Serena no creyó cuando su madre comentó que había preparado una habitación para ambos hasta que los guió y los dejó instalarse.

—Supongo que tu madre piensa que tu y yo...— señalo Gideon y luego la cama, luego sonrio ante la mirada de Serena— No te enojes "amorcito"

Serena sonrio un poco y dejo la maleta sobre el piso, se sentó en el borde de la cama y se giro a Gideon que miraba por  la ventana.

—¿Como dormiremos?

—Acostados— contesto con simpleza el chico, Serena alzó una ceja y el soltó una risa— Bueno, si quieres yo puedo dormir en el sofá y tu en la cama, solo que si tu madre entra y cuestiona diré que estas enojada conmigo.

Serena negó con la cabeza, lo que menos necesitaba es que la "relacion" fuera mal vista por los demás

—No, mejor usemos la almohada separadora—coloco una almohada blanca en el medio de la cama— Este es mi lado y ese el tuyo, no puedes pasar a mi lado y ni yo al tuyo— lo miro— ¿Va?

Gideon asintió con la cabeza, Serena se dio la media vuelta para apagar la luz cuando Gideon arrojó la almohada separadora y la abrazo, esta se sobresalto y le dio un golpe con el codo.

—Me has sacado el aire—hablo el joven.

—Perdoname, perdoname— pidió Serena incorporándose y acercando su mano al pecho del chico.

Gideon sonrio y la jalo

—Ay, sueltame— soltó entre risas Serena intentando safarse de su agarre—Sabes, yo nunca pierdo.

—Yo tampoco— le contesto con una sonrisa.

Ambos volvieron a rodar sin parar de reír hast que Serena logró quedar arriba del chico inmolizandolo, Gideon le sonrio y ella le regreso la sonrisa, ambos se quedaron viendo por largos segundos sin apartar la mirada.

—¿A que están jugando?

Serena y Gideon se giraron hacia la puerta, sin moverse la chica le contesto a su sobrina.

—Oh...—pensó Serena una mentira rapida— A las cosquillas.

La niña soltó una risa y luego salió de la habitación cerrando la puerta. Serena se apartó del chico y coloco la almohada una vez en el centro

—Mi lado y tu, tu lado— señalo.

Gideon asintió con la cabeza y Serena apago la luz

***

—Anoche la mi tía Serena y Gideon estaban jugando antes de dormir. Mi tía estaba arriba de el.

Gideon tosió y sus ojos se ampliaron al escuchar las palabras de la niña. Serena miro a la niña más pálida que un fantasma.

Sarah soltó una risa ante la mirada de su hermana

—Creo que alguien quiere traer nuevas vidas a la familia.

Serena rodó los ojos.

—Si van a hacer esas cosas, por favor, cierren la habitación, no quiero que mis hijos vean cosas...— Patrick se quedó callado buscando la palabra correcta y luego sonrio— Indebidas y calientes.

Gideon soltó una sonrisa y Serena lo miro, poco a poco comenzó a sonreír.