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CAPÍTULO 28
Era una locura, ¿Valía la pena?
Lina.

Sirvo el jugo en dos tazas, le ofrezco una a Fiorella y ella me agradece, miro la tonta falda del uniforme estresada, ni siquiera me sentía cómoda, ¿Cómo hacían para sobrevivir sin bolsillos? Ni siquiera sabía dónde colocar mi celular ahora, seguro lo tendría que andar en la mano todo el día, al menos no había sido expulsada o suspendida me había dicho papá, pero estaba sintiendo que esto era peor, tomo un sorbo del jugo y me siento en mi silla en el comedor, Fiorella sigue en pijama, se veía algo cansada pero aun así se había levantado para ver mi humillación.

—Te ves bien, quita esa cara.—me dijo, rodé mis ojos.

—Es la única que tengo.—le contesté.—¿Qué harás hoy?

—¿Dormir? Supongo que leer, no te preocupes, la vecina dijo que pasaría a verme varias veces, igual si me siento mal, hago llamada de emergencia, me dieron de alta, estoy mejor.—me recordó.

—¿No quieres hacerte pasar por mí e ir al instituto?—bromee.

—Si pudiera lo haría, aunque pensándolo bien, levantarse tan temprano no es nada genial.—bostezó, miré el plato de frutas que le había picado, seguía intacto.

—Ya debería irme, se me hará tarde y como al parecer ya no puedo tener ni una llegada tardía.—me queje, bebí un largo sorbo de mi jugo y lo dejé en el lavaplatos.—Desayuna todo, no olvides el tratamiento, si me necesitas...—me interrumpe.

—Te llamaré, ya lo sé. ¡Intensa!—me dice, me coloco el bolso que tenía sobre la mesa, me acerco y beso su mejilla.—Te cuidas.

—¡Harold y Jordan vendrán a visitarte para el almuerzo!—le dije mientras me alejaba yendo a la puerta principal.

Fiorella había salido del hospital apenas hace tres días, necesitaba atención casi que las veinticuatro horas, ahora que papá trabajaba en esa empresa pasaba demasiado ocupado así que no podía encargarse, habíamos hablado sobre una enfermera para que se hiciera cargo, pero a mí no me hacía gracia y estaba segura que a Fiorella tampoco le gustaría, era mejor que se mantuviera con personas que ya conocía, en confianza y aunque se estaba haciendo difícil todo el apoyo de mis amigos y el de la señora Marta, nuestra vecina de hace muchos años me hacía sentir un poco más tranquila, yo la hubiera cuidado sola tranquilamente, pero mi año escolar estaba a punto de caer o eso había dicho el director, no le creía mucho, creo que solo estaba tratando de demostrar su autoridad por lo que había pasado con el imbécil de Brandon, igual no me arrepentía y cada vez que lo veía por los pasillos con su nariz vendada me hacía sentir muy bien, era satisfactorio.

Lo único malo era que tenía demasiados trabajos, ni siquiera estaba haciendo las tareas pasadas, los profesores habían llegado a un arreglo conmigo, tenía un folleto enorme de cada materia, era demasiado, me habían dado tiempo hasta después de semana santa para entregarlo todo o de lo contrario reprobaría y sería aún más difícil pasar el siguiente semestre, habían intentado ponerme un tutor, pero me negué, después de todo, a mí no se me dificultaba, solo me daba demasiada vagancia o estaba demasiado ocupada en otros asuntos más importantes, en realidad ese no era mi único problema, la linda chica que andaba por los pasillos de la mano de don perfecto lo era, Olivia y yo ya no éramos nada, como ella lo había pedido no me volví a acercar y se suponía estaba bien, era lo mejor para mí, pero mi lado necio y torpe aparecía cada vez que la veía haciendo que me comportara como una estúpida y huyera temiendo de mis actos.

Además de que por culpa de Joshua ahora me sentía estresada y con ganas de hacer algo estúpido y como decía Jordan cuando me ponía así la cagaba tanto que luego terminaba yendo a terapia junto a él, no era nada prometedor, pero las palabras de Joshua se repetían una y otra vez en mi mente.

“—Ella le pregunta por ti a Susan, si te quisiera lejos no haría eso.”

“—Susan me dijo que la nota muy deprimida y aislada, también que parecía que ya no quería al novio, ese tal Charlie.”

Como lo odiaba cuando se ponía en plan chismoso con chismes que no debería saber, sentí que las puntas de mis dedos hormigueaban, una sensación de pura ansiedad acumulada, Jordan me mataría si hacía algo estúpido, además tenía dignidad, eso de andar rogando no era lo mío, además había más chicas y chicos en el mundo, pero no como ella pensé, que mierda de vida, siempre escogiendo a la persona más complicado, maldito corazón traicionero.

