Especial de San Valentín - 4
Adán × Eva ♡
- Canon -
...
Los rayos de luz matutina golpearon la suave piel de su rostro; ese mismo calor recorrió con lentitud su cuerpo antes que abriera sus azules y brillantes ojos con un doble parpadeo.
Se irguió con pesadez, pasó las yemas de los dedos por sus ojos para limpiarlos y un bostezo le salió de los labios. Volvió a parpadear para acostumbrar su vista a la luz que entraba.
Giró a su alrededor y vio las paredes de piedra que le rodeaban; debajo de sus manos apoyadas al suelo sintió las hojas de palmera que habían recogido el día anterior, y sobre su cuerpo otras hojas que usaron para cubrirse del frío. Los rayos de luz solar ingresaban por la entrada de la cueva sobre ambos, iluminando y encerrando su agradable calor matutino.
Eva miró el lugar y se sintió muy feliz; era la primera vez que estaba fuera del Edén, y pudo darse cuenta que la tierra era un lugar bello, cálido y sereno.
Sin embargo, no pasó mucho tiempo cuando recordó el motivo por el que estaban en la tierra; lo que ocurrió en el jurado del Edén días atrás. En cuanto su memoria cobró vida de ello, su felicidad cambió por una faceta triste.
- Buenos días Eva.
La voz suave, apagada y a la vez amorosa del hombre le llamó la atención; lebanto la vista y vio a Adán; su tan amado esposo Adán entraba a la cueva con seguridad. Sobre sus brazos una hoja grande que traía los frutos recolectado el hombre esa mañana, de los cuales algunos pudo identificar del Edén.
El rubio caminó por la cueva hasta llegar a su esposa; se puso de rodillas, dejó la hoja en el suelo junto a la mujer y extendió su mano para acariciar el rostro y la cabellera de Eva.
- ¿Cómo amaneciste?
- ¿Eh? M-Muy bien... Gracias...
Adán sonrió satisfecho con la respuesta, y usando la yema de sus dedos acarició la mejilla de Eva.
- Me alegro mucho.
Eva asintió con la cabeza y con su mano tomó la que Adán le había puesto en su mejilla; sentirlo cerca suyo, emocional y físicamente, le hacía sentir una mujer muy dichosa. Segundos después, Adán separó su mano de Eva y de la hoja con frutas que había traído tomó una y se la dio en las manos.
- Toma. Debes comer.
- ¿Pero tu ya comiste?
- Tomé una, pero no te preocupes por mi. Come tu.
- De acuerdo. Muchas gracias Adán.
Eva empezó a comer con pequeñas mordidas, y ambos quedaron en silencio.
Uun estado en el que, pasó paso a paso, comenzaban a acostumbrarse los 2: la soledad. Sin contar los animales, ellos 2 estaban solos en ese mundo, sin la presencia de algún otro humano; incluso buscaron un poco el día anterior, pero no dio frutos su expedición.
Esa falta de respuesta le hizo sentir un poco más sola a Eva; la compañía de Adán era maravillosa, pero ser la única mujer era una idea desalentadora...
- Adán, hoy... - comentó Eva pensativa en voz baja - ¿Vamos a... salir de aquí... a buscar más personas...?
- No lo sé. - la respuesta de Adán indicó que sentía lo mismo - No sé si deberíamos.
- ¿Por qué?
- No sé si vagando por allí encontremos lo que buscamos. Además, esta cueva nos cuidó del frío; no creo que sea buena idea salir y perdernos.
- Si, tienes razón... - asintió con calma.
El día anterior había sido muy malo. Deambulando por el mundo sin rumbo; todo lo que habían encontrado era un enorme desierto. Un páramo infinito, sin vida animal ni vegetal; un completo contraste con el jardín del Edén. El mundo en donde ahora vivían era un vacío en la vida, que mostraba ser un verdadero Castigo divino.
Sin embargo, no todo fue abrumador; justamente cuando la noche caía sobre ellos, en la lejanía encontraron un oasis con una cueva pequeña. Una nueva esperanza para sus agotados espíritus.
Ni bien llegaron se dieron un buen festín: tomaron las aguas del estanque y comieron los frutos de sus árboles; con algunos les costó trabajo puesto que sus cáscaras eran muy duras, sin embargo no fue problema para Adán.
Al finalizar, recogieron las hojas esos árboles, conocidas hoy como palmeras, para cubrirse del cruel frío que empezaba a desplazar el calor del suelo; entraron en la cueva usando las hojas, además que durmieron abrazados uno al otro. Esto último no tanto por el frío, sino para no separarse.
Ese día anterior, desde el punto de costa de Eva, fue poco prometedor. De no haber sido por ese oasis que apareció milagrosamente, en esos momentos seguirían vagando; sumidos en dolor, sed, hambre, frío y calor al mismo tiempo...
Aunque siempre era optimista, Eva no pudo ver nada bueno en las circunstancias y en lo porvenir. Sin embargo... lo bueno de esa situación, el único consuelo que ella encontraba era tener a Adán junto a ella; pero recordar que él había sido arrastrado a esto tampoco le brindaba ninguna felicidad.
En cuanto terminó de comer la fruta, Eva volvió a acostarse sobre las hojas de palmera; Adán le imitó, y ambos quedaron acostados en el suelo mirándose uno al otro con los mismos tipos de ojos.
- ¿Qué pasa, Eva? - le preguntó Adán, con palabras cálidas y al mismo tiempo preocupadas - Te veo angustiada.
- Es que, yo... - Eva pensó en expresar lo que le acongojaba; sin embargo, solo atinó a negar con su cabeza - Nada. No es nada.
- ¿Estás segura?
- Si, si. Solo quiero... quiero estar contigo, Adán.
- Por supuesto que lo estarás. Estaremos juntos. - Adán extendió sus manos y tomó las de Eva en un agarre amoroso y seguro, para luego sonreír - Te prometo que nada nos separará.
Ambos sonrieron mientras Adán sostenía las manos de Eva. Pero, al poco tiempo ella dudó y de manera inconsciente expresó sus molestias.
- ¿Si podremos estar juntos... De verdad?
Sus palabras temblaron; pensar en las consecuencias de lo que hicieron le aterraba en gran manera.
- ¿Y si... los Dioses vienen por nosotros...? ¿Qué pasará con nosotros...?
Adán sonrió con empatía. Eso era lo mejor que hacia el primer padre de la humanidad: sonreír para calmar la preocupación y tristeza a su alrededor.
- Entonces me haré cargo de todos ellos. Acabaré con todos los tipos malos que quieran... arrebatarte de mi lado...
Pero, la otra preocupación de Eva era tan importante como la primera.
- ¿Y si te arrebatan a ti...? ¿Si es a ti a quien quitan de mi lado...? - los ojos de Eva temblaron con el brillo de unas pequeñas lágrimas - Y-Yo... no podría hacer nada... No podría hacer nada contra ellos...
Esta vez Adán se mostró más serio que antes; y por más que pensó en sus palabras.
- Yo... yo no...
No encontró una respuesta. Pero no por eso quedó de brazos cruzados.
Se acercó y abrazó a Eva; con sus delgados pero nada débiles brazos rodeó el cuerpo de su amada, tomando su espalda con cuidado y con las manos sobre sus brazos. Le acercó aún más, y la cabeza de Eva quedó apoyada sobre el pecho de Adán para que sintiera y escuchara el latir de su corazón.
- No sé qué podría pasar. No sé qué podría hacer. Pero... sé que, si no estoy contigo como te estoy sosteniendo ahora... estaré en tu corazón para cuidarte y estar a tu lado...
Eva se sorprendió, y más aún con la siguiente declaración de él.
- Te amo Eva.
- Adán...
Era... la primera vez. La primera vez que Adán usaba esas palabras... para ella. Ella habia sido creada después que él, y los pocos Dioses que se presentaban en el Edén nunca dijeron esas palabras, o al menos nunca en su presencia...
En conclusión, Eva nunca había escuchado esa frase. Ese momento era el primero en que la madre de la humanidad escuchaba en vivo a alguien decir esas letras. No debería saber su significado, pero...
- Mi Adán...
Fue todo lo contrario. Su corazón y alma supieron a la perfección que esas palabras eran una expresión íntima de... De su amor.
