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CAPITULO 60
Nada como nosotras.
Olivia.
Nunca había podido odiar nada en mi vida, ni siquiera a mi padre después de la golpiza que le había dado a Marcus solo por creer que era gay, pero no me gustaba la violencia, nunca, no se me hacía heroico que alguien me defendiera de esa manera y aunque sabía que Lina quizás no entendía eso y solo estaba molesta por como se dieron las cosas, era violencia y no me alegraba nada verla con el labio partido, tampoco me alegraba ver a Cam con la nariz sangrando y con el cabello hecho un lío, no quería estar aquí, solo quería estar en mi cama y llorar, pero ahora estaba en la dirección y era a un extremo al que jamás quise llegar, menos aún viendo quienes eran los implicados y todo solamente por mí, por mi culpa.
Charlie ni siquiera podía verme a la cara, solo mantenía su mirada en el suelo y Álvaro mantenida su mano apoyada en su pómulo inflamado ya que él fue el único que reaccionó y detuvo la pelea junto con el profesor de química que justo llegó a la cafetería en ese momento, Lina había intentado hablarme, darme su mano y yo solo no podía hacerlo, sentía como si hubiera retrocedido unos diez pasos, ya no sabía que hacer y él único que parecía maduro en esta situación era Álvaro, seguro si Susan estuviera me hubiera dicho que debía hacer o me diría lo que necesitaba escuchar, pero no estaba y no estaría.
-Creo que tengo un pañuelo para tu nariz, Camila.-le dijo Álvaro, ella solo se encogió de hombros y miró a otra parte.-Okay, supongo que no lo necesitas. ¿Quieres agua, Olivia?
-No, está bien. Gracias, Álvaro.-contesté.
-Nuestros padres vendrán.-Habló Charlie al fin mirando a Álvaro.-Debemos planear que decir para que ninguno tenga problemas.
-Solo hay que decir la verdad.-le contestó Camila y sentí mis manos temblar.
-No, no podemos hacer eso.-le contestó, Charlie rascó su nuca y luego volvió a hablar.-Sabes que los padres de Olivia no lo aceptaran, podrían hacerle daño.
-Gracias, Charlie.-dijo apenas Lina.
-No debes agradecer, solo no quiero problemas y no quiero seguir aquí más tiempo.-respondió, se levantó de su silla y caminó unos pocos pasos hasta estar frente a Álvaro.-Podríamos decir que fue un pleito por lo de Susan, si no te molesta.
-Está bien, a Susan no le hubiera gustado que esto pasara.-dijo Álvaro, yo murmuré apenas un "sí" de acuerdo con el plan.
-No puedo creer que aún te preocupes por ella, Charlie es...-Camila iba a seguir hablando, pero apenas notó que nuestros padres entraban se calló.
La secretaria del director apenas vio que ya había llegado todos se levantó de su puesto y caminó hacía ellos, solo papá estaba aquí y él ni siquiera me miró, la madre de Camila si se acercó totalmente preocupada al ver el estado de su hija y los Foster solo se veían bastante serios, extrañamente por parte de Álvaro la que vino fue su hermana mayor y entre todas esas caras largas era la única que se veía algo alegre por la situación, algo raro a decir verdad, el papá de Lina era él que iba totalmente confundido por la situación y al ver el estado de Lina solo soltó un bufido.
-¿Otra vez? Lina el maldito director dijo que no podías meterte en otro problema o te expulsaría.-escuché que le dijo y yo oculté mi rostro entre mis manos.
Lina había mejorado tanto y ahora todo se podía ir al carajo solo por algo como esto, me levanté de mi silla y caminé hacía papá, él me observó totalmente extrañado cuando lo abracé fuertemente, pero aún así me devolvió el gesto, quise atesorar este momento, quise guardar el olor de su perfume, porque sabía lo que tenía que hacer y sabía el riesgo que estaba tomando, pero no podía permitir que Lina perdiera un año de instituto o suspendieran a alguien solo por algo que solo tenía que ver conmigo y sí, Camila había hecho mal en decirlo, era algo mío, pero después de todo yo era la que estaba en una relación, la que ocultaba a su pareja y la que aún no se aceptaba a si misma.
