Especial de San Valentín - 3

Jack × Nut ♡

...

« ¿Por qué tengo que hacer esto?… »

Nut salió del callejón para adentrarse en la masa de humanos, que transitaban las calles de Londres, a finales del siglo XIX.

Pero... ¿Cómo gue que la Diosa egipcia del cielo está caminando entre humanos?

El contexto implicaría hablar de una larga y hermosa amistad entrañable, con sacrificios que cada parte estaría dispuesto a hacer por la otra. Una historia de amor y pasión, al mismo tiempo con una terrible injusticia y la aparición de un enemigo inesperado que podría terminar con una bella historia de hermanas...

- ¡Jaja! ¡Perdiste la apuesta, Nut-chan! ¡Te toca cumplir mi deseo!

De hecho, no es un contexto tan grande. Solo fue una apuesta que ganó Deví sobre Nut. No importa hablar de la apuesta; solo importa saber la perfección del cielo perdió. Terrible.

Deví, como castigo, decidió mandar a Nut a tener vacaciones en la tierra de los "humanos", ¿Por qué?

Aunque Nut ya tenía vacaciones en el viaje de los Primigenios, la Diosa hindú pudo sentir a su mejor amiga muy dispersa en sus pensamientos. Algo dentro de ella le dijo seguía recordando sus últimos días en Egipto... Esos días que fueron fugaz y falsamente felices.

Asi que la hindú preparó para la egipcia un viaje temporal con esos mortales; esto para que Nut tuviera un tiempo fuera de todo lo relacionado con Dioses y a música pudiera olvidar esos eventos tan desgarradores en la historia de su mejor amiga...

Además, escuchó que los humanos son buenos haciendo comida. Se le antojó un pan hecho por humanos y aprovechó a Nut para cumplir su deseo sin salir de casa.

Nut no los conocía directamente, pero Quetzalcóatl, Viracocha y Enki le explicaron a la pequeña egipcia todo lo que debía saber de los humanos. Y, por supuesto, el afán de estos Dioses con los humanos atiborró a Nut con demasiada información que apenas pudo procesar.

Y preparada, la egipcia viajó al mundo de los humanos. Un viaje largo y cansado, puesto que su medio de transporte había muerto eones atrás.

Llegó a esa ciudad llamada Londres, en un año apodado siglo XIX. Mediante su magia estelar, cambió su apariencia física para que los humanos normales (si es que hubiera alguno especial) la vieran como una de ellos.

Específicamente, tomó apariencia similar a una mujer que vio que usaba un vestido con prominente escote y abría la falda para mostrar la pierna. Lo que se le hizo extraño fue verla beber alcohol en una esquina.

Así fue que Nut terminó caminando en las calles de Londres del siglo XIX.

« Tonta Deví… » pensó muy enfadada, caminando con dificultades por su baja estatura « ¿Por qué creyó que era buena idea mandarme aquí? No necesito "descansar" en un lugar sucio como este. Y si tanto quiere ese "pan"… ¡Me hubiera mandado a un sitio más perfecto! »

Cruzó la calle y llegó a una esquina, donde un adulto tenía una especie de tubo cúrveo de madera que expulsaba humo. Se acercó y aclarando su garganta habló hacia él.

- Humano, ¿Dónde puedo encontrar "pan"?

El hombre le miró, y en cuanto vio su vestimenta se emocionó de tal manera que tiró la madera al suelo y se acercó con descaro.

- ¡Preciosa! ¡Qué buen jamón ha caído! - se extendió para tocarla, tomándole un glúteo con una mano - ¿Así que quieres pan? ¿No te gustaría comerte mi pan?

- ¡No me toques, maldita escoria de mierda!

Ella cerró su mano y golpeó al hombre en la quijada, de forma que lo desmayó al instante. Él cayó al suelo y Nut se sacudió el cuerpo con asco, especialmente su glúteo.

- ¡Malditos humanos! ¡Es la quinta vez que una sabandija me toca de esa manera vulgar! ¿¡Qué mierda tienen estos insignificantes en la cabeza!?

En cuanto se terminó de limpiar levantó la mirada. Había un enorme letrero, sobre una ventana y una puerta, en el cual estaba escrita la palabra "BAKERY". Recordó las clases de Enki y lo que vio en las interraciones de los humanos.

« Esa palabra… significa "panadería"... ¡Lo tengo! »

Nut entró al local y un hombre alto de complexión robusta, quien parecía ser el dueño, se quejó en voz alta en cuanto escuchó la puerta cerrarse.

