29
CAPÍTULO 29
Tristeza.
Olivia.
Ella simplemente no podía llegar, comportarse así y luego simplemente irse, era totalmente injusto, mordí una de mis uñas estresada, había llevado todo bajo control, quizás algunas cosas se me habían salido de mis manos como el perdón, pero era solo eso, pero cuando estuvo ahí con el tonto batido de fresa, cuando sus dedos estuvieron sobre mis labios por solo unos segundos había perdido todo, sus malditas expresiones, vi victoria en esos lindos ojos, si había llorado antes en ese momento estuve segura de que hubiera podido inundar la ciudad solo con mis lagrimas o quizás ya había exagerado demasiado, así que me contuve, decidí que me iba a acercar, dejarle en claro que se debía alejar, pero hizo lo que creí que no haría, me ignoro, me evitó por toda la tarde de clases y cuando tuve oportunidad a la salida de acercarme Camila y Charlie estuvieron sobre mi y tuve que fingir que todo estaba bien por casi dos horas hasta volver a casa.
Y ahora estaba lo peor, fue tan buena hermana que Marcus me pidió que le dijera a nuestros papás que no vendría, acepté y ahora mientras cenábamos en silencio debía hablar y decirle una mentira a mis padres, justo rompiendo los valores que ellos me habían inculcado, definitivamente desea que este viernes terminará pronto o me volvería loca.
—Marcus y yo hablamos hoy.—les comenté, mamá alzo la mirada de su comida y papá dejo su vaso con agua sobre la mesa, listo, ya tenía su atención.—Tiene varios pendientes en la universidad, no vendrá, me dijo que les comentará, su celular está fallando.
—Le enviaré dinero mañana para que se pueda comprar otro o que lo repare.—fue lo único que dijo papá y luego siguió comiendo.
—Que triste, quería ver a mi hijo, más por estas fechas.—me dijo mamá, rápidamente quitó su mueca de tristeza y me sonrío.—Bueno, para la próxima será, se que tenías muchos deseos de verlo también.
Y yo solo asentí, le sonreí y seguí comiendo con un mal malestar en mi boca, su hijo en pocas horas estaría tan cerca y a la vez tan lejos de ellos, pero era algo que comprendía, pero que estaba casi segura que ellos no, no lo verían como lo veo yo, pensarían en lo malo, en que estaría con personas que pecaban, malas influencias para su hijo con perfecto futuro profesional que ni siquiera el mismo quería y casi quise salir huyendo, si se suponía que así era la vida de mi hermano, la mía no sería muy distinta, incluso seguro sería aún más infeliz, después de todo al menos él ya tenía planeado seguir en la banda y con sus amigos.
Mi celular sonó, rápidamente lo apagué sin ni siquiera mirarlo, estábamos cenando, tonta de mi, por primera vez no lo dejé en mi habitación, quizás la situación de Lina me estaba jodiendo demasiado, comí rápidamente tratando de que el tiempo se pasara rápido para poder irme a mi habitación, apenas mamá y yo terminamos de lavar los platos en la cocina me fui casi corriendo a encerrarme en mi habitación.
Me recosté en mi cama, saqué mi celular del bolsillo de mi pantalón, lo encendí, rápidamente varios mensajes de WhatsApp me llegaron, demasiado extraño, me metí a la aplicación y si no hubiera estado acostada en mi cama seguramente me hubiera caído, me habían añadido a un grupo, pero no un grupo cualquiera, “Fiesta sorpresa de bienvenida para Marcus”, lo más sorprendente fue que Lina me había añadido, ella lo había hecho, ya habían varios mensajes en el grupo, habían añadido a Susan también, sentí nervios y emoción a la vez. ¿De qué se trataba todo esto?
Joshua: Vamos a organizarnos bien, no empiecen a hacer alboroto.
Joshua: Primero, el lugar, piensen.
Fiorella: ¿La casa de Harold?
Lina: Sí, es más grande.
Jordan: Perfecto, ya tenemos lugar.
Harold: ¿Ni siquiera me van a preguntar si puedo?
Jordan: Prácticamente vives solo, no te quejes.
Harold: Rueguen porque mi hermana no aparezca.
Joshua: Okay, ya tenemos lugar.
Joshua: ¿Quién se hace cargo de la bebida?
