Capítulo 1

Cuidado si la despiertas, imbécil

¿No es eso lo que queremos hacer?

Pues si

—Malditos gemelos, váyanse de mi habitación – les gruñi aún con los ojos cerrados.

— Hermanita...

— ¡Largo!

Escuché sus pisadas alejarse y luego como cierran la puerta.

Es una buena bienvenida a mi vida ¿no? Mi nombre es Aaliyah Sanders, tengo dieciocho años.

Esto parece una presentación escolar ugh

Estoy en mi último año — por fin — de colegio. Como es obvio, en el próximo año entraré a la universidad.

Vivo con mis adorados padres; quienes se la pasan peleando porque mi padre deja los calcetines en el suelo o deja la tapa del WC arriba. Un matrimonio feliz.

También vivo con mis tormentosos hermanos gemelos, Alexis y Alexander, quienes se encargan de hacerme la vida imposible cada mañana. Pero aún así los adoro con todo mi corazón. A pesar de ser mayor que ellos — una diferencia de dos meses porque son adoptados— ellos hacen el papel de hermanos mayores, eso incluye ser celosos y sobre protectores conmigo.

Actualmente tengo una mejor amiga, se llama Laura Cooper, nos conocimos hace unos cinco años, aunque no nos soportamos al principio.

Llevo una relación amorosa de seis meses con mi mejor amigo, Kian Russell. A él lo conozco desde que tengo uso de razón. Y no, no nos conocimos porque nuestros padres eran amigos en sus tiempos y blablablá.

Mi grupo de amigos se conforma por los mencionados anteriormente: mis hermanos, mi mejor amiga y mi novio. Ah y claro, también está el mejor amigo de Kian, Ryan Davis.

Creo que eso es suficiente sobre mi vida. ¡Ah! Se me olvidaba, vivo en Queens, New York.

Aún acostada sobre mi cama, miré la nieve caer sobre mi ventana. Las clases iniciaban hoy, 3 de enero ¿los directores y profesores no tienen nada que hacer con sus vidas?

— ¡Aaliyah, arriba! Se hace tarde – chilló mi querida madre tocando fuertemente mi puerta

De mala gana me levanté y caminé arrastrando mis pies sobre el suelo y entrando al baño a comenzar mi rutina.

Me hice un moño envuelto hasta arriba de mi cabeza para que no se me moje el pelo. Me quite mi pijama y después de hacer mis necesidades y cepillarme los dientes, entre a la ducha; rogando para que el agua estuviera tibia.

Solté un grito que creo que se escuchó en China. Terminaba de enjabonar mi cuerpo cuando al abrir la ducha, el agua salió fría.

— ¡Maldición! – escuché la risa de mis hermanos.

¿Mencione que ellos me hacen la vida imposible?

— ¡Alexander y Alexis, les juro que los mataré! – grité dejando que el agua fría mojara mi cuerpo.

¡Dios! Estaba súper fría. Y más aún con este clima. Esta me las pagan, malditos gemelos.

Salí temblando de la ducha y me sequé lo más rápido que pude. Me puse mi ropa interior y luego de poner crema hidratante en mi cuerpo, me cambié; sweater básico color gris, con unos leggings color verde militar, un hoddie rosa y mis tenis del mismo color.

Lo sé, estoy loca por ponerme esa ropa para un clima como este.

Deje mi pelo suelto, adornándolo con un gorro de lana del mismo color que los leggings. Tomé mi mochila, mi celular y salí de mi habitación. Bajé las escaleras y fui directamente a la cocina.

— Buen día – saludé a mamá y a papá con un beso en la mejilla. Me senté al lado de mi papá.

— ¿Nosotros no tenemos beso de buenos días? – dice Alexis haciendo cara de perrito regañado.

— No.

— Cariño, ¿no crees que vas muy poco abrigada? Hace un frío terrible – dice papá después de mirar mi atuendo

— Estoy bien así, no te preocupes

Sentí un jalón de pelo, y me giré mirando a Alexander.

— ¿Qué quieres? ¿No tuvieron suficiente con gastarse el agua tibia?

— Solo fue una pequeña broma, no te enojes – dice Alexis parándose y caminado hacía mi

— Alto ahí, perro – puse mis manos en su pecho deteniéndolo

— Aaliyah – me regañó mi madre – no le digas así a tu hermano

— Anda, un beso pequeño

— No... Déjame – jaló mis brazos y al segundo ya me tenía abrazándole – Suéltame, mugroso

— ¡Aaliyah Nicole Sanders!

— Él es quien me esta molestando, mamá – me removí pero el muy maldito no me soltaba

— Tú eres la que no los quiere saludar – lo defiende mamá

— Ellos fueron los que me dejaron sin agua tibia

— Touche, hija – interviene papá

Rodé los ojos y lo empuje sacándomelo de encima. — No te acerques – le advertí y se fue a sentar a su sitio.

Después de desayunar en familia, mamá y papá se fueron juntos al trabajo y mis hermanos y yo nos fuimos al colegio.

Al bajar del auto — el cual lo manejaban los gemelos —, acomode mi mochila y mi gorro.

— ¡Aaliyah! – de un momento al otro me encontraba tirada en la nieve con mi mejor amiga encima de mi.

Maldita, hace frío.

— Quítate, Laura.

— Te extrañe mucho

— Si, si. Yo también. ¡Muévete, imbécil! ¿Qué no ves que hace frío? ¡Apúrate, sucia!

Creo que he dicho muchos insultos en un solo día.

— ¿Qué hacen en la nieve? – Kian y Ryan aparecen y se colocan al lado de mis hermanos, mirándonos.

— ¿Se van a quedar ahí como unos idiotas? ¡Quiténmela de encima! – chillé sintiendo mi espalda congelarse.

Debí ponerme algo más caliente que unos leggings.

Alexis se acercó y tomó a la maniática de mi amiga por la cintura, alejándola de mi. Kian se acerca y me ayuda a pararme.

— ¿Tienes frío, risitos marrones? – pregunta Ryan

— No, idiota – me quite el gorro y le di una sacudida a mi pelo.

— Gemelos – los llama Kian – ¿Qué le hicieron a su hermana?

— ¿Por qué tendríamos que hacerle algo? – dice inocentemente Alexander

— Cuando ella viene insultando a medio mundo es porque le hicieron algo, así que ¿qué le hicieron?

— Se gastaron el agua tibia, los muy hijos de su madre – los fulmine. Kian y Ryan se rieron ganándose un golpe de mi parte

— Que malos son – Laura se acerca y me abraza – Mi bebé tiene frío – Fruncí el ceño

— ¿Podemos entrar, por favor? – me aleje de mi mejor amiga y frote mis manos

Asintieron y comenzamos a caminar hacia los pasillos.

— Oye – me llamó Kian entrelazando nuestras manos, le miré esperando que siguiera hablando – No me has dado mi beso

Sonreí y le di un beso en la mejilla. Se quejó como niño pequeño y besé sus labios lentamente.

— ¿Por qué a él si le das besos y a nosotros no? Somos tu familia – habla Alexis fingiendo dolor

— Sangre de tu sangre, Aaliyah Nicole Sanders. Me siento decepcionado – dramatizó Alexander caminando de espaldas hacia su casillero, chocando con la puerta del casillero de Laura.

Todos soltamos una carcajada, el pobre fingió llorar y dando la vuelta caminó hacia su casillero fingiendo estar enojado con nosotros.

Como había extrañado esto.

••

Aaliyah Sanders en multimedia

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