- ¡Otra de ustedes, mujeres! ¡Ya les dije que no! ¡Si no hay dinero, no hay pan! ¡Lárgate de aquí!

Nut se enfadó en cuanto le oyó esas palabras.

- ¡Hey! ¡No te atrevas a hablarme así, maldita escoria!

El hombre se giró y Nut pudo verle nuevos detalles: un bigote en su rostro, un pañuelo alrededor del cuello y un delantal sobre la parte inferior del cuerpo.

Y los ojos de Nut, aquellos ojos que buscan la perfección y escudriñan el interior de cualquier ser vivo, pudieron ver flotar en el humano una gama de emociones: superioridad, arrogancia, hipocresía e individualismo.

« Esas emociones... Es todo lo que he visto en estos mortales. Es lo mismo en todos ustedes... »

- Oh... - el hombre se sorprendió mucho al verla - Tú... No te había visto antes.

- ¿Si? - Nut no le dio importancia al comentario.

- Por supuesto. Eres más baja que el resto.

Pero a ese le dio importancia.

- ¿Qué te importa mi estatura, humano?

- ¡Disculpe la actitud, "señorita"! - respondió con sarcasmo para luego hablar seriamente - Pero las condiciones son las mismas... ¡Sin dinero, no hay pan!

- Dinero...

Nut recordó que le habían comentado que los humanos vivían en ese sistema primitivo de posesiones. Mientras tanto, el humano seguía devorando con la mirada a la pequeña Diosa.

- Eres muy baja, comparada con las otras chicas. Tienes mucho cabello, creo que incluso hay más cabello que tú. Y tus ojos... un dorado que nunca había visto. De verdad que eres una mujer... muy hermosa...

Las palabras eran bonitas. Pero sus intenciones estaban siendo descubiertas por la mirada de Nut: mucha lujuria y perversión. Eso le enfadó.

- ¿Así que todo lo que necesitas es dinero? ¿Cuánto dinero?

- Bueno... dependiendo el tipo de pan o... el tipo de mujer. A ti podría hacerte una excepción...

Ella ya estaba perdiendo la paciencia; quería golpearlo. Además, ya había enfrentado muchos como él en lo que llevaba del día; uno más aumentaría su récord. El hombre se acercó con lujuria, Nut apretó el puño y justo cuando el momento decisivo llegaba...

Un golpe lejano, y al mismo tiempo cerca; se oyó lo que parecía ser un golpe al otro lado de las paredes de la panadería. El hombre, en cuanto lo escuchó, su faceta cambió por una expresión de enojo.

- Ese maldito niño... ¡Otra vez hurgando aquí!

- ¿Niño...? - la declaración le confundió.

« Lo he visto por mucho tiempo, pero mis ojos no han hallado en su interior indicios que tenga un hijo. Debe referirse a un niño ajeno a él... Sea cual sea el caso, puedo largarme de aquí ahora. »

- Entonces, volveré con el dinero necesario para comprar pan.

- ¿Eh?... - cambió su actitud mientras se dirigía a la parte trasera del local - ¡Si, si! Eres bienvenida cualquier día a mi humilde tienda. Por ahora, debo atender asuntos-

- No me importa.

Sin esperar que temrinara de hablar, Nut se dio la vuelta y salió del local.

La Diosa se quedó unos momentos fuera de la puerta, mirando la ciudad desde su baja perspectiva como una pequeña niña. Suspiró con pesadez, mientras sus ojos veían en cada humano que pasaba cosas parecidas.

Emociones oscuras e historias malvadas que formaban una galería de imágenes: asesinos, ladrones, mentirosos, embusteros, corruptos, prostitutas, estafadores, locos, etc. Un horrible escenario de humanos.

- Es lo mismo... Estos humanos solo piensan en sus intereses; engañan, pervierten, matan y se hacen llamar superiores. No son dignos de vivir... pero no me ensuciaré matando a estas escorias. Se matarán entre ellos.

Agachó la mirada y empezó a caminar por la calle, llegando a un callejón que conectaba con la panadería que acababa de visitar.

- Hablaré con Quetzalcóatl, Enki y ellos. No creo que sea buena su vista, para creer que hay algo bueno en estos sacos de carne...

- ¡Y no regresemos aquí, maldito mocoso!

El grito llamó su atención.

