24
CAPÍTULO 24
Emociones.
Lina.
¿Qué demonios hice? Paso mis dedos por mis labios, Olivia estuvo aquí, muy cerca, nuestros labios se tocaron y jamás había deseado tanto un beso en mi vida, pero ese, fue increíble, seguro, ambas conectados de una forma inexplicable, siento ganas de llorar de solo pensar que quizás esa sea la única y ultima vez que volvamos a tener esa cercanía, pienso en todos los momentos que hemos vivido, la forma de expresarse cuando algo le importa, su risa, sus abrazos, sus consejos, toda ella, se que lo que siento no es solo atracción, la quiero, me hace bien, me hace olvidar de mis tormentos, me siego segura y en paz cuando estoy a su lado, pero lo he arruinado, como todo lo que toco, debí mantenerme lejos, he jodido a una chica que tenía una vida perfecta por delante, prefiero verla de lejos que hacerla sufrir, pero ya es tarde.
Escucho la puerta principal siendo abierta, salgo de mi habitación y me acerco, es papá, trae puesto un traje, ya no está el hombre desarreglado que vi en la mañana, se ve tranquilo, se ve como él, no hay alcohol en su sistema, sonrío, al menos no tendré que lidiar con él, me devuelvo a mi habitación, guardo mi celular en mi bolso, lo coloco sobre mi hombro, salgo.
—Cariño, te tengo una nueva noticia, conseguí trabajo en...—Lo interrumpo.
—Me alegro, papá. Debo irme.—beso su mejilla y corro a la puerta principal sin esperar su respuesta.
Camino a la parada de buses, Olivia ya no está allí, seguramente el bus ya pasó, me siento en la banca, saco el celular de mi bolso, busco el contacto de Jordan y lo llamo, contesta a los pocos segundos.
—Dime, bonita.
—Lo arruine.—digo, miro al frente, algunos autos pasan, uno se detiene y niego con mi cabeza al ver al hombre joven que quiere llevarme, no arriesgaré mi vida subiendo al auto de un desconocido.
—Oh, estamos hablando de Olivia. ¿Qué sucedió? ¿Dónde estás?—me pregunta, escucho la voz de Harold de fondo gritándole que se apure.
—Cerca de casa, por la parada. ¿Pueden venir a buscarme antes?
—Vamos para allá, danos unos quince minutos.
Le agradezco y cuelgo, cruzo mis piernas, me meto a Instagram para perder el tiempo, veo historias, Susan subió una historia hace poco, una cajita feliz del Mcdonald entre sus manos, otra persona llena de problemas en mi vida, recuerdo verla ayer cuando no me dejaron entrar a la primera clase, se dirigía al baño con prisa, me acerqué, escuché las arcadas, vomitaba, le pregunté si necesitaba ayuda, me rogó que no le contara nada de lo que había visto a Olivia.
(...)
La música fuerte hace que no logre escuchar ni mis propios pensamientos, Jordan está a mi lado cantando fuertemente ya que es una de sus canciones favoritas, me sacude para que baile con él, niego con mi cabeza a lo que él hace un puchero estúpido, siento como me abrazan por la cintura desde atrás, estoy apunto de girarme y pegarle a la persona, cuando noto que es Harold.
—Baila conmigo.—Me susurra, el olor a alcohol es tan fuerte que me llega rápidamente, no había pasado ni media hora y mi grandioso amigo ya estaba ebrio.
—No, mejor ve y búscame algo de beber, se me acabó mi Coca Cola.—le grito para que me escuche, él asiente, me suelta, cuando pienso que se irá, se gira y me regala una de sus sonrisas boba.
—Pero bailas conmigo, pequeña Li.—Me grita, Jordan nos mira de reojo con una mueca en su cara.
—Deberías huir, uso el apodo que usaba cuando eran pareja.—me dice,dejo el vaso vacia sobre la barra improvisada que hay en la casa del anfitrión que ni siquiera conozco, me acerco a Jordan y tomo una de sus manos entre las mías.
