C. Especial
ADVERTENCIA: Este capítulo cuenta con escenas fuertes de TCA, +18 y problemas mentales. No es necesario que lo lean si les perturba o molesta ese tipo de escenas. Love u.
CAPÍTULO ESPECIAL
Dolor, placer, solo para mi.
Susan.
Deberías cuidar más tus uñas.
No dejo de pensar en lo que me dijo Álvaro cuando íbamos en le taxi, subo un escalón tratando de ignorar su comentario, recuerdos de ayer llegan a mi mente, en el receso del almuerzo, había comido todo queriendo demostrarle a Álvaro que estaba bien, que me dejara en paz, cuando fui al baño con Olivia y me vi en el espejo sentí asco, de mí, de lo que veía, agradecí cuando Olivia tuvo que irse porque no pude soportarlo más, simplemente cedí a lo que mi cuerpo quería, entre a uno de los baños, metí mis dedos en hasta el fondo de mi garganta, las arcadas llegaron y el vomito fue inmediato, cuando estoy subiendo lo poco que me queda de la escalera me detengo, suspiro y me devuelvo sobre mis propios pasos, camino hacía la cocina en busca de algo de comer que no me haga sentir culpable, quizás una manzana pequeña.
Deberías cuidar más tus uñas.
Deberías comer más, tu cuerpo lo necesita.
Tienes anemia, pueden pasar cosas más graves si no te cuidas desde ya.
Mi cabeza duele al recordar las voces, susurro para mi misma que todo está bien, que justo ahora voy a comer algo, que no les estoy fallando, estoy haciendo las cosas bien, ayer falle, pero no voy a fallar más, merezco otra oportunidad, puedo mejorar, camino lo que me queda para llegar a la cocina, Olivia está de espaldas a mi, tiene su celular contra su oreja, está hablando con alguien.
-No, el abuelo Bird estaba muy bien, esta mañana Susan habló con él, la recordaba, no puede estar muerto, mamá.-dice, su voz tiembla, está llorando, no escucho más y me alejo.
Mi abuelo murió.
Mi mitad ya no está aquí, no podré simplemente ir a visitarlo, no volveré a decirle quien soy para ayudarlo a que me reconozca, no lo escucharé llamándome nieta, no volveré a ver sus lindos ojos azules que me miran con cariño, mis manos tiemblan, siento que mis piernas pierden poder, me pongo en posición fetal en una esquina de la sala, detrás de uno de los sofás, no reacciono, mi cabeza duele, quiero reaccionar pero no puedo, las voces regresan, tengo miedo y me duele el pecho.
"Gorda."
"Mírate, das asco."
"Come, gorda, vomita."
"Siempre serás gorda y nadie te va a querer."
"Deja de luchar."
"No lo lograrás, debes ser perfecta.""
"No tengas miedo, esto es lo correcto."
"Mírate, me das asco, maldita gorda. "
Mi cuerpo reacciona por sí solo, mis manos van mi abdomen y lo estrujan, siento los rollitos que se forman, las primeras lágrimas caen, estoy gorda, parezco un maldito cerdo, me levanto del suelo, corro hacia la cocina y agradezco que Olivia ya no está allí, reviso las ollas, mis manos tiemblan al ver que no hay nada, abro el horno de la cocina con esperanzas de que la madre de Olivia haya preparado algo, sonrío al ver una bolsa de galletas, son muchas, intento abrir la bolsa pero no lo logro, utilizo mis dientes, me lastimo pero no me importa, meto mi mano y saco varias, las meto en mi boca y mastico mientras las lágrimas siguen saliendo, me acerco a la refrigeradora, tiro la bolso de galletas en el suelo, abro la refrigeradora, encuentro lo que queda de lasaña que habíamos comido la noche anterior, la saco y la coloco en el suelo.
