45
CAPÍTULO 45
Incomodo.
Lina.
Maldita alarma, maldito examen, maldito café asqueroso que hace papá y maldita yo que siempre llegaba tarde, ahora seguramente llegaría tarde, no me dejarían ni hacer el examen, bueno de todos modos tampoco era como si hubiera estudiado mucho, seguramente me iría mal de todos modos, apenas me bajo del bus cruzo la calle, iba a entrar corriendo al ver que no había casi que nadie afuera, pero al notar la moto a pocos metros de mi, me detuve, Camila estaba allí y bueno, su novio estúpido también, él la tenía agarrada de la cintura mientras compartían un beso demasiado apasionado, algo que siendo sincera no quería ver y que jamás haría a plena luz de el día y menos frente a instituto, al menos Camila tenía puesto el uniforme, eso significaba que no era tan estúpida y si haría el examen, bueno, si nos dejaban entrar.
Iba a seguir mi camino, pero las conversaciones con Olivia llegaron a mi mente, su preocupación por su amiga, su tristeza, no estaría mal si la esperaba para entrar al instituto con la excusa de que dos llegando tarde era mejor que una, así que la esperé, siendo sincera me empezaba a estresar y esos dos no dejaban de compartir saliva, finalmente suspiré y me golpee la frente, definitivamente algo estaba mal en mi cabeza, pero era importante, una cosa era faltar a clase y una muy distinta era faltar a exámenes, valía la pena. ¿Valía la pena? Bueno, por Olivia.
—¡Camila!—exclamé a solo pocos metros, la feliz pareja se separó.—¿Vas a hacer el examen? Llegué tarde y es mejor dos que una. ¿No?
—Eh sí, ya… Ya me voy.—dijo, al final desvió la mirada a su novio, el chico gruñó y hizo un puchero.
Sí, Armando gruñó, luego puso cara de perrito mojado y apreté mis labios tratando de no reírme, porque no se me había hecho nada tierno, más bien se veía estúpido.
—Tengo un amigo que falsifica citas medicas.—comentó y yo rodé mis ojos al escucharlo, típico.—Podría pedirle el favor y nos vamos.
—No puedo faltar.—le dijo Camila y casi me pongo a aplaudir ahí mismo.—Apenas termino el examen, te llamo.
—Por favor, solo esta vez.—le rogó y yo volví a rodar mis ojos.
—No puedo, además Lina me está esperando.—Ella le recordó mi presencia y él se giró a verme, yo traté de sonreírle amablemente, como si ayer no hubiera amenazado a su hermano de muerte.
—Se nos hace aún más tarde.—comenté y Camila asintió.
—¡Me voy!—Ella se soltó de su agarré dejándolo sorprendido, besó su mejilla rápidamente.—Te amo.
Ella le dio la espalda y yo sonreí sintiéndome victoriosa, ambas caminamos en silencio hasta la entrada, pero Camila se detuvo al escuchar su celular, ella frunció el ceño y miró hacía atrás, Armando seguía ahí, moví mi pie inquieta sobre el suelo, ya llevábamos casi media hora de retraso, contestó su celular, no dijo nada, pero supuse que el imbécil ese le dijo algo muy feo, porque sus ojos se pusieron llorosos.
—Lo siento, debo irme.—No esperó mi respuesta y corrió hacía atrás.
Bueno, pues al final Camila sí era muy estúpida y ahora yo llegaría muy tarde y tras de eso sola, tendría que crear una excusa muy buena, porque de lo contrario no me dejarían entrar, seguro si decía que papá se había fracturado y tuve que llevarlo a urgencias sería suficiente, aunque estaba malo mentir con la salud de las personas, pero si cruzaba mis dedos no iba a pasar nada malo.
(…)
—¿Tú papá si está bien?—me preguntó Olivia preocupada, asentí y ella suspiró.—¡Te pasas! ¿Te quedaste dormida?
—Sí, ayer Fiorella tuvo una de esas noches buenas y me obligó a ver una serie con ella hasta tarde.—comenté.
—Me alegra. ¿Cómo crees que te fue?
—Aceptable, al menos era bastante marcar con equis y en eso casi siempre me va bien.—respondí, Lina se detuvo frente al aula que nos tocaba, aunque aún nos quedaban como diez minutos para entrar, ni el profesor había llegado.—¿A ti? Ni se para que te pregunto, seguro que bien.
—No estudie casi nada, seguro me irá muy mal.—se quejó.
—Te aseguro que menos de ocho no será.—contesté.
Mi celular y el de Olivia sonaron al mismo tiempo, ambas lo revisamos y eran del grupo que teníamos sobre la “bienvenida de Marcus” antes de leer el mensaje cambie el asunto a “Salida a la playa”, que era la salida pendiente que no habíamos podido organizar, pero que de fijo se haría.
Joshua: Les quería avisar que me iré por unos días a mi país y no quería escribirles por privado a cada uno.
—Oh no.—murmuré.
Joshua: Oh, olvidé añadir a Marcus.
Joshua ha añadido a Marcus
Harold: ¿En serio te vas? ¿En nuestro mejor momento?
Jordan: No puedes dejarnos.
Susan: Te voy a extrañar, bonito. :(
Marcus: ¿Vas a dejarnos? ¿A LA BANDA?
Joshua; ¿Qué? ¡No!
Joshua: Que solo me voy por unos días.
Lina: No, no te puedes ir.
Lina: Lo dijiste, me dijiste que si volvías seguro tus padres te secuestrarían.
Lina: No te vas.
Olivia: ¿Por cuantos días?
Joshua: Era broma, Lina
Joshua: Y gracias Olivia, eres la única que pregunta algo normal.
Joshua: Solo será una semana y prometo traer dulce de leche.
Lina: Ya venden aquí.
Joshua: Traeré todo para hacerles mates entonces.
Harold: No me gustan los tés.
—No, no se puede ir.—dije para mi misma, iba a buscar el contacto de Joshua, pero la mano de Olivia sobre mi celular me detuvo, la miré.—¿Qué?
—Solo será una semana, confía.—contestó y negué con mi cabeza.—Si pasa más de una semana te prometo que nos vamos a Argentina y lo traemos.
—Conste, ya lo prometiste.—Dejé mi celular de lado y lo guarde en mi bolsillo.—¿Estudiamos juntas para el examen de Química?—le pregunté cambiando de tema.
—¿En tu casa?—preguntó y asentí.—Pero mañana debemos hacer el experimento y…
—El domingo.—le contesté y ella suspiró.
—No creo que mis padres me dejen salir tanto.—dijo, apoyó su cuerpo sobre la pared y mordió su labio inferior pensativa.
—Voy a tu casa entonces.—Me reí al ver la expresión en su rostro al escucharme.—Puedo fingir que soy una niña buena, promete que hasta me quitaré mis piercings.
—Pero es que no quiero que lo hagas, eres así Lina y yo no quiero que cambies.—Su mano rozó mi mejilla y yo cerré mis ojos disfrutando la caricia.—No quiero que te sientas obligada a hacer algo por ellos solo para caerles bien.
—Pero no lo hago por ellos, lo hago por ti. Además…—fui interrumpida por la llegada de el profesor.
—Buenos días, chicas.—dijo, la mano de Olivia se separó de mi rápidamente y sonrío nerviosa.—Pero que puntualidad, Lina me sorprendes.
—Es que amo su clase.—mentí, él me sonrío, abrió la puerta y los tres entramos.
Creí que Olivia se sentaría en los puestos del frente como siempre, pero ella se detuvo en los del medio, yo iba a seguir mi camino hacía el fondo, pero su mano tomó la mía y en silencio me pidió que me sentara a su lado, lo hice, aunque fruncí el ceño, Álvaro ya no había faltado a clase y seguramente llegaría pronto.
—Da igual, puedo sentarme contigo también.—respondió a mi pregunta mental, sonreí, Olivia me conocía muy bien.
Pronto el aula se empezó a llenar de estudiantes que poco me importaban o conocía, Lentes nos saludó con una sonrisa desde lejos y sentó en su típico asiento al frente, cuando Álvaro entro miró dudoso todo el lugar hasta que su mirada se posó en nosotras, soltó un largo suspiro y caminé, extrañamente no se sentó al lado izquierdo de Olivia, más bien se sentó a mi lado y yo fruncí el ceño, él sonrió, acomodó sus cosas y se sentó.
—¿Cómo les fue?—nos preguntó.—Yo creo que estuvo fácil, espero que los exámenes siguientes sean igual.
—Creo que bien.—le contestó Olivia.
—¿Bromeas? Pues fácil no fue.—me queje, miré mis uñas pintadas de negro, el esmalte empezaba a caer y pronto debía pintarlas, quizás más tarde le diría a Fiorella que lo hiciera.—Odio esa materia.
—Susan la ama.—comentó él y yo sonreí algo desanimada al escucharlo, no dije nada, Olivia asintió.
Bueno, me alegra que ellos dos estuvieran juntos, se veía que era una buena pareja aunque ellos siguieran diciendo que eran amigos, pero todavía recordar ver a Joshua desanimado después del concierto, deprimido y aunque había dicho que estaba bien, no le creía, los sentimientos no se podían ignorar tan fácilmente y a él le gustaba Susan, le encantaba mejor dicho, pero no era correspondido y aunque tener una amistad como Susan era algo bonito, sabía perfectamente que él no lo quería, pero se conformaba con eso, porque ajá, el masoquismo nos describía un poco a todos en el grupo.
—Mira.—Olivia me mostró su celular, reí al ver el meme que me estaba enseñando.—Me recordé de aquella vez, ¿te acuerdas?
—Sí, fue tan estúpido y divertido.—le respondí, ella asintió y ambas seguimos observando la pantalla de su celular.