-¿Tan grave fue lo que hiciste?-preguntó y yo negué con mi cabeza mientras me separaba del abrazo.
La secretaria nos hizo pasar a la oficina, mis manos no dejaban de temblar y me sentía expuesta, sentía que era una locura todo lo que estaba pasando y no lo podía creer, porque hace apenas unos minutos todo estaba bien, el director se veía cansado y estresada, aún más al ver a Lina y ella solo le medio sonrío a pesar de todo.
-Lamento tener que llamarlos en estos momentos, pero como pueden ver hubo un gran problema y todos los implicados están aquí.-habló, vi a mi padre asentir y como la señora Foster dirigía su mirada hacía el padre de Lina totalmente disgustada.-Claramente habrá una sanción por esto, pero antes quiero saber como podemos solucionar esto. ¿Podrían decirme el motivo por el cuál se empezó la pelea?
-No han sido días fáciles, nuestra amiga Susan pasó por...-interrumpí a Álvaro antes de que siguiera hablando.
-No fue por eso.-respondí, noté la mirada de Camila totalmente sorprendida sobre mí.-La discusión empezó entre Camila y yo porque ella estaba diciendo algo sobre mí, algo de lo que aún no estaba lista para hablar, pero ya que surgió este problema es mejor decirlo.
-¿Y eso es?-preguntó la madre de Camila.
-Soy homosexual y mantengo una relación con Lina, por eso empezó la discusión.-respondí, tuve que apoyar mis manos sobre mi abdomen al notar que no dejaban de temblar, todo se quedó en silencio por un gran rato, mantuve mi mirada al frente tratando de parecer fuerte a pesar de que sentía que me estaba cayendo a pedazos.-Los demás no tienen nada que ver en este asunto, Charlie y Álvaro no deberían estar aquí.
-Nuestro instituto no es un centro discriminatorio y comprendemos que sea difícil todo ese tema, aún así Olivia la violencia no se justifica y tenemos a dos jóvenes golpeadas.-murmuró, yo asentí y él dirigió su mirada hacía Lina.-¿Cuál de las dos empezó?
Estaba apunto de defender a Lina a pesar de saber que ella había dado el primer golpe, porque como había dicho su padre Lina no podía meterse en más problemas o sería expulsada, pero Camila se adelantó y habló dejándonos sorprendidos a todos.
-Fui yo, estaba molesta, Lina solo se defendió de mis ataques y por error me golpeé a mi misma en mi nariz.-dijo, fruncí el ceño sin entender nada.-La única que debe ser sancionada soy yo.
-Camila, no lo puedo creer.-le dijo su madre.
-Bueno, creo que ya entendí como sucedieron las cosas, como saben somos una institución muy estricta, así que el joven Charlie y Álvaro se pueden ir y seguir con sus clases, al no ser implicados, Lina, Camila y Olivia ustedes quedan suspendidas por tres días.-dijo, miró a todos un momento y soltó un leve suspiro.-Señor Myers, señor York y señora Griffin ustedes quédense un momento.
Ni siquiera me detuve a observar a papá, y salí fuera de esa oficina, Lina se mordía las uñas de sus manos y yo realmente quise acercarme y decirle que ya todo estaba bien, pero sabía que no era así, porque seguramente apenas papá saliera de esa oficina loa problemas apenas empezarían, mis manos seguían temblando, Camila ni siquiera me miró y se volvió a sentar en su lugar de antes a esperar a su madre, sentí la mirada de los señores Foster sobre mí y alcé mi mirada hacía ellos, su padre le decía algo a Charlie y él negaba varias veces, caminé hacía ellos sin poder evitarlo, sintiéndome la peor persona en el mundo.
-Charlie.-Lo llamé y la señora Foster solo negó con su cabeza.
-No te acerques, no puedo creer que permití que estuvieras con mi hijo.-dijo y yo solo pude mirar a Charlie, él se quedó en silencio y desvió su mirada.-No puedo creerlo, lo lamento mucho por tus padres, ellos no merecen una hija así después de todo el esfuerzo que han hecho.