Giró la mirada al callejón y vio cómo el hombre de la panadería, con quien había hablado hace un momento, pateó a un pequeño niño en su estómago. Ella se sorprendió un poco, pero siguió viendo con indiferencia.

El chico giró en el suelo hasta chocar en los pies de Nut. Su cabeza se golpeó con el suelo y quedó boca arriba; así fue como el chico y la Diosa cruzaron miradas por primera vez.

Ese chico era nada menos que Jack. Unos cuantos años más tarde lo conocerían como "Jack el Destripador".

- ¡Hey! - el panadero vio a Nut, que le asustó - ¡Usted! ¡S-Sigue aquí!

Ella alzó la vista con indiferencia. Pero sus ojos, que antes estaban apagados, ahora dibujaron rencor divino en contra del hombre.

- ¿Qué estás haciendo, humano?

- ¿Eh? ¡Este niño está robando mi mercancía! - el hombre exclamó muy molesto, mientras caminaba hacia ambos - ¡Está aprovechándose que no estaba en la tienda para robar, como la rata que es!

- ¡E-Eso no es cierto! - Jack se levantó, llevándose una mano al estómago por el dolor del golpe.

- ¡Tú... Cállate! - el panadero se acercó y extendió el puño para golpear al chico.

Sin embargo, Nut extendió su mano con elegancia y usando la suavidad de las yemas de dos dedos detuvo en seco el puño. El panadero se sorprendió de la extraordinaria rapidez y fuerza de la mujer, mientras ella empezó a hablar.

- ¿Robar tu mercancía? ¿Estos contenedores son tu mercancía?

- ¿Eh?

- Solo eres una basura frente a mi. Pero incluso la basura no es tonta, ¿O si? - con su otra mano apuntó al chico, señalando la bolsa que cargaba - De ese lugar emana un olor putrefacto, parecido a ti. Pero, tal vez un poco mejor que tú.

- ¿Eh? ¿De qué está-?

- Ese olor también emana de esos contenedores - cambió su dedo y señaló los botes del callejón - Por deducción, diría que este gusanito tiene "la mercancia" de los contenedores en su bolsa. Y si no soy tonta, también diría que esa "mercancía" no es más que basura. Así que... ¿Te atreviste a vender, a una Diosa como yo, basura?

Los ojos dorados de Nut rebosaron en ira divina. Tanto Jack como el panadero se sintieron aterrados por esa emoción tan profunda; el hombre se abrumó cómo nunca lo había sentido en su vida, y de inmediato se puso de rodillas mientras lloraba.

- ¡Por favor, piedad! ¡No sé quién sea, pero veo que es mucho más que una simple prostituta! ¡Le pido que tenga piedad de mi-!

- ¿Pros...tituta...? - esa declaración derramó el vaso de Nut; su cabello se erizó y  estuvo a punto de deshacer su forma humana - ¿¡Cómo te atreviste a llamarme... ¡Maldita mierda...!!?

- ¡Señora!

El grito de Jack fue tal que desvió la atención de Nut; se acercó para tomar las orillas de su vestido y poder mirarla, a pesar de sus repulsivas emociones, más de cerca.

Jack tenía sus ojos fijos en ella; una mirada que reflejaba sentir miedo, pero también admiración hacia ella y... empatía hacia el panadero.

- No le haga nada a este señor, por favor. - Jack suplicó con voz tartamuda - Este hombre tiene una familia que alimentar. Su familia estará triste si algo le pasa... Por favor. No le haga daño.

Los ojos de Nut se abrieron en gran manera. En búsqueda de la perfección... percibió algo nuevo hasta ese momento.

« ¿Eh? ¿Qué es esto que veo? »

Una gota de agua cayó sobre su cabellera, sacándola de sus pensamientos. Una segunda en el suelo, una tercera en el contenedor, y rápidamente una llovizna mojó el escenario y a los 3 protagonistas. Fuera del callejón se hicieron presentes los pasos apresurados de hombres, mujeres y niños buscando refugiarse de la lluvia, pero los 3 en el callejón estaban sin movimiento.

Nut estaba atónita, pero no se hizo esperar. En cuanto subió la intensidad de la lluvia, con un golpe rápido y leve se quitó la mano del chico en ella y avanzó rápidamente para salir del callejón.

Jack empezó a seguirla, pero el panadero le tomó de la bolsa para detenerlo.

- ¡Chico! ¡G-Gracias! ¡De verdad gracias! - Aún en la lluvia, las lágrimas del panadero eran visibles - ¡Me has salvado la vida! ¡A partir de hoy, podrás tomar todo el pan que quieras!