Sin darnos cuenta creo que ambas nos metimos como en una especie de burbuja ignorando a los demás, ambas veíamos fotos, memes o cualquier noticia que salía en el Facebook de ella y nos reíamos, hablábamos y sin darme cuenta mis manos traicioneras terminaron jugando con su mano libre sobre la mesa y ella no me apartó, me gustaba sentirla, verla tan cerca de mi, pero sobretodo me gustaba ver la sonrisa que tenía justo en estos momentos, siendo ella, sin ocultarse, aunque fuera solo por unos minutos, Olivia se había hecho presente olvidando por completo a la chica perfecta que siempre intentaba ser.
(...)
Aún no entendía el porqué siempre terminaba en esta clase de situaciones, pero una vez más estaba almorzando junto a ellos, aunque esta vez Lentes no nos acompañaba porque había salido a almorzar con su hermana, ¿lo más incomodo? Susan y Álvaro tampoco estaban, porque misteriosamente Álvaro tenía una cita en el dentista y Susan había retomado su rutina de salir a comer con su madre como me había comentado Olivia, lo más chistoso es que ella parecía creerles siempre, mientras yo casi podía asegurar que esos dos estaban juntos haciendo cosas muy locas juntos.
¿Charlie? Pues el chico estaba aquí y me hablaba amablemente como siempre lo hacía, perro yo no le estaba prestando atención en lo absoluto, solo podía ver la poca distancia que había entre él y Olivia, porque sí, él se había sentado a su lado, Olivia comía en silencio completamente en su mundo, más tarde le preguntaría en que tanto pensaba.
—Entonces estaba pensando que sería genial que tu hermana y tú vinieran y…—la interrumpí confundida.
—¿A dónde?—Charlie rascó su nuca, suspiró y volvió a sonreír amablemente.
—A la reunión que hacen mis padres cada año, tu padre está invitado y por ende sus hijas también.—comentó y yo asentí, papá no me había comentado nada.
—¿Es cómo una celebración o algo así?—pregunté.
—Sí, por los nuevos socios o nuevos tratos.—respondió, luego su mirada se dirigió a Olivia.—¿Irás? Antes íbamos juntos todos los años.
—¿Cuándo es?—le preguntó Olivia.
—El otro sábado, queda genial porque ya habremos salido de exámenes. ¿Quieres venir conmigo? Yo pasaría a buscarte como siempre.—comentó y yo solo mantuve mi mirada en ambos escuchando.
Entonces Olivia me miró, sus lindos ojos se mantuvieron unos segundos en mi, jugó con el tenedor que tenía en su mano sobre la poca comida que quedaba en su plato y regresó su mirada a Charlie.
—No creo que sea lo correcto y…—Ella volvió a mirarme y soltó una risita nerviosa.—Creo que deberíamos hablar de algunas cosas más tarde.
—Oh, claro.—susurró Charlie finalmente.
—¿Camila vino a hacer examen?—preguntó Olivia y yo quise que la tierra me tragara ahí mismo, no le había comentado aún lo que había sucedido en la mañana, pero soltó un leve suspiro al notar que no me estaba preguntando a mi, era a Charlie.
—No.
—Oh Dios, pero esto es importante, es su vida académica.—El rostro de Olivia se contrajo en completa preocupación, dejo la poca comida que quedaba en su plato de lado y se levantó.—La llamaré, ya regreso.
Y casi quise que ella me mirara y entendiera que no quería que me dejara aquí, pero ella solo se alejó un poco de nosotros, me dejo sola junto a su ex y refunfuñé por lo bajo, tendría que hablar con Olivia sobre esto, ella no podía dejarla ahí como si nada con su ex.
—¿Irás?—me preguntó Charlie.
—¿Al festejo ese? Siendo sincera ni se si mi padre vaya a ir, cuando va a esa clase de festejos se pone un poco alegre.—comenté sinceramente, por motivos como ese papá había sido despedido años anteriores de uno de sus empleos, le había dicho a si jefe en la cara que era imbécil y muchas cosas más que no eran necesarias de recordar, solo recordarlo me daba vergüenza.
—¿Y no está bien eso? Se supone que para eso lo hacen, para estar alegres.—habló Charlie confundido.
Y me quise reír, porque el concepto de alegre que yo tenía en mi mente era muy distinto al de Charlie agarré el batido de fresa de Olivia y bebí un poco lo que quedaba, de todos modos seguro ella no se lo iba a terminar, miré a Charlie y suspiré, le debía explicar porque de lo contrario jamás entendería.
—Le gusta tomar, alcohol y cuando lo hace se vuelve algo loco.—le dije, Charlie asintió varias veces y luego frunció el ceño.
—Oh no parece, el señor Bird se ve tan estricto que temí que fuera como mis padres.—murmuró y finalmente reí.
—Solo es así en el trabajo, en casa es como ver a otro adolescente bromista y tonto más.
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