-Charlie.-Volví a llamarlo.-Por favor, hablemos, déjame...-me interrumpió.
-No hay de que hablar, Olivia, por favor mantente lejos de mí.-Su voz sonó firme, fría y traté de buscar en su mirada ese brillo en sus ojos, esa mirada de cariño que siempre me daba, pero no estaba ahí, así que solo asentí.
(...)
Papá no me dijo absolutamente nada ni siquiera cuando llegamos a casa, no me extraño para nada ver a mamá en la sala esperándonos, seguramente la había llamado cuando se detuvo en una gasolinera, sentí miedo al notar que solo éramos nosotros tres, Marcus no estaba en ninguna parte y ahora me sentía insegura y tenía miedo, por mi mente pasó el recuerdo de los golpes que papá le había dado a Marcus aquella vez y me abracé a mi misma temiendo que ese podría ser mi destino.
-Mamá.-murmuré apenas, pero ella solamente caminó lentamente hacía mí, su mirada era fría y el impactó de su palma sobre mi mejilla me sorprendió por completo.
-No me vuelvas a llamar así.-dijo, coloqué mi mano sobre mi mejilla y mordí labio inferior con fuerza tratando de retener las lágrimas.
El sonido de un frenazo de auto se escuchó en el frente de la casa, pronto la puerta principal fue abierta y Marcus estuvo aquí, él corrió hacía mí y yo me oculté en sus brazos mientras trataba de tranquilizarme, el corazón de Marcus estaba acelerado y al parecer estaba igual de asustado que yo porque sus manos también temblaban.
-Marcus hijo, suéltala.-Finalmente escuché la voz de papá y sus pasos acercándose.
-No, es mi hermana.-contestó.
-No, no lo es, desde ahora no lo es y ella no pertenece a esta familia, así que por favor suéltala y deja que busque sus cosas y salga de mi casa.-habló, dejé de ocultar mi rostro y lo miré totalmente impactada.
Quizás en mi mente aún creía que lo máximo que pasaría sería que me castigarían, mandarían a otro país o me dejarían de hablar, pero por mi mente jamás pensé que mi padre diría algo así, no era una sugerencia, era una orden, él no me quería en su casa, ya no era parte de su familia, era una intrusa, una pecadora que no merecía un techo, eso es exactamente lo que quería decir y le creí, sabía que decía la verdad, yo debía irme.
-¿De qué hablas? Estás loco. ¿A dónde se supone que irá?-dijo Marcus, intenté soltarlo, pero él se agarró más fuerte a mí.-¡Mamá! ¿En serio dejarás que papá haga esto?
Y la miré, una mujer que jamás me había puesto la mano encima hasta el día de hoy, totalmente elegante con su vestido color crema, su peinado perfecto, su maquillaje totalmente intacto, ni siquiera había llorado, ni siquiera parecía sentirse mal, solo parecía una muñeca perfecta al lado de su marido, sabía que papá si había llorado al ver sus ojos hinchados, mi labio inferior tembló y finalmente me derrumbé y lo hice..
-Por favor, no me hagan esto, yo he hecho todo lo que siempre me han pedido.-murmuré apenas, solté a Marcus y junte mis manos acercándome a ellos.-Sigo siendo el mejor promedio, yo voy a estudiar contabilidad, quiero trabajar con ustedes. Papá, no tengo a donde ir.-rogué.
-Olivia ve a buscar tus cosas y vete de mi casa.-dijo mamá y yo sorbí por mi nariz y limpié las lágrimas de mis mejillas.-Vete por favor, no hagas las cosas más difíciles.
-Si Olivia se va, yo también.-dijo Marcus y yo rápidamente negué con mi cabeza al escucharlo.
-Hazlo, pero no regreses más, Marcus.-le dijo papá y yo temblé al notar la rudeza de sus palabras.-Si te vas con ella dejas de ser mi hijo.
-La única razón por la que seguía aquí era por ella.-contestó y lo noté, a papá no le gustó su respuesta.-Deberías buscar a Hansome hobos en internet, seguro te gustarán.
Marcus me tomó de la mano y me hizo caminar con él hacía las escaleras, traté de tranquilizarme, pero sentía que era imposible, no me sentía nada bien y ahora Marcus estaba lidiando con las consecuencias.