Eva separó su cabeza y la levantó para estar frente la de Adán; tan solo unos pocos centímetros le separaban de su amado. Con su mano tocó la mejilla de Adán y le sonrió de la misma manera.
- Yo... yo también te amo, Adán...
Ella se acercó, lo mismo que Adán. Pudieron sentir la distancia entre ambos acortarse con gran rapidez para finalmente... conectar sus labios. Conectarse en un beso.
Su primer beso.
Era una sensación extraña; las cosas nuevas siempre son extrañas, más para ellos que ni siquiera habían visto a los Dioses hacer algo así. Fue cuestión de inercia: cedieron a sus sentimientos; sus corazón latieron y sus mentes quedaron en blanco, por lo que brazos y cuerpos actuaron por instinto y se acercaron. Por instinto, pero bien planeado; como si siempre hubieran sabido qué debían hacer.
Ese contacto era estimulante para ambos y... excitante: húmedo y en creciente calor, por medio de sus labios sintieron el palpitar de sus corazones que les infundió pequeñas olas de placer; además, que los labios tanto de Eva como de Adán estuvieran ligeramente bañados con jugo de las frutas que comieron, le dio como toque adicional una pequeña porción de cóctel a su beso.
En cuanto sintieron que el aire les faltaba se separaron; respiraron agitados y aún conectados por un pequeño hilo de saliva. Sus expresiones eran de sonrojada sorpresa y con los ojos como platos.
- Eso... - Adán fue el primero en hablar, hasta cierto punto asustado - ¿Qué fue eso?
- Yo... - Eva parpadeó un par de veces - No... No lo sé...
El padre y la madre de la humanidad... nada más que un par de tórtolos muy inexpertos de los besos.
De repente Eva soltó una carcajada divertida que tomó por sorpresa a Adán.
- ¿Qué pasa?
- Es que... Creo que fue un poco divertido, ¿no?
Adán también rió de esa manera.
- Si, fue divertido... y emocionante.
- ¡Si!
Eva sacó la punta de su lengua para relamerse los labios. Adán le vio con curiosidad e imitó su gesto, y ambos se llevaron una gran sorpresa.
- Esas 2 frutas... son...
- Muy deliciosas... cuando se juntan...
Se volvieron a mirar uno al otro, y a los pocos segundos Eva desvió la mirada con nervios, mientras pensó en su petición.
- ¿Podemos... podemos intentarlo de nuevo?
Adán asintió unos instantes después.
- Si. Si tu quieres.
Adán tomó una mano de Eva y entrecruzó sus dedos; con la otra le tomó de la cabellera y se acercó con lentitud. Eva le imitó al acercarse, apretando un poco la mano que sujetaba Adán y con la otra mano tocar el pecho de Adán. Y volvieron a conectar un beso.
Esta vez era menos impulsivo que el anterior; más pensado y romántico. Sintieron de nuevo cómo sus instintos se movieron dentro de ellos, exigiendo ir más lejos que solo un beso, y fue en ese momento que separaron sus labios al mismo tiempo. No sabían que podría ocurrir más adelante, y tal vez esa cueva no era el lugar para averiguarlo.
Separaron sus labios, pero no fue lo mismo con sus rostros; nariz con nariz se tocaron, jugueteando un poco con ellas, con ambos ojos fijos en su pareja, intercambiando respiraciones y con su par de manos entrelazadas.
- Ese... - Eva fue la primera en hablar - Ese me gustó más.
- A mi también me gustó más... aunque... - Adán admitió con un poco de pena; un sentimiento inusual en él - El primero... me hizo sentir mejor...
Eva no lo quiso admitir, pero también era verdad para ella: el primer beso le había hecho sentir mejor... incluso acalorada. Era una sensación extraña y nueva para ella; su curiosidad quería indagar más, pero su raciocinio le detuvo.
Se quedaron tanto tiempo mirándose el uno al otro que, sin darse cuenta, ambos se durmieron, manteniendo su par de manos entrelazadas y los rostros casi pegados...
...
- ¡Miren esto! ¡Esta es la prueba que demuestra que se comió la manzana!
La serpiente levantó en su mano el fruto prohibido que había mordido él mismo. Eva se sorprendió de inmediato; se podía notar claramente que la mordida no era de humano, sino de algún animal o criatura.