Apenas entré al aula ya todos estaban dentro, incluso el profesor, miré la hora, bueno, al menos lo había intentado, veinte minutos no era nada, me mentí, camine hasta el único asiento vacío de atrás, me senté, quité mis audífonos y miré al frente, tener matemáticas desde temprano no era una forma bonita de empezar el día, no saqué nada de mi bolso y miré como el profesor explicaba el ejercicio, vi como todos apuntaban en sus cuadernos, algunos solo le tomaban foto a la pizarra, rápidamente me aburrí, esa clase de ejercicio donde había que buscar la x era demasiado fácil, no era nada difícil para mí, así que pronto estuve viendo mi Instagram desde mi celular.

No sé cuánto tiempo pasó, pero cuando alcé mi mirada el profesor me estaba llamando, sonreí inocentemente, me puse recta en mi lugar y dejé el celular sobre la mesa.

—¿Si?

—Podrías resolver este ejercicio, estamos haciendo una práctica entre todos.—comentó, miré el ejercicio que enseñaba.

Golpeteé con mis dedos la mesa mientras resolvía el ejercicio mentalmente, mordí mi labio inferior, hice las divisiones, moví números, sumé, resté y luego dividí para obtener el resultado, solté mi labio inferior.

—Equis igual a 63,05.—respondí, el profesor bajó la vista a su cuaderno, supuse ahí tenía las respuestas, alzo su mirada totalmente extasiado y alegre.

—Muy bien. ¿Cómo llegó a ese resultado? ¿Podría pasar al frente y resolverlo paso a paso?—preguntó, quise negarme rápidamente, hasta que recordé que el director había dicho que era importante que participara en clase, así solo solté un leve gruñido y me levante yendo al frente.

Sentí las miradas puestas en mí, solo espero no haya sido puesta en mis piernas, a pesar de ya llevar cuatro días así, no me acostumbraba y creo que las personas a mi alrededor tampoco, extrañaba mis pantalones, agarré el marcador que me ofreció el profesor y sin decir nada empecé a resolver el ejercicio, escuché el sonido de las teclas de varias calculadoras, sentí pena por ellos, no sentía que fuera tan necesario usar la calculadora para estos ejercicio, incluso Lentes las usaba, apenas terminé, le devolví el marcador al profesor, iba a devolverme a mi asiento, pero él me detuvo con un movimiento de su mano.

—¿Alguna pregunta para su compañera?—les preguntó, rogué para que ninguna levantara su mano, pero al final un chico castaño que ni siquiera sabía que existía levantó su mano.

—¿Por qué usó esa fórmula al final? No fue la que utilizó el profesor al explicarnos.—dijo curioso hacía mí.

—Porque mi formula es más fácil y se llega más rápido al resultado.—le contesté, pareció satisfecho con mi respuesta, así que solo asintió.

—Me da un resultado diferente. ¿Seguro qué está bien, profesor?—le preguntó una chica rubia que estaba sentada al frente, justo frente a mi, fruncí el ceño molesta.

—Es el resultado correcto, la señorita York lo hizo muy bien.—me felicitó, creí que eso sería todo y volvería a mi lugar, pero volvió a hablar.—¿Podría hacer el siguiente ejercicio?

—Claro, no me molesta para nada, amo participar.—Claramente mentía, este hombre se estaba aprovechando. le quité el marcador de las manos y me giré para resolver el ejercicio, pero ella hablo, haciendo que me detuviera abruptamente.

—¿No pasa nada si utilizo la fórmula que utilizo Lina? Tiene razón, es menos confusa y da un resultado más fácilmente.—dijo Olivia, sentí su mirada a pesar de que no la estaba viendo.

—No, me parece excelente siempre y cuando lleguen al resultado correcto.—le contestó él.

Que  viernes tan intenso y difícil pensé mientras volvía lo mío, el siguiente ejercicio si me tomó unos minutos más de lo normal, me entretuvo, ignoré por completo que detrás de mi varios estudiantes estaban prestando atención a cada cosa que hacía, bueno, al menos había dejado en claro algo, no era estúpida y no reprobaba porque sí, era inteligente.

(...)

—Creí que una forma de agradecerte iba a ser ayudante en las materias, pero ahora parece que soy yo la que ocupa tu ayuda.—me dijo lentes mientras caminaba a mi lado a la cafetería.—Dejaste a todos impactados, hubieras visto la cara de Olivia, se veía fascinada.

—No sigas, busquemos un lugar libre, muero de hambre.—le dije, ambas nos metimos en la corta fila que había en la cafetería.