Lina: Yo, tengo algo ahorrado, igual no podemos beber tanto alcohol, va a estar Fiorella.
Fiorella: ¡Te leí!
Lina: Como si me importara. :D
Joshua: ¿La comida?
Susan: Oh, yo podría con eso, aunque creo que necesito a alguien más.
Joshua: Yo te ayudo, bonita. <3
Joshua: Ahora lo más importante, ¿Quién entretiene a Marcus para que no se arruine la sorpresa?
Lina: Fácil.
Lina: @Olivia
Por Dios, Lina no había tenido el descaro de mencionarme después de todo lo que habíamos pasado, casi quise tirar el celular lejos y ignorarlos, pero después de todo ya había entrado al chat, ellos ya deberían saber que había visto los mensajes, debía responder algo, lo pensé un largo rato hasta que supe que hacer.
Olivia: No creo poder ayudarlos o asistir, mañana pasaré todo el día con mis padres.
Harold rápidamente envío un sticker de un gato serio, casi reí al verlo, lo agregué a mis stickers, pronto una respuesta a mi mensaje llego al chat.
Fiorella: Perfecto, la fiesta sorpresa es el domingo, no mañana.
Olivia: Tengo que ir a misa.
Susan: Pero eso solo es en la mañana, tenemos la tarde y noche libre.
¿Se suponía que Susan era mi amiga? me pregunté indignada, me salí de WhatsApp y puse el celular sobre la cama, mantuve mi mirada en el techo a pesar de escuchar el sonido de nuevos mensajes llegando, después de un rato cerré mis ojos tratando de dormir, que estresante y loco había sido este día, eran demasiadas emociones, inconscientemente alce mi mano y toqué con mis dedos mis labios, los dedos de Lina habían estado justo allí, recordé el cosquilleo que sentí, las ganas de acercarla, me sentí frustrada al notar mis pensamientos, no era lo correcto, ella era una mujer, tenía novio, no estaba bien.
(...)
Me moví entre las sabanas y intente ocultar mi cara en las almohadas, ya era de día, había demasiada claridad en la habitación, extrañamente había dormido muy bien, casi quise maldecir cuando mamá tocó mi puerta diciendo que ya estaba el desayuno, me levante resignada, ignore por completo el celular que aún seguía allí, fue directamente al baño, lavé mi rostro y mis dientes y así bajé hasta el comedor, sorprendente papá aún tenía puesta su pijama mientras bebía café y leía el periódico, mamá había hecho tostadas francesas, así que felizmente me acerqué al comedor, besé la mejilla de ambos y me senté en mi lugar.
—¿Por qué sigues en pijama, papá?—le pregunté.
—Quise quedarme un rato más, compartir con dos mujeres hermosas y que amo vale la pena.—Dejo el periódico de lado y me sonrío.—Iré a la oficina después de el almuerzo.
—¿Podemos ver películas?—pregunté esperanzada, mamá asintió, sentí emoción, podría compartir con ellos como antes, aprovecharía esta mañana definitivamente.
Después de eso proseguí a comer, papá y mamá hablaron un poco conmigo, me preguntaron sobre el instituto, Charlie y mis amigas, sobretodo por Susan, después de todo ellos habían presenciado una parte de Su que no conocían y noté la preocupación en sus miradas, pero los tranquilice, después de todo Susan había mejorado un montón y aunque ella no lo dijera sentía que tenia mucho que ver con Álvaro y su ahora amistad con Joshua, aún seguía creyendo que esa reunión amistosa en una cafetería a la que la había invitado era una cita, pero preferí dejar que ella pensara o se mintiera al respecto, después de todo ahora tenía un gran amigo a su lado, alguien distinto a nosotros y por lo poco que había conocido de él, sabía que no era una mala persona.
Creí que todo estaba saliendo de maravilla hasta que regrese a mi habitación, tenía demasiadas llamadas perdidas además de varios mensajes, me preocupe demasiado, todas las llamadas perdidas habían sido de Camila, así que rápidamente le marqué rogando porque no fuera nada grave.
—¡Cam! ¿Estás bien?—le dije.
—Bueno, si hubiera estado gravemente herida creo que hubiera muerto esperando que contestarás.—dijo, escuché su risa, parecía algo deprimida, como si estuviera llorando.—¿Estás en tu casa?—preguntó.