Pero el jurado, los jueces, los fiscales, los guardias de seguridad... todos en el estrado compartían el mismo enemigo hacia Eva: todos eran Dioses. Todos estaban cegados por la acusación...
- ¡¡Destiérrenla!!
- ¡¡Si, échenla!!
- ¡¡Sáquenla de aquí!!
... Y todos ciegos terminaron en el mismo veredicto, que dictó el juez casi de inmediato.
El resultado fue trágico para ella y esperado para los Dioses: la condena del exilio eterno del Edén.
Sus piernas no resitieron mucho tiempo y se dejó caer al suelo; únicamente su mano sobre el mueble de madera detuvo su caída. Su mirada fue al suelo y las lágrimas comenzaron a correr por sus ojos sin control.
- No... ¿Eso significa que...?
Esas palabras eran un taladro para su corazón; no quería decirlas, pero era una verdad innegable que debía aceptar.
- ¿Seré... separada de Adán...?
Sus manos subieron para cubrir su rostro. Tantas emociones le estaban arremetiendo con gran violencia; culpa, pena, tal vez rencor e impotencia. Pero sobre todas las cosas que le acongojaron...
La principal era soledad. Ni siquiera había salido del estrado y ya sentía la falta de su compareño idóneo... su Adán...
...
- ¡¡Adán!! ¡¡Noo!!
Se despertó de golpe y casi se levantó de un salto. Esa escena... tan viva como lo que había ocurrido en el Edén días atrás, por primera vez había perturbado sus sueños; sus ojos cedieron al llanto mientras su cuerpo sentía en carne propia todo lo que había pasado.
Un lapso muy pequeño, entre la sentencia del jurado y la intervención de Adán, de tal vez menos de un minuto. Un minuto bastó para que sintiera la completa soledad; algo que nunca le podría desear a nadie, ni siquiera a los mismos Dioses que la desterraron.
Se limpió los ojos mientras respiraba agitaba; por medio de su toque se dio cuenta que estaba sudando. Y lo confirmó cuando sobre su cuerpo desnudo se coló un viento helado que le erizó la piel.
Dirigió los ojos a la salida de la cueva y notó que había vuelto a oscurecer. Se levantó los brazos para cubrirse, pero se dio cuenta que sobre su cuerpo estaban las hojas de palmera; para ser exactos, todas las hojas que habían recolectado.
Lo pudo reconfirmar cuando volteó a Adán y vio que, además que también estaba dormido, no tenía ninguna hoja; tiritaba de vez en cuando por las ráfagas de frío que entraban y golpeaban su cuerpo.
Eva se sorprendió en gran manera.
- Adán... me las dio todas... para que pudiera dormir...
Sus mejillas se sonrojaron, además que sintió una gran emoción reconfortante dentro de si, más por esa reciente pesadilla. Y recordó entonces las palabras que había dicho su amado en el juicio.
« - Eva. Si te vas de aquí, yo también me voy.
...
- Adán... lo siento mucho. Hiciste todo esto por mi.
- No. Lo hice por nosotros.
Adán le extiendo su mano; ella, cálidamente y aun conmovida por la actitud de su amado, correspondió de la misma forma y apretó su agarre.
Ambos caminaron juntos hacia la salida del estrado, aún con las vistas atónitos de todos los Dioses. Pero, a ellos no les importa en lo absoluto.
- Vayámonos. Juntos haremos un nuevo paraíso. »
- Adán...
Volvió a acostarse en el suelo, y se acercó a Adán hasta chocar sus cuerpos. Tomó las hojas de palmera y las extendió para cubrir a ambos; además, ya que ella era un poco más alta, decidió envolver a Adán entre sus brazos y puso la cabeza suya entre sus pechos.
Adán respondió involuntariamente; de igual manera extendió sus brazos para abrazarla de la cintura y movió su cabeza un poco al sentirla entre un par suave; Eva sonrió y con una mano tomó la cabellera de su esposo, para rascar su cuero de forma cariñosa y mimosa.
- Adán... has hecho todo por mi. No tenías que estar aquí en este exilio conmigo, pero decidiste hacerlo. Dijiste que me cuidarás de los malos... y qué estarás conmigo aún si no te puedo tocar... Porque me amas.