- ¿Eh? ¡G-Gracias señor...! - el chico se quitó las manos del panadero con delicadeza - Lo siento, pero debo irme.

El chico corrió y salió del callejón. La lluvia aumentó con mucha rapidez, hasta crear una niebla que ocultaba todo a la vista. Pero ese chico podía usar su ojo especial para encontrar a esa mujer.

De hecho, no fue difícil puesto que era la única persona caminando en la calle, con un paraguas sobre su cabeza. En cuanto la identificó, corrió a ella con mucha más rapidez para evitar que escapase.

- ¡Oiga! - el sonido de la lluvia ahogaba sus gritos, pero ella pudo percibirlos; así lo indicó el cómo giró ligeramente su cabeza mientras seguía avanzando - ¡Señora! ¡Por favor, deténgase!

- Hmm. Eres ese gusanito de antes, ¿Qué quieres de mi?

- ¿Gusanito? ¿Por qué me llama gusanito?

Nut ignoró la pregunta mientras seguía avanzando. Jack le alcanzó y trató de entrar al espacio bajo el paraguas, pero ella se hacía a un lado para esquivar al chico. Él la seguía persiguiendo y Nut se movía de lado a lado, mientras pensaba en el fracaso de ese día.

« Tuve quintillizos en mi vientre... Derroté y casi maté al estúpido de Ra... He viajado por el cosmos y he acabado con monstruos que devorarían este planeta de un bocado... ¿Y mi "prueba final" es lidiar con este insecto y un maldito pedazo de pan? »

- ¡Oiga, por favor, déjeme entrar bajo su sombrilla!

- ... No quiero.

- ¡Hace mucho frío! ¡La lluvia me está mojando!

- ... No quiero.

Después de un tiempo en que le seguía persiguiendo, la Diosa se fastidió por completo. Se detuvo en seco y agachó la mirada, sorprendiendo a Jack.

- ¿Eh? ¿Qué pasa?

- ¿Qué quieres, maldita sea?

Levantó la cabeza, y con sus fríos ojos dorados miró a Jack: su cabello plateado, rostro pequeño, y ojos policromáticos, siendo uno azul oscuro como sus vestidos y el otro rojo como la sangre. Una combinación extraña, pero... De alguna forma, le gustó a la Diosa.

Sus ojos siguieron deleitándose con la combinación en el chico, pero sus palabras transmitían otro sentimiento.

- ¿Y bien? ¿Qué mierda quieres?

- Yo... quiero estar bajo la sombra... De su sombrilla... - Jack se acercó y a su vez Nut dio un paso atrás.

- ¡No, maldita sea! Quiero saber qué quieres para que me sigas... Tuviste que haber desaparecido de aquí desde que empezó a llover, ¿Por qué rayos me estás persiguiendo? ¿Qué quieres de mi, gusanito?

Jack entonces entendió. Respiró con firmeza y le respondió a la mujer con educación y admiración.

- Vine hasta aquí porque quiero darle las gracias.

- ¿Eh? ¿Gracias?

- En ese callejón usted me ayudó de ese panadero. Siempre he salido lastimado cuando buscó en comida en basura, y usted evitó que me hiciera más-

- No te confundas - Nut interrumpió casi de inmediato - No soy una heroína que te salvó porque algún estúpido ideal de justicia. Esa escoria ya me estaba fastidiando, y la hubiera matado si no hubieras intervenido. No lo hice por ti, así que no te ilusiones conmigo.

- ¡De todas formas, quiero darle las gracias! ¡Muchas gracias a usted, hermosa señora, estoy salvo!

Nut se sintió muy sorprendida en gran manera.

Sus ojos, en búsqueda de la perfección, ya habían mirado a Jack durante un periodo de tiempo; por ello pudieron descifrar gana parte de la vida del niño:

Sexto hijo de una madre prostituta, quien había abortado a los primeros 5. Vivía en un burdel y sus únicas amigas eran las prostitutas del lugar, en especial una chica de nombre Anne (entonces Nut entendió que la vestimenta que escogió era de una prostituta, y por eso le habían tratado como tal).

Todos los días, Jack salía en busca de comida. No tenía dinero por lo que recurría ñ a hurgar en la basura, ser golpeado por jefes de negocios como el panadero, agredido y maltratado por toda la gente que le encontraba.

Pero... a pesar de eso, Jack estaba de pie a mitad la lluvia solo para darle las gracias. Con una... Una sonrisa.

