Capítulo 09
Jisung caminaba impaciente por su habitación, debatido si debería de llamarlo o mandarle un mensaje. La rueda de prensa había sido un tanto incómoda a partir de la noticia, pero las preguntas no se hicieron esperar, entre ellas las que más destacaban eran: ¿Por qué tomaste esa decisión? ¿Qué te hizo pensar sobre retirarte? ¿Por quién estás dejando de boxear? Y esa última estaba calando en su mente, ¿Por qué se les había ocurrido preguntar algo como ello? ¿Acaso estarían sospechando algo? Sabía que las tendencias y las redes sociales se estaban volviendo locas por las teorías y conectando cabos, pero no pensaba que la prensa se los podría tomar tan en serio.
Tomando una decisión, desbloqueó su celular y entró a sus mensajes hasta encontrar su contacto anclado, un simple mensaje preguntando si estaba bien podría bastar para calmarse, a lo mejor su novio estaría ocupado después de ello y estaría cansado, no quería presionarlo. Pero tan pronto como su mensaje entró, vió como fue leído y a los pocos segundos una llamada entrante de su novio apareció en la pantalla. No dudó un segundo más antes de contestar.
— Hola, cariño. ¿Cómo estás? ¿Cómo te fue al final de la rueda de prensa? — Caminó por la habitación, mordiendo su pulgarde los nervios.
— Hola, bebé. — Notó de primera el tono apagado de su voz, escuchando atentamente lo que siguió. — Estoy bien en lo que cabe, pero estoy demasiado nervioso. Fueron demasiadas preguntas, más de las que imaginé y muchas que jamás se me ocurrieron, temía decir algo que nos debería. Algunos periodistas se pusieron muy alterados y querían a toda costa que hablara más, por lo que los tuvieron que sacar cuando no querían calmarse. Me sentí asustado por sus reacciones, realmenteno esperaba que pudieran ponerse tan histéricos, tan... no puedo explicarlo, simplemente me dió terror verlos tan fuera de sí por querer más información. — Hizo una pausa, Jisung podía sentir el cansancio que estaba experimentando en ese momento, lo quería abrazar y decirle que estaría bien. — Sabes que soy abierto con la prensa, respondo todo, así que me desconcertó ver qué me exigieran las respuestas que yo no sabía que querían cuando yo sempre trato de ser amable con ellos, a mí me gusta que me traten como yo los trato, no sé me hizo justo nada de lo que hicieron, me siento mal.
— Amor, algunos reporteros y demás que se dedican a ello no miden sus palabras. Además de que quieren pasar por encima de todos con tal de recibir una primicia porque eso es lo que les interesa, esa es su profesión. No dejes qu te afecte esa clase de personas, no te merecen y es la verdad, siempre te muestras muy amable con ellos y lo que recibes de su parte es demasiado horroroso, no es para nada justo.
Minho tomó una bocana de aire, teniendo que saber algo. — ¿Qué han dicho en redes sociales? ¿Has podido ver algo al respecto?
Jisung dudó sobre su respuesta, pero al final contestó. — Lo están tomando como se esperaba, entre la sorpresa y que aún están tratando de procesar la noticia. No te agobies, fue una noticia que nadie esperaba así que solo están tratando de adaptarse a ello; Minho, debes de entender que fue tú decisión, y que con ello tu retiro no significa que te vayas para siempre. No te agobies por lo qué dirán, si estás conforme con ello entonces está bien, lo único que importa aquí eres tú y que estés bien con ello. A ellos jamás se les dará por su gusto, siempre querrán encontrar hasta el más mínimo defecto, así que solo piesa que fue por ti y porque estuviste de acuerdo en ello contigo mismo. Te amo, y así como muchas personas te aman, es que estaremos aquí par apoyarte, tienes una vida además del boxeo, de subir a un ring y ganar trofeos, eres una persona con muchas cualidades y capacidades, así que deben de entender que el boxeo no es tu única puerta para seguir siendo una inspiración. ¿O acaso olvidas cuántas veces te acompañé a tus sesiones de fotos, cómo estuve apoyando en cada nueva oportunidad que se te presentaba?
— Por supuesto que no, amor, y por ello te amo mucho. Siempre saber que decir, muchas gracias por decir todo ello, realmente me tranquiliza. Sé que tienes razón, así que solo pensaré de manera positiva, me enfocaré en mí y en todo lo bueno que me rodea.
— Estoy muy orgulloso de ti, Lee, que nunca se te olvide. Además de que soy tu fan número uno, así que espero que lo tengas muy presente. — Cambió a un tono serio, agravando su voz para sonar molesto, provocando una pequeña risa a su novio.
— Está bien, siempre lo tengo presente.
— Ahora te dejaré descansar, debe de ser muy tarde allá y debes de estar cansado después de todo lo de hoy. Espero puedas descansar y mañana será un mejor día, te deseo mucha suerte.
