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CAPÍTULO 48
La fiesta. (1/2)
Olivia.
Algo andaba muy mal conmigo últimamente, incluso Marcus seguía sorprendido, mientras que los demás se veían alegres, sentía que podía decirles ahí mismo que quería hacerme un tatuaje y ellos me llevarían, claramente no iba a hacer una locura tan grande, ya era suficiente con ir a una fiesta a pocos días de la semana de exámenes, si hubiera sido la Olivia ejemplar seguramente me hubiera ido a caso a estudiar, pero justo ahora estaba tan cansada de regresar a ese lugar, seguramente papá seguiría sin hablarme y mamá me regañaría apenas llegar, no quería eso, solo quería divertirme junto a la linda chica de cabello corto que sabía a cereza cada vez que la besaba.
Y me sentía cansada, por años me había comportado, había hecho todo lo que me pedían, cedí y perdí tantas cosas. ¿Y para qué? ¿Para que a la primera decisión que tomaba mi padre me dijera que estaba decepcionado de mi? Ya no me importaba, quería creerlo, pero tenía razón, yo también estaba muy decepcionada de mi, por permitir tanto, por hacer tanto, por perder, por sufrir tontamente, por ser alguien que no era por tantos años, por existir, porque eso había hecho desde muy joven y ahora que había sentido lo que era vivir, quería aferrarme a ello, porque estaba harta, quise decirle a Lina que ella ya no debía preocuparse por mis barreras, porque yo misma las estaba tirando muy lejos, poco a poco, pero lo hacía, pero lo dejé para después, porque seguíamos en el auto.
—¿Seguro que si sabes para dónde vas?—le preguntó Marcus a Joshua, él iba de copiloto.
—Que sí.—le dijo, dobló hacía la derecha rápidamente y eso hizo que Lina casi se callera sobre mis piernas, ella iba en los regazos de Jordan, yo en el medio y Harold a mi lado.
Ella apoyó su mano sobre mi rodilla y me sonrío, yo le devolví el gesto, noté cuando Jordan se acercó a su oído, le susurró algo y eso hizo que Lina dejará de mirarme y desviara su mirada a la ventana.
—Hay mucho silencio, pon música.—se quejó Harold, Marcus le hizo caso y pronto una canción de las más famosas del momento sonó por los parlantes del auto.
Me reí al escuchar a los cuatro cantar, se veían tan tranquilos y felices, me gustó ver los ojos de mi hermano brillar, saber que al menos por esos momentos él estaba bien, era él mismo, sin darme cuenta mi voz se mezcló con las de ellos y pronto todos, incluso Lina íbamos cantando la tonta canción en español que sonaba, el recorrido se hizo corto gracias a eso y pronto estuvimos frente a una gran casa, Joshua detuvo la música y el bullicio de afuera se hizo presente, definitivamente allí era la fiesta y sonreí como una tonta al notar algunos vasos rojos en el suelo, al ver a algunos jóvenes afuera, me recordaba tanta a esas fiestas locas que solo leí en libros, pero ahora era yo la que estaba ahí, a pocos pasos, apunto de entrar a un lugar alocado donde siempre pasaban locuras chistosas para recordar al día siguiente.
—¡Vamos!—chilló emocionado Harold saliendo del auto, pronto Jordan abrió su puerta, Lina se bajó de su regazo, él salió y siguió a Harold que ya iba casi corriendo a la entrada de esa casa.
—Bueno, ya estamos aquí.—me susurró Lina y yo asentí mientras me bajaba del auto.—¿Te arrepientes?
—No, siempre he querido ir a una fiesta como esta.—murmuré, la agarré del brazo para que no se separara de mi, temía que si entrabamos a esa casa la perdería entre tanta gente.—Es como los libros.
—Cierto, eso mismo pensé la primera vez.—comentó y yo la miré curiosa.—Tenía catorce, fue divertido.
—No, no fue nada divertido.—Llegó Joshua a nuestro lado y revolvió el cabello de Lina haciéndola gruñir.—Jordan dijo que te había ido más de siete minutos en el armario y que luego vomitaste hasta el amanecer.
—Cierto, a mi también me contó la historia.—murmuró Marcus y Lina los miró completamente indignada
—Ese maldito traicionero, dijo que no le contaría a nadie.—se quejó y yo reí.—Entremos mejor, dejemos de hablar de mis penas.