- ... ¿Por qué?

Por primera vez, Nut estaba frente una situación que su mente divina no podía concebir ni comprender.

- ¿Eh?

- Tu... no eres más que un pequeño insecto... Tienes una muy mala vida; todos los días estás al borde de la muerte solo para conseguir unos pedazos de mierda que llevarte a la boca; vives en un lugar horrible y sucio... Deberías ser un humano miserable por no poder cumplir su naturaleza egoísta, pero... Estás aquí, agradeciéndome salvar a quien te pateó... No lo entiendo... ¿Cómo puedes hacerlo? ¿Cómo puedes ser feliz? ¿Por qué sonríes si eres miserable?

El chico abrió los ojos con sorpresa. Sin embargo, no era la primera ni seria la última vez que alguien le hacía esa pregunta.

Negó con su cabeza y volvió a mirarla, con esa dulce mirada suya que la admiraba y respetaba.

- Se equivoca. No soy miserable, hermosa señora.

- ¿Eh?

- Yo soy la persona más feliz de este mundo.

El chico sonrió de oreja a oreja con mucha alegría.

- Soy feliz porque... No importa si vivo en un lugar como este, siempre y cuando pueda tener el precioso color del amor.

- ¿Color... Del amor?

- Por eso puedo ser feliz... Y creo que usted debería intentarlo...

Ella se sorprendió más todavía. Pero, para el chico no era una sorpresa...

Con su ojo especial para ver las emociones, Jack pudo ver no sólo los colores de ella, sino que percibió su verdadera naturaleza como Diosa; un espectáculo diferente al de un humano. Colores verdaderamente divinos que se quedarían grabados en lo más profundo de su memoria.

Y Jack no vio ningún color de superioridad, arrogancia, odio, rencor, venganza... Al contrario y por desgracia, el espectáculo visual era deprimente. Los colores de Nut reflejaban su tristeza, angustia y el gran dolor que ocultaba su corazón. Lo único hermoso era que provenían de un Dios; pero... eran los colores más deprimentes que hubiera visto en su vida.

La Diosa agachó la mirada; sus ojos se volvieron aterradoramente sombríos con ese comentario, y se limitó a mirar a Jack con...

¿Odio?... ¿O dolor?

- No me conoces. Y no me vuelvas dirigir la palabra, basura.

Sin esperar, Nut se dio la vuelta y continuó su camino en solitario.

Jack quería seguirla, pero no lo hizo porque supo que no sería prudente. Solo se quedó bajo la lluvia, viendo como esos colores divinos tan oscuros desaparecían en la tormenta.

Y con ellos esa tan hermosa y divina mujer que... podría rivalizar con su madre.

...

- ¿Me traes otra vez ese dulce pan, Nut-chan?

- ... Cómo sea.

- ¡Muchas gracias!

La Diosa egipcia decidió quedarse un tiempo más en Londres.

Después de cambiar esa errónea vestimenta de prostituta por ropa de una mujer millonaria que vio al día siguiente, se dio cuenta de la comodidad y cambio de percepción de alrededor, y decidió dar una segunda oportunidad al mundo.

A decir verdad, la vida como humana le empezó a gustar. Con su poder infinito estelar vivía como quería sin esfuerzo extra; era como un sueño, aunque hacia lo mismo como Primigenia. La única diferencia era que estar lejos de los Dioses le permitía no pensar en esas heridas triste... La final, el propósito de Deví se cumplió.

Los Primigenios pasaban a saludarla en ocasiones; Deví era muy caprichosa, por lo que siempre que veía a su amiga se le ocurría un nuevo antojo del mundo humano. Algunos Nut los cumplía; algunos estaban fuera de su alcance, en cuestión de geografía y tiempo; y otros no los cumplía porque no quería.

Después de atender la llamada de Deví, una gota de agua cayó sobre su cabeza. Supo lo que iba a ocurrir a continuación.

- Otra lluvia.

Tomó el Bastón del Cielo, su poderosa arma divina, y la convirtió en un paraguas sobre su cabeza, mientras a su alrededor los humanos corrían a refugiarse. Ella no quería ir a casa todavía; salió para dar un paseo y eso era lo que haría sin importar la lluvia.

Siguió caminando por la calle, con calma mientras miraba a todos lados. Su mente actuó con rapidez y recordó una escena muy parecida... más bien, muy exacta.

« Esta es... es la misma calle donde caminé hace muchos días, bajo una lluvia muy parecida… Cuando conocí a ese gusanito. »

Esa fue la primera y última vez que había visto a Jack, que al parecer entendió lo que le advirtió. Aunque a veces lo veía caminar entre las masas de gente, o tal vez los niños que veía tenían mucho parecido.

De alguna forma, Nut se asintió nostálgica.

« ¿Qué habrá sido de ese gusanito? ¿Seguirá siendo… feliz? »

Sin darse cuenta, Nut terminó adentro de un callejón. Sus ojos regresaron a la realidad y se sorprendió, y de inmediato se dio media vuelta para salir advierte continúa su camino, pero una segunda cosa inesperada sucedió.

Frente a ella estaba un humano. De pie, sus ropas bañadas en un líquido oscuro que a pesar de la lluvia no se diluían, un sombrero grande sobre su cabeza, respiración agitada y sosteniendo un cuchillo con ese mismo líquido oscuro chorreando.

Nut se sorprendió todavía más, casi se asustó, y cuando menos lo esperaba ese humano saltó sobre ella.

Movió su cuchillo de lado a lado con terrible agresividad, y ella pudo darse cuenta que tenía claras intenciones de hacerle daño, y conforme más atacaba pudo confirmar que quería matarla. Sin embargo, para ella no era nada: la velocidad con que se movía para atacar era poco comparada con sus habilidades divinas, sin mencionar que su cuerpo de Diosa era inmune a ese cuchillo.

Solo necesitaba verlo el suficiente tiempo para que, sus ojos en búsqueda de la perfección, descifraran el comportamiento de ese humano y puediera predecir sus ataques. Pero, cuando Nut fijo sus ojos para escudriñar en él, se llevó una tercera sorpresa.

El cuchillo pasó sobre sus ropas provocando un corte transversal que prácticamente dejó expuesto su cuerpo desnudo. Nut trató de alejarse caminando hacia atrás, pero su espalda chocó con pared; de su mano cayó el paraguas y el humano tuvo el momenro perfecto para matarla.

Se arrojó de nuevo sobre ella, levantó el cuchillo con sus intenciones malvadas y la hoja se acercó hacia el rostro de la mujer para desfigurarla. Y...

El arma se hizo pedazos al contacto con su piel.

Él se sorprendió y asustó en gran manera, pero ya no era tiempo para a preguntas sino para a escapar del intento de escena. Se dio la vuelta dispuesto a correr, pero la mano de Nut le sujetó el brazo con un agarre ya fuerza demasiado grandes.

Trató de liberarse varias veces, y mientras se retorcía Nut levantó la vista para mirarlo cara a cara, hasta identificarlo correctamente.

- ¡Tú! ¡Gusanito!

Ese hombre, en realidad chico, era Jack el "gusanito".

Jack se quedó estático, pues hace tiempo no escuchaba ese apodo. Le miró y entre el nuevo peinado y maquillaje que ella usaba pudo reconocerla.

- Es... ¡Es usted, señora! - Jack sintió miedo por lo que se esforzó más para escapar - ¡Lo siento mucho, hermosa señora!

Al momento había recordado cuando ella estuvo a punto de matar al panadero, por lo que se removió con más intensidad para Huitzilopochtli. Pero, el agarre de Nut era perfecto; sin importar cuánto se retorciera no podría liberarse.

Nut se levantó para aferrar mejor al chico, y entonces su vestido terminó de abrirse para dejar expuesto su pecho, hombros y vientre; en medio de sus forcejeos, Jack miró cuando cayó su ropa.

Y a pesar que era un chico, no pudo más que ser hipnotizado por la divinidad en su figura: caderas anchas y redondas, vientre plano, cintura que subía con una curva delineada, pechos grandes y proporcionales con la estatura, huesos apenas visibles, hombros desnudos y brillantes; además del rostro pequeño y sereno, cabello largo que sirvió para ocultar su cuerpo desnudo... Cada parte de ella anunciaba que era una Diosa con una hermosura imposible de alcanzar.

Nut se dio cuenta de su condición, y sin sentir vergüenza pero si frío por la lluvia levantó su otra mano y uso magia estelar para reparar el vestido y cubrirse, aunque eso terminó con su magia de cambio físico y reveló su verdadera apariencia ante Jack, que quedó todavía más sorprendido por lo que cayó de espaldas.

- Usted...

- Supongo que ya lo sabías. - Fue lo único que dijo Nut, mientras el agua caía y rodaba por su cuerpo - Si pudiste ver mis emociones... también pudiste ver que no soy humana.