Sentí un leve golpe en mi hombro, como no estaba de muchos ánimos me giré y empujé un poco a la persona, rápidamente me arrepentí al notar quien era, pero el daño ya estaba hecho, acababa de empujar al novio de Olivia y de paso a ella porque estaba a su lado, me di un golpe mentalmente, más estúpida no podía ser.

—Lo siento, no fue mi intención.—se disculpó el chico, Olivia miraba a sus pies y eso salo me hizo sentir impotente. ¿Por qué no me miraba? ¿Qué le costaba? No era tan difícil, ¿Le daba tanto asco?

—La próxima vez fíjate muy bien por donde vas.—le dije fríamente, incluso yo misma me había sorprendido.—Tu novia podría haberse lastimado. ¿Estás bien?—Lo último lo dije sin pensar.

—Sí, gracias por preguntar.—Al fin su mirada se alzó, sus ojos estaban llorosos. ¿Por qué? Ella lo tomó del brazo y lo jaló para que estuviera más cerca de ella.—Vamos, luego lo compro. Además tengo que ir al baño.—le dijo.

—Pero dijiste que querías otro batido de fresa.—le contestó.

—Vamos.—dijo, me giré y miré al frente, supuse Olivia lo había sacado de allí y lo llevo a la típica mesa en la que siempre se sentaban.

Pronto la mujer de la cafetería se acercó a nosotras y nos preguntó que queríamos, escuché a Lentes pedir su orden, yo giré un poco mi cabeza hacía la mesa de ellos, Olivia ya no estaba ahí, una idea pasó por mi cabeza, las palabras de Joshua se volvieron a repetir en mi mente, definitivamente estúpida era poco, necesitaba un insulto más fuerte para mi, me giré hacía la mujer que esperaba mi respuesta, le sonreí.

—Un batido de fresa y una Coca Cola en lata.—le pedí.

—¿No que tenías mucha hambre?—me preguntó Lentes.

—Ya no tanto, además debo ir a la biblioteca por unos libros, ¿Estarás bien sola?

Ella asintió, pronto la mujer regreso con las dos bebidas en sus manos, pagué y salí con ellas en mis manos, sería un poco antihigiénico entrar al baño con ellas, pero en este momento me da igual, seguramente iría al más cercano, así que a ese fue al primero que entré, estaba completamente vació, solo una puerta estaba cerrada y supuse que era ella, esperé y puse las bebidas sobre el lavamanos, abrí mi lata de Coca Cola y tomé un sorbo largo, necesitaba fuerzas para lo que iba a ser en estos momentos, además de que realmente tenía hambre, no quería desmayarme o algo así, de pronto escuché un sollozo y rápidamente me alarme apenas lo reconocí, era ella, escuché como sorbió por la nariz, escuché la puerta siendo abierta y pronto la tuve frente a mí, su rostro mostró sorpresa, tenía la nariz roja, sus ojos medio irritados, se acercó al lavamanos, abrió el grifo, junto un poco de agua entre sus manos y mojó su cara.

—Ten.—Empuje el batido de fresa en su dirección, ella miró el simple acto y una sonrisa triste fue lo que mostró. —Era lo que querías, lamento empujar a tu novio, creí que era otra persona.—tomé otro sorbo de mi Coca Cola y la dejé sobre el lavamanos.

—Gracias.—apenas susurró, agarro el vaso de plástico entre sus manos y se giró.

—¿Por qué llorabas?—pregunté.

—¿Por qué me hablas?—preguntó ella a cambio y yo solo pude bajar mi mirada a mis pies.

—Supongo que me gusta hacer cosas prohibidas.—le comenté, alcé un poco me mirada, ella asintió lentamente.—¿Contestarás mi pregunta?

—No.

—En realidad esa no es la pregunta que quería hacerte, pero al ver la situación, me sentí obligada a preguntar.—me encogí de hombros, di unos pocos pasos al frente.

—No somos amigas, no deberías sentir esa obligación.—Nuestras miradas se conectaron y casi quise reír frente a ella, que buena era con sus palabras, si no hubiera pasado tanto tiempo con Fiorella quizás sus palabras me habrían dolido.

—Seguimos siendo compañeras, hacemos un proyecto juntas incluso.—le contesté.

—¿Qué es realmente lo que querías preguntar?—Su voz tembló al preguntar, parecía como si en cualquier momento huiría, así que me apresuré.

—¿Lo amas?—pregunté, mantuve mi mirada fija en ella, quería ver sus reacciones, porque si había al menos una duda, lo que sea, existía una esperanza.

—¿Eh?—Note el temblor en sus manos, sus ojos llorosos.