—Bailemos.—ignoro lo que dijo antes y muevo mi cuerpo al ritmo de la música.
—Hablo en serio, sabes que Harold borracho habla más de la cuenta, no te lo he querido decir, pero no te ha superado.—susurra a mi oído mientras sigue el ritmo de mis pasos, somos una gran pareja de baile.
—Por Dios, solo duramos una semana.—digo indignada, me giro para darle la espalda y seguir bailando, Jordan coloca sus manos en mi cintura.
—¿Los meses de sexo desenfrenado no cuentan?—pregunta, estoy apunto de darle un golpe cuando noto que Harold se acerca a nosotros con mi bebida en sus manos.
—Traje cerveza, no había más gaseosa.—dice mientras me extiende el vaso, le agradezco y lo tomo entre una de mis manos, doy un sorbo largo, me separo de Jordan.
—¿Me acompañas afuera?—le digo, Harold me sonríe y asiente, tomo una de sus manos, Jordan me mira y niega con su cabeza.
En el camino tratando de esquivar las personas voy tomando la cerveza rápidamente, cuando logramos salir al patio trasero mi vaso ya está vacío y Harold sigue a mi lado, la música es menos fuerte en este lugar, hay menos personas, todo es más tranquilo, creo que me arrepiento de venir hasta acá, los pensamientos negativos regresando recordándome lo mala persona que soy.
—¿Estás bien?—me pregunta Harold, suelto su mano y paso una mano por mi cabello, debo cortarlo pronto.
—¿Podemos besarnos y hacer como si eso no hubiera pasado mañana?—le pregunto, asiente, me acerco y rodeo su cuello con mis manos, él posa sus manos en mi cintura, cierro mis ojos, nuestras narices se rozan, no hay juegos, no hay simples roces, solo unimos nuestros labios, es placentero, besar a Harold siempre será algo bueno, nuestras lenguas se encuentran, dejo que sea el que mande, le sigo el ritmo.
Recuerdo lo que sentí, el cosquilleo en todo mi cuerpo, el sabor a cereza, sus labios suaves, el ritmo tierno y apasionado de nuestro único beso, su cuerpo cerca del mío, su calor, mis manos tocando su cintura, sus manos acariciando mi cuello, la presión, el deseo de más, Olivia, me detengo, empujo a Harold lejos de mi con mis manos, me mira confundido.
—Lo siento, no puedo hacerlo.—le digo, asiente varias veces, rasca su cuello, se ve incomodo.
—¿Te gusta alguien?—pregunta luego de unos segundos en silencio.
Escucho la voz de una chica conocida gritar, miro hacía la puerta, Camila está saliendo de allí mientras llora, detrás viene Armando diciendo su nombre, parece demasiado ebrio para mi gusto, se ve molesto, me acerco, no parece que esto vaya a terminar bien, JHarold me sigue ahora más confundido.
—Es amiga de Olivia.—le digo.
—¡Camila! Hablemos, esto no se puede quedar así.—le dice Armando, ella se detiene y se gira, tiene el maquillaje corrido.
—Solo bailábamos, no hacía nada malo. No debiste golpearlo.—se queja, frunzo el ceño, creo que ya se para donde va esta discusión.
—Oh por favor, ese tipo se estaba restregando en ti, eso no es bailar.—Camina hasta ella y la toma del brazo.—Vámonos, te llevo a tu casa.
—No, estás borracho.—le dice, intenta soltarse de su agarre, pero no puede.—Me lastimas.
—Oye, amigo, suéltala.—interviene Harold acercándose, Armando alza la mirada y nota nuestra presencia al igual que Camila.
—No se metan, esto entre ella y yo.—nos dice, niego con mi cabeza y miro a Camila.
—Yo puedo llevarte a tu casa, pediré un taxi para las dos.—le sonrío tratando de sonar amable.
—¡No jodas! Siempre metiéndote donde no te llaman.—me dice Armando molesto, doy un paso hacía atrás cuando creo que se va a acercar, Harold lo toma del brazo.—Suéltame ahora mismo si no quieres problemas.
—Estamos bