Capítulo 6

—¿Ya se arreglaron? – nos pregunta Laura apenas llegamos a la mesa

Asentí y me senté donde mis hermanos me lo indicaron, puesto que ellos habían comprado mi desayuno.

—Gracias, bebés – dejé un beso en la mejilla de cada uno.

— Antes de que llegaran estábamos hablando sobre el cumpleaños de los gemelos – me dice Laura

Cierto. El 5 de febrero era el cumpleaños número 18 de mis gemelos favoritos.

— Mamá nos comentó que haría una pequeña cena – dice Alexander mirándome dudoso

— A mi no me ha dicho nada – me encogí de hombros — Por cierto, tienen que decirme que quieren de regalo – le robé una papa a Alexis

— El mejor regalo que puedes darme es dejarme tu habitación – dice Alexander mirándome divertido

—Oh no. Ni hablar

—Ni tan mal que sea compartir habitación conmigo, imbécil – Alexis le da un golpe en la nuca

— No, pero necesito mi privacidad, idiota – le devuelve el golpe

Me reí por su comentario. Llevan casi 18 años compartiendo habitación y ahora es que se vienen a quejar. Bueno se quejaron una vez cuando Alexis tenia novia.

— ¡No puede ser! – susurré al darme cuenta de algo

—¿Qué cosa? – pregunta Kian

Mi vista se volvió hacia mi izquierda, donde estaba Alexander.

— Necesito nombre, edad, dónde vive, con quién vive, a qué se dedica, si estudia o...

—Modo hermana celosa activado – bromea Laura

— ¿Qué? – me mira Alexander – No estoy...

— Tarde o temprano se iba a enterar – le murmura Alexis a su lado, pero lo escuché perfectamente

Lo miré fijamente y él me sostuvo la mirada.

Yo se que estas saliendo con alguien, hermanito. Te conozco perfectamente.

—Sabes que di justo en el clavo, Alexander – seguí mirándolo y le di un sorbo a mi batida sin despegar mi vista de él

No te hagas el difícil, Sanders, no te queda.

— Esta bien, esta bien – se rindió

Sonreí victoriosa. — Lo sabía. Ahora dame los datos que te pedí

— Aaliyah... – me miró suplicante.

— Tendremos esta conversación en casa pero escuchame bien Alexander Nicolás Sanders, si la bruja esa...

—Ya se lo que vas a decir y no es una bruja.

— Solo quería dejarlo claro – le di un beso en la mejilla

—Gracias mamá y papá por no darme una hermana así – Ryan eleva sus manos hacia el cielo

Le robé otra papa a mi hermano y se la tiré a Ryan, dándole en la frente.

— Soy la mejor hermana que alguien puede tener en la vida

— Es cierto – dice Laura

— La peor querrás decir – murmuran los gemelos, le di un golpe en la espalda a ambos.

— Cualquiera querría tener a alguien que los quiera y los cele como lo hace ella – me apoya mi amiga. — Yo soy hija única y no tengo a nadie que haga eso

— ¿Ven? Ella si me quiere, no como ustedes

—No es que no te queramos – Alexander me abraza y me besa la frente – Es solo que tus celos son ¿como decirlo?

— Exagerados – habla Kian por él, le miré mal. Y le tiré una papa – Sabes que es cierto, amor

— ¿Podrías dejar de robarte mis papas, por favor?

— No. Y mis celos no son exagerados

— Te recuerdo cuando...

—Cállate

— Sabes que di justo en el clavo, Aaliyah – le tiré otra papá a Kian

— ¡Aaliyah!

Creo que alguien se quedó sin papas, ups.

¿Salimos esta noche?

Pare de hacer mis deberes y contesté el mensaje de mi novio. Claro. ¿Con quién? ;)

Muy graciosa, Aaliyah -.-

Sonreí. ¿A dónde?

No . Por ahí ¿quieres?

¬Por supuesto. ¿A qué hora nos vemos?

A las 7. ¿Paso por ti?

¬No

Bueno, te veo en el mcdonals de siempre.

¬Ok. Te veo allá.

Perfecto. ¿Te quedas conmigo hoy? Por favor

— ¡Mamá! – grité para que me escuchara. No hubo respuesta. — ¡Mami! – me paré de mi escritorio y camine hacia la puerta sin dejar de gritar – ¡Mamá!

— ¡Joder, Aaliyah! – mi querida madre salió de su habitación – ¿Qué quieres? ¿Por qué gritas así?

— ¿Puedo quedarme en casa de Kian?

— ¿Para eso me llamas tan desesperada? – da una vuelta y vuelve a su habitación.

— ¿Eso es un si? – entré a la habitación y papá estaba acostado leyendo un libro – Hola papá

— ¿Un si a qué? – pregunta el mirándome sobre sus lentes

— ¿Puedo quedarme esta noche en casa de Kian? Voy a salir con él más tarde y me pregunto si podía quedarme ¿puedo?

— Solo si prometes que se van a cuidar

Mis mejillas se tornaron rosadas por lo que acaba de decir mi padre. — Lo prometo, gracias, los amo – le tiré dos besos y salí de su habitación.

Tome mi celular y le respondí. Esta bien.

Di por terminada la conversación y mire la hora. 5:57 de la tarde. Pase toda la tarde haciendo los deberes. Apenas va iniciando el año y ya estoy harta de los profesores.

Baje a la cocina y me prepare un pequeño plato de frutas. Al terminar de comerlo, subí a mi habitación y me preparé para mi salida.

Me cambie con unos shorts de jeans, un hoddie básico color gris, que dejaba mi vientre al descubierto. Me puse mis converse All Stars y dejé mi pelo suelto.

Se pudieron dar cuenta que lo que menos hago en esta vida es peinarme.

Tome mi mochila y un bolso pequeño donde llevaba mi cambio de ropa. Alguien tocó mi puerta mientras estaba metida en mi closett.

— ¡Pase! – grité sacando mi ropa de mañana. —¿Qué haces aquí? – pregunté al ver a mi novio en mi puerta. — Te dije que nos encontraríamos en McDonalds – guarde la ropa en el bolso y luego fui a saludarlo.

— Estaba cerca y decidí venir a buscarte. ¿Estás lista? – Asentí, tome mi celular y mi cargador. Cogí mi mochila y mi bolso. — Déjame ayudarte – tomó mi mochila que era lo que más pesaba por los libros y cuadernos.

— Gracias. Vamos

Salimos de mi habitación y luego de gritarle a mis padres que ya me iba, salimos.

Después de ir a McDonalds y dar una vuelta en el parque, regresamos a casa de Kian. Estaba solo, ya que sus padres estaban en casa de sus abuelos paternos.

— Ahora, señorita – sus brazos rodean mi cintura, escondió su rostro en mi cuello y dejo un beso en este. — Yo necesito que me des cariñitos

— ¿Cariñitos?

— Si, cariñitos.

— ¿Qué tipos de cariñitos? – reí por las caricias que me brindaban sus labios en mi cuello

— Sabes a lo que me refiero – comenzó a caminar aún abrazándome y besando mi cuello. — Hace tiempo que no nos tomamos un momento a solas, tú y yo...

— ¿Ah si? – ambos caímos en el sofá.

— Si. Me tienes un poco olvidado

— Exagerado – rodee su cuello con mis brazos y despeine los cabellos de su nuca con mis manos. Lo obligué a mirarme y luego besé sus labios lentamente. — Te quiero

— Yo también te quiero, mi amor. Pero ahora... – mordió mi labio inferior — Quiero otra cosa...

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top