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CAPÍTULO 47
¿Un beso de verdad?
Lina.
Fiorella no dejaba de llorar mientras veía una y otra vez el final de la película “A dos metros de ti” o algo así, lo suponía, sabía que algo así podía pasar, pero ella se había vuelto totalmente intensa con que la quería ver, así que me harte de detenerla y se lo permití, me había prometido que no iba a llorar y aquí estaba hecha un mar de lágrimas y mocos, suspiré, Lentes, Olivia y los chicos ya estaban por llegar y seguramente una vez más Fiorella me iba a odiar porque no le había avisado.
—¡Es injusto!—exclamó en medio de un sollozo.—¡Oh, Lina! ¿A caso no tienes corazón? Es tan triste. ¡Oh, Dios! ¿Y si por eso estoy soltera? ¿Y si el amor de mi vida tiene FQ?
—No digas tonterías.—rodé mis ojos y me puse mis pantuflas, me levanté del sofá y me estiré.—Y la vida es injusta, Fiore acéptalo.
—¡No!—Chilló y justo la puerta fue tocada, ella rápidamente me miró con los ojos muy abiertos y me señaló con uno de sus dedos totalmente molesta. —¡Tú! ¡Lina te odio!
—¡Me amas!—Reí y caminé hacía la puerta, abrí y pronto la presencia de Olivia y Marcus se hizo presente en la sala de mi casa.
—Hola.—me saludó Marcus, su mirada se paseó por la sala y frunció el ceño.—¿Por qué Fiorella está llorando?
—¡Oh, Marcus!—exclamó la mencionada, señaló la pantalla de la televisión y limpió sus mocos con un paño rosadito que tenía.—¡Es tan injusto!
Y como siempre Fiorella logró lo que quería, Marcus se acercó a ella casi que corriendo, se sentó a su lado y la abrazó fuertemente, ella le devolvió el gesto y ocultó su rostro en el cuello del chico, ella era una total aprovechada pensé, le sonreí a Olivia y cerré la puerta, ella miró hacía el sofá y sonrío totalmente feliz y yo fruncí ceño, porque había puesto esa mirada, la que hacía casa vez que veía a Susan y Álvaro juntos, así que rápidamente me puse frente a ella y negué con mi cabeza varias veces.
—Oh no, se lo que estás pensando, de ninguna manera. ¡Nunca!—le dije y ella tapó su boca fingiendo sorpresa.—Mejor vamos a la cocina.—La empujé de sus hombros y hice que caminara conmigo.
—¿Ahora lees mentes, Lina?—preguntó y soltó una leve risita.
—No, pero te conozco demasiado.—murmuré, ambas entramos a la cocina, yo me acerqué al desayunador y apoyé mi espalda sobre él.—¿Quieres algo de tomar mientras esperamos a Lentes?
—No, así estoy bien.—contestó, ella se apoyó a mi lado y miró al suelo mientras jugaba con un mechón de su cabello.—Mis padres ya lo saben.
—¿Qué cosa?
—Que terminé con Charlie, es oficial.—me dijo y sin poder evitarlo sonreí.—Tuvimos una especie de discusión familiar.
—¿Estás bien?—pregunté de inmediato.
—No lo sé, todo es tan extraño ahora, mi familia se ha vuelto tan asfixiante.—Ella alzó su mirada hacía mi y soltó un leve suspiro.—En realidad, siempre ha sido asfixiante, solo que antes lo ignoraba, creía que era normal, pero ahora se que no debe ser así.
—No, no debe ser así. Pero está bien, un paso a la vez, Olivia.—le sonreí, me alejé de ella un momento, abrí la despensa y le mostré una barrita de cereal en una de mis manos, me acerqué a ella e intentó quitármela.—Primero quiero mi pago.
—¡Te pasas!—exclamó y reí, puse mi mano sobre su cintura y ella me miró a los ojos, apreté levemente la zona y ella dejó de intentar quitarme la barrita.—Me estás poniendo nerviosa.
—¿Y te molesta?—Negó con su cabeza levemente y sonreí.—Es gracioso que vaya a suceder una vez más en este lugar.
—¿Qué?
—Un beso de verdad.—Sin permitirle responder junto mis labios con los suyos.
