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CAPÍTULO 46
Un paso a la vez.
Olivia.
Siempre me había gustado ir a la iglesia, cuando era más pequeña más que todo era porque me podría esos lindos vestidos que mamá me hacía ponerme para la ocasión, cuando fui creciendo fue distinto, ya no importaba tanto la ropa que iba a usar, siempre me vestía como debía ser, pero era distinto, cuando entraba a ese lugar sentía tanta paz en mi interior que cuando terminaba la misa me dolía, porque me gustaba estar allí, en silencio, escuchando la palabra de Dios o observando cada pequeña cosa que hubiera allí, me sentía querida, amada y me gustaba venir sola, cuando no había nadie más, solo nosotros, sabía que Dios estaba en todas partes, lo sentía, pero estando aquí era como si lo tuviera aún más cerquita, así que cuando sentía la mano de Marcus sobre mi hombro solté un largo suspiro y me levanté de la banca.
Como siempre en la salida me persigné al igual que lo hacían mis padres y como siempre los Foster estaban allí, como cada sábado nos saludábamos, a veces íbamos a algún restaurante o solo nos despedíamos y nos íbamos a casa, pero esta vez iba a suceder algo distinto, ellos lo iban a saber, finalmente Charlie y yo les daríamos la noticia, les diríamos que ya no estábamos juntos y se haría oficial, Marcus ya lo sabía y también sabía que hoy les daríamos la noticia, así que le agradecí con una sonrisa al sentir su mano sobre la mía, dándome apoyo.
—Nosotros queríamos comentarles algo.—dijo Charlie finalmente posándose a mi lado, me dio una leve sonrisa y volvió a dirigir su mirada a nuestros padres.
—¿Qué sucede, cariño?—le preguntó mi madre, sus padres se quedaron en silencio esperando su respuesta y papá solo cruzó sus brazos sobre su pecho.
—Me siento nervioso, yo…—Él se detuvo y aflojó un poco el nudo de su corbata, realmente se veía nervioso, asustado y volvió a mirarme.—Olivia no puedo hacerlo, hazlo tú.—susurró y sentí mis manos sudar, pero aún así asentí.
—Charlie y yo lo estuvimos hablando mucho y llegamos a la conclusión de…—Sentí el leve apretón de la mano de Marcus, miré detrás de ellos porque si los miraba me sentiría aún peor.—De acabar con nuestra relación, Charlie y yo ya no somos novios.
—¿Cómo?—dijo la señora Foster totalmente sorprendida, Charlie rascó su cuello y solo asintió dándoles a entender que mis palabras eran ciertas.—Pero ustedes están muy enamorados.—murmuró.
—Me dejan sorprendido, chicos.—comentó el señor Foster, él miró a papá un segundo, su postura totalmente seria y luego regreso su mirada a nosotros.—Supongo que si la decisión ya está tomado no hay nada que hacer.
—No, papá.—le respondió Charlie, él carraspeó un poco y siguió hablando.—Supongo que comprenderán que Olivia ya no pueda ir al viaje, ambos necesitamos un respiro de ambos, la adoro, es la chica más hermosa y increíble que tuve la dicha de conocer, seguramente será la relación más bonita que tendré y estoy completamente agradecido de el tiempo que Dios nos dio.—Él se giro a verme y sentí un nudo en mi garganta al ver sus ojos brillar.—Les agradezco a ustedes por aceptarme y darme un lugar en su familia.—les habló a mis papás, noté la sonrisa forzada de papá al escucharlo.—Espero sepan respetar nuestra decisión y comprendernos.
—Siempre serás parte de nuestra familia, Charlie.—murmuró papá, mamá asintió.
—Muchas gracias por ser tan buenos conmigo, en verdad los aprecio y agradezco mucho que Dios los pusiera en nuestro camino, lamento que…—la madre de Charlie me interrumpió tomándome desprevenida abrazándome, le correspondí el abrazo y sentí mis ojos llorosos.—En verdad, lo siento.
—Tranquila cariño, lo entendemos.—me dijo mientras se alejaba, ella miró a su esposo y luego a su hijo.—Nosotros debemos irnos, tenemos ciertos pendientes importantes.—comentó.