Ella se soltó de mi brazo, creí que se iba a alejar pero tomó mi mano entre una de las suyas y me jaló haciéndome caminar con ella hacía la entrada, pronto estuvimos rodeadas de personas, perdí de vista a mi hermano y a Joshua, pero al menos mi mano nunca soltó la de Lina y eso me mantuvo tranquila, Lina caminaba entre la gente haciéndonos espacio hasta que llegamos a una especie de barra improvisada, allí ella me soltó, sonrío maliciosamente al ver una botella de vidrio y luego me miró a mi.
—No quiero sonar como una mala influencia, pero da igual, si soy. ¿Te animas?—Ella alzó la botella entre una de sus manos y yo asentí, siendo sincera no sabía el contenido de esa botella, pero no creía que fuera tan loco, seguro era cerveza.
Ella nos sirvió un poco en dos vasos bastante pequeños, luego sirvió un vaso grande de Coca Cola, me dio uno de los vasitos, yo iba a beberlo, pero ella me detuvo antes, sonrío, un chico rubio pasó por nuestro lado, la saludó, pero ella lo ignoró completamente.
—Has lo mismo que yo.—Asentí, ella se bebió el contenido del vasito de un solo trago y luego debió un largo sorbo de la Coca Cola.—Sigues.
Lleve el vasito a mis labios y el fuerte olor a alcohol hizo que frunciera mi nariz en disgusto, aún así le sonreí, pasé el liquido por mi garganta y sentí ganas de vomitar al sentir el sabor amargo, tosí, le arrebaté el vaso con Coca Cola a Lina y debí largos sorbos hasta que dejé de sentir el sabor amargo raspar mi garganta.
—¡Que asco!—exclamé y Lina se carcajeó, se sirvió uno más y hizo el mismo procedimiento de antes.—¿Estás loca? ¡Eso sabe asqueroso!
—¡Pero luego no!—contestó y reí al verla tan emocionada, tomé un sorbo de la Coca Cola y miré a nuestro alrededor.
La mayoría bailaba totalmente libre, la música era muy fuerte, encontré a Jordan con la mirada y le señalé a Lina donde se encontraba totalmente sorprendida, él bailaba muy pegadamente a dos chicos que era completos desconocidos para mi, luego solté un jadeo al encontrar a mi hermano a pocos metros, pues muy solo no se veía, para nada, estaba en compañía de una chica rubia y estaban bastante cerca, casi parecía que se iban a besar, pero que rápidos era todos aquí, pensé, miré a Lina, ella se movía levemente en su lugar, bailaba tranquilamente.
—¡Jordan es todo un loco!—exclamó y yo asentí.—¡Vamos a buscar a Harold!
Entonces asentí, ella volvió a agarrar mi mano y como si conociera a los desconocidos que la saludaban ella los saludó, yo solo les sonreí amablemente, finalmente nos detuvimos cuando llegamos al patio trasero de la casa, allí había una piscina y justo un chico solo en ropa interior salía de ella, la música aquí era menos fuerte y agradecí eso porque mis oídos ya comenzaban a dolerme, Lina siguió caminando aún sin soltarme, aunque a aquí seguramente no la perdería de vista, había menos personas, finalmente ella gritó el nombre de Harold apenas lo vimos sentado en el suelo junto a un grupo de personas.
—¿Qué juegan?—preguntó Lina cuando estuvimos de pie frente a ellos, una chica señaló la botella que estaba en medio de ellos y Lina asintió, se giró a verme.—Sentémonos.
—Al fin llegan, creí que no las volvería a ver en toda la noche.—comentó Harold alegre, nos hizo espacio junto a él y yo quede en medio de ambos.—¿Te animas, Olivia?
Y asentí, no era la primera vez que jugaba este juego, una vez con Susan y Camila lo habíamos jugado, claramente sin alcohol y mucho menos hicimos retos raros, pero no creí que cambiaría mucho el asunto, Lina aplaudió emocionada, creí que como siempre las personas se iban a presentar, pero nadie dijo su nombre, solo hicieron girar la botella.
En esa ronda se detuvo en un chico moreno, él bufó diciendo que estaba harta de que le tocara a él, una chica de largos cabello colocho sonrío emocionada y habló.
—¿Verdad o reto?—le preguntó.
—Reto, pero que sea picante, basta de ñoñerías.—le dijo él, la chica se mordí el labio inferior y miró a todos los presentes.
—Bésate con dos, los que quieras.—murmuró y yo jadee. ¿Con cualquiera? ¿Incluso ella? Miré a Lina rápidamente y ella soltó una risita divertida.