—Estás llorando. ¿Qué pasa? Sí estoy en casa, Cam.
—¿Puedo quedarme este fin en tu casa? No se que hacer, me siento muy mal, no quiero estar sola.—sollozó, se escuchaba tan mal.—Yo no se que le pasa, te juro que hago las cosas bien, pero él siempre tiene algo para reclamar.—siguió llorando.
—Oh Cam, eso no es nada bueno para ti. Ven, sabes que las puertas de mi casa siempre estarán abiertas para ti.—le dije, me senté en mi cama y solté un gran suspiro.—Te quiero, se que quizás no sea la mejor amiga, pero lo intento. Camila yo no siento que Armando sea un buen chico para ti, mereces alguien que te trate bien, que te acepte por como eres, no mereces estar llorando ahora, porque si te amara jamás te haría llorar así, el amor no lastima.
—Lo sé, lo sé.—Hubo un silencio demasiado largo hasta que volvió a hablar.—Pero lo amo, se que está mal, pero no puedo dejarlo.
—No se que decirte, Cam.
—Si Charlie se comportara distinto, pero aún así sabes que dentro de él sigue siendo el chico increíble del que te enamoraste. ¿Lo dejarías?—me dijo.
—Creo que si de alguna forma cualquier persona de mi entorno me empezara a tratar mal, me alejaría, aunque doliera, porque no soy un súper héroe, no soy Dios, ni un ser divino, creo que cuando las personas empiezan a dañar a los demás es porque hay algo muy mal en ellos, no podemos ayudarlos aunque queramos, porque ellos mismos deben ayudarse primero, deben sanar para poder regresar.
—Gracias, Oli.—Escuche su voz más tranquila, parecía qe había dejado de llorar.—Debo colgar, mamá me está llamando.—Y colgó sin dejarme responder.
Esperaba que Camila si había escuchado mis palabras, era irónico que yo diera un consejo como ese y no lo siguiera, aunque en este caso yo no era la victima, después de todo había empezado a ser más distante, cortante y incluso un poco cruel con Charlie, un chico que no merecía para nada que yo lo tratara así, no después de todo lo que había hecho por mi, era injusto y aún así sabía que no podía cambiarlo o alejarme aunque quisiera. ¿Qué dirían mis padres? ¿Sus padres? ¿Le haría menos daño si lo termino sin razón? Porque era obvio que no le podría decir la verdad, era aun peor.
(...)
Al menos mis padres no podían echarme la culpa de no poder compartir como lo habíamos planeado a la hora del desayuno, mamá y papá prácticamente salieron corriendo apenas estuvieron listos, al parecer un viejo amigo de la universidad había llegado y se suponía serían nuevos socios para la empresa, era obvio que sería más importante que pasar tiempo con su hija, casi quise llorar cuando Camila me había enviado un mensaje diciendo que no vendría porque ya todo estaba bien, estaba completamente sola en esta casa, en vacaciones y no quería molestar a Susan, no se conectaba desde ayer en la noche, tampoco Álvaro así que supuse estaría con él, casi quise darme un golpe al pensar en mi última opción. ¿Podía ser más cruel? Sí, en estos momentos estaba llamando a Charlie para que viniera a acompañarme.
—Hola, cariño.—dijo, escuché un bostezo de su parte, fruncí el ceño, ¿lo había despertado? ¿Cómo era posible? Iban a ser casi las once.
—¿Te desperté? ¿Cómo es posible que no estés despierto desde antes? —dije sorprendida.
—Ayude a Álvaro hasta muy tarde con algo ayer, mamá y papá no estuvieron muy contentos, pero me dejaron dormir. ¿Pasa algo?
—¿Puedes venir? Estaba pensando en esa película de la que me hablaste antier creo, me gustaría verla.
—Creí que no me estabas prestando atención.—susurró apenas.—Me alisto y en unos minutos estaré allí.
—Está bien, te espero.—le dije, apenas me contestó, colgué.
