry con el paso del tiempo se vuelve más aburrido— hablo en voz baja la adolescente haciendo reír a Gideon, los ojos cafés de la chica se posaron en Serena— ¿Quien es? ¿Es tu nueva novia? — sonrio.
Gideon se levantó y estiro su mano, Serena la tomó con una sonrisa.
—Ella es Serena De Wittgenstein, mi novia.
La niña le sonrio.
—Me cae mejor ella, ya estaba cansada de ver puras rubias en esta casa.
Serena soltó una sonrisa.
—El placer es mío.
Desde el marco de la entrada, Angelic miraba a su hijo con su nueva novia, observo que a su esposo e hija le habían caído de maravilla pero había algo en ella que no le agradaba.
***
Después de la cena, Gideon y su padre se apartaron en la sala platicando de algún tema privado en el Serena prefirió apartarse, Gabrielle opto por subir a su habitación diciéndole a Serena que le enseñaría su colección de libros de terror.
—¿Como se conocieron mi hijo y tu?— rompió el silencio Angelic mientras Serena limpiaba la mesa de la cocina.
Serena miro a la mujer y le sonrio.
—Es una fiesta, mi amiga Sarah lo invito y ahí nos conocimos— contesto Serena recordando la versión.
Angelic alzó las cejas y luego sonrio.
—Impresionante...—hablo con lentitud—A mi hijo no le gustaban las fiestas ni reuniones familiares.
Serena la miro y le sonrio.
—Lo se— contesto con tranquilidad y dejo el trapo húmedo por el lavatrastes.
—Me gustaba más la otra.
Serena sonrio aún mas.
—Es una lástima que terminaran Angelic, pero para tu mala suerte ahora yo soy su novia.
Angelic se acerco a Serena con una sonrisa.
—Mi hijo regresara con ella...
—No lo creo— dio un paso hacia Angelic sin miedo a nada— Su ex novia no es quien usted piensa, solo le puedo decir que le puso el cuerno con el que es mi ex novio...—bajo la voz y se acercó más a ella— Tiene cara de ángel pero es un zorra ¿quiere ese tipo de novia para su hijo? Una chica doble cara o prefiere alguien directo que lo puede hacer feliz.
Angelic dio una paso hacia atrás.
—No eres de las que te quedas calladas.
—No señora— negó con la cabeza y le sonrio— Y lamento si no le caigo bien pero quien me interesa es su hijo no usted.
Serena se apartó de ella en dirección hacia la salida, antes de salir, Angelic hablo:
—Le romperas el corazón y yo te buscare hasta encontrarte.
Serena sonrio y salió de la cocina.
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