El moreno sonrío totalmente feliz de cumplir el reto, solo se giró un poco y besó a la chica que tenía a su lado, ella le correspondió, todos pegaron grititos emocionados, luego él paseó su mirado por todos, se detuvo un poco en Lina, luego frunció el ceño, finalmente se levantó un poco de su lugar, sorprendiéndome por completo el chico le dio un corto beso en los labios a Harold, él ni se quejó.
—¡Bien hecho!—le dijo la chica de colochos, él moreno hizo girar la botella y sentí como la respiración se me iba cuando la botella empezó a ir más lento, finalmente se detuvo en Harold y el chico sonrío.
—¿Verdad o reto?—le preguntó, Harold se encogió de hombros y él chico le guiñó un ojo.—Te voy a complacer, besa a tu pequeña Li.
Entonces noté como él se tensaba a mi lado, dejó de verse tan relajado como minutos atrás, ¿pequeña Li? ¿Estaba hablando de Lina? ¿Harold iba a besar a Lina? Entonces pasó, el negó con su cabeza y luego para sonar aún más firme lo dijo.
—No.—dijo secamente.—Pásame la botella.—le ordenó, el chico frunció el ceño y le obedeció, bebió un largo trago y yo sentí ganas de vomitar. ¿Cómo hacía para no vomitar ahí mismo? Él bebía eso como si fuera agua. Colocó la botella en el suelo, la hizo girar y esta se detuvo justo en la chica pelirroja que estaba al lado de Lina.
—Verdad.—dijo nerviosamente antes de que le preguntaran.
—¿A cuántos has besado esta noche?—le preguntó un chico totalmente tatuado que apenas estaba llegando a nosotros, ella soltó una maldición por lo bajo al verlo.—Vamos, dilo, dijiste verdad.
—A dos.—susurró, aunque apenas y fue audible para mi y Harold que estábamos cerca, ella se levantó del suelo y pasó una mano por su cabello, el chico de tatuajes la miró totalmente molesto.
La agarró por sorpresa, la subió sobre su hombro, la chica chilló y lo insultó varias veces, ellos se alejaron de nosotros y pronto la mayoría empezó a reír al ver la escena.
—Es su ex.—nos chismeó la chica de colochos, ella agarró la botella y la hizo girar.—Pasan terminando y volviendo.
—Seguro te va a tocar a ti.—susurró Lina a mi oído y yo negué con mi cabeza rogando porque no.
Finalmente salí victoriosa y la botella se detuvo en Lina, ella maldijo por lo bajo y yo reí, el chico moreno la miró totalmente curioso y alzó su mano totalmente entusiasmado.
—¡Yo pregunto!—Nadie se quejó, así que él sonrío satisfecho.—¿Verdad o reto?
—Reto.
—Salta a la piscina.—Lina se levantó del suelo y yo negué con mi cabeza, hacía frío, se podría enfermar.—En ropa interior, Lina.
—No te pases, Dom.—Lo miró molesto Harold.
—¿Prefieres otro reto?—le preguntó y Lina obviamente asintió.—Bésala, hasta que cuente hasta quince al menos.—me señaló, ella se volvió a sentar a mi lado y suspiró.
—¿Quieres que tome? No me molesta, tranquila.—me dijo, yo miré todo el lugar, habían tantas personas, sentí tanta presión sobre mis hombros.—Tomaré.—les dijo a los demás, agarró la botella.
Y antes de que ella bebiera, la detuve, hice que desviara su mirada hacía mí, le sonreí y choqué mis labios sobre los suyos, pude escuchar el gritería, como el tal Dom contaba, pero en ese momento solo cerré mis ojos y disfrute rozando sus labios, mordiendo su labio inferior, olvidé por completo las miradas juzgonas si es que habían, ya todo me daba igual, en estos momentos solo podía pensar en Lina, en el sabor a cereza por su labial, en el poco alcohol que había en mi sistema que me hacía sentir un poco más libre y valiente y finalmente nos separamos, al sentir la mano de Harold sobre mi hombro, sentí mis mejillas calientes, Lina presionó sus labios una vez más sobre los míos y se alejó.
—Ya llegaron a treinta.—comentó, una sonrisa divertida se posó en sus labios y luego se acercó un poco a mi para que solo yo lo escuchara.—No le hagas daño, cuídala.
—Iré por bebidas.—comentó la chica de colochos, luego me miró a mi y sonrío.—¿Quieres una, guapa?
—Sí, gracias.—le sonreí y ella asintió mientras se alejaba.
BASTA, QUE AMO LIVI. <3
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