— Gracias, Sunggie. Suerte para ti también, sé que tienes mucho trabajo que hacer aún, así que te dejo. No puedo esperar para poder vernos nuevamente.
— Aquí te estaré esperando, siempre.
Cuando terminaron de conversar, Jisung se mordió el labio mientras tiraba el celular sobre la cama. Se había sentido mal por mentirle, pero no pensaba que era bueno decirle que en las redes sociales no habían tomado muy bien la noticia, si bien una parte estaba sorprendida y aún asimilando, muchos no entendían que su retiro no significaba que se iría para siempre, por lo que había un sinfín de comentarios exigiéndole que no se retirara y que solo estaba armando un alboroto innecesario. Agradeció que no hubiera entrado a redes sociales, si con la rueda de prensa se encontraba de ese modo, no se imaginaba como estaría de leerlo todo.
— ¿Jisung? Debemos de salir ahora, te espero en el auto en cinco minutos. — Su representante habló sobre la puerta.
— ¡Allá voy! — Gritó, terminando de arreglarse y una vez que comprobó tener todo, salió de la habitación.
Jisung miraba con incredulidad la publicación de las páginas de Minho y su representante, anunciando su primera pelea con el boxeador Cha Eun Woo. Al principio habían tomado bien la noticia de su próxima pelea, pero luego las publicaciones se habían llenado de comentarios malintencionados donde desprestigiaban a su novio, claramente estaba enojado con cada uno de ellos.
Y no fue consciente hasta que asimiló la noticia. Su novio era el único que manejaba su cuenta oficial, si él había entrado para poder contestar la publicación de BangChan significaba que había vuelto a las redes sociales, no dudaba que se pusiera a ver todos aquellos comentarios referente a su retiro. Masajeó sus sienes mientras aún veía su celular, ahora no solo eran comentarios de cuentas que se dedicaban a tirar odio, sino que las redes de notas amarillistas habían comenzado con artículos que difamaban a Minho, haciéndolo ver menos por aquella decisión y, si fuera poco, también se estaban metiendo con su carrera por completo, no solo con los eventos presentes.
Frustrado con todo ello, fue a la conversación con su representante. Sabía sin siquiera comprobarlo que para ese momento Minho ya había visto cosas que no debió de haber visto, inclusive podía jurar verlo en un modo melancólico en su habitación y no podía permitirse siquiera imaginarlo por más tiempo mientras se quedaba ahí. Revisó su agenda y confirmando que tendría los siguientes días libres, fue cuando le mandó mensaje a Seungmin, con la esperanza que pudiera aceptar su petición.
Se negaba a seguirse quedando sin hacer nada mientras su novio estaba solo en otro país, haría lo que fuera para ir detrás suyo en esos momentos que más lo necesitaba.
Minho se encontraba acostado sobre la cama, tamborileando sus dedos sobre su estómago mientras se negaba a ver su celular. Había demasiados comentarios negativos, y aunque también hubiera positivos, no negaría que su atención radicaba en los negativos como un imán. Jisung no contestaba, ni siquiera sus mensajes entraban y se estaba preocupando, se sentía asfixiado en esa habitación de hotel, pero tampoco tenía ánimos de salir.
Estaba por decidirse si salir al balcón por lo menos para tomar aire cuando la puerta de su habitación fue tocada, sorprendiendolo. BangChan no se encontraba en el hotel porque estaba afinando los últimos detalles de su primera pelea, por lo que solo él sería el único que pudiera querer verlo. Extrañado, se levantó para ir a la puerta de entrada, tratando de ver por la mirilla pero no había nadie al otro lado de la puerta.
Miró por un momento la entrada, hasta que volvió a ser tocada. Con cierta intriga, quitó el seguro de la puerta y la abrió, sin esperar encontrarse a Jisung del otro lado con una sonrisa y una maleta a su lado.
— ¿Jisung...? — Cuestionó sin poder creerlo.
— ¡Hola, Minhonnie! — Sonrió, bajandose en cubrebocas para que pudiera verse.
— ¿Qué...? ¿Cómo es que estás aquí? — Abrió por completo la puerta, dejándolo pasar.
Jisung no esperó un segundo más antes de soltar la maleta, cerrar la puerta con su pie y abalanzarse a los brazos del boxeador, desacomodando su gorra en el proceso. Envolvió sus brazos alrededor de su cuello, sintiendo como las manos contrarias se sujetaban a cada costado de sus caderas.
— Quería darte una sorpresa, ¿Lo logré?
— Por supuesto que sí, pero no entiendo, ¿No tienes una agenda muy ocupada igual que la mía? Por eso no me habías acompañado.
— Tengo este fin de semana desocupado por suerte. El domingo me marcho, así que por lo menos tenemos todo el sábado y una parte del domingo. — Acunó su rostro entre sus manos, mirándolo fijamente. — Necesitaba verte, así fuera por un ratito, no me importaba viajar por tantas horas si podría tenerte así de cerca un solo minuto.
