Extra Charlie

Soltar, dejar ir, aunque doliera. 

Charlie. 

Nunca me había gustado decirle a las personas que hacer, era extraño, después de todo en eso consistiría mi futuro, sería el dueño de una de las mejores empresas del país, ese puesto prácticamente ya tenía mi nombre desde que nací, me habían criado de una forma extremadamente estricta, mi niñez fue rodeado de profesores, instructores y niñeras, muy pocas veces pasaba tiempo con mis padres, pero nunca me quejé, siempre había sido un chico listo, aplicado y curioso, siempre quería saber de todo, tener toda la información y era algo que ellos siempre me habían facilitado, era un poco histérico con el control, siempre manteniendo todo en una perfección, tenía un plan para todo y sobretodo lo tenía a él de mi lado, Dios siempre estaba ahí, acompañándome en cada paso. 


Y un día sucedió, la vi, la conocí y supe que era ella, no podía ser alguien más, creí que Dios me había puesto en el momento exacto, que era donde siempre debía estar, nunca le había temido al compromiso, incluso me emocionaba ya que si algo había visto respecto a ese tema, era el buen equipo que eran mis padres, quería eso, pero con una chispa aún más fuerte, quería amor, cariño, alguien que quisiera estar, quizás me había ilusionado muy rápido, pero no me rendí hasta que finalmente Olivia me había dado el sí, eramos muy jóvenes, pero yo realmente la quería, realmente me imaginaba en un futuro a su lado, no sabía como explicar las sensaciones que tuve, pero cuando su boca rozaba la mía era como si todo a nuestro alrededor desapareciera, no existían los padres exigentes, la presión o tristeza, era como una felicidad que hacía que mi corazón se acelerara, sigo creyendo que eso fue amor, al menos por mi parte sí lo había sido. 

Después de tanto tiempo lo supe, desde un principio Olivia no había sido ella, solo había mostrado todas esas partes que me gustaban, pero su verdadero yo nunca pude alcanzarlo, nunca supe realmente de quien me había enamorado, porque ella había fingido y claro que dolía, seguía haciéndolo en la misma intensidad y me sentía estúpido porque a pesar de todo yo siempre mantuve mi preocupación sobre ella, reprimí mi dolor, lo ignoré y eso solo hizo que se intensificara y todo siempre fue por querer lo mismo, que ella se sintiera bien, que fuera feliz, porque torpemente me había creado la idea de que si ella era feliz, yo también lo sería, aunque no fuera conmigo. 

Creí que aunque no fuéramos una pareja, yo siempre estaría en su vida y había creído que eso era suficiente, pero no era sano, no para mí, no estaba bien y la última noticia fue como el golpe final, me sentía utilizado, sentí como si todo hubiera sido una vil mentira, pero la voz de Camila diciendo la verdad no había dejado de repetirse en mi mente y era real, era totalmente cierto y yo simplemente me había puesto una venda en mis ojos tratando de ignorarlo, rogando porque no fuera verdad, rogando porque al menos una sola persona en este mundo me quisiera en serio, que no fuera una fachada, una mentira, pero al final Olivia había hecho lo que mis padres habían hecho, me había engañado, me había usado y luego me había botado diciendo la verdad a medias. 

Y habían pasado meses, había empezado mi primer año en la universidad y no había dejado de pensarlo, lo más triste aún es que a pesar de todo mi esfuerzo para ser lo que querían estaba solo, no tenía a absolutamente nadie y era injusto, quería llorar, quería gritarle y decirle que al menos tuviera la decencia de cumplir sus promesas, de estar aquí, pero no era lo correcto, no era lo que debía hacer y yo no quería convertirme en una persona así, no con ella, porque después de todo ese era yo, era Charlie Foster el chico bueno, el que comprendía todos, la persona que siempre intentaría a ayudar, a pesar de todo y no quería cambiarlo, porque eso era lo que me hacía fuerte y quería serlo, quería ser un buen hijo, quería ser digno, quería ser amado. 

Así que finalmente dejo de mirar la pantalla de mi celular y le marqué a esa hermosa chica que aún me ponía nervioso, por la que aún sentía tanto, porque era el momento, porque debía hacerlo, porque ambos lo merecíamos, yo merecía respuestas y sobretodo necesitábamos un cierre, un fin, porque definitivamente lo que había pasado tiempo atrás no lo era y estaba listo, sabía que podía hacerlo. 

