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CAPÍTULO 52
Bulimia, llamada y besos sabor a chocolate.
Olivia.

Apenas llegué a casa lo primero que hice fue deshacerme de el uniforme y ponerme ropa cómoda, se supone que debía ponerme a repasar de inmediato para el examen de mañana, pero al final no lo hice, esta vez me senté en la silla de mi escritorio, encendí la computadora y entré al buscador, entonces me quedé en blanca. ¿Qué debía preguntar? ¿Poner? Susan estaba mal y necesitaba mi ayuda, solo una vez había leído un poco sobre problemas alimenticios, había sido en un libro de psicología o algo así hace algunos años, entonces al final terminé poniendo una pregunta tonta en el buscador. ¿Qué enfermedad tiene la persona que se obliga a vomitar?

 
Y entonces en el buscador aparecieron varios enlaces, entré en el primero al ver que era el más visitado y entonces lo entendí, me asusté.

La bulimia nerviosa, comúnmente denominada bulimia, es un trastorno alimentario grave y potencialmente fatal. Es posible que las personas con bulimia tengan en secreto episodios de atracones, es decir, que coman grandes cantidades de alimentos y pierdan el control de su alimentación, y luego vomiten, para tratar de deshacerse de las calorías adicionales de forma no saludable.

Entonces me sentí estúpida, por no notarlo, eso había sucedido en la cocina, Susan había perdido el control y luego lo recordé, su forma de comer, todas esas veces que comía demasiado poco a la hora del almuerzo o que solo bebía su batido de fresa, la vez que habíamos estado las tres en mi habitación, ella había comido un montón y luego había dicho que se sentía mal del estomago y había ido al baño. ¿Había vomitado? Seguramente sí y yo no la detuve, no le puse atención, no pensé que algo así le estuviera pasando, seguí bajando, leyendo.

Y llegué a esa parte que traían las enfermedades, las consecuencias, temblé, pero seguí bajando, problemas de autoestima, deshidratación, podría causar hasta problemas en el corazón, enfermedades dentales incluso, problemas digestivos, ansiedad, depresión, tratarnos de personalidad, bipolaridad, pensamientos suicidadas y la lista seguía, no me detuve, leí todo, por ella.

 
Porque éramos amigas, porque me importaba y ahora lo entendí, entendía porque Álvaro estaba tan preocupado y sentí ganas de golpearlo, por no explicarme bien, porque si hubiera sabido todo esto desde antes quizás ahora Susan no estaría tan mal, la hubiéramos ayudado antes, suspiré, mis ojos dolían, seguí bajando hasta que llegué a la parte donde decía "Tratamiento" Como había supuesto Susan necesitaba ayuda de un profesional o quizás dos, psicólogo y nutricionista, psicoterapia, supervisión médica, incluso podría necesitar medicamentos. ¿Y si Susan no solo tenía eso? ¿Y si tenía ansiedad cómo Lina? ¿Depresión? También podría tener los síntomas de la otra enfermedad, anorexia, eran muy parecidos, cerré la computadora rápidamente antes de que pensamientos tan negativos me invadieran aún más, ya sabía lo que necesitaba saber, ahora solo debía buscar ayuda cercana.

 
Lina había empezado sus sesiones de terapia de nuevo, había comentado que su psicóloga era muy buena, que también ayudaba a Jordan, quizás también podría ayudar a Susan, no lo dudé ni un instante, le pedí el número a Lina y pronto ella me respondió.

 
Lina: ¿Pasa algo? ¿Estás bien?
Lina: Te daré una tarjeta esta noche. ¿Siempre a las 10?

Olivia: Estoy bien, solo quiero saber unas cosas, tranquila.
Olivia: Sí, a las 10.

Se lo había prometido a Susan, era un secreto de dos, no podía contárselo a Lina, igual de todos modos ella seguramente algo debía suponer, después de todo era muy observadora, me salí de WhatsApp, entré a mi lista de contacto y apenas encontré el contacto de la Señora Griffin dude, sabía que Camila se molestaría, que quizás me odiaría como había dicho Lina, pero sentía que debía hacerlo, la quería, me importaba, me molestaba que se hubiera alejado de mi, de Susan y solo por un chico, alguien que no me daba buena espina y me molestaba aún más que hubiera dejado sus estudios de lado, como si no le importara nada, solo él, llamé.

