31

CAPÍTULO 31

Jodida.

Lina.

Okay, no se que hacer, no tengo ni puta idea de que hacer, por primera vez un asunto se sale de mis manos, Fiorella ya está dormida y ella es la que es buena en esto, yo no sé, simplemente no nací con ese talento, en serio, cuando una persona llora simplemente quedo en blanco, no se que hacer, que decir, así que simplemente me quedo quieta, Susan llora aún sentada en el suelo de mi baño y yo solo estoy sentada a su lado en silencio, mis manos en mi regazo, que por cierto están temblando, porque estar sobre el suelo frío en la madrugada no es nada sano, si yo me siento así, no me puedo imaginar como se siente Susan después de que vomitó puro alcohol de su sistema, además de que sigue con su enagua mojada puesta y sí, mojada porque ella misma la mojó con agua del lavamanos diciendo que era horrible y larga.

—¿Qué hago?—susurro estresada.

—Oh Olivia va a estar tan decepcionada. ¡Oh, Álvaro! ¡Dios!—lloriquea y yo siento un nudo en mi garganta.

Oh Olivia me odiará por esto, el plan Livi se fue a la mierda, emborraché a su mejor amiga, ni siquiera la estoy consolando y seguro se enfermará, morirá, Olivia jamás me va a perdonar, seguro jamás querrá ni ser mi amiga, es más hasta se pasa de instituto, mierda, estaba más jodida que antes. ¡Olivia! Mierda, no lo había pensando, ella podía ayudar, después de todo ellas eran muy amigas, seguro que funcionaba, miro el bolso de Susan en el suelo, rápidamente lo agarro, busco su celular dentro y apenas lo tengo entre mis manos cruzo mis dedos porque no tenga contraseña y quizás mi suerte no está tan mal, porque así es, busco entre sus contactos a Olivia y le marco de una vez antes de que me arrepienta.

—¿Su? ¿Qué pasá?—escucho su voz adormilada.—¿Estás bien?

—Olivia.—Susurro sintiendo mi corazón acelerado, acerco más el celular a mi oreja y suspiro antes de empezar.—Susan está mal.

—¿Qué? ¿Qué tiene? ¿Están en un hospital? ¿Qué le pasó? Voy para…—la interrumpo.

—¿Puedes dejarme hablar? Ella está mal, está llorando, tomó de más, primero estaba re alegre y ahora no para de llorar y yo no se hacer.—digo, paso una mano por mi cabello y suelto un bostezo sin querer.

—Pásamela.

—Dile que debería cambiarse, que acepte la pijama que la traje y mi café.—hablo, no espero su respuesta y le coloco el celular a Susan en la oreja.—Es Olivia, sostenlo.—Ella sube su mano y sostiene el celular contra su oreja.

Decido darles privacidad y salir del baño, además de que yo también debía cambiarme este tonto vestido y pasar a ver si Fiorella estaba bien, apenas estoy en mi habitación me deshago del vestido, los tacones, las pulseras, me coloco una camisa enorme color negro de manga larga, me coloco unas medias suavecitas, paso por la habitación de papá y extrañamente la luz está prendida así que paso, él sobre su cama, tiene un libro entre sus manos y apenas me nota alza su mirada.

—¿La chica está bien?—me pregunta.

—¿Te despertamos? Lo siento, es que ella no tenía donde quedarse y yo…—me interrumpe.

—No te estoy regañando cariño.—Se ríe.—De todos modos mañana tengo libre.

—¿En serio? Eso es un milagro, esa empresa casi te tiene esclavizado,—me quejo.

—Los Foster son buenas personas, son jefes muy estrictos y profesionales.—comenta, frunzo el ceño al escuchar el apellido. ¿Ese no es el apellido de Charlie? No, no puede ser.

—¿Foster? ¿Ellos tienen un hijo de mi edad, papá?

—Sí, de hecho creo que van al mismo instituto. ¿Lo conoces? ¿Es tu amigo?

Por suerte estoy apoyado sobre la pared porque si no probablemente me hubiera caído, maldición, solo a mi me pasaban estas cosas, ¿no podía ser otra estúpida empresa? De tantas que hay, ¿tenía que ser esa? ¿Le quería quitar la novia al hijo de los jefes de mi papá? Okay, antes creí que estaba jodida, ahora estaba ultra mega jodida.

—¿Estás bien? ¿También tomaste, Lina? ¿Te preparo un café?—Papá se levanta de su cama preocupado y yo niego con mi cabeza.

—No, solo estoy cansada. Debo dormir, tú también, papá.—le digo, él asiente no muy convencido pero regresa a su cama.—Buenas noches.

—Buenas noches. ¿Fiorella está bien?

—Sí, todo en orden.

(…)

Trato de mantenerme despierta, escucho a Susan y a Fiorella hablando de la noche anterior, noto que ella tiene demasiada vergüenza, pero aún así sigue preguntando más, yo tengo mi cabeza sobre la mesa, estoy tan cansada, jamás había dormido tan incomoda en mi vida, en un momento de la madrugada Susan entró a mi habitación, se veía más tranquila, pero se nota a leguas que no quería dormir sola, así que le permití que durmiera en mi cama, después de todo era lo suficiente grande, pero recibí patadas, codazos, juro que me asusté cuando su cara estuvo cerca de mí, solo faltaba que me mordiera, jamás volvería a dormir con esa mujer, quería seguir con vida.

—¡Lina!—exclamó de golpe Fiorella sobresaltándome, refunfuñé y me senté mejor en mi asiento.—Recuerda que debes avanzar con los folletos si quieres terminar antes del viernes.

—Como que promete repetir año.—mascullo.

—¿Qué folletos?—pregunta Susan curiosa.

—Son como prácticas enormes de cada materia, si no las entrega después de semana santa va a reprobar.—le contesta Fiorella.

—Oh, ¿Necesitas ayuda, Lina?—Ella me sonríe y casi estoy apunto  de decirle que sí, pero papá entró a la cocina.

—Buenas días, bellas damas.—Nos saluda, se acerca a la cafetera, busca un vaso y se sirve café.

—Buenas días, señor York.—le dice Susan.

—¿Cómo sigues? ¿Ya te sientes mejor? Yo tengo unas pastillas que ayudan muchísimo.—le comenta, pronto las mejillas de Susan se ruborizan de la vergüenza y baja su mirada.

—Lo siento muchísimo, en verdad que yo no soy así, lamento que supiera de mi de esa manera, en verdad…—Papá la interrumpe.

—Tranquila, no te estoy regañando ni nada, yo entiendo. Los jóvenes de ahora a veces cometen sus locuras, yo en mis épocas de juventud era todo un loco.—Yo asiento totalmente de acuerdo, si incluso ahora a veces se comporta como un completo niño, Fiorella ríe.—¿Quieres una pastilla?

—No, ya con el café y el desayuno me siento mucho mejor, muchas gracias.—le dice Susan, él le sonríe y asiente.

— ¿Lina ya avanzaste con los folletos? —me pregunta y yo asiento, parece conforme así que empieza a caminar con su taza en mano.— Bueno, las dejo solas para que sigan platicando. Un gusto conocerte, Susan. Eres bienvenida en esta casa, hace falta la amistad femenina, Lina me va a volver loco con todos esos amigos bobos que tiene.

—¡Papá, los adoras!—exclamo Fiorella y el sale de la cocina negando con su cabeza.

—¿Me dejas ayudarte entonces?—pregunta Susan, yo niego con mi cabeza.—Lina, me cuidaste en mi primera borrachera, además esta semana no haré prácticamente nada, mamá no está para festejos y yo necesito distraerme.

—¿Segura? Esos folletos casi parecen libros.—le dice Fiorella.

—Claro, dame el de biología, estudios sociales, son mis materias favoritas.—me dice y yo casi que estoy apunto de abrazarla y decirle que la amo, porque acaba de pedirme los dos folletos que se me hacen más aburridos y feos.  

—¡Ya vuelvo! ¡Muchas gracias, Susan!—exclamo, me levanto de mi silla y voy a mi cuarto.

Cuando llego a mi escritorio, veo cada folleto hasta que encuentro los dos de Susan, los agarro entre mis manos y justo cuando me voy ir mi celular que está cargando sobre mi cama suena, me acerco al reconocer el tono, fue el tono que le puse a Olivia desde el viernes que empezó el plan Livi, suena de nuevo y emocionada lo desbloqueo encontrando dos mensajes.

Olivia: Susan no me contesta, supongo que su celular se apagó.
Olivia: ¿Podrías decirle que pase por mi casa antes de ir a la suya?

Lina: ¿Y qué gano yo haciendo eso?

Olivia: ¿Ser buena persona?

Lina: Lo hago con una condición.

Olivia: Lina, es importante. Solo hazlo, por favor.

Lina: Hablemos, ¿qué tal mañana a las 11pm en la plaza?

Olivia: Está bien, de todos modos tengo que hablar contigo.

Lina: Perfecto.

