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CAPÍTULO 41
¿Retroceder o avanzar?
Lina.
Hay momentos como este donde llegas a un quiebre, el suelo a tu alrededor está tan lleno de golpes, un problema tras otro, no tienes una vía de escape, una salida, estás rodeado, no puedes salir a menos que pases sobre uno de esos tantos problemas, el problema es que cuando llegas a ese punto, ya no puedes, mejor dicho, sientes que ya no puedes y eso había sucedido con Olivia hoy, ella había llegado a ese quiebre, así que no lo intenté, no me acerqué a ella, pero estuve allí, los chicos y yo nos mantuvimos cerca ayudando, incluso Harold salió corriendo a su auto para buscar sus galletas y ofrecerle una, Joshua le sirvió jugo de manzana que tenía Jordan en su refrigeradora, Olivia se había desmayado porque había pasado todo el día sin comer y maldije, por no estar más pendiente, por mantenerme tan alejada esta mañana, si lo hubiera sabido antes esto no hubiera pasado.
—¿Mejor?—le preguntó Joshua, Olivia asintió.—No vuelvas a olvidar comer algo, no importa que tan preocupada estés, es importante.
—Gracias.—dijo después de un rato, Marcus estaba a su lado mientras le acariciaba su cabello.—¿Qué haremos?—le preguntó a su hermano.
No pude soportarlo más, caminé hacía el frente de la casa, mis manos estaban en puños y sentía tanta rabia dentro de mi, porque era injusto, porque Marcus y Olivia no deberían estar aquí, en una situación así, no lo merecían, debían estar en casa, sus padres debían aceptarlos tal como eran, apoyarlos en cada decisión, amarlos, Marcus no debía estar siendo curado de las heridas que le había hecho su propio padre, Olivia no debía estar metiéndose de nuevo en esa cuartada estúpida que solo la hacía infeliz, ellos no debían sentir miedo de su propia familia.
—Se lo que piensas y pienso exactamente lo mismo.—comentó Jordan posándome a mi lado.
—¿También quieres besar a Olivia?—bromee.
—Uy, beso de tres.—Soltó una risita maliciosa y golpee su hombro con mi mano.—Estarán bien, Marcus sabe lo que hace.
—¿Seguro? Pues la golpiza no parece como un plan genial.—comenté.
—No debí llamarlo.—dijo y solo le di una corta sonrisa y me senté el piso del pequeño patio del frente, él me imitó.
—Parece como si Olivia y yo hubiéramos retrocedido hasta el inicio.—me quejé.—No se ni como hablarle, en realidad creo que ni me debería acercar.
—No seas tonta, son amigas.—Agarró un mechón de mi cabello y jugó con él.—Es muy corto, me gusta. ¿Has pensado en volver a teñirlo?
—Lo dañé mucho, creo que no.—respondí.
No pasó mucho tiempo, quizás unos veinte minutos, Olivia y Marcus salieron de la casa y detrás de ellos iba Harold totalmente indignado y molesto, Joshua solo se posó a nuestro lado y nos quedamos mirando la escena.
—¿Estás loco? ¿Tu padre golpeó tu cabeza también? ¡No puedes regresar ahí!—le decía Harold y Marcus solo negaba con su cabeza.—¡Escúchame! ¡Yo los recibo a los dos en mi puta casa si quieren!
—¿Olvidas que Olivia solo tiene diecisiete? Además no tengo ingresos, no tengo nada y no voy a dejar a mi hermana sola.—le contestó.
—¿Cuándo mierda cumples años?—le preguntó y reí al verlo tan exaltado.
—Hasta en enero.—contesté yo por ella.
—¡Maldición! Pues te escondemos, que se yo, pero no te vayas.—Terminó rogándole Harold a Marcus.
Me levanté del piso y caminé hasta él, lo entendí, Harold tenía miedo de que pasara algo aún más grave, algo como lo que había pasado con su madre, pero la situación era muy diferente, el padre de Olivia no era un drogadicto, no estaba diagnosticado con problemas de ira, él no iba a casi matar a su hijo o hija a golpes, bueno no estaba segura, pero quería creer que no podía ser tan impulsivo, Harold había tenido una infancia difícil, había perdido el contacto con su padre por completo, hablaba muy poco con su madre y vivía con su hermana y lo entendía, ver a alguien que quieres en estado así, después de todo lo que había vivido, tenía que ser muy duro, agarré su mano y la entrelacé con la mía.
—Marcus sabe lo que hace, además estaremos en contacto todo el tiempo. ¿Cierto?—Marcus asintió.—Él tiene razón, no puede dejar a su hermana sola en esa casa y legalmente aún Olivia no se puede ir.
—Pero...—Olivia lo interrumpió.
—Mi padre no es tan malo, solo no comprende ciertas cosas, como muchas personas, reaccionó muy mal.—le dijo, Marcus vio pasar un taxi y lo detuvo con un movimiento de su mano.—Hablaremos con él y si las cosas no salen bien, yo misma obligaré a Marcus a irse. ¿Eso te deja más tranquilo?
Harold asintió, iba a replicar, a decirle que ella no se podía quedar sola en esa casa si ese fuera el caso, pero ella ni siquiera me miró, solo se dio la vuelta, caminó y se subió al taxi por la parte trasera, Marcus se despidió de nosotros y pronto el taxi desapareció de nuestra vista, mi celular sonó y maldije al ver la llamada de emergencia, Fiorella estaba mal.
—¡Fiorella!—grité, me moví rápidamente al auto de Joshua, él reaccionó rápidamente y corrió, abrí la puerta de copiloto y entré.—¡Apúrate!
—¡Joder! ¡Joder! Me pones nervioso. ¿A dónde?—Joshua arrancó el auto, Jordan y Harold se subieron en la parte trasera, Joshua avanzó saliendo del barrio.
Revisé el celular y justo entró una llamada de Fiorella, contesté rápidamente mientras mis manos temblaban pensando lo peor, coloqué el celular sobre mi oreja.
—¿Qué pasó? ¿Sigues en casa? ¿Llamo a la ambulancia? ¿No se supone que deberías estar con la vecina?
—¿Puedes calmarte? Lo siento, fue falsa alarma, estaba tocando unas cosas y sin querer hice la llamada, le estaba avisando a papá y ...—la interrumpí.
—¡Maldición! ¡Casi me muero yo! ¡estúpida!—Le hice una seña a Joshua para que se devolviera y el resopló.—¿Entonces? ¿Todo bien?
—Sí, solo me duele un poco la cabeza, pero lo normal.—contestó y suspiré más tranquila.—¿Estás en auto? Mierda. ¿Te saqué del instituto?
—No, ya estaba fuera desde antes, luego te cuento.—le dije, la escuché bufar.—Debo colgar, no olvides las medicinas y no te quedes en cama todo el día, llego dentro de unas horas.—colgué sin esperar su respuesta y le sonreí a los chicos.
—¿Falsa alarma? Puto susto nos pegó Fiorella.—comentó Harold desde atrás, yo me giré un poco y asentí.
—Si seguimos corriendo así los que van a terminar en un hospital seremos nosotros.—dijo Joshua, nos reímos, él se estacionó en el mismo lugar de antes, los cuatro salimos del auto y regresamos a la casa de Jordan.
—¿No irás a clase?—me preguntó Jordan.
—Que se jodan, he sido una estudiante ejemplar por mucho tiempo, luego inventaré una excusa.—le contesté.
(...)
No lo voy a negar, aproveché esa tarde como si fuera lo más valioso, Harold se había ido a su casa porque su hermana lo ocupaba, Joshua se había ido a su trabajo de medio tiempo y Jordan y yo nos quedamos juntos en su casa, ambos tratando de mantenernos ocupados para no pensar en toda la situación de hace unas horas, Marcus solo nos había dicho que ya estaban en casa y que estaban esperando a sus padres, Jordan y yo nos pintamos hasta las uñas de los pies, hablamos sobre Oliver, empezamos a ver una tonta serie juvenil, que estaba segura de que ya Fiorella la había visto, no tenía una mala trama y criticamos un poco la vestimenta de algunos personajes, luego fuimos a un pequeño súper que estaba cerca, compramos unas cervezas, bebimos mientras hablábamos de cualquier pendejada y cuando vi que empezaba a oscurecer, su madre había llegado y se ofreció a irme a dejar.
Así que ahora estaba entrando a casa, bastante tranquila y relajada, aunque siendo sincera aún faltaba bastante para que estuviera borracha, no me sorprendió ver a papá en la sala esperándome, como a esta hora llegaba a casa del trabajo, seguía con su traje puesto y apenas me vio soltó un largo suspiró, se aflojó su corbata y golpeó con su mano el lado del sofá libre para que me sentara a su lado y así lo hice.
—¿Me vas a regañar?—pregunté extrañada.
—No.—Solté una risita de alivio.—Sé que eres joven, no me molesta que tomes, además sabes medirte, pero me llamaron del instituto.
—Mierda. ¿Me van a echar?
—No, mentí, les dije sobre la llamada de emergencia de Fiore, que yo estaba trabajando y no podía ir, cosa que no es tan mentira.—Se encogió de hombros y reí.—Aunque no me gusta mentir respecto a la salud de mi hija. ¿Por qué no volviste a clase?
—Estaba cansada y necesitaba estar con Jordan.—comenté.
—¿Todo bien? Sabes que puedes decirme cualquier cosa, Lina.—Papá me sonrió y yo recosté mi cabeza sobre su hombro mientras suspiraba.
—No, estoy apunto de colapsar, me siento cansada física y mentalmente.—Jugué con mis manos y finalmente le dije.—Volveré a terapia, necesito parar.
—¿Volviste?—preguntó y asentí.—Lamento ser tan mal padre, Lina.
—No eres tan malo, créeme no lo eres.—Besé su mejilla y me levanté del sofá.—Debo hacer tarea y ponerme al día con lo que vimos hoy.
—Puedo escribir por ti si quieres.—comentó, negué con mi cabeza.—Ya Fiorella comió y está dormida, no te preocupes por eso hoy.
Le agradecí y caminé en dirección a mi habitación, ese era el problema, no debía preocuparme por eso hoy, pero los demás días sí y amaba a mi hermana, pero a veces en vez de hermana, me sentía como su madre y a veces sentía que en vez de hija era esposa, aunque sonará tan raro, porque tenía que escucharlos a ambos, ayudarlos a ambos, incluso estresarme por la comida, por la limpieza, cuando en realidad a esta edad por lo único que me debería preocupar era por pasar el año con buenas notas y mi vida sentimental, pero no, todo se me venía encima y luego terminaba así.
Dejando una sola tarde para mi, diciéndole a papá con pocas palabras que no estaba bien, que volvería a terapia donde me darían consejos que aunque eran buenos sabía que no podría cumplir, porque me importaba mi familia, los amaba, así que no solo podía pensar en mi, porque seguramente mi familia se caería en pedazos y yo no podía permitir que algo así sucediera.
Apenas estuve dentro de mi habitación me quité el tonto uniforme, me puse el primer abrigo que encontré, le envíe un mensaje a Lentes pidiéndole que me enviara sus apuntes para ver que temas habíamos visto, siendo sincera solo los leería un poco, después sacaría lo más importante y lo anotaría en alguna libreta, noté que Olivia estaba conectada porque sim querer entré a nuestro chat, los puntas de mis dedos cosquillearon queriendo escribirle, finalmente me rendí y lo hice.
Lina: Olvidé preguntarte, ¿Vas a leer el libro que te recomendé?
El mensaje fue visto de inmediato, así que ella también estaba viendo nuestro chat, sonreí, que tonta, debí hacer otra pregunta, algo como: ¿Qué pasó? ¿Estás bien? Pero temía que también saliera huyendo si le preguntaba esas cosas, esperé, su respuesta tardó, varias mensajes de Lentes me llegaron, seguramente sus apuntes.
Olivia: Sí, ya lo agregué a mi biblioteca, apenas termine el que estoy leyendo, leeré ese.
Lina: Que bien.
Olivia: Lo siento.
Lina: ¿Por qué?
Olivia: Por alejarme, por ni siquiera verte o despedirme.
Lina: Lo comprendo.
Olivia: No, no deberías aceptar algo así.
Lina: Déjame decidir eso a mi.
Olivia: Pero es injusto.
Lina: ¿Ya te enviaron los apuntes de la tarde? Lentes me envío los suyos, si quieres te los envío.
Olivia: Lina no evadas en tema.
Lina: No lo estoy haciendo.
Lina: Somos amigas, solo no te alejes de nuevo, déjame apoyarte, ayudarte.
Olivia: Yo no quiero ser tu amiga y tengo miedo, ese el problema.
Lina: ¿No?
Olivia: Cuando estoy contigo no quiero comportarme como una amiga, quiero ser algo totalmente distinto a eso.
Lina: ¿Tomaste o te fumas algo?
Lina: No digas eso, estoy achispada, tomé un poco con Jordan y me siento bastante atrevida.
Olivia: Tengo tanto miedo y no quiero sentir esto.
Olivia: Pero desde que nos besamos no he dejado de desear que suceda de nuevo.
Solté un grito de alegría y releí el mensaje una y otra vez, Olivia lo estaba admitiendo, me lo estaba diciendo, casi estuve apunto de marcarle a Jordan y contarle, pero me tranquilicé y le respondí.
Olivia: ¿No dirás nada?
Lina: ¿A qué le temes, Olivia?
Olivia: En estos momentos, a papá.
Lina: No pienses en él, no es necesario que le digas nada, no es necesario que él lo sepa y pronto te irás, solo es menos de un año.
Olivia: No sé si quiero irme, yo no lo sé.
Lina: Pues mientras lo descubras, puedes hacer lo que quieras, no te retengas más.
Olivia: Siento que nunca seré libre, yo misma me retengo, yo misma me pongo mis barreras.
Lina: Entonces déjame quitarlas.
Olivia: No es tan fácil.
Lina: Lo sé.
Olivia: ¿Y aún así quieres intentarlo?
No lo pensé más, me metí en su contacto y le marqué, no pasaron ni dos tonos cuando contestó, estaba nerviosa, pero podía hacerlo, sabía que podíamos, que merecíamos esto, que valía la pena, porque Olivia debía aprender, conocerse, amarse, cuidarse y a mi no mee importaba darle ese empujón a esa vida de la que tanto había huido, así que suspiré y hablé.
—Sí, lo haría una y mil veces si es necesario.
—Estás loca.—susurró.
—Quizás.—Reí.
—Gracias, Lina.
No le contesté, ambas nos quedamos en silencio, acompañándonos, pasaron varios minutos hasta que ella habló, me dijo que sus padres acaban de llegar y que debía colgar, le dije que si necesitaban cualquier cosa no dudarán en llamar y ella aceptó, colgó, me acosté en mi cama, me metí en el chat de Lentes, le agradecí por los apuntes y me puse a leerlos.
Estos dos capítulos me deprimen, pero igual son bonitos. :')
Espero que estén bien, tomen agua y coman bien.
Sean bonitos, recuerden que los quiero. <3
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