Nunca una despedida entre nosotros había sido tan corta, Charlie me dio un beso rápido en la mejilla y corrió detrás de sus padres hacía el auto que estaba en parqueo de la iglesia, finalmente solo quedamos nosotros, mi familia, el camino hasta el auto de papá fue en silencio, cuando Marcus y yo estuvimos dentro en la parte trasera, note las manos de papá sobre el volante, se veía tenso, molesto y mamá no se veía muy distinta y quise llorar, porque había creído que ellos habían comprendido, porque en la entrada junto a los Foster se veían comprensivos, desvíe mi mirada hacía Marcus y él negó con su cabeza, sus labios apretados con fuerza.
—¿Si quiera pensaste en consultarnos? ¿Consultarme? ¿Hablarlo con tu madre?—dijo mamá finalmente y yo preferí mirar hacía la ventana aguantando las ganas de llorar al escucharla.
¿Consultarle? ¿A caso no era una decisión solo mía? Era mi vida sentimental, yo era que debía pensar y tomar las decisiones, yo no tenía la obligación de contarle nada, incluso tampoco era mi obligación decirles que habíamos terminado, pero aún así lo había hecho, porque los quería, los respetaba, Lina tenía razón, era mi vida y debí poner un alto desde hace mucho tiempo y ahora estaba lidiando con las consecuencias por permitir que ellos hicieran mi vida a su antojo por años.
—¡Contesta, jovencita!—exclamó y brinqué en mi asiento al escucharla gritar.—¿A caso no lo sabías? ¿No lo notaste? Íbamos a almorzar juntos hoy, les íbamos a dar la noticia de que el viaje ya estaba completamente arreglado y planeado, hablaríamos de compromisos, ustedes iban a…—la interrumpí.
—Yo no lo pedí, yo no lo quise, ustedes sabían perfectamente que no quería ir a ese viaje.—hablé, entonces papá se detuvo, frenó tan de repente que golpee mi cabeza contra el asiento de enfrente, al igual que Marcus.
—¡Papá! Ten más cuidado.—se quejó Marcus, me miró y tocó mi rostro completamente preocupado.—¿Estás bien?—asentí y él suspiró.—¿Mamá, estás bien?
—Era tu obligación, como pareja de el chico debías ir, no podías darles tan mala impresión a los Foster.—murmuró papá, todos nos quedamos en silencio, mamá ni le contestó a Charlie y yo miré a papá desde el retrovisor.—Roberto y yo lo habíamos hablado, sabía que no debía aceptar ese compromiso, eras demasiado joven y al final sucedió, lo arruinaste.
—Papá, no…—Él interrumpió a Marcus antes de que siguiera hablando.
—No estoy hablando contigo.—lo hizo callar y Marcus se removió incomodo en su asiento.—Estoy tan cansado, los miro a ambos y no lo entiendo. Le pregunto a Dios en las noches y rezo, porque no entiendo el porqué mis hijos se están comportando de esta manera, estoy tan decepcionado de cada decisión que han hecho, ya no siento orgullo, ya ni siquiera siento ganas de hablarles.
—Papá.—sollocé, estiré mi mano hacía a él intentando tocar su hombro, pero el me evitó.—He estudiado mucho, me está yendo bien el instituto, yo he avanzado mucho, seguramente estaré en el cuadro de honor, no puedes…
—No es suficiente.
Y sus palabras dolieron, porque él lo estaba ignorando todo, solo estaba viendo la mala decisión que según él había tomado hoy, estaba ignorando todos los esfuerzos que había hecho antes y que seguía haciendo y en ese momento quise decírselo, recordarle cada cosa que había hecho por esta familia, demostrarle incluso que había hecho más de lo que había hecho él por mi alguna vez, incluso olvidándome por completo de mi, creando una imagen que no era, sin ni si quiera poder reconocerme a mi misma en el espejo, pero solo cerré mis ojos, me pedí calmarme y luego mantuve mi vista en la ventana hasta que llegamos a casa, nadie dijo nada más, todo fue tan silencio y no quise mirar a Marcus, porque sabía como se sentía, lo entendía y desee no entenderlo, desee seguir siendo la chica perfecta que ellos tanto querían, porque dolía, pero la decisión ya había sido tomado y yo no debía seguir ocultándome más.
(…)
Salí de mi habitación apenas estuve lista y tenía mi bolso conmigo, debía llegar a las dos a la casa de Lina y Marcus había dicho que me acompañaría, pasé por su habitación, pero no había nadie allí, fruncí el ceño y bajé las escaleras, cuando estuve en la sala los vi, mamá y Marcus estaban allí, hablaban en voz baja, pero apenas notaron mi presencia se callaron, él se levantó del sofá, besó la frente de mamá y se acercó a mi, fruncí el ceño al notar su vestimenta deportiva. ¿No era que me iba a acompañar?
—Vamos, se nos hace tarde.—me dijo y yo fruncí el ceño.—Ya te había contado, hoy empiezo a ir al gimnasio, Oli.
—¿En serio?—Entonces miré a mamá y asentí rápidamente.—Oh sí, el gimnasio, ejercitarse y todo eso, ayuda mucho a la salud, sí, sí ya me habías dicho.—murmuré.
—Tu hermano te irá a recoger a la casa de tu compañera.—me dijo mamá y asentí.—Apenas regreses me gustaría hablar contigo.
—Está bien, te buscaré apenas esté en casa.—le respondí y ella asintió, miré la estancia, Marcus abrió la puerta principal y yo caminé hacía él.—¿Y papá?
—En la habitación, rezando.—contestó fríamente, yo apenas asentí y corrí fuera junto a Marcus.
—No recuerdo muy bien como manejar, así que te recomiendo que te pongas el cinturón.—dijo Marcus mientras se acercaba al auto de papá, yo lo miré horrorizada y negué con mi cabeza.—Vamos, mañana Joshua se irá y debemos organizar unas cosas.
—¿Entonces lo del gimnasio era mentira?—pregunté, Marcus soltó una leve risita y ambos subimos al auto, apenas estuve segura y con el cinturón puesto, él arrancó.—Pues si deberías ir, te hace falta.
—¿Qué dices, loca?—dijo y reí, de pronto su mirada se contrajo y me miró un segundo dudoso antes de regresar su mirada a la carretera.—¿No hablas en serio o si? O sea, se que estoy algo delgado y que no tengo mucho musculo, pero no estoy tan mal, las fans me adoran y dicen que soy muy atractivo, además Harold…—lo interrumpí.
—Era broma.—Me reí, saqué el celular del bolsillo de mi pantalón y sonreí al ver el mensaje de Lina.
Lina: Compré muchas barritas de cereal para ti, ¿ya vienes?
Olivia: Marcus y yo ya vamos en camino.
Olivia: Gracias Lina, eres la mejor.
Lina: ¿Significa eso que me darás un beso duradero y lleno de pasión? 7u7
Guarde mi celular sintiendo mis mejillas calientes, miré por la ventana y finalmente solté un largo suspiro, miré a Marcus de perfil y reí al recordar como se puso cuando le dije que le hacía falta ir al gimnasio, mi hermano era alto, un poco más pálido, su cabello era de un castaño más oscuro que el mío, tenía unas pestañas y cejas que cualquier mujer en el mundo quisiera tener y tenía esa manera de hablar y tratar a los demás, a veces más bien me preguntaba por qué seguía soltero, era un joven apuesto, inteligente, fruncí el ceño y una duda más grande pasó por mi mente. ¿Y si era gay? Quizás él creía que yo lo juzgaría horriblemente y por eso no me había contado, aunque sería muy raro que para esta fecha aún no lo supiera, conocía a todos sus amigos y Harold me lo habría dicho con lo chismoso que es. ¿Y si Lina lo sabía y no me había contado?
—Me estás asustando. ¿Por qué me miras tanto?—me dijo cuando nos detuvimos en un alto.
—¿Por qué no tienes novia, Marcus?—pregunté.
—Bueno, yo… No lo sé.—murmuró, giró el volante hacía la derecha haciendo que nos moviéramos un poco de lugar en nuestros asientos, definitivamente Marcus no era un buen conductor.—¡No lo sé! Wow, hasta en este momento no lo había pensado.—murmuró casi que para él mismo.
—¿No te gusta nadie?—pregunté.
—Antes sí, pero era imposible.—me dijo y yo negué con mi cabeza nada conforme con sus respuesta.
—Nada es imposible si te esfuerzas.
—Pues con una profesora, es asegurado, es imposible.—murmuró y yo lo miré totalmente sorprendida.—No me juzgues, además ya no estoy en la universidad.
—¡Pero te gustaba! ¡Tu profesora!—exclamé y él soltó una carcajada al escucharme.
Hola bonitos <3
Espero les haya gustado la actualización de hoy, recuerden tomar agua y comer bien. :D
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