Dejé la barrita sobre el desayunador y coloqué mi mano en su cuello, estaba harta de parecer una niña de quince años, de contenerme por tanto tiempo, la besé con desesperación y sonreí entre el beso cuando ella me correspondió de la misma manera, pronto sus manos estuvieron sobre mis mejillas acercándome aún más, mordí su labio inferior y lo lamí, ella soltó un leve ruidito de satisfacción y yo me apoyé contra su cuerpo, mi lengua pronto hizo contacto con la suya y me sentí bien, me sentí más que bien y sabía que las cosas eran serias cuando sentí ese leve cosquilleo en mi estomago, esas ganas de más, me separé de ella cuando el aire no fue suficiente, pero aún así mantuve mis manos sobre su cuerpo y abrí mis ojos perdiendo en el color verde de los suyos.
—¿Ya dejaron de comerse frente a los pobres o van a seguir?—preguntó Jordan haciendo que Olivia diera un brinco totalmente sorprendida, no me sorprendí, seguramente Marcus le había abierto la puerta. —Soy increíble, mis planes siempre salen genial.
—¿De qué hablas?—preguntó Olivia totalmente confundida y yo miré a Jordan totalmente indignada, él silbó y miró hacía otra parte.
—¿No deberías irte?—murmuré, Olivia jadeó al escucharme y sus mejillas pronto se ruborizaron.
—Cierto, ustedes sigan compartiendo fluidos, eso si, tengan cuidado que Marcus está a pocos pasos.—nos dijo, Olivia se tapó su rostro con sus manos y murmuró algo inentendible.—Aunque bueno, ¿no quieren beso de tres?
—Jordan, fuera.—le dije, él colocó una mano en su pecho fingiendo dolor y salió de la cocina, apenas estuve segura de que se había ido, voltee a ver a Olivia y ella seguía ocultando su rostro con sus manos.—Lo siento, ya sabes como es.
—Oh Dios. ¿Y si hubiera sido Marcus?—dijo, reí, si eso hubiera pasado hubiera sido una situación muy divertida.—Lina, no te rías.
—Lo siento, no puedo evitarlo.—contesté, ella quitó las manos de su rostro y sonrío tímidamente.—Me gustas mucho, me encantas.
—Lina.—Se ruborizó aún más, pero aún así ella alzó su mano y acarició mi mejilla.—Creo que también me gustas, me gustas mucho.
—Estoy esperando a que digas el “Pero.”
—No quiero hablar ahora.—contestó, sonrío y pasó su mano libre por su cabello.
—Yo tampoco, ¿no es genial? Las dos pensamos exactamente lo mismo.—La abracé de la cintura y le di un corto beso en los labios.
—Sí, es genial.—Y esta vez fue ella la que presionó sus labios sobre los míos, más tranquilas, más lente, explorando nuestras bocas, sintiendo, sonreí porque supe en ese momento que ese no sería el último beso de verdad que compartiríamos, seguirían muchos más y me sentí ansiosa, porque finalmente lo habíamos logrado, habíamos avanzado un poco más.
(…)
—Te dije que no escogiéramos este tema.—le dije totalmente indignada, Harold a nuestro lado soltó una carcajada, Joshua parecía totalmente concentrado viendo el desastre que teníamos en el desayunador.
—Creí que no sería tan complicado.—me contestó ella, yo me senté frustrada en una de las sillas.—¿Y si lo intentamos otro día? Todavía tenemos tiempo.
—¿Y si no lo logramos?—preguntó totalmente estresada Lentes.
—Compran algún experimento hecho.—dijo papá entrando a la cocina, llevaba una pantaloneta negra y un abrigo azul que usaba mucho para estar en casa.—Hola, chicos. ¿Cómo va todo?
—Muy bien, viejote.—contestaron los chicos al mismo tiempo y reí al ver la cara de disgusto que les había hecho papá, era casi tradición que ellos lo llamaran así.
—Buenas tardes, señor York.—lo saludó Olivia con una sonrisa tímida en su rostro.
Entonces me recordé de Lentes, la miré y rápidamente abrace a mi papá de los hombros al ver como ella casi que se lo comía con la vista, pero que descaro, era mi papá, mío, ella notó mi mirada sobre ella y río nerviosamente mientras lo saludaba con un torpe movimiento de su mano, luego hablaría seriamente con esa chica.
—Oh, Olivia.—Aseguró papá al verla, le sonrío amablemente.—Lina me ha hablado muchísimo de ti, creo que es la primera amiga de la que habla tanto a la hora de la cena.
—¡Papá!—me queje y le di un leve empujón.
—Es cierto, yo estoy de testigo.—murmuró Fiorella, miré a Marcus y él solo cruzó sus brazos sobre su pecho mientras me miraba bastante serio.
—Pero tranquila, solo cosas buenas.—comentó papá, luego paseó su mirada por todos y suspiró.—Con costo y caben aquí todos y yo que creía que mi hija era una asocial.