—¡Oh! Hola, cariño. ¿Pasa algo? ¿Camila está bien?—La voz dulce y alegre de la señora Griffin se escuchó al otro lado.

—Sí, quería hablar con usted respecto a Cam, yo... Estoy muy preocupada.—hablé.

—¿Ella no está contigo? Me dijo que se quedaría en tu casa para estudiar, como están en exámenes y todo eso.—Suspiré al escucharla, Camila le había mentido a sus padres y supuse que esa no era la primera vez que me usaba como excusa para escapar.

—No, señora Griffin. Su hija lleva varios días sin hablarme, sin hablarnos a Susan y a mí, en realidad.—Comenté.

—¿Cómo es eso posible? Pero si ayer ella había llegado emocionada comentándome sobre un viaje que querían hacer y...—la interrumpí.

—Perdón por interrumpirla, pero su hija le ha estado mintiendo y estoy preocupada, lleva toda la semana faltando, no ha hecho ningún examen y...

—¡Por Dios!—exclamó ella.

—Se que Cam se molestará demasiado conmigo por contarle, pero es que no se que más hacer, intenté hablar con ella, pero no me escuchó, se molestó y yo no quiero que le pase nada malo.

—Muchas gracias por decirme, eres una muy buena amiga, Olivia.—Escuché el ruido de un sollozo y sentí la presión en mi pecho, pobre mujer.—Voy a colgar, cariño. Yo debo de hablar con mi marido y buscar a mi Cam. Pero muchas gracias, lo solucionaré.

—Está bien, lo siento.—hablé, ella finalizó la conversación volviéndome a agradecer y diciéndome que estuviera tranquila, luego colgó.

Finalmente agarré mi cuaderno de matemáticas y me puse a practicar un poco para que me fuera bien mañana en el examen, no me gustaba mucho esta materia, pero al menos no le iba mal, entendía, cuando se hicieron las siete en realidad casi ocho de la noche, mamá pasó por el pasillo avisando que la cena ya estaba servida, bajé, comí en silencio y luego volví a las cuatro paredes de mi habitación, últimamente las cosas no iban nada bien en casa, papá no me hablaba, mamá seguía molesta y a Marcus tampoco le estaba yendo nada bien, dejar la universidad había sido como lo peor que hubiera hecho, según nuestros padres, pero al menos papá si le hablaba.

 
Cuando faltaban solo cinco minutos para la diez, me puse mis zapatos, agarré mi celular, las llaves  y lo puse todo en el bolsillo de mi pijama, abrí la puerta de mi habitación y caminé por el pasillo, apenas estuve en la primera plata, caminé pasito a pasito, lentamente tratando de que mis pisadas no se escucharan, abrí la puerta principal con la misma paciencia, iba a salir triunfal y entonces lo escuché. 

—Olivia.—Me giré un poco asustada y suspiré aliviada al notar que solo era Marcus.—¿A dónde vas?

—Lina me pidió que le ayudara con unos temas de mate.—murmuré.

—Pero si a Lina no le cuesta nada, de hecho hasta mejor que yo es.—comentó, noté su sonrisa a pesar de la oscuridad de la sala.—No vuelvas muy tarde.

—No lo haré.—Le agradecí con la mirada y salí finalmente de la casa.

Lina reí después de que le contara que Marcus me había descubierto, se veía tranquila, como muy pocas veces la veía, ella casi siempre estaba preocupada o estresada por algo, pero esta noche no fue así, se veía distinta, sus brillaban y su sonrisa era contagiosa y me encantaba verla así, pero me dolía ver ese abrigo inmenso que ocultaba sus brazos, sabía que seguramente había pequeñas cicatrices en ellos y en parte me sentía culpable, aunque no debería, por no estar ahí, a tiempo.

 
—Lina.—la llamé.

 
—Dime.

 
—¿Qué es ser bisexual? Digo, leí sobre el tema, pero...—me interrumpió soltando una risita.

—¿Así que andas investigando más de mi?—Sentí mis mejillas calientes al escucharla, ella jugó con un mechón de mi cabello.—Significa que te gustan ambos géneros, las mujeres y los hombres.

 

—¿Puede gustarte más uno que el otro?—pregunté.

—Bueno, eso es un tema conflictivo, muchas personas dicen que es cincuenta por ciento uno y cincuenta por ciento al otro. Otros dicen que les gusta más las mujeres o los hombres.—explicó, yo asentí al comprenderla.—¿Por qué preguntas todo esto?

 

—¿Y que pasa si solo gusta de uno?

—Pues es heterosexual o gay.—murmuró y sentí mis manos temblar al escuchar a alguien al fin decirlo en voz alta, frente a mi.—O también puede llamarse lesbiana, en caso de las mujeres.

 

—Lina, creo que soy...—No pude decir la palabra en voz alta, sentí una presión en pecho molesta 

—¿Lesbiana?—Asentí, ella sonrío abiertamente y dejó de jugar con el mechón de mi cabello.—Está bien, no es nada malo, no será el fin del mundo, Olivia.

 

—Siento que es aún peor, mis padres...—Lina puso dos de sus dedos sobre mi callándome.

 

—Tus padres no existen en estos momentos y ellos no pueden meterse en tus gustos, nadie tiene derecho a hacerlo. Eres una mujer increíble y no eres menos, no eres mala, no eres una pecadora solo porque te gusten las mujeres.—dijo, yo desvié mi mirada al suelo.—Olivia esto es un proceso largo, vivir en una sociedad donde te implantaron que tus gustos están mal, te hace sentir como una mierda, como si hubiera algo muy malo dentro de ti, pero no lo hay y cuando lo aceptes lo entenderás.

—Te quiero.—susurré, Lina apartó su mano de mi rostro y vi la emoción en su mirada.—No te lo había dicho antes, pero te quiero, gracias por estar aquí.

—Siempre estaré.—Ella sonrío, pasó una mano por encima de su buzo.—Te traje un regalo.—comentó  de repente y el estrés de antes se esfumó, sentí emoción..—No es nada de otro mundo, pero estoy cansada de que pases comiendo solo cosas sanas.

 

—¿Cómo así?

—Pues las barritas nutricionales, creo que lo único poco sano es ese batido de fresa que tiene más azúcar que otra cosa.—me reí, ella sacó del bolsillo de su buzo un chocolate, cuando vi la marca no supe reconocerlo.—Son mis favoritos, son franceses.

—¿De Francia?—pregunté y ella asintió.

—Papá le pide a un amigo suyo que me traiga cada vez que vuelve al país.—comentó, abrió el envoltorio y agarró un pequeño trozo entre sus dedos.—Ten.

Lina lo coloco entre sus labios y yo fruncí el ceño confundida. ¿No era para mi? Entonces ella notó mi desconcierto, colocó su mano sobre mi mejilla y señaló su boca con su otra mano libre, sentí mis mejillas calientes al entenderla, ella quería que lo probara de esa manera, mientras nos besábamos y yo nunca había hecho algo así. 

—Lina...—Entonces ella me acalló posando sus labios sobre los míos, pronto sentí el sabor dulce, no de cereza como siempre había sido gracias a su labial.

Cerré mis ojos de inmediato y apoyé mi mano sobre su rodilla, la sentí sonreír y yo lamí su labio inferior tratando de atrapar todo ese sabor a chocolate, no era empalagoso, se sentía suave, un dulce algo amargo pero adictivo, ahora entendía porque era su chocolate favorito, creo que también era mi favorito ahora o quizás era porque sentir el sabor desde su boca era aún mil veces mejor, sentí el piercing de su lengua rozarse con la mía, se sentía bien, besar a Lina siempre se sentiría bien, increíble.

Una de sus manos bajó por mi cuello y se posó allí atrayéndome más hacía ella, entonces mi mano subió y se posó en su cintura, seguimos besándonos y cuando la respiración fue más importante, yo le sonreí y oculté mi rostro en su cuello, ella no soltó mi cuello y acarició mi cabello con su mano libre, le di un corto beso justo donde podía sentir sus latidos y me alejé un poco para mirarla.

—¿Quieres más?—preguntó con esa sonrisa maliciosa en su rostro y asentí sin poder evitarlo, porque los besos sabor a chocolate eran muy adictivos.























Y uno aquí comiendo chocolate solo, bien envidiosa si soy, pero que bonitas que son. ;)

¿Creían que Olivia era bisexual o lesbiana? Aquí entre nos estoy dudando de mi, creo que solo soy Bisexual por Harry Styles, Louis Tomlinson y Enhypen jeje, re loco todo. xd

Chau, bonitos. <3

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