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CAPÍTULO 59
Lina está enferma y la verdad siempre sale a luz.
Olivia.

Era lunes, apenas había pasado un día desde que Susan había sido trasferida a un centro de ayuda, no sabía cual, la señora Bird tampoco quiso decirme, después de todo era un proceso muy largo de recuperación y no se aceptaban visitas hasta que el paciente estuviera en condición de recibirlas, estaba justo en la entrada del instituto y no entendía que hacía aquí si pronto debía entrar a mi primera clase, quizás estaba esperando que Susan llegara como siempre lo hacía, pero era algo que no era posible, mi celular sonó y lo saqué de mi bolso al notar que era un mensaje de Lina.

Lina: Creo que estoy enferma, no iré.

Olivia: Oh Dios, ¿es grave? ¿Cómo te sientes?

Lina: Creo que voy a morir, nunca me había sentido así.

Rápidamente me preocupé, miré hacía el instituto y a la calle varias veces hasta que finalmente tomé una decisión y corrí a parar el taxi que venía dejando a unas estudiantes, le pedí que me llevara a la casa de Lina y en el recorrido le mandé algunos mensajes, pero ella no volvió a contestar y eso me empezó a preocupar aún más.

Apenas estuve frente a su casa, le pagué al taxi y bajé, caminé lo más rápido que pude y casi me da infarto al notar que la puerta estaba abierta, ¿había llegado tarde? ¿Lina ya estaba en el hospital? Entré, cerré y corrí hacía su habitación, abrí su puerta y la escena que vi hizo que sintiera ganas de golpearla, Lina estaba en su cama, aún envuelta en sus cobijas  y con su computadora en su regazo, ella detuvo lo que supongo era una película o serie y me miró totalmente sorprendida.

—¿Qué haces aquí?—preguntó.

—Creí que estabas enferma, me mentiste.—me quejé totalmente molesta, Lina frunció el ceño, agarró su celular y soltó una leve maldición.—¿Qué?—Justo mi celular sonó y vi que era un mensaje suyo.

Lina: En realidad me quedé dormida, estoy jodiendo, iré después de almuerzo.

—¿Lo siento?—dijo apenas, yo deje mus cosas sobre la silla de su escritorio y solté un bufido.—¿Debo alistarme ahora para que vayamos al instituto o nos quedamos aquí?

—Lina no me gusta tener ausencias, alístate y vamos.—Ella asintió, puso la computadora a un lado y se levantó de su cama, mi mirada cayó sobre sus piernas descubiertas, Lina solo tenía puesta una camiseta ancha que le llegaba un poco más arriba de las rodillas, tragué saliva y desvíe mi mirada.—¿Y Fiorella?

—Con Joshua desde ayer.—contestó, volví a concentrar mi mirada en ella, estaba sacando su uniforme del closet.

—¿Y eso?

—Dice que no quiere dejarlo solo, anda algo deprimido.—respondió, solté un leve “oh” y Lina se giró a verme.—¿Estás bien?—Ella  se acercó a mí, dejo su uniforme sobre su cama y acarició mis hombros.—Sabes que puedes decirme lo que quieras, yo siempre te escucharé.

Mi mirada viajó a su cuello descubierto, el clima estaba frío hoy y solo a Lina se le ocurría dormir con eso puesto con estos tiempos, realmente se podría enfermar si seguía así, bajé un poco más mirada y mordí mi labio inferior con fuerza tratando de quitar los pensamientos sucios de mi mente, así que solo pose mis manos sobre sus mejillas y asentí contestando su pregunta, pero Lina lo había notado, lo sabía al ver la sonrisa maliciosa en su rostro.

—Si sabes que somos pareja. ¿No?—murmuró y yo volví a asentir.—Aunque, espera, yo debía preguntarte algo. ¿Eres ese tipo de religiosa que espera hasta el matrimonio?

—¿Si fuera así me dejarías?—pregunté.

—Claro que no, esperaría, hasta que tú quieras casarte conmigo.—contestó y yo sentí mis mejillas calientes, sonreí.—¿Eres o no eres?

Lo pensé un poco, antes cuando era novia de Charlie ni siquiera me había pasado por la mente ese tipo de tema, ni siquiera lo imaginaba, pero ahora estaba con Lina y eso era muy distinto, porque yo lo quería, me gustaba ser su novia, me atraía de una forma que ni siquiera podía explicar, éramos simplemente nosotras y se sentía bien y sí  mi cuerpo cada día pedía más, al igual que mi mente, porque sabía que nada podía ser malo entre nosotras, menos algo así, Lina ya hacía mis piernas temblar solo con una mirada.

—Estás tardando mucho en contestar, Olivia.—susurró en mi oído, besó mi mejilla y cuando sentí que se iba a alejar, posé mi mano en su cadera y la detuve.