Mis ojos se abren con sorpresa al notar el pastel en un estante más arriba, es de chocolate, es rectangular y bastante grande, agarro un pedazo con mis manos y lo meto a mi boca saboreando el dulce sabor, agarro la jarra con jugo de naranja que tienen en uno de los estantes, lo coloco todo en el suelo, cierro la refri y me apoyo en ella, me atasco de galletas, pastel y lasaña hasta que no puedo más, pronto soy un desastre completamente sucio, simplemente no pienso, solo lloro mientras como, sin darme cuenta varias veces muerdo mi labio o lastimo mis encías con la jarra del jugo, siento frío, miro mis piernas, están gordas, parecen las de una mujer obesa, eso es lo que soy, una mujer obesa que nadie mira, que nadie quiere, tapo mi boca para no gritar y llamar la atención de Olivia, no hay más lasaña, el pastel está destrozado, queda muy poco, la linda decoración ya no existe, parte está ensuciando el piso y a mi misma, hay algunas galletas esparcidas por el suelo, me golpeo a mi misma contra el suelo al ver lo que he hecho.
-No, no. ¿Qué he hecho?-Me levanto, la jarra del jugo se cae y rompe en pedazos, me agacho y intento recoger los vidrios pero me corto uno de mis dedos en el proceso, retrocedo y choco contra la refrigeradora.-No, no, voy a engordar, todo lo que he logrado.
"Vomita"
Niego con mi cabeza al escuchar la voz en mi cabeza, agarro mi cabeza con mis manos, sigo llorando, mi cabeza duele y la voz no se calla, quiero que se calle, necesito que se calle.
"VOMITA"
-No, callate. ¡Callate! -Me muevo de un lado a otro en la cocina, la voz sigue ahí, me recuerda el mal que hice, me recuerda lo que soy y como puedo arreglarlo, tengo miedo, no debo escucharla, me lo repito varias veces, trato de mantener control de mi.
"Nunca serás delgada, hazlo"
"Vomita, maldita gorda."
Empiezo a caminar alejándome de mi desastre de la cocina, subo las escaleras tratando de hacer el menor ruido posible, veo la puerta de la habitación de Olivia, ella es mi amiga, ella me quiere, ella me puede ayudar, no estoy sola, camino los pocos pasos hasta estar frente a su puerta, agarro el pomo y...
"Ella es delgada, ella no te entiendo, siente lastima"
"Eres una obesa y lo sabe, quiere que sigas así."
"Ella es perfecta"
"A ella si la aman."
Suelto el pomo, tapo mi boca para callar mis sollozos, entro a la habitación de los padres de Olivia, cierro con pestillo y corro al baño, quito la tapa del servicio, meto mis dedos a mi garganta hasta que mis ojos arden y mi garganta duele, vomito, vomito hasta que no quede nada en mi estómago, mi cabello se ensucia, mis manos tiemblan, siento mi cuerpo débil mientras me trato de levantar, me miro en el espejo que está detrás de mí, me rio en silencio dejando que las lágrimas sigan saliendo.
Estoy bien, ahora todo está bien.
La voz se fue, todo está bien, ya no tengo que luchar más, alzo la camisa del uniforme y miro mi abdomen, los rollitos siguen ahí, se ven más grandes, miro mi cara, está más hinchada, mis mejillas están llena de grasa, me saco mis prendas y las dejo caer en el suelo mientras me veo en el espejo, mi castigo eterno.
Entro a la ducha y tengo cuidado de no mojar mi cabello, lavo mi cuerpo y me deshago de los restos de comida que quedaron en mi cuerpo con agua y jabón, cuando salga me envuelvo en una toalla, agarro mucha pasta dental y la meto en mi boca lavando mis dientes con mis dedos, escupo y enjuago con agua hasta que el sabor a vomito desaparece, junto mis ropas que están en el suelo, salga de esa habitación y entro en la que estoy ocupando estos días que me quede en casa de Olivia, la de Marcus, busco mi uniforme de mañana y me lo pongo en silencio, trato de verme presentable, pero mi rostro no ayuda, pronto las lágrimas vuelven a caer por mis mejillas recordándome lo débil que soy.
Mi abuelo murió.
Escucho el ruido de un auto entrando al garaje de la casa, corro hacía la puerta principal, por poco caigo en las escaleras, mis manos tiemblan, sigo llorando mientras espero, pronto Olivia está frente a mi, tiene los ojos llorosos y cuando me ve se pone aún más mal.