Olivia soltó una leve risita, papá esta vez bajó su mirada a todo lo que teníamos en el desayunador y luego sonrío arrogantemente, se soltó de mi abrazo no sin antes besar una de mis mejillas, caminó hasta el microondas, lo abrió y sacó una rebanada de pudin.
—Yo también hice experimento en el instituto, fui la mejor nota en toda la clase.—comentó de repente.
—Pero si yo creí que ni habías pasado, viejote.—murmuró Jordan haciendo rabiar.
—Pues hasta fui a la universidad, vago.—le contestó, reí sin poder evitarlo.—¿Para cuando necesitan el experimento?—nos preguntó a las tres, pero la que contestó fue Lentes.
—Eh, primero debemos hacer un video del paso a paso, ya luego presentarlo en la feria, señor.—Papá arrugó su frente al escuchar la última palabra, Lentes movió sus manos nerviosamente.—Pero que pena, no se moleste.
—Pero si no es ninguna molestia, aquí el viejote es feliz ayudando a su hija.—le dijo Harold mientras se acercaba a papá y lo abrazaba.—¿Cierto?
—Sí. Pero quita tus sucios brazos de mi o te quiebro los dedos.—se quejó y él lo soltó rápidamente.—Más tarde lo hago, Lina me ayuda a grabar el video y luego ella se los envía. ¿Entendido?
—Muchas gracias, en verdad.—le agradeció Olivia y mi papá sonrío, luego miró a Marcus y bufó.
—¿Tu hermano no es adoptado? Porque no se parece en nada a ti, tan insolente y maleducado.—Murmuró, Marcus se quejó y Olivia negó con su cabeza.—Me alegró verlos, ahora me voy. ¿Fiore me acompañas?
Entonces mi mirada recayó en mi hermana, ella se veía cansada, seguía de pie porque las demás sillas estaban siendo ocupadas, sus ojos están hinchados por haber llorado tanto antes, ella caminó hasta él, papá la abrazó por los hombros y ambos salieron de la cocina, me regañé mentalmente al no darme cuenta antes, se supone que yo debía estarla cuidando y me había descuidado.
—Que lindo es tu papá.—comentó Olivia y yo rodé mis ojos al escucharla.—Ahora entiendo por qué Susan dijo eso.
—¿Qué dijo, Susan?—preguntó Joshua.
—¿Eh? Oh, nada, cosas de chicas.—comentó y yo reí imaginando maso menos lo que había dicho nuestra amiga seguramente.—¿Qué hacemos ahora?
—Deberíamos salir, llevamos toda la tarde aquí.—se quejó Jordan.
—Sí, deberíamos ir a cenar o algo así.—propuso Marcus.
—¿Y que tal si mejor vamos a una fiesta?—preguntó Harold y la mirada de todos se posó en él.—Un universitario me invitó a una fiesta ayer, me dijo que estaría increíble.
—Yo…—Lentes miró su celular, soltó una queja por lo bajo y regresó su mirada a nosotros.—Debo irme, mi mamá me dijo que no podía quedarme hasta tan tarde y las fiestas me dan ansiedad.
—¿Y los demás? ¿Pueden?
—Bueno, se supone que Olivia y yo no podemos llegar tarde.—comentó Marcus.
—Pero puedes decir una mentira piadosa.—dijo Olivia para sorpresa de todos.—No me mires así, culpa a Lina.
—Lina.—me llamó su hermano y yo alcé mis manos en señal de paz y inocencia.
—Yo no hice nada.
—Yo voy, pero no me quedo mucho, no puedo perder mi vuelo.—dijo Joshua.
—¡Fiesta!—gritó Jordan emocionado, él me miró y yo sonreí igual de emocionada.
No fue muy difícil convencer a papá para que me dejara ir, a pesar de que el lunes tenía examen, sabía perfectamente que nunca me iba tan mal y además, Fiorella estaba con él, él la podía cuidar perfectamente esta noche, así que al menos podía estar tranquila en ese sentido, se sorprendió cuando le dije que Olivia también iba, pero al final solo sonrío y asintió cuando le dije que no le podía decir a los Myers porque si se enteraban íbamos a estar serios problemas, papá ya conocía porque trabajaban en la misma empresa y en parte también porque era un poco chismoso y yo sí le contaba ciertas cosas inofensivas, tampoco le iba a decir que me besaba apasionadamente en la cocina de su casa y con la hija de sus compañeros de trabajo. Pronto todos estuvimos en el auto de Joshua rumbo a una fiesta donde no conocíamos a nadie, solo Harold, porque como siempre, era el más sociable junto con Jordan.
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