El chico se quedó en silencio, asustado y confundido. Sin soltar su agarre, Nut se agachó para mirarle fijamente, de modo que sus ojos pudiera descubrir lo que Jack le pudiera ocultar.

- Qué... ¿Qué te pasó, gusanito?

- Me paso que... que usted tuvo razón...

Sus ojos se petrificaron ante esas escenas. La madre de Jack en el suelo mientras miraba es periódico... Los gritos eufóricos revelando la desgarradora verdad... Los colores del odio siendo removidos por el miedo... Un cuchillo destruyendo la garganta para después pintar todo de miedo y carmesí... Y el segundo asesinato, de su posible padre...

- El color del amor que había visto en mi madre no era más que un color falso... Todo este tiempo, esa felicidad fue falsa...

La Diosa estaba atónita; por segunda vez en su vida, no pudo entender por qué ocurrió eso a un humano tan inocente... Sin embargo, su mente siguió trabajando para relacionarlo con alguien en especial.

- Pero... ahora lo entiendo. - Jack extendió su mano libre hacia el paraguas de la mujer - El único color verdadero es el miedo... Así pude limpiar a mi madre, y ahora también puedo hacerlo con usted. Le pido disculpas, hermosa señora, pero... debo limpiar su alma.

Jack tomó la punta del paraguas, pero Nut no lo permitió. Arrastró al chico hacia ella con sorpresa repentina de forma que no tomó el objeto con firmeza; Jack se preocupó, porque no tenía espacio ni tiempo para actuar. Estaba a merced de la mujer que no era humana, y solo pudo abrir sus ojos esperando lo peor...

... O no.

Nut aferró al chico en sus brazos y lo encerró en ellos para cerrar un abrazo. No uso su fuerza para herirlo, pero la suficiente para no dejarlo ir. El chico terminó pegado al cuerpo de la mujer, con su cabeza a la par que la de ella por sus similares estaturas.

El chico estaba muy atónito. Confundido y sorprendido.

- ¿Eh? ¿Señora...?

- Lo último que te dije fue que no me conocías, pero... por desgracia ahora me conoces. Ya sabes porque tengo estos colores.

El chico no entendió hasta que recordó la última imagen que tenía de ella. A pesar de su extraordinaria belleza física, muchos tristes colores inundaban su alma, y pudo entender entonces.

- Tú perdiste a tu madre y yo perdí a mi esposo y mis hijos. Ambos fuimos traicionados cuando más necesitábamos su amor.

- ¿Usted...? - unas pequeñas lágrimas salieron de los ojos del chico - Lo siento mucho, hermosa señora. No sé que estuve a punto de hacer... Lo siento.

- No, gusanito.

Levantó una mano para tomar el sombrero de Jack y tirarlo al suelo de un movimiento. Nut pudo recordar por lo que pasó después de "su" momento y sintió una emoción que nunca había necesitado en su vida.

- No creo que sea correcto de decir, pero...

Por primera vez, Nut sintió envidia de un humano.

- Me hubiera gustado alguien... que haya pasado lo mismo que yo... para darme este abrazo.

Ambos se fundieron en un pequeño y bello espacio de tiempo.

Ya no eran 2 razas distintos. Ni un humano de Londres que en un futuro sería conocido como el más vil y misterioso asesino en la historia. Ni la Diosa egipcia del cielo, madre de 5 Dioses incluida la Trinidad principal de Egipto.

Solo eran un par de corazones rotos que se encontraron en el momento adecuado.

La deidad se separó de Jack, levantó la mano y el paraguas flotó en el aire hasta llegar a la mano de Nut. Levantó el artefacto, y cubrió a ambos de la lluvia que ya los había empapado por completo.

Y Nut le dedicó una sonrisa a Jack, una de sus sonrisas que hace una eternidad había dejado de hacer.

- Vámonos gusanito. - Nut le extendió una mano a Jack - Hace mucho frío aquí y ambos estamos mojados.

- ¿Eh? ¿A dónde iremos?

- A mi casa. Te secaré, te daré una mejor ropa, una buena comida y... - Nut pensó sus palabras, para al final negar con su cabeza - No lo sé. Lo que sea que pase después.

Jack dudó, pero al final decidió acceder a las palabras de la Diosa. La tomó de la mano, y pudo notar con su ojo especial que los colores de tristeza en ella se diluían lentamente, hasta convertirse en un bello color de empatía.