-Te escuché.-Susurro.
La puerta es abierta, apenas veo a mamá ella se acerca a mi y me abraza, le devuelvo el abrazo mientras lloro, ya no en silencio, no puedo soportarlo más, me derrumbo en sus brazos, siento frío, tengo miedo.
-Es mentira, dime que es mentira.-se lo suplico, pero mamá niega con su cabeza, recuerdo de los últimos días llegan a mi mente, dejé a mi abuelo cuando más me necesitaba, lo abandoné, lo dejé solo y él no lo merecía.-¡Es mi culpa! ¡Tenía que cuidarlo!
Siento que los brazos de Olivia me rodean por un lado, me derrumbo, lloro hasta que no me quedan fuerzas, siento que mi cabeza duele demasiado, siento que voy a desmayar del dolor, pero no sucede, sigo aquí, mi mitad está en el cielo y yo sigo aquí, paro de llorar, mamá se aleja, siento que voy a caer, pero Olivia me sostiene, me apoyo en ella mientras me obliga a caminar hasta uno de los sofás de su sala, tengo miedo de soltarla y caer, me aferro a ella como si fuera parte de mi, escondo mi rostro en su cuello, escucho un grito, cierro mis ojos fuertemente, el desastre de la cocina llega a mi mente, tengo aún más miedo, no quiero estar aquí, no quiero que los padres de Olivia me odien.
-Es injusto, todo estaba bien, todo estaba mejorando.-digo, Olvia me abraza, dejo de ocultar mi rostro en su cuello, se que me está mirando, debe notar la nueva grasa en mis mejillas, lo horrible que soy, siento que toca mi cabello y lo recoge en una coleta desarreglada, siento ganas de agradecerle, pero a la vez pienso que ahora me notaran aún más y es lo que menos quiero.-Tengo miedo.
-Estoy aquí, tranquila. Estaremos bien.-Me sonríe, quiero pensar que dice la verdad, quiero creerle, pero una parte de mi sabe que todo está muy mal y quizás siempre lo esté, me acomodo mejor y recuesto mi cabeza sobre sus piernas, rogando para quedarme dormida de una vez.
Escucho voces a lo lejos, me muevo incómoda, abro mis ojos, miro donde estoy, no entiendo que hago en la sala, frunzo el ceño extrañada y el simple movimiento me duele, me acomodo mejor en el sofá, miro a mi alrededor, los recuerdos azotan y cierro mis ojos con fuerza, no es real, me lo repito varias veces, vuelvo a abrir mis ojos, todos siguen aquí, siento que me duele todo, veo que Álvaro se acerca, no lo pienso, simplemente me le tiro encima y lloro en sus brazos, su olor a menta y perfume masculino me da calma, siento sus brazos rodearme fuertemente, dejo que me sostenga, permito que me cuide como dijo que quería hacerlo.
Es muy tarde, no se que hora es, mantengo mis ojos cerrados, ya no escucho la voz de nadie, quizás ya todos están dormido, abro mis ojos, las luces de la sala están apagadas, Olivia y Camila están en el sofá del frente dormidas, me levanto del sofá, ya no tengo mis zapatos puestos, sigo con el uniforme puesto, mi cabello está suelto porque seguramente la cola que Olivia me hizo se soltó en algún momento, camino hacía las escaleras en silencio, el piso está muy frío, siento escalofríos por todo mi cuerpo mientras subo las escaleras, entro al baño de Olvia y prendo la luz, me miro al espejo y siento un nudo en mi garganta.
Paso la mano por mi cabello una y otra vez, tratando de quitarme los nudos, es un desastre y más bien estoy arrancando gran parte de mi cabello al ejercer tanto fuerza, me detengo y me miro fijamente en el espejo, soy masoquista a la hora que alzo mi camiseta hasta el inicio de mi sujetador, las consecuencias de comer tanto aparecen, coloco la palma de mi mano sobre mi abdomen y lloro, no puedo más.