—¿Olivia? Habla Charlie, me gustaría hablar contigo.

(...) 

No recordaba haber venido a esta cafetería antes, se notaba que era bastante famosa por la zona, era un bonito lugar, estaba nervioso, me había vestido apenas con lo primero que había encontrado y ahora empezaba a creer que mi atuendo no era adecuado y que mi abrigo verde se veía mal en mí, pero ya estaba aquí y ella también, siempre la había podido reconocer a la distancia sin importar lo que utilizara, siempre reconocería eso hombros, su espalda, el color de su cabello, su forma de moverse, había pasado lo suficiente admirándola para saberlo, todo fue muy lento, ella se giró en su asiento, ambos nos vimos a la distancia, si hubiera sido otro momento probablemente hubiera corrido hacía ella para abrazarla, pero ahora simplemente pensar en ese gesto me hacía sentir extraño, así que solo le di una corta sonrisa, me acerqué a la mesa y me senté frente a ella.  

—Hola.—saludó apenas, yo rasqué mi nuca y miré a todas partes menos a ella.—Esto, no se como empezar, Charlie, yo...

—Tranquila, yo tampoco se ni siquiera que decir.—respondí, posé mi mirada en el menú que estaba sobre la mesa fingiendo que me interesaba, pero en realidad no tenía nada de apetito. 

—Es extraño, antes podíamos hablar de lo que fuera y ahora yo solo siento que todo es tan diferente.—confesó y yo asentí. 

—Porque lo es, todo es diferente, Olivia.—le dije, la observé finalmente, ella asintió. 

Había cambiado, tenía leves ondulaciones en su cabello, sus ojos brillaban de una forma tan distinta y sus mejillas estaban sonrojadas, tenía ese lindo brillo labial que siempre había usado, sus manos no dejaban de temblar sobre la mesa y quise tomarlas, tranquilizarla, pero no podía hacerlo, estaba usando una camiseta blanca que recordaba muy bien, la había usado una vez que habíamos salido a comer helado, recuerdo que parte del helado había caído sobre ella, pero en su momento ni siquiera le había importado, recuerdo escucharla reír, ¿Todo eso había sido mentira? ¿Alguna vez se sintió bien a mi lado? 

—Charlie, lo siento, en verdad lo siento.—habló, yo suspiré y asentí.—En verdad lo siento, no era mi intensión, nunca quise hacerte daño, Dios eres un chico increíble...

—Pero lo hiciste, me hiciste daño, Olivia.—Apoyé mis brazos sobre la mesa y sentí un nudo en mi garganta.—Debiste decirlo, debiste decirme todo, yo lo hubiera intentado, hubiera intentando entenderlo, no debí enterarme así. ¿Sabes tan siquiera lo que sentí? ¿Lo que siento? 

Ella abrió su boca dispuesta contestar, pero finalmente se quedo en silencio sin saber que decir y yo me sentía muy mal al verla limpiar una lágrima de su rostro rápidamente, la observe y lo supe, había hecho tanto por ella, incluso sin ser pareja y lo había hecho por algo, Olivia sí era una buena persona, lo sabía, sabía que no quería hacerme daño, sabía que sus disculpas eran sinceras. 

—¿Nunca llegaste a sentir nada por mí, cierto? Y hablo románticamente, se que me quieres, se que antes que nada eramos amigos.

—Charlie yo estaba confundida, no sabía lo que sentía, pero tú eras mi lugar seguro, contigo me sentía bien, quizás hice las cosas mal, no te ame como querías, pero cuando dije que sí fue porque realmente lo quería, quería intentarlo.

—Pero no fue suficiente, no fui suficiente.—murmuré sintiendo mi voz temblar en cada palabra, Olivia negó varias veces con su cabeza y tomó mis manos entre las suyas. 

—No digas eso, sí eres suficiente, más que eso, Charlie, eres un chico increíble y solo mereces lo mejor, vales muchísimo, me importas demasiado y duele saber que yo soy la culpable de que te sientas así.—respondió, sus manos seguían sobre las mías y yo solo quería llorar porque probablemente sería la última vez que sería así.—En verdad lo siento, siento no ser esa chica que esperabas, que creías. 

