✒Vive el Orgullo sin Prejuicios.
Hola, mis perversas históricas. Decidí cambiar mi innecesaria atención hacia las malas críticas por un suculento spam:'3
PRÓLOGO:
¿Qué verdadero interés encierran las preguntas?
¿Cortesía?
¿Amabilidad?
¿Curiosidad sobre la vida ajena?
¿O simples protocolos de modales vacíos?
A lo largo del día nos arremeten con miles de cuestionamientos pronunciados por gente entrometida, con la espléndida excusa de estar siendo corteses y educados, preguntando cosas que realmente no les importa. A mi juicio, la normativa de convivencia social es el mejor pretexto inventado por el hombre para fastidiarte la existencia, camino al estacionamiento de mi amada empresa mi extenso personal que se cruza conmigo no duda en sacar sus típicas frases de supuesto interés hacia mi persona:
"¿Cómo se encuentra hoy, jefa?"
"El clima está agradable esta tarde, ¿no le parece?"
"¿Se encuentra usted bien, señora Duval?"
Pero aquellas sandeces no se comparan a los absurdos improperios que las personas articulan en situaciones más que obvias, como:
"¿Te has caído?"
Cuando fueron testigos presenciales de tu estrepitoso encuentro contra el pavimento.
"¿Quieres un poco?"
Cuando es obvio que mueres de hambre.
"¿Te han robado?"
Cuando cedieron el paso a un extraño sujeto estrafalario que salió recorriendo con un bolso de última temporada, que por casualidad te pertenece pero no se dieron cuenta.
"¿Estás llorando?"
Cuando permaneces horas deshidratándote por causa de tus múltiples lágrimas de dolor. Y ahora tú, no puedo creer que te atrevas a ser tan grosera.
—¿Puedo correrme...? —Me preguntas en un susurro, estás jadeando, mis manos están en tu cuerpo, acariciando tu espalda, apretando tus nalgas, busco tu sexo húmedo y excitado como toda una buena mascota que eres—. Por favor...
—No, gatito. No puedes —me acerco a tu cuerpo y aspiro tu aroma, estás impregnada del sabor y olor de tu dueño y señor, y me encanta—. No sabes cuánto disfruto convertirte en mi lujurioso animal en celo... Porque el hambre que siento está más allá de la piel, y de tu cuerpo.
—Por favor...—gimes y aprietas tus muslos en busca de alivio—. No puedo más, amo.
—Soy tu dueño, Minino. Convertiré tus deseos en mi placer —te domino, te humillo a mi antojo porque te gusta y así eres feliz, sintiéndote más perra, más salvaje—. Llegaste a mi infierno donde no hay límites ni restricciones, en donde te pervierto, te controlo a mi antojo, no tienes más voluntad que la mía...
Estoy aquí mirándote como mi mejor obra, sintiéndote como si no existiese nada más, deleitándome con el sonido de tu voz como si de música se tratase, desnudándote en el sentido más literal de la palabra, con el alma a flor de piel, puro sentimiento, deseo que tus palabras me provocan. Ante el mundo eres un simple e insignificante muchacho, que puede ser dulce y tierno, que no pierde la compostura ni los modales en público. Pero en nuestra habitación eres lo que yo desee y ordene, mi mascota, mi animal, mi püta que puede devorarme de forma lasciva y perversa, relamerse los labios con mi néctar, aquí pierdes tus modales para ser mi juguete. Porque a mí me complace, y a ti te enloquece...
—Lo quiero dentro, se lo ruego... Fui una mascota bien portada, mi señora...—te estremeces ante mi roce, y me apiado de tu urgencia, te arrastro hacia el filo del colchón y te penetro de una sola embestida. El grito que sueltas me excita demasiado—. ¡Dios, más!
Gimes al sentir mi dureza invadiendo tu interior.
—No tienes permiso de hablar, gatito.
Cautivo y moldeo tu mente a mi manera, mi olor está impregnado en tu piel, excito cada uno de tus sentidos, provocó tu lujuria, tu humedad. Humedad que escurre en tu entrepierna haciéndote desear que te use una y otra vez... Tu cuerpo es mi obra maestra, lo he moldeado y lo seguiré haciendo a mis deseos y ganas, tomaré tus besos, tus ansias, tus gemidos, ¡marcaré tu piel! Invadiré tus pensamientos, te perderás en mi cuerpo, cada pecado tuyo llevará mi nombre.
—Más duro... Más fuerte —me reclamas con fuerza, empinando el trasero para encontrarme en cada estocada que golpeo contra tus muslos—. ¡Más, más!
—¿Estás desobedeciéndome, gatito? —Te lanzo esa advertencia y aprietas los labios, obediente como siempre, pegas tus senos al blando colchón quedando aún más empinada ante mí—. Quiero ser el maldito que te arranque el sueño... —embisto profundo y salgo de ti—. Los suspiros... —lo vuelvo a repetir—. La calma... La esperanza... La ropa... Las penas... El miedo al pecado —en cada frase me hundo en tu vagina y salgo más húmeda que antes—. El miedo al amor... El miedo al dolor...
Tu entrega es incondicional y sin restricciones, no tenemos ningún tipo de contrato, ni reglas y mucho menos límites. Dejaste de lado tus principios, tus miedos, tu vanidad y orgullo, te entregaste sin miedos ni tabúes. Me pertenecen por derecho tu cuerpo y tu alma, por decisión propia y por convicción, eres mi gata y estás a mis pies, mi fiel mascota que complace mi capricho más perverso. Y soy la ausencia que te mata, soy el licor y el olor a tabaco que te reviven.
