El cronómetro avanzaba hacia el cero, lo miraba de reojo mientras trataba de tomar aliento. Sólo tenía treinta minutos para ganar. ¡Maldita sea! Había que derrotar a esos bloques del demonio o el muro nos aplastaría sin piedad.

Los coloridos bloques caían y caían sin fin, cada vez a mayor velocidad. Era un nivel infernal y estábamos aún a cuarenta líneas de llegar a las doscientas y vencer. Y allí estaba yo con... Julia Roberts. Sí, sí. La actriz. Apilando cubos como locas.

Bueno... ahora estaba sola, Julia había hecho una "novia a la fuga". Dijo estar cansada y se sentó a echar una siesta.

Conseguí hacer cuatro filas de golpe; sonreí, tenía unos segundos de respiro.

—Venga, Julia, despierta. Si no me ayudas, moriremos.

—Estoy cansada...

—Yo también, mueve el culo de una vez, pretty woman —no entendía su actitud; como actriz me encanta, me he visto todas sus películas, pero yo no quería morir.

—¡Eh! Esa es una mierda de película y tú no eres Richard Gere, nena.

Será un churro pero buenos millones que te hizo ganar, aunque ahora reniegues de ella... Pero eso me lo callé.

—Estoy mucho más buena que él —contesté un poco harta de su actitud de diva —. Anda, ven aquí a colocar bloques. En nada podrás volver a Hollywood y dedicarte a tus cosas de superestrella.

Que no sabía cuáles eran pero imaginaba que contar billetes, beber champán, hacerse selfies y tocarse el... violín.

—¿Pero quién coño nos tira esos bloques? —dijo al más puro estilo barriobajero —, ¿Y porqué cojones estoy yo aquí? Y contigo, que, no te ofendas, pero no te conozco de nada...

—¿Y qué más da eso ahora? Como si soy Peach y nos tira los bloques el mismísimo Rey Koopa.

Sí, sí, eso es de otro videojuego, pero estaba muy cansada.

—No, Peach; eso no me cuadra... Tiene que ser Miley Cirus, no soporto a esa niñata, es una ofensa al feminismo.

Vale, a mí tampoco me cae bien, pero no estaba la cosa para tener charlas filosóficas de ese nivel.

—Por mí como si es el propio Pázhitnov... Tú coloca bloques, eso es lo único importante, Julia.

—No es verdad, Peach. Si sabemos quién los tira, hablaré con ella y se acabó el problema.

¡Manda narices que tuviera que ser yo la que le dijera eso a mi actriz favorita de todos los tiempos!

—Cállate de una vez, Julia, y coloca ese cubo a la derecha y vigila que cae una L, gírala y la podrás encajar allá atrás. Así nos desharemos de otras dos filas, estamos casi sin espacio. Necesitamos piezas azules.

—Bfff... dame las órdenes de una en una Peach, que aún estoy dormida...

—Espabila, Julia, vamos a cambiar de nivel.

—¿Y qué?

—Estás espesita, ¿eh? Que la velocidad de caída aumentará. ¡Venga, Julia! Aún tenemos tiempo. Escala por ahí y yo por aquí. A ver si nos da tiempo... Veo la pieza az....

G A M E O V E R