Tomó la barbilla de la cabeza dormida de Adán para levantarla hasta la suya; le miró fijamente unos momentos antes de acercarla con un suave y delicado agarre, y darle otro beso
El tercer beso de Adán y Eva. Esta vez, un secreto atrevimiento de Eva.
Tal vez por inercia, inconsciente o fingía estar dormido, sintió que los labios de su amado se movieron entre los suyos para conectar se manera perfecta, como 2 mitades de la misma naranja. Eva no se quejó ni verificó que Adán estuviera dormido; solo disfrutó el momento.
Dentro de ella, una parte de su corazón le exigió a ella tomar iniciativa de darle un beso; algo como egoísmo u orgullo femenino, pero no lo hizo por eso. Eva le estaba dando ese beso... como un profundo gesto de agradecimiento.
Agradecimiento por tener a Adán a su lado, quien renunció a todas las riquezas solo por estar con ella; desafió a los grandes y poderosos solo por estar con ella; ignoró un pecado suyo solo para estar con ella. Se sintió el ser más afortunado en el cosmos.
« Muchas gracias Adán... Muchas gracias, porque estas conmigo y estarás conmigo por siempre. En cambio, yo te corresponderé y estaré contigo por siempre. Yo... cumpliré tus deseos Adán. Solo pídemelo... »
En cuanto la respiración empezó a faltar, Eva se separó de los labios de Adán y de su rostro para mirarle.
Pero por acto involuntario Adán se separó de sus manos y volvió a sumergirse en los pechos de su amada, tomándola por sorpresa; al mismo tiempo una ráfaga de frío golpeó su piel y la erizó por completo. En conjunto, Adán sintió todo eso y entre sueños murmuró sus sensaciones.
- Ovejita... suave... y eriza...
Eva se sorprendió en gran manera de esa comparación, tanto que se sonrojó más que en toda su vida. Pero su respuesta fue reír con diversión en voz baja, para después volver a meter su mano en la cabellera del humano y mimarle con cuidado.
- Si, mi Adán... Duerme cálido en tu ovejita ♡
...
A la mañana siguiente, ambos habían cambiado de posturas de sueño: aunque estaban bajo las mismas hojas de palmeras, ahora estaban físicamente separados el uno del otro. Sus constantes movimientos nocturnos les hicieron tomar posturas separadas.
Adán fue el primero en despertarse; se irguió y se llevó una mano a la cabeza para evitar los rayos solares matutinos.
« Ha vuelto a salir el sol. »
Adán bostezo en voz baja para evitar despertar a Eva. Y al poco tiempo sintió una sensación extraña en la piel de su rostro, por lo que se llevó una mano a la cara por un momento.
« Recuerdo haber sentido... algo cómodo, cálido, húmedo y suave en mi rostro. Pero por un momento se erizó y volvió frío. »
El oasis afuera aun estaba tan completo e intacto como el día que llegaron allí; se giró en su sitio para ahora mirar a Eva.
Extendió su mano, y con las puntas y yemas de sus dedos acarició delicadamente la mejilla de su amada; entre sueños ella respondió con una sonrisa, que le agitó el corazón a Adán.
Se levantó de su sitio, y con calma caminó al exterior.
- Voy a buscar tu comida... mi esposa, mi amor... mi Eva...
...
He aquí el cuarto one-shot especial de San Valentín (casi 2 semanas después del anterior xdn't).
Pido disculpas por el retraso, ya que estuve muy ocupado con los demás proyectos. Además, quería contar una historia pequeña y no muy relevante en cuanto a trama (me estoy guardando otros momentos bellos como este, pero con más importancia, para los flashback de Eva cuando le toque vergiarse a un Dios.)
Este fue un capítulo muy sencillo y muy corto, pero debo decir que el resultado fue más emocionante y romántico de lo que esperaba.
Si tienen ideas, parecidas a esto para el quinto y último ship, pueden ir a los resultados del sorteo de San Valentín y escribirlo en la sección de comentarios, para que los lea y tome inspiración :3
Sin más que decir... ¡Los leo en el siguiente one-shot!
♡ 15/marzo/2022 ♡
ASFD
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