Minho cerró los ojos, extasiado por la presencia de su novio. No podía creer que se encontraba frente suyo, se sentía tan irreal que casi se echó a llorar en ese momento, sintiéndose ligeramente aliviado de poder tenerlo ahí.
— Sé que me necesitabas aquí, no podía permitir no venir a verte. ¿Qué te parece si nos sentamos y nos ponemos al corriente? Cuéntame todo lo que sientas, cuéntame absolutamente todo lo que tengas, no te retengas conmigo.
En cuanto Jisung expulsó esas palabras, sintió como Minho se encogió en su lugar, fue cuestión de minutos cuando sus hombros comenzaron a temblar y dejó caer su frente sobre su hombro, abrazándolo con fuerza contra su cuerpo.
— Sh, aquí estoy. — Acarició su cabellera, aferrandose a él. — Ya no tienes que aguantarte nada, te sostengo.
— Jisunggie... — Susurró, apartadose lo suficiente para poder verlo.
— ¿Qué pasa, amor?
— ¿Crees en todo lo que dicen? ¿Crees que mis peleas son así en realidad?
Jisung frunció el ceño, negando rápidamente. — Claro que no, Minho. Escúchame muy bien, aunque si te lo tengo que repetir lo haré sin dudar, pero quiero que lo tengas presente desde ahora. Tú, Les Minho, eres el boxeador más leal y admirable que conozco, si detesto el boxeo y todo ello es porque me tocó ver personas tan prepotentes que suben al ring, personas que manipulan y hacen todo a su favor, pero tú eres la persona más transparente y humilde de todas. ¿Recuerdas las veces que te he visto pelear? En todas ellas me sorprendes porque ganas de manera limpia, no lo haces ver como un boxeo, lo haces ver casi mágico y eso es lo que se te caracteriza. Eres un ser admirable, una persona respetable y solo porque tres personas digan lo contrario no te hace menos, apuesto que ellos no han visto siquiera una pelea tuya, porque ellos no te conocen como yo te conozco y como te veo esforzándote día y noche, entrenando y preocupándote siempre por los demás cuando solo deberías de preocuparte por ti. Te amo porque siempre eres una persona amable y carismática, una persona que siempre muestra sus sentimientos y eso vale más que cualquier cosa. Estoy orgulloso de la persona que eres, y odio verte de este modo dudando de ti mismo solo por personas que te tiran cosas sin sentido mientras se resguardan detrás de una pantalla.
El azabache lo volvió a abrazar, sin poder retener por más tiempo el sollozo que estaba reteniendo en su garganta. Se sentía tan frustrado en esos últimos días que ahora que tenía a Jisung frente suyo y le hacía ver una vez más que lo tenía apoyándolo solo lo hizo querer llorar en agradecimiento, en felicidad y en paz.
— Vamos a descansar, tenemos que seguir hablando sobre todo esto.
Jisung soltó un chillido de sorpresa cuando Minho lo cargó de manera nupcial, haciéndolo ruborizar. Caminó hasta la orilla de la cama y se acostaron juntos, uno frente al otro mientras Jisung acariciaba su rostro y cabellera, haciendo que soltara suspiros cada cierto tiempo.
— ¿Cuándo es tu primera pelea?
— Uh, exactamente en tres semanas, ¿Por qué?
— ¿En dónde será? ¿En qué ciudad?
— Pelearemos en Seúl, nuestras agendas coincidieron por esas fechas allá.
Jisung hizo un conteo mental y sonrió al final. — Te acompañaré a esa pelea, iré a apoyarte.
— Pero se llevará a cabo en un lugar muy público, podrán localizarte fácilmente si vas. No tienes que ir, sabré que me apoyas sin importar dónde estés.
— ¿Y si estoy harto de esconderme? Estás haciendo tanto y yo solo estoy jugando a las escondidas, estoy cansado de verte hacer todo el trabajo. Ahora es mi turno de hacer algo por tí, y decidí en demostrar mi apoyo frente a miles de personas aunque solo me interese que tú me veas.
— Cariño, no tienes que hacer eso... — Fue callado con un casto beso, haciéndolo suspirar en los labios ajenos.
— Si vamos a revelarlo, será mejor que se acoplen a la idea. Estoy cansado que tengamos que sentirnos mal por comentarios de terceros, ahora estoy dispuesto a dejar todo a un lado y solo centrarnos en ser feliz, tú y yo y nadie más.
— ¿Estás seguro de ello? — Jugó con el piercing de su labio, nervioso.
— Ahora es mi turno de hacer algo por tí, solo confía en mí. — Con un beso sobre su frente, lo acunó entre sus brazos, pegando su rostro a la altura de su corazón y cerrando los ojos, por fin sintiéndose en paz al estar con su novio nuevamente.
Todos se podrían ir a la jodida, ahora solo importaban su novio y él, estaba harto de llevar aquella máscara todo el tiempo. Ahora era su momento de demostrarle el mundo la devoción que tenía ante el hombre que descansaba en sus brazos.
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