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le début du plan
El sol apenas comenzaba a asomar por el horizonte cuando el mayor de los Park se sentó frente a la mesa del comedor, rodeado de papeles, diagramas y notas dispersas. Aunque la idea de ayudar a Jimin había surgido de manera impulsiva, ahora que se había comprometido, estaba decidido a que todo saliera a la perfección. Su hermano menor merecía ser feliz, y si eso significaba emplear cada gramo de ingenio para unirlo a su amor, entonces así sería.
Eunwoo, su amigo de toda la vida y un estratega natural, se sentó a su lado, sosteniendo una taza de café que emanaba un suave vapor. Ambos sabían que el plan requería precisión, sutileza y, sobre todo, una ejecución impecable.
—Entonces, ¿cuál es el primer paso? —preguntó el de apellido Cha, observando los papeles con una sonrisa de complicidad.
Taehyung trazó un círculo alrededor de un nombre en su cuaderno: "Jeon Jungkook".
—Lo primero es asegurarnos de que Jimin esté en el radar de Jungkook —dijo, con voz firme—. Necesitamos que lo note, que empiece a verlo más allá del simple chico tímido que siempre está al margen.
—Eso es lo más difícil —admitió—. Jungkook está acostumbrado a la atención de todos, pero no sé si se ha fijado en Jimin. Y no porque no pueda verlo, sino porque... bueno, Jimin tiende a esconderse.
—Exactamente —asintió Taehyung—. Por eso, lo que necesitamos es crear situaciones en las que Jungkook no solo lo vea, sino que lo recuerde. Algo lo suficientemente sutil para que no parezca forzado, pero lo bastante significativo para que deje una impresión.
El primer paso del plan era simple: crear una serie de "accidentes" calculados que permitieran encontrarse. Sabían que Jungkook tenía una rutina muy marcada, siempre llegaba temprano al campus, pasaba un rato en la biblioteca antes de los entrenamientos y mayor parte de la semana solía almorzar con su equipo en una mesa específica en la cafetería. Taehyung y Eunwoo pensaron en cada uno de esos momentos como una oportunidad.
—Podríamos empezar con la biblioteca —sugirió Cha—. Jimin puede estar allí, trabajando en algo cuando, Jungkook llegue. Podría pedirle ayuda con algo relacionado con sus clases. Eso le daría una excusa para hablar con él, sin que se sienta incómodo.
—Perfecto —dijo el mayor, anotando la idea—. Después de eso, podríamos hacer que se crucen en la cafetería. Jimin puede estar en la fila cuando Jungkook llegue, y... tal vez algo tan simple como olvidar su billetera. Jungkook podría ofrecer pagarle el almuerzo, una pequeña interacción que podría llevar a más conversaciones.
Con el plan esbozado, Taehyung y Eunwoo comenzaron a trabajar en los detalles. La idea no era forzar nada, sino permitir que los encuentros parecieran tan naturales que Jeon no sospechara que todo estaba calculado. Y así, los días comenzaron a girar en torno a esos momentos orquestados.
La primera "coincidencia" ocurrió un martes por la mañana. Jimin estaba sentado en una de las mesas del fondo de la biblioteca, fingiendo estar absorto en sus estudios cuando Jungkook entró. Su hermano lo había convencido de que llevara consigo un libro de matemáticas particularmente complicado, uno que él estaba seguro de conocer.
Jungkook pasó por su lado, y como si el destino lo hubiera planeado, el libro se deslizó de las manos de Jimin al impactarse "accidentame" con el contrario. Jungkook, siempre amable y dispuesto a ayudar, se agachó para recogerlo.
—¿Estás bien? —preguntó Jungkook, con una sonrisa amigable mientras le devolvía el libro.
Jimin sintió que su corazón se detenía por un momento. No era la primera vez que intercambiaban palabras, pero sí la primera vez que sentía la necesidad de prolongar la conversación.
—Sí, gracias —respondió, con una tímida sonrisa—. Estaba... tratando de entender esto, pero es un poco complicado.
Jungkook miró el libro y asintió.
—Ese tema es difícil. Si necesitas ayuda, podría echarle un vistazo.
La oferta fue como un pequeño rayo de esperanza en el corazón de Park. Y así, durante la siguiente media hora, ambos estuvieron sentados, codo con codo, mientras Jungkook le explicaba pacientemente los problemas que Jimin ya conocía pero que fingía no entender. Fue un pequeño éxito para el plan, pero para el rubio fue un gran avance.
Los siguientes encuentros sucedieron sin problemas. Jimin y Jungkook se cruzaban en la cafetería, en los pasillos e incluso en algunos eventos escolares. Cada encuentro, por más breve que fuera, iba plantando una semilla en la mente de Jeon. Poco a poco, empezó a notar al pequeño Jimin más a menudo, y algo en él comenzó a despertar un interés genuino.
Sin embargo, mientras Taehyung observaba cómo las cosas avanzaban según lo planeado, no pudo evitar notar un cambio inesperado en sí mismo. Cada vez que veía la sonrisa de Jungkook dirigida a Jimin, sentía una extraña mezcla de emociones que no había anticipado. Al principio lo atribuyó a la satisfacción de ver a su hermano feliz, pero pronto se dio cuenta de que era algo más.
Una tarde, mientras los tres estaban reunidos en la cafetería, planeando la siguiente fase del plan, Taehyung se encontró observando al chico cereza con una intensidad que lo sorprendió. La manera en que sus ojos se iluminaban al reír, la curva de sus labios cuando sonreía, la forma en que su presencia llenaba el espacio. Era algo que nunca antes había notado en nadie, y ahora, no podía apartar la mirada.
—¿Taehyung? ¿Me estás escuchando? —la voz de Eunwoo lo sacó de su ensimismamiento.
—¿Eh? —parpadeó Park, sacudiendo la cabeza—. Sí, claro, estaba pensando en... en la próxima vez que podrían encontrarse en el gimnasio.
Eunwoo lo miró con una ceja levantada, pero decidió no insistir. Sabía que él estaba concentrado en el plan, aunque no pudo evitar notar que su amigo parecía un poco distraído últimamente.
Esa noche, mientras Jimin dormía, Taehyung se quedó solo en su habitación, mirando el techo, tratando de ordenar sus pensamientos. Era confuso, sentir algo por la misma persona que había estado ayudando a su hermano a conquistar. Pero cuanto más intentaba ignorar esos sentimientos, más fuertes parecían volverse.
"Esto no debería estar pasando", pensó, dándose la vuelta en la cama, intentando ahogar las emociones que comenzaban a desbordarse en su interior.
El plan estaba funcionando, eso era innegable. Jimin y Jungkook estaban cada vez más cerca, y Taehyung debería sentirse satisfecho por eso. Pero una parte de él comenzaba a preguntarse si, en su intento por hacer feliz a su hermano, no estaba poniendo en riesgo su propia felicidad.
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