-¿A dónde iremos?-pregunté.
-No tengo ni puta idea, pero no nos quedaremos una noche más aquí.-contestó, Marcus pasó sus manos sobre mis mejillas y me sonrío.-Ellos no te merecen, eres una hija increíble y te amo así como eres, no creas ni por un segundo que estás mal.
Todo pasó muy rápido o quizás así fue, no pude guardar todas mis cosas en una sola maleta, pero al menos tenía lo necesario, Marcus me había dicho como cinco veces que volvería el solo por todo lo demás, pero me negué, después de todo lo que estaba eran cosas de una Olivia que no era yo, así que estaba bien, cuando bajamos ellos ya no estaban en la sala y en el viaje en el auto ni siquiera puse atención a lo que me había dicho Marcus o Joshua, ya que él había sido el que había traído a Marcus cuando se enteró de todo lo que había pasado, todo dolía y yo solo quería dormir y no pensar más, pero en mi mente no cooperaba y eso solo me daba ganas de llorar aún más, ni siquiera presté atención hasta que caí en cuenta de que estábamos frente a la casa de Lina, me bajé del auto casi que corriendo, no me importó ni siquiera saludar a las personas que estaban en la sala, solo corrí a la habitación en la que anteriormente había estado esta mañana, cuando todo estaba bien.
Necesita paz, necesita silencio, tranquilidad, creí que nadie me molestaría más, me quité mis zapatos y me oculté debajo de las sábanas de esa cama que no era mía, escuché sus pasos, la puerta siendo cerrada y el peso de su cuerpo colocándose a mi lado, su mano dando leves caricias en mi espalda y aunque creía que no podía llorar más, sucedió, sollocé sintiendo como me dolía el alma, recordé momentos pasados donde mi familia seguía unida, grité y le rogué para que me dijera que era mentira y ella siempre estuvo ahí, limpió mis lágrimas, me recordó que ya no tenía que seguir ocultándome, que era una mujer fuerte y que saldría de esta.
-Es tan injusto.-susurré en un momento de la tarde cuando ya mi cabeza dolía de tanto llorar.-¿Por qué me hicieron esto? Yo creí, si hubiera...
-Olivia no puedo contestar esa pregunta, ellos simplemente están equivocados, se arrepentirán.-murmuró en mi oído y yo oculté mi rostro entre su cuello y hombro.-Pero estoy aquí, no me iré, te prometo que siempre estaré.
Ahora lo entendía, quizás tiempo atrás lo había ignorado, pero siempre hubo algo en mí, nunca había estado conforme con lo que era, lo que hacía, no era feliz y justamente en estos momento no era la persona más afortunada, pero no habían más secretos, todos lo sabían, mi familia lo sabía y no me aceptaron, pero la realidad es que nunca lo hicieron, nunca fui realmente yo allí, pero ahora estaba aquí, se podría decir que no tenía una casa, pero tenía un hogar, personas que sí me querían y la persona más importante estaba aquí, siempre estuvo, ayudándome, incluso cuando estaba confundida, ella no se había ido, Lina era mi hogar.
-1437.-susurré.
-¿Qué rayos significa eso?-preguntó.
-Te amaré por siempre.-respondí, sentí que el tiempo pasó muy lento y fruncí el ceño al no recibir ninguna respuesta.-Eso significa, Lina, pero está bien si no sientes lo mismo.
-Me gusta esta forma, es más como nosotras.-Ella besó mi cabeza y soltó una leve risita.-1437, Olivia.
-Nada como nosotras y eso es lo que lo hace especial.-dije, cerré mis ojos y finalmente decidí dejar de lamentarme.-Estaremos bien.
-Estaremos bien, cariño.
AAAHHH esto es una locura. *Llora*
Bueno, este es el último capítulo, bonitos.
Espero les haya gustado, recuerden que los quiero y les agradezco muchísimo por todo el apoyo que me han dado, por el simple hecho de leer, en serio gracias. <3
Aún falta el epilogo y los extras, no se preocupen que aún tendremos contenido Livi.
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