—Estoy segura que lo entendiste muy bien, pero lo diré una vez más.—Me acerqué dos pasos más.—¿Lo amas? ¿Tu piernas tiemblan a su toque? ¿Se acelera tu corazón cada vez que lo ves? ¿Sientes estúpidas mariposas en tu estomago? ¿Sientes tan siquiera algo cuando lo besas o tomas su mano?

—Lina...—la interrumpo.

—¡Contesta!—Me enojo, agarro su mentón con una de mis manos y la obligo a mirarme.—Solo contesta la pregunta, Olivia.

—No, pero...—Coloco uno de mis dedos de mi mano izquierda sobre sus labios haciendo que calle.

—Eso es lo único que quería saber.—le digo, suelto mi agarre, agarro la Coca Cola de el lavamanos y camino fuera del baño sin ni siquiera mirar atrás.

(...)

—Es una locura.—me dijo Jordan totalmente indignado y molesto.

Estábamos Jordan, Joshua, Fiorella y yo en mi habitación, todos con tazas de chocolate caliente, ya era hora de cenar, pero aún todos estábamos aquí hablando de mi triste vida amorosa, Joshua y Fiorella totalmente de acuerdo con mis planes y Jordan, bueno él se estaba comportando como ese hermano molesto y sobreprotector.

—¿Por qué?

—Es homofóbica Lina, además de que fue muy grosera, incluso con nosotros y se supone éramos también sus amigos.—Se detuvo para tomar un trago de su chocolate.—Y tiene novio.

—¿Y? Ni siquiera lo ama.—comentó Fiorella.—Ni la conozco bien y estoy casi segura de que ni le atrae, seguro es su tapadera.

—¿Eh?—dijo esta vez Joshua confundido.

—Es obvio, viene de una familia extremadamente religiosa, si fuera lesbiana o lo que sea intentaría ocultarlo o negarlo de la mejor forma.

—Ella nos mostró la pantalla de su celular, el perfil de Instagram de Charlie fue lo que vimos.—Solo miren a este chico, es perfecto, guapo, de una buena familia, se viste bien, familias amigas desde años atrás, una perfecta tapadera para que jamás duden de ella.

Los tres la miramos sin saber que decir, ella se encogió de hombros, Jordan le quito su celular y se puso a ver el perfil supongo, deje la taza que tenía en mis manos en el suelo y suspiré, Joshua se puso a ver un álbum de fotos que tenía en mi escritorio.

—Uy, ¿Quién es esta ricura?—me preguntó Jordan mostrándome la pantalla del celular, genial, había llegado al perfil de Álvaro.

—Créeme, ese si es muy hetero, incluso diría que está enamorado de Susan.—comento, noté la mirada de curiosidad de Joshua, después de todo era él el que tenía más amistad con la pelinegra, así que le pasé el celular para que viera el perfil.

—Lastima.—se quejó, luego volvió a la seriedad de antes.—Me sigue pareciendo que Olivia debería de seguir lejos de tu vida, no quiero que sufras, no lo mereces, mereces conocer a alguien que no se oculte y que no tenga una tapadera o lo que sea, finge.

—¿No estás siendo muy juzgador, Jordan? ¿A caso no recuerdas tus años en el closet?—dije, de inmediato frunció el ceño, abrió la boca para decir algo, pero al final no supo que decir.—Anduviste con chicas, las lastimaste, incluso tuvimos nuestra primera discusión grave en nuestra amistad, creo que se te  hizo demasiado difícil y quiero recordarte que yo estuve ahí, los chicos igual, Olivia no tiene a nadie, al menos no a alguien que la comprenda, quizás Susan no sea tan estricta, pero creció en una familia como la de ella, no sabe de esto.

—Eso mismo estuve pensando.—comentó Joshua, le devolvió el celular a Fiorella y se puso de pie.—Sabes que te apoyo completamente, pero creo que nos estamos olvidando de alguien.

—¿Quién?—le pregunté.

—Marcus.

—Okay, un problema a la vez.—Alzo las manos Jordan estresado.—Primero empecemos con el plan Olina.

—Eres pésimo haciendo shipps.—se burló Fiorella y todos estuvimos de acuerdo al menos en eso.

—Livi, mejor plan Livi.—dijo Joshua y todos estuvimos de acuerdo con él.

 
Esto era un locura, pero malditamente valía la pena, porque Olivia no era una mala persona y yo lo sabía. 


















¡Wenas!

Primero que todo quiero agradecerle a @mele02 porque sin ella nos hubiéramos quedado con "Olina" como shipp, pero ella dijo "Livi" y yo pues, ¡AME!

Ahora, ¿cómo están? ¿Creen que el plan Livi funcione?

Marcus pronto aparecerá de nuevo y van a saber mucho más sobre este hermoso personaje, secretos secretosos. 7u7

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