Dejo mi celular sobre la cama de nuevo, camino de nuevo con los folletos en mis manos y regreso a la cocina, los dejo sobre la mesa en un lugar que no esté sucio y me sirvo más café en mi taza, bebo un sorbo y me vuelvo a sentar en mi silla, quien lo diría, gracias a todo el desastre de ayer había logrado que Olivia me escribiera y así pude conseguir que nos viéramos, seguía estando mega jodida, más aún al saber que papá trabajaba para los padres de Charlie, un asco de suerte tenía, pero mientras papá mantuviera su trabajo, todo iba a estar bien.

Extrañamente todo parecía ir bastante bien, así que cuando Fiorella empezó a toser fuertemente no me sorprendí, pero a la que si le dio casi algo fue a Susan que tenía media tostada en la boca, yo me levanté de mi silla rápidamente, corrí hasta donde estaba Fiorella, pasé una de mis manos por su espalda mientras la sostenía, ella siguió tosiendo.

—Tranquila, ya va a pasar, solo respira.—le dije calmadamente.
Ella siguió tosiendo un poco más hasta que de su garganta salió una sustancia mucosa y calló sobre su plato, poco me importó si a Susan eso le incomodaba o le daba asco, mi hermana siguió tosiendo un poco más, estaba agitada, pero ella sabía perfectamente lo que tenía que hacer, así que se tranquilizó mientras yo seguí pasando mi mano por su espalda, pronto su respiración fue más estable y la solté.

—¿Mejor?—pregunté y ella asintió.—¿Quieres agua?—Volvió a asentir con sus ojos llorosos, me iba a alejar a traerle un vaso con agua, pero Susan se me adelantó y ella misma le sirvió el vaso y lo colocó frente a ella, lo iba a tomar entre una de mis manos y darle de beber yo misma, pero Fiorella me interrumpió.

—Yo puedo.—se quejó.

—Está bien.—susurré, agarré su plato del desayuno y lo llevé al lavaplatos, eché agua encima, cerré el grifo y volví a mi silla.

Agarré mi taza con café y bebí un poco, alcé mi mirada, Susan veía a Fiorella con un semblante preocupado, quise decirle que no debía hablarle a Fiorella en estos momentos porque se ponía irritante después de que le pasaban cosas como estás frente a personas que apenas viene conociendo, pero fue muy tarde.

—¿Estás mejor?

—¡No! ¿Qué acaso no me ves?—le grita, señala con su mano su tanque de oxigeno y se levanta de la silla, me levanto.—Odio esto, estoy tan cansada. ¡Claro que no estoy bien!

—Fiorella.—le advierto.

Ella me ignora, camina saliendo de la cocina y suspiro, se supone que soy la menor, tomo un sorbo más de mi café y miro a Susan.

—Lo siento, olvidé decirte que se pone así cuando le hacen ese tipo de preguntas.—le digo mientras me vuelvo a sentar, Susan asiente.

—Entiendo, me imagino que si debe ser muy difícil, nuestra vida es fácil comparada con la de ella.—comenta y yo niego rápidamente con mi cabeza.

—No minimices tus problemas o vida solo por ver a una persona enferma de FQ, sí, hay que ser compresivos, pero no creer todo lo que ellos dicen, no, mi hermana no exagera, sufre muchísimo, pero recibe la ayuda que necesita y tiene personas que la aman.—le digo, Susan asiente lentamente y luego suspira.—Susan me gustaría hablar contigo sobre ciertas cosas que dijiste ayer.

—Oh. ¿Qué pasa?

—¿Has visitado a algún profesional? No sé si deba hablarte sobre estas cosas, pero yo he recibido ayuda varias veces, como sabes mi vida es algo difícil…—me interrumpe.

—¿Hablas de un psicólogo?—pregunta y yo asiento.

—Sí. ¿Lo has pensando? Susan eres hermosa y la verdad no me gustó para nada enterarme de que te sientes tan mal por tu aspecto.

—Álvaro ya me había hablado sobre eso, pero Lina yo estoy bien. No te preocupes.—me dice, incluso me sonríe.

—Está bien, igual sabes que por cualquier cosa aquí estoy, te pasaré el número de mi psicóloga de todos modos.—hablo, Susan toma un sorbo de su café mientras asiente.—Oh, Olivia me dijo que te dijera que pasaras a su casa primero.

—¿Te dijo por qué?

—Ni idea.

Después de eso le presté ropa a Susan, le llamé un taxi y pronto la casa quedo en total silencio, seguramente Fiorella dormía, papá debía estar durmiendo y yo debería estar haciendo los tontos folletos que debo entregar pronto, así que deprimida y con toda la pereza del mundo me dirijo a mi habitación. 












Perdón por actualizar tan tarde, bonitos.❤

Espero les haya gustado, no olviden votar y comentar, eso me hace muy feliz.✨🦋

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