Después de todo Charlie no mintió, bueno, nunca lo hacía, no pasó más de una hora cuando llegó a casa, le abrí la puerta, le sonreí, besé su mejilla y trate de ser una buena novia, como lo era antes, sabía que Charlie lo había notado, no era tonto, rogaba porque solo fuéramos él y yo, como antes, buenos amigos que se juntaban, hablaban de temas en común, que a veces se besaban o abrazaban, así que cuando estuvimos en la sala viendo la película me acurruque en su pecho, pensé en lo tranquila que era su respiración, su corazón latiendo contra mi pecho, las leves caricias de su mano en mi cabello, no pude evitarlo, las lagrimas salieron mojando mis mejillas, estaba exhausta, harta de todo y de todos y estaba sobretodo muy cansada de mi, del daño que me hacía y le hacía a los demás, Charlie lo descubrió muy pronto.
—¿Qué pasa, Oli?—pregunto, me apretó contra él teniendo su mano en mi espalda.—¿Quieres hablar?
—Lo siento, lo siento tanto.—le susurre, mi mano sobre su pecho pasa a estar sobre su mejilla, alce mi rostro hasta que nuestras miradas se encontraron, quise golpearme al notar la preocupación en su mirada.
—No tienes que disculparte por nada, Olivia.—Su mano libre me dio una leve caricia en mi mejilla y me acercó un poco más.—Eres la chica más fuerte que conozco en este mundo, me siento pleno a tu lado, no sabes como le agradezco a Dios de que te puso en mi camino.
—No soy buena, Charlie.—Sonreí de costado y él limpio mi mejilla.—Soy un desastre y te estoy haciendo daño. No te merezco...—me interrumpió..
—Deja que yo decida eso, cariño. No puedo dejarte sabiendo que algo te aflige, que te lastima, puedo estar para incluso aunque duele, me importas.—Besó mi nariz levemente.—¿No lo entiendes aún?—negué con mi cabeza.—Las personas difícilmente se alejan de ti, te adoran, eres una persona excelente, una excelente amiga.—Besó mi frente esta vez y luego regreso para mirarme de frente de nuevo.—Yo me quedaré a tu lado hasta que no me necesites más.
—Marcus si viene esta semana, se quedará con unos amigos, chicos geniales que conocí hace unos meses, le mentí a mis papás porque él no quiere verlos, quiere compartir con sus amigos y yo...—Me detuve un momento, supe que realmente quería decirlo y no estaba mal, Charlie no me juzgaría.—Me siento egoísta, Charlie. Porque lo quiero para mi, lo extraño tanto y cuando él está esta casa no está tan vacía, cuando él está tengo una familia, todo es bonito. ¿Es malo que piense así?
—No lo sé. Sé que todos en este mundo queremos ser felices, si eso es lo que te hace sentir bien lo entiendo perfectamente, amas a tu familia, deseas que siempre esté unida, pero tu felicidad no es la misma que la de los demás, yo amo estar contigo, soy feliz compartiendo unas horas a tu lado, mis padres son felices en su empresa planeando nuevas cosas, Álvaro es feliz con Susan, Camila es feliz junto a ese chico extraño.—Paso su mano por mi cabello quitando los mechones estorbosos de mi rostro.—Dios no creo hijos perfectos, muchas veces tomamos malas decisiones solo por querer ser felices, por querer unos momentos buenos, solo debemos buscar el camino del bien y no dañar la felicidad de otros.
—¿Y si esa felicidad está mal? ¿Si va contra tus valores o creencias?—pregunté, noté el ceño fruncido de Charlie seguramente pensando algo totalmente feo.
—Supongo que Marcus sabrá como cambiarlo, seguro buscará la forma de estar bien con él mismo y con Dios.—Me sonrío.—De todos modos si se me parece injusto que te utilice a ti para decir mentiras, eso está muy mal y te afecta a ti.
No le contesté, solo asentí, volví a recostar mi cabeza en su pecho, poco a poco me calme, trate de ponerle atención a la película, pero definitivamente era aburridísima y pronto mis ojos se cerraron, no se cuanto dormí, pero cuando me desperté Charlie seguía en su lugar completamente despierto, su celular en mano seguramente viendo memes, me levanté y me senté bien a su lado, manteniendo las distancias, pasé una mano por mi cabello y bostece queriendo más que nada estar en mi cama, me sentía tan cansada aún, por eso no me gustaba para nada dormir en el día.
—¿Quieres que me quede a cenar?—preguntó él.—Dormiste demasiado, ya es tarde y pronto tus padres estarán aquí.
—Sí, quédate.—contesté finalmente, después de todo, Charlie estuvo aquí, cuando más necesité a alguien él nunca me falló.
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