—Soy una persona poco paciente, así que esperar no está en mis planes, ya no más.—contesté, Lina jadeó al escuchar mi respuesta y yo reí nerviosamente sintiendo mis mejillas calientes.—Ve a alistarte.

—¿Bromeas? Olivia cariño no puedes decir eso y luego decirme que me aleje.—murmuró acercando su cuerpo al mío.—Ahora te voy a besar como si fuera nuestra jodida luna de miel.

Y lo cumplió, Lina posó una de sus manos sobre mi cuello y rozó nuestros labios perezosamente por unos segundos, luego atrapó mi labio inferior entre sus dientes y me dio una leve mordida que hizo que soltara un ruidito de satisfacción, mis manos se posaron sobre su trasero con descaro pidiendo más acercamiento, le devolví el beso con la misma pasión y desenfreno, la mordí al igual que ella había hecho conmigo y deje que su mano se posara donde ella quisiera, porque su tacto era simplemente increíble y me hacía sentir tanto, sentí como Lina sonrío entre el beso y yo mantuve mis ojos cerrados dejándome llevar por el momento, cuando nuestros cuerpos pidieron aire ambas nos separamos un poco y abrimos nuestros ojos, había algo diferente en la forma que Lina me miraba, me deseaba y yo me sentía segura, querida y también deseaba que avanzáramos aún más si era posible.

—Si me dices que pare en este momento lo haré, juro que no me molestaré.—murmuró apenas y yo oculté mi rostro en su cuello apoyándome en ella.

—No quiero que pares, hazme lo que quieras, Lina.—susurré apenas y esa respuesta fue suficiente para que ella volviera a besarme como antes, sus manos se colaron entre mi camisa blanca y me hizo caminar los pocos pasos hacía su cama.
 

(…)

Lina y yo entramos al instituto faltando apenas cinco minutos para que acabara el receso del almuerzo, apenas llegamos al aula que nos tocaba notamos que todos nuestros compañeros seguían aún afuera, fruncí el ceño, el profesor de matemáticas nunca faltaba, era extraño que aún no hubiera llegado, miré a Lina y ella se encogió de hombros.

—Pudimos quedarnos en mi cama más tiempo.—se quejó y yo reí sintiendo como cosquillas en mi estomago, no le respondí.—Andas muy silenciosa y temprano fue muy diferente. ¿Te quedaste sin voz?

—Lina.—murmuré apenas, sin pensarlo acerqué mi rostro a su cara.—Creo que aún puedo hablar o gemir lo suficiente para ti.—susurré apenas, besé su mejilla y me aleje.

Lina iba a decir algo, pero justo Álvaro se posó frente a nosotras, se veía algo cansado y llevaba sus lentes de lectura, algo que era bastante extraño en él ya que supuestamente Susan decía que no le gustaba usarlos, Lina fue la primera en saludarlo con un movimiento de su mano.

—Hola. ¿Y el profesor?—pregunté.

—Acaban de decir que no vendrá, supongo que tenemos libre.—contestó, yo asentí y miré hacía el final del pasillo, la sección de Charlie también seguía afuera.—¿Y ellos?

—También, el profesor de química tenía que hacer unas cosas, solo les dio libre la primera clase.—comentó y yo asentí, Lina se había puesto a usar su celular.—Iré a buscar a Charlie. ¿Nos vemos en la cafetería?

Era extraño que Álvaro nos hablara tanto, después de todo nosotros nunca fuimos muy cercanos, lo conocía hace bastante, aún así parecía que necesitaba compañía, le sonreí y le dije que luego iríamos, él se dio la vuelta y empezó a caminar buscando a Charlie supongo, bostecé y bajé un poco mi enagua, mi camisa blanca estaba algo arrugada y eso me estresaba un poco ya que siempre tratada de mantener mi uniforme intacto.

—¿Vamos al baño? Necesito acomodar un poco mi cabello.—hablé, Lina asintió y no dejó de usar su celular mientras caminábamos al final del pasillo.—¿Qué haces?

—Estaba viendo las fotos que nos tomó Jordan hace unos días, me gustaría subir algunas a mi Instagram.—comentó y yo sonreí, quizás para los demás un detalle como ese daba igual, pero a mi se me hacía muy tierno.—Pero supongo que no se puede.

—¿Cómo no? Hazlo, me etiquetas.—respondí y Lina sonrío, ambas entramos finalmente a los baños y yo me posé frente al espejo.

Mojé un poco mis manos y las pasé sobre mi cabello tratando de bajar el volumen, me molestaba que se alborotara de esa manera, Lina solo me observaba mientras estaba a mi lado apoyada en la encima de los lavamanos.

—Joshua me contó que Camila estuvo ahí.—dijo, yo fruncí el ceño sin entender.—En el hospital, el sábado.—Asentí.—Dijo que le dijiste varias cosas y que ella se veía muy triste.

—Sí, se fue hasta que la señora Bird dijo que Su estaba fuera de peligro.—contesté, deje de tocar mi cabello y esta vez pasé mis manos sobre mi camisa tratando de quitar las arrugas.—No me arrepiento, quizás fui demasiado dura, pero estaba molesta y ella aún así me dijo que era mi culpa por llamar a su madre.

—Lo entiendo.

—¿Pero?

—Solo creo que si ella fue es porque aún les importa, las quiere, creo que deberías hablar con ella.—contestó, agarró mis manos al notar que no las detenía aún tratando de quitar las arrugas.—Olivia no siempre te tienes que ver perfecta, igual está bien, he visto uniformes más arrugados.

—Es tu culpa.—me quejé y yo soltó una leve risita, yo me posee frente a ella y acaricié su cabello con mis manos.—No te rías, la próxima vez avísame antes, así no me volveré una joven compulsiva y perfeccionista.

Lina no contestó y me robó un corto beso en los labios, yo sonreí y también le di un corto beso, ella me volvió a imitar y pronto orecíamos dos niñas dándose pequeños besos, me gustaba este momento, donde ninguna tenía que preocuparse por nada, era como si estando juntas todo lo demás se minimizara, sabía que ya casi sería una adulta y que ahora ya lidiaba con muchas responsabilidad, pero al menos sabía que siempre tendría este lugar seguro.

—Olivia me dijeron que estabas aquí, tenemos que…—escuché la voz de Cam y sus pasos entrando a los baños, rápidamente me separé de Lina, pero fue tarde, ella ya nos había visto.—Oh Dios.—Ella ni siquiera me dejó hablarle y simplemente se giró alejándose.

—¡Camila! ¡Espera!—Salí detrás de ella.

Ella corrió por el pasillo y lo único que pude hacer fue tratar de seguirla, apenas noté la dirección que tomaba sentía como si me faltara el aire, le grité que parara sin importarme que los demás estudiantes nos estuvieran viendo, ella entró a la cafetería y yo sentí mis manos temblar al verla caminar firmemente hacía la mesa de siempre en la que estaban Álvaro y Charlie.

—¡Camila! ¡Por favor!—exclamé, pero ella me ignoró.

—¿Sabes por qué Olivia te terminó, Charlie? ¡Es lesbiana!—su voz fue firme y fuerte, todo el lugar se volvió silencioso, todos lo había escuchado y yo negué con mi cabeza mientras negaba varias veces con mi cabeza.—¡La muy maldita decía que yo estaba mal! Pero ella, ella es una aberración, una pecadora asquerosa que no merece el perdón de Dios.

No lo esperaba, había pasado por mucho este año, hace apenas un día una de mis mejores amigas se había intentado suicidar y ahora la otra estaba hablando de mí de la peor forma que podía existir, sentí un nudo en mi garganta, mis ojos llorosos, miré a Charlie y él solo seguía ahí sentado en su lugar, me miraba, pero no lo hacía como siempre, no había una sonrisa, era más una mueca y dolía, dolía y lo entendía, entendía porque dolía tanto porque yo jamás quiso que algo así pasara, pero estaba pasando y yo no me creí ese tipo de protagonista fuerte que podía con todo, porque ver la mirada de asco que tenían dos personas que quería hacía mí, por como era, dolía más que nada.

—Charlie.—lo llamé y intenté acercarme, pero él alzó su mano y hizo que me detuviera.—Charlie, déjame hablarte, Camila no sabe lo que dice, yo…

—No, Olivia.—murmuró apenas.

—¡Ves! ¡Eso es lo que te ganas! ¡Dios te está castigando!—volvió a gritar ella y yo sentí mis manos temblar.

—¡Cállate de una vez!—Lina le gritó de vuelta totalmente molesta acercándose, Camila la miró y luego su mirada se posó en mí.

—¿Sabías que es Lina, Charlie? ¡Te dejó por ella! Por una mujer.—habló y finalmente las lágrimas rodaron por mis mejillas, sentí una mano sobre mi hombro y apenas pude mirar a Álvaro dándome una leve sonrisa.

—Te lo has ganado.—dijo Lina, yo fruncí el ceño sin entender y en cuestión de segundos Lina había levantado su mano hecha un puño y golpeado a Camila en el rostro.—No vuelvas  a hablar de Olivia de esa manera, jamás.

Pero el asunto no se quedó ahí, Camila le devolvió el golpe y Lina respondió una vez más, grité que pararan, pero ninguna me escuchó, pedí que las separaran, pero nadie lo hizo y supe en ese instante que mi vida había dado un giro tan inmenso y que de esta no me podía salvar.




































Me considero un ser que ama al drama, lo siento. <3

Iba a poner la escena +18 aquí, pero el capítulo quedaría muy largo, así que si gustan saber que pasó, los espero en los extras. 7u7

Recuerden tomar agua, comer y ser bonitos, los quiero. <3

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