Soy la luna que miras, las cartas que lees, las fotos rotas que ves, los recuerdos que vives, las lágrimas que lloras. Sin duda alguna, soy tu sonrisa espontánea, tu puta locura, tu irónica cordura.
Eres mía.
Para siempre mía...
—¡Dios, amo! ¡Ah! —Gozas y me arrastras en tu abismo—. ¿Puedo correrme...? Se lo suplico...
—¿Quién eres, Minino?
Entraste a m infierno, hiciste que liberara a mis demonios. Entré a tus sueños haciendo renacer el demonio que existe en ti. Conozco tu lado perverso, mis labios están hundidos en tu piel, mis dedos se aferran a tu cuerpo. Sé cómo alimentar esa perversidad, emites un grito sin querer, estás agitada, tiemblas, vibras al ritmo de mis embestidas, sé cómo llevarte al delirio donde te entregas, me complaces siempre. Conozco el punto exacto donde estallas cuando mi lengua hambrienta está dentro de tus labios húmedos...
Y soy tu pensamiento perverso, tu desnudez, tus dedos acariciando tu vulva, tu sudor estancado en tu frente y en tus senos. Soy tu dueño, para poder dejarte libre, para verte volar temerosa por no saber lo que es la libertad. Soy tu sueño... ¡NO! Mejor aún, soy tu pesadilla, te despierto en plena madrugada y entonces soy tu insomnio, toda tu noche, todas tus noches. Soy el maldito que te arruina el amor, que te arruina la cordura; aquel que odian tus padres y tus amigas, por ser una mala influencia, por estar constantemente buscando abrir tu mente, y devorar tus ideas. Soy el maldito que vive en la oscuridad de tus ojos, en el rojo de tus labios, el brillar de tu alma, en las olas de tu cabello, en la música de tus palabras.
—Soy... Soy su mascota...—murmuras al borde del llanto, necesitas liberarte de tu orgasmo, pero no te lo permito.
Tenemos un trato, no te soltaré esta noche hasta tatuar mis besos en tu piel, mi voz en tu mente, mi olor en tu piel, mi cuerpo en tu boca. Serán tu templo de adoración, dominaré tus sentidos, te humillaré, te azotaré, te torturaré, desgarraré tu piel hasta que sangre para disfrute y placer mío. Gimes, gritas, lloras, y te abandonas en mis manos atada a mi voluntad.
—Eres un gato enamorado de un maldito demonio, Nina. Demonio que supo como seducirte y arrastrarte a su infierno, aunque te resistas y quieras desistir ya no hay retorno ni salida.
Saciarás a mis demonios llenos de perversión que te harán derramar lágrimas, sangre y tu pedirás más y más. Tienes la marca se este maldito demonio desde antes de conocerme. Eres, serás y seguirás siendo mía por siempre...
Me tienes y no me olvidas, cuando me pierdes te sientes nada en la nada del cosmos, me sufres como sufres a un muerto, y te sufro como todo un maldito mal nacido deseoso de muerte. Soy el caos y pánico en tu vida; lágrimas eyaculadas, orgullo inmaculado, dolores placenteros, caricias que dejan marca, recuerdos indestructibles y pánico de perderme, de perderte, de perdernos, de querer y no poder. Soy el motivo por el que te pierdes domingos familiares, porque estás conmigo, decides quedarte todo un fin de semana, toda una vida, no te apartas, y cuando lo deseas con todas tus fuerzas te ordeno que te marches, para ver en tu mirada esas ganas de quedarte; así de maldito soy contigo, así de maldito puedo llegar a ser. Soy un maldito contigo, recuerdo cada maldito segundo, que solo es sexo y nada más; te veo sufrir y no puedes escapar, tu amor se vuelve tu muerte, después te abrazo para consolarte y te confieso un violento “te amo”, uno de esos que confunde tus ideas y te revive las mariposas muertas habitantes de tus entrañas, y duermo, y muero sobre tu pecho, te vuelves una maldita y me pides que me marche. Soy destructivo para ti, y quiero que tú lo seas para mí. Te quiero llena de aristas, y de palabras cortantes. Te quiero eterna y por momentos. Tenerte y no desearte, verte partir y querer partir contigo… Te quiero así, maldita hasta los huesos, hasta ya no poder más, hasta ya no querer más, hasta suplicar piedad y rendirme en tu amor.
—Amo... Por favor...—lloriqueas sacudiendote con delirio, y yo te sostengo entre mis brazos—. Ya no aguanto, amor...
—Puedes correrte gatito...—te ordeno poniendo fin a tu suplicio y entonces acabas, y muero contigo. Respiras con dificultad, te desplomas sobre mi cama, mi flacidez se libera de tu carne húmeda y palpitante, me siento desprotegida y me disgusta esa sensación—. De rodillas, ahora.
—Señora Duval... Yo no... Ya no puedo...
—¿Tú...? ¿Estás desobeciéndome otra vez?
La lección de obediencia debe repetirse, hasta que aprendas bien, gatito.
✒NOTA: Para los lectores que no me siguen en redes, todos los fines de semana actualizo la historia en otra plataforma muy alejada de aquí. De no ser el caso de tocar un capítulo explícito en Wattpad, subiré material extra exclusivo allá. Como por ejemplo este fin de semana pasado subí: "Pastizales", dónde el elegante señor Darcy cuenta lo que sucedió en el paseo junto a Elizabeth en el famoso prado.
✒Cualquier comentario, crítica buena o mala, mensajes en mi muro o mensajes privados serán bien recibidos por mí. No se corten en expresar sus sentimientos.
Gracias por apoyar mi historia.❤
Besos de chocolate. 🍫
✒ME.GA💹
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top