—Es que creo que sí lo eres, Olivia, pero el problema es que yo no soy esa persona para ti.—Ella soltó un leve sollozo y yo trate de mantenerme tranquilo.—Siempre serás el amor de mi vida y aunque duele no ser el tuyo, está bien, no es tu culpa, Olivia, no lo es. 

—No quiero que sufras.—susurró. 

—En algún momento dejará de doler, cariño y estaré bien.—respondí, le sonreí y ella trató de devolverme el gesto.—Ya soy un adulto, podré con esto, lo superaré y tú también lo harás. 

—¿Eso crees? 

—Sí, mereces amar a quien quieras y no importa lo que digan o hagan los demás, tú debes hacer lo que sea mejor para tu felicidad.—le dije, Olivia asintió y sorbió por su nariz. 

—¿Lucharás por tu felicidad también, Charlie?—preguntó y la pregunta se repitió varias veces en mi mente. 

—Sí, lo intentaré.—dije, Olivia asintió, soltó una de mis manos para limpiar su cara y soltó una leve risita.—Quería decirte algo. 

—Dime. 

—Se fuerte, puede que sientas que tu vida en estos momentos se está derrumbando, se lo importante que ha sido para ti la aprobación de tus padres, lo entiendo más que nadie, pero no vale la pena que detengas tu felicidad o planes por ellos, si ellos no quieren estar en tu vida está bien, muchas personas se irán y otras vendrán, solo disfruta los momentos, no te detengas.—le dije, ella sintió y volvió a llorar aún más.—¿Dije algo malo? 

—¿Por qué siento que esto es una despedida?—pregunto regresando su mano, yo apreté sus manos entre las mías y las observé un gran rato hasta volver a mirarla.—¿Te irás? 

—Es lo mejor, para ambos, pero sobretodo para mí.—murmuré, el agarre de Olivia se hizo debíl y yo le sonreí.—Estoy seguro que nos volveremos a ver algún día y que quizás hasta volvamos a ser amigos, pero ahora... 

—Eso no es posible, lo entiendo.—me interrumpió, apenas sonrío y alzó su mano para tocar mi rostro, no me alejé.—Quiero que te que claro que realmente te quiero, no fue una mentira, no fue de la forma que lo querías, pero muchos de los mejores momentos de mi vida han sido contigo, muchas veces me mostré como realmente era y tú Charlie Foster fuiste la primera persona que me aceptó, con la que no tuve miedo, eres seguro, eres suficiente y siempre te querré. 

—Gracias, en verdad necesitaba esto.—susurré sintiendo tantas emociones, pero a la vez sintiendo un alivio en mi pecho, me levanté alejando mis manos de las suyas, le sonreí.—¿Un último abrazo? 

No tuve ni que repetir la pregunta, Olivia se levantó de su silla y me rodeó con sus brazos, yo hice lo mismo y apoyé mi mentón sobre su hombre, traté de guardar esto en mi mente por siempre, respiré su olor cálido y dulce, acaricié su espalda como siempre lo hacía y finalmente cerré mis ojos dejándome llevar por el momento, quizás duramos más tiempo abrazados de lo normal, pero estaba bien, lo necesitaba, mis sentimientos por ella seguían ahí, seguirían allí quien sabe hasta cuando, seguía doliendo, pero al menos  ya todo estaba dicho y le habíamos dado el final que se merecía, nuestra historia no había sido la más larga, pero ambos merecíamos esto, este adiós, estaría bien y sabía que ella también lo estaría. 

—También siempre te querré, Olivia Myers.—susurré, me solté de su abrazo, nos sonreímos con lágrimas en los ojos y finalmente me alejé, caminé fuera de esa cafetería y le agradecí a Dios porque a pesar de todo, Olivia había sido de lo mejor que me había pasado en la vida. 





























Joder, soy lágrimas, no saben lo que costó escribir esto, pero era lo correcto, Charlie es uno de los personajes más bonitos y de los hombres más buenos que jamás podrían existir, lastimosamente. 

Mi bonito sufre mucho, pero es fuerte y puede con esto. <3 

¿Qué les pareció? 

Gracias por leer y por ser tan bonitos. 

Pd: Pronto publicaré el extra Livi, ni se preocupen por eso. jeje

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