Nut tomó al chico del hombro para pegarlo junto a ella; uno de sus mechones de cabello aún seco flotó en el aire y se enredó en el cuello de Jack para crear una bufanda, y ambos caminaron en silencio para salir del callejón y después transitar juntos en la calle.

Solo ellos 2. Era todo lo que necesitaban...

...

- ¿Eh? ¿Qué fue eso...?

Jack abrió sus ojos con agitación y miró a su alrededor. Estaba en el mismo callejón donde había llegado después de... De haber matado a su madre la noche anterior.

Pero algo se sentía diferente... ¿Eso ocurrió la noche anterior? ¿O por qué sentía que había pasado mucho tiempo? ¿Por qué sentía que habían pasado muchos días desde la ultima vez que estuvo ahí?

Se miró al cuerpo; se dio cuenta de que su ropa estaba nueva y limpia. La sangre de su madre y de su padre con que se había bañado ayer ya no estaba. Giró su cabeza y no encontró su cuchillo, vio al otro lado y su sombrero estaba tirado, lejos de su cabeza.

Todo se sentía muy extraño y confuso. Sentía que estaba en otro tiempo, muy distinto al que creía estar... ¿Por qué esa noche anterior parecía ser tan lejana?

- ¿Qué ocurrió... anoche?

Empezó a buscar en su memoria, y de repente su mente se iluminó con imágenes sorprendentes, pero tan extraños que parecían más bien de un sueño que sus memorias.

Una mujer con un vestido largo de color azul oscuro cubierto de puntos blancos, que se asemejaba al cielo nocturno. Figura física muy bella y esculpida, como una estatua perfecta, que despertaba atracción en su joven alma.

Cabellera negra con un degradado morado al medio de su cabello, cubriendo un rostro pequeño y redondo que brillaba con suavidad delicada. Un lunar en el pómulo izquierdo, y un par de ojos dorados con esclerótica negra; una combinación que debería ser aterradora, pero en esa figura femenina con esos ojos lo hacia...

- Una hermosa señora...

Jack se quedó con la imagen residual de esa mujer en su cabeza, y lo único que pudo hacer fue sentir el latir fuerte de su corazón y un sonrojo cubrir sus mejillas juveniles.

De verdad era muy hermosa; mucho más de lo que había visto en cualquier otra mujer, incluida quien alguna vez había considerado su madre. Sin embargo, cuando trató de recordar los colores que había visto su ojo, terminó por concluir que era un sueño:

No recordaba ningún color en sus emociones. Era imposible que pudiera ver a una persona pero no ver sus colores.

- Solo fue un sueño... - Jack suspiró con desilusión - Esa mujer era tan hermosa que... Desearía poder conocerla...

Giró su mirada y se encontró con nuevo artefacto que no había visto hasta ese momento: un paraguas. Negro en su totalidad y de cuero; aunque no era nada de otro mundo, verlo le hizo recordar a la mujer de sus sueños.

Lo tomó con una de sus manos, para apretarlo ligeramente como si fuera un objeto muy preciado. Después, extendió su mano hacia el sombrero tirado en el suelo, para depositarlo sobre su cabeza, y por último se puso de pie para salir del callejón.

Ese sueño había sido muy extraño, pero era tiempo de volver a la realidad. Volver a su labor de limpiar las emociones de la gente, hasta fundir todo en el bello color del miedo.

Era tiempo de volver a su verdadero yo... Jack el Destripador...

...

He aquí el tercer one-shot especial de San Valentín.

En primer lugar, créditos a levi5672 por la idea para este One-shot. Muchas gracias :3 (no es tan igual, pero fue lo que mejor se me ocurrió mientras escribía).

Hasta el momento, este es mi favorito. Me surgieron muchas ideas mientras lo redactaba (por ejemplo, un encuentro entre Nut y Anne, y tal vez uno con Mary); pero al final me decidí por enfocarme en la idea general. Algo solo entre Jack y Nut.

De verdad. Después de escribir esto, tengo que controlar mi lado fangirl que quiere canonizar este romance terapéutico; son demasiado perfectos juntos, y se complementan muy bien... ¡¡Ayúdenme!!

Si tienen ideas, parecidas a esto para los demás ships, pueden ir a los resultados del sorteo de San Valentín y escribirlo en la sección de comentarios, para que los lea y tome inspiración :3

Sin más que decir... ¡Los leo en el siguiente one-shot!

♡ 02/marzo/2022 ♡
ASFD

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