Dispair Bear
- ¡No, Chloe! ¡Definitivamente no!. - una vez más Adrien le prohibía tajantemente a su amiga de la infancia aquello en lo que ella insistía.
Chloe escuchaba a su amigo pero estaba más atenta a su manicura francesa que a lo que él le decía.
- Pero Adrianin, solo míralos se ven adorables. – entrelazaba sus manos apoyándolas contra su mejilla en una angelical pose – Esta decidido abracitos se quedará con Emma.
Con una expresión de auténtico pavor observaba como su princesa, una encantadora niña de tres años, se abraza efusivamente al pequeño oso de peluche.
- Mira Chloe, de verdad que te lo agradezco pero no creo que sea un regalo adecuado para Emma. – dejando escapar un profundo suspiro intentó razonar con su amiga.
- ¿Pero qué dices? – lo contradecía mientras acariciaba con la punta del dedo la pequeña nariz de la niña en cariñoso gesto – Con abracitos pase los mejores momentos de mi infancia, siempre me hizo mucha compañía.
Adrien, cabizbajo sostenía el puente de la nariz entre dos dedos. Él conocía la infancia de Chloe y lo obsesiva que había sido y aun era en todo lo que se refería a ese pequeño oso. De ninguna manera dejaría que su hija tuviera ese muñeco.
- Dile a papá que te gusta mucho el osito que te ha dado la tía Chloe. – bromeaba con Emma sentándola sobre su regazo.
La niña volvía a abrazar el muñeco con más intensidad que antes, riendo a los gestos que Chloe le hacía.
- No puede ser Chloe, - sentenció con firmeza, sus ojos temblaban al ver la mirada acerada de su amiga sobre él – ese…ese…osito fue akumatizado y…y…no puedes dárselo a Emma.
- Jajaja, no me dirás ahora que tienes miedo de abracitos. ¿Lo ves Emma?, tu papá tiene miedo que tu osito lo controle para que haga cosas que no quiere. – la niña reía alegre hacia su padre ante el tono infantil de su tía.
- Chloe, no es e….
- Adrien, cariño, - Marinette entró al salón interrumpiendo lo que su esposo iba a rebatir – Emma no tiene cereales, necesito que vayas a comprar una caja, y ya que vas a salir ¿podrías pasar por la panadería de mis padres y traer una bandeja de macarons?. ¡Ah! y puedes traer también una caja de menta poleo, es el que le gusta a Chloe y ya no queda.
- Pero yo… - de nuevo fue interrumpido por su mujer cuando ella se acercó y poniéndose de puntillas besó tiernamente sus labios.
Adrien solo pude ver en completo silencio como su mujer abandonaba la estancia con un cadencioso andar que lo dejaba sin argumentos.
- Jajajaja, ¡Decidido! abracitos se queda con Emma. No tienes nada que preocuparte por él, - una mirada taimada salió de sus azules ojos – tú ya tienes quien te controle.
Las risas de Chloe y Emma se escucharon por todo el salón mientras que Adrien se retiraba a completar los encargos de su mujer, mascullando entre dientes su derrota ante su amiga y su hija.
FIN
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