Capítulo 22 - Parte II

Domingo

6:55 am La primera en levantarse fui yo. La verdad no se porque me desperté tan temprano, anoche nos acostamos casi a media noche, no se que hago despierta esta hora.

Me quedé sentada en mi bolsa de dormir, mirando a la nada. Había un silencio sepulcral, excepto que a lo lejos se oía el cantar de los pájaros.

Debería dejar de estar pensando e ir a bañarme antes que los demás.

Con cuidado de no despertar a Alexis, saque mi ropa, mi toalla, jabón, crema, pasta dental y todo lo que necesitaría para darme un baño.

Salí de la tienda lo más silenciosa que pude y caminé hasta el lago. Rogando para que el agua no estuviera fría.

Revisé que nadie estuviera rondando por ahí y me escondí en una clase de cueva, rezando para que no salga un animal salvaje, una serpiente por ejemplo.

Me tiré al lago y disfrute del agua, estaba fresca. Me di una clase de baño y luego salí. Revisando nuevamente que no haya nadie por ahí, me vestí con unos leggings blancos con manchas de pintura negra, un bra deportivo blanco con un diseño parecido a los leggings y unos tenis Puma negros. Como me había mojado el pelo, lo deje suelto.

Volví al lugar de la acampada y no había ningún movimiento.

Son unos dormilones.

Ya que no tenía nada más que hacer me puse a hacer un poco de chocolate caliente y a preparar sándwiches de jamón y queso para desayunar.

— ¡Buenos Días, corazoncillo de melón! – gritaron en mi oído, me asusté tanto que deje caer un rodaja de queso.

Miré hacia atrás y Ryan y Kian estaban partiéndose de la risa. — No es gracioso

— Si lo es – responde Ryan entre risas — ¿Qué vamos a desayunar hoy?

— Vayanse a lavar la cara y después hablamos – volví a hacer mi trabajo.

— ¿Eso es chocolate? – pregunta Kian

— Si – me levanté del pasto – No tiene canela, por cierto – le digo entrando hacia la van. Tome una bolsa de basura negra y salí.

— Lo sé. Oye... Gracias por ayudarme con la alergia

Sonreí. — No fue nada, para eso estamos los amigos

Eso dolió.

Después de eso, ambos se fueron al lago. Yo me quedé terminando de preparar el desayuno.

No fue hasta las siete cuarenta que todos estuvieron listos. Les dimos tiempo para que se bañaran y así poder desayunar todos juntos y tranquilos.

— Aaliyah – me llama Alexander mientras se sienta. — ¿Llamaste a mamá?

— No tengo señal, más tarde iré por ahí a ver si encuentro un puntito siquiera

— ¡Mamá Aaliyah, tengo hambre! – grita Ryan saliendo de su tienda

— No soy tu madre, idiota

— ¿Estás negando a tu propio hijo?

— Si.

— Si Ryan es el hijo de Aaliyah ¿Quién es el padre? – pregunta Joe mirándome directamente.

— Madre soltera – respondo sabiendo sus intenciones

— Kian es el padre – responde mi amiga Laura

— Escuche mi nombre, ¿de qué hablan? – dice este saliendo de no se donde con la niña esa detrás de él

— De nada. – responde Joe sonriendo inocente

— ¿Cuándo están comiendo siempre se la pasan hablando? – pregunta Samantha

— Si te molesta, puedes irte – le responde Laura mirándola con una sonrisa falsa

— Laura

Aunque a mi me moleste su presencia, tengo que respetarla, me caiga bien o no, esta saliendo con mi mejor amigo.

— Oh mierda – murmura Kian dejando su taza a un lado

— ¿¡Le echaste canela al chocolate sabiendo que es alérgico a ella!? – grita Samantha hacia mi

— ¡No puede ser! ¡Se me había olvidado! – le digo lo más sarcástica que pude. Estúpida. — Oh Kian, lo siento tanto – seguí hablando sin dejar de mirarla.

— Solo me queme la lengua, relájense

— Pasando pena, chama – dice Aylen llevándose la taza a la boca.

Después del desayuno, nos dispusimos a guardar todo y limpiar para ir a explorar un poco, luego volveríamos a casa.

Mientras mis hermanos, Joe y Ryan terminaban de guardar sus cosas, le dije a Aylen y a Laura que me acompañaran a buscar señal.

No soy miedosa, solo no quería ir sola.

Las tres teníamos nuestros brazos elevados buscando ver un punto de señal.

Alguien me toma de los hombros y me jala hacia atrás, poniéndome de espaldas detrás de un árbol.

— ¿Qué les pasa? – les dije a mis amigas

— Encontramos señal justo aquí – dice Laura notablemente nerviosa

Estábamos rodeadas de árboles, ¿hay señal aquí?

Miré mi celular y no tenia nada. — No tengo señal, vamos a seguir buscando

Me di vuelta y ahora entendía porque ellas me jalaron de esa forma. No querían que viera lo que mis ojos estaban viendo justo en este momento.

A una distancia prudente de donde estábamos, estaban Kian y Samantha, besándose.

Kian tenía sus manos alrededor de la cintura de Samantha y ella lo abrazaba por el cuello.

Esta es la segunda vez que los veía de esta forma y pienso que me dolió más que la primera vez.

— Vamos, buscaremos señal en otro lugar – ambas me toman de los hombros y nos vamos de allí.

— ¿Encontraron señal? – nos preguntan los chicos una vez llegamos

— Encontramos de todo menos señal – Murmuré recostándome de la van y tapando mi rostro con mis manos

Tienes que dejar de torturarte, Aaliyah. Tú quisiste que esto pasara, tú quisiste darle libertad a Kian para que conociera a otra persona. Ahora que lo hizo, quieres volver con él. Déjalo ser feliz.

Unos brazos me atraparon y reconocí al instante el perfume de Alexander. Escondí mi rostro en su cuello, abrazándolo de vuelta.

— Estamos list... ¿Por qué tienen esas caras? – escuché la voz de Kian. — ¿Qué pasó? ¿Qué tiene Aaliyah?

— Nada importante – responde Ryan

— ¿Nada importante? ¿Aaliyah?

Me quedé en mi sitio. Mi hermano me susurra que le responda pero hago caso omiso.

— No es momento para que hables con ella – dice Alexis

— Pero...

03:54 pm Íbamos de camino a casa, la mañana y parte de la tarde nos la pasamos explorado el bosque, gracias a Dios no nos perdimos. Si ayer nos pasamos el viaje completo cantando imagínense como estamos hoy.

Y así seguimos cantando o más bien gritando todas las canciones que Joe se encargaba de poner.

Respecto a la escena que vi, mis queridos hermanos y Ryan me dieron una tremenda charla sobre mi bajón emocional al ver a la parejita feliz besándose. Aunque pareció más bien un regaño por parte de los tres, me subió el ánimo.

Ryan me dejó en claro que aunque Samantha era la chica de su mejor amigo, su cuñada favorita siempre sería yo.

Los tres chicos me dejaron en claro que si llega a ser algo serio lo de ellos dos, según ellos, yo siempre seré la dueña del corazón de Kian.

Pero la verdad es que, no sé si creer en eso.

-2/4-

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