La puerta es abierta, no me muevo, cierro mis ojos, ruego porque me ignore quién sea que sea y se largue, escucho sus pasos acercándose, siento una mano grande sobre la mía que está en mi abdomen, abro mis ojos y miro el reflejo que me da el espejo, Álvaro.
-Eres hermosa.-Su mano presiona la mía, fácilmente la aleja de mi abdomen y señala el espejo con su otra mano.-Mirate, Susan.-cierro mis ojos con fuerza, Álvaro agarra mi quijada con su mano para que le preste atención.-Mirame.
Abro mis ojos lentamente, tiene las cejas fruncidas, parece molesto, se ve cansado, parece que no ha logrado dormir, muerdo mi labio con fuerza sintiendo como las lágrimas bajan por mis mejillas, suelta mi quijada y acaricia mi mejilla.
-Mirate, Susan.-Baja sus manos y las coloca en mi cintura, giro un poco mi rostro y miro el espejo, sus manos son grandes, hace que mi cuerpo se vea diminuto al lado suyo, me gira y hace que mi cuerpo choque contra su pecho.-Ya no sigas, déjame ayudarte, podemos hacer esto juntos, no estás sola.
-Tú no me entiendes, nadie puede hacerlo.-susurro.
-Un profesional sí.-Niego varias veces con mi cabeza al escucharlo, intento alejarme, pero no me deja.-Por favor.
"Nos quiere encerrar, vas a engordar."
"Eres gorda, vomita pequeña Su."
-No, no estoy loca.-Mis manos tiemblan, golpeo su pecho y me permite hacerlo.-Calla las voces, ayúdame a dejar de sentir esto.-Detengo los golpes y lloro, porque no aguanto más, porque no me reconozco.
Los brazos de Álvaro me alzan, rodeo mis piernas en su cadera, alzo un poco mi rostro y él atrapa mis labios entre los suyos, sus manos bajan a mis nalgas para sostenerme mejor mientras me besa, enredo mis manos en su cabello mientras me dejo llevar por el roce de sus labios sobre los míos, es brusco, apasionado, camina, escucho que tira cosas mientras sale del baño, corta el beso, siento el sabor a sangre en mis labios, pero no me importa, siento los labios de Álvaro sobre mi cuello devorándome, muerde, besa y lame, se acerca al escritorio de Olivia y tira todo lo que hay encima, me sienta sobre el, siento la presión de su miembro contra mi, gimo, nuestros ojos se conectan y me da un corto beso en los labios, una de sus manos está sobre una de mis nalgas presionándolo, mientras la otra está tocando mi mejilla.
-Lo siento, debo detenerme ahora, no debí...-lo interrumpo colocando uno de mis dedos sobre sus labios.
-No, sigue.-Suelto su cabello y termino de quitarme la blusa, dejándome solo el sujetador color negro, la vista de Álvaro bajo a mis pechos, se vuelve a acercar, nuestras caderas hacen fricción y siento su dureza, baja la mano que tenía en mi mejilla, aprieta uno de mis pechos por encima del sujetador y suelto un suspiro de placer.
Toco el dobladillo de la camisa que tiene puesta, entiende rápido y se la quita, paso mis manos por su espalda, lo acerco más a mi, esta vez soy yo la que besa sus labios con lujuria, intensamente, rodeo su cadera con mis piernas, hago presión para sentir su dureza donde lo necesito, mi enagua se sube, gimo cuando sus manos estrujan mis pechos con fuerza, una de sus manos va a mi espalda y suelta el broche del sujetador, dejando mis pechos libres, alzo mis brazos mientras lo beso, el sujetador cae al suelo y se que es mi perdición cuando Álvaro coloca su mano sobre una de mis pechos, están sensibles y él les da la atención que merecen.
-Si quieres que pare, solo dilo.-susurra en mi oído, muerde mi mejilla, su manos están sobre mis pechos jugando y presionando mis pezones, hago mi cabeza hacía atrás dejándole libre acceso a mi cuello, siento leves mordidas, succiones y besos, baja aún más, su boca está sobre uno de mis pechos, una de sus manos baja a mi trasero y lo aprieta, abro más mis piernas deseando sentir más su miembro sobre mi sexo, me siento húmeda, me agarro de su espalda cuando siento su lengua sobre mi pezón, siento una leve presión en mi vientre bajo, cierro mis ojos, suelta mi pecho después de divertirse lo suficiente con ese y le da atención al otro de la misma manera, me doy cuenta que no soy muy silenciosa, gimo varias veces y cuando él se detiene me quejo, pero él me ignora, sigue bajando, besa mi abdomen con ternura,lo miro, con sus manos abre aún más mis piernas, sus manos van a mi trasero, su pecho choca con el mío, me alza un poco, mete las manos bajo la enagua, siento que baja el borde de mis bragas, no lo detengo, Álvaro me mira, asiento y él de un tirón arranca mis bragas, jadeo y él sonríe.
-No estamos iguales.-me quejo viendo su pantalón de pijama, no responde, simplemente lo baja junto con su bóxer, queda totalmente desnudo frente a mí, puedo ver perfectamente su miembro erecto, mi mano baja dudosa hacía el, me detengo a medio camino.
Álvaro me besa, cierro mis ojos y le sigo el juego, siento como su mano toma la mía y la baja hasta su miembro, hace que lo rodee con mi mano, es grande, me guía, sube y baja, está caliente, suelta mi mano y me deja complacerlo por unos segundos, lo acerco más a mi para que nuestras pieles choquen, siento que encajamos perfectamente cuando siento su miembro muy cerca de mi entrada, sigue besándome, baja su mano y detiene la mía sobre él, me susurra que enrede mis brazos en su cuello, obedezco, una de sus manos se acerca a mi sexo, siento uno de sus dedos entrar en mi, gimo, me dejo ir entre sus caricias, no me siento nerviosa, siento una leve molestia cuando siento tres de sus dedos, pero se siente bien, los entra y saca varias veces, me acoplo a sus caricias y pronto siento solo un placer exigente.
-Hazlo.-Digo ida del placer, le doy un corto beso en la boca, Álvaro asiente, abre más mis piernas.
-Me encantas, cariño.
Siento cómo se posiciona en mi entrada, jadeo cuando siento como entra poco a poco, despacio, lo miro, su rostro se ve relajado, lleno de satisfacción, muerde su labio, me mira, lo poca luz que entra por la ventana hace notar sus mejillas ruborizadas, sonrío, esconde su rostro en mi cuello y gime, sus embestidas son lentas, cuidadosas, como si tuviera miedo a herirme, siento mi cuerpo lleno de placer, siento pronto la llegaba de mi orgasmo, digo su nombre, las embestidas se vuelven un poco más rápidas, la habitación se llena de jadeos y gemidos de ambos cuando él llega a su orgasmo dentro de mi.
Álvaro me hizo sentir, me hizo sentir bien después de mucho tiempo, le beso, dejo que me abrace. que haga conmigo lo que desee, porque esta noche fuimos uno y aunque quizás luego me arrepienta, estuvo bien, más que bien, porque simplemente fue él.
¡Wenas!
Antes que nada quiero que sepan que este fue el capítulo más difícil que he escrito en mi vida, primero porque se lo que es vivir sin aceptar tu cuerpo, siendo una persona insegura, queriendo ser delgada, "perfecta", espero hayan entendido que lo que le pasa a Susan no se debe normalizar, es una enfermedad, muy grave, se necesita ayuda.
Segundo, no soy muy buena escribiendo escenas +18, estoy aprendiendo y mejorando cada día más, cualquier consejo, crítica o lo que sea, lo pueden dejar en los comentarios, me ayudaría mucho.
Espero que estén bien, disfruten a los que aman, no olviden que en cuestión de segundos podemos perderlos, no pierdan el tiempo. <3
Le dedico el capítulo a todas esas personas que están luchando con un TCA, que sepan que son muy valientes, les mando todas mus energías positivas para que puedan salir de eso.
Pd: Les recomiendo una banda, se llama The Space Ocean, tienen muy buenas canciones, no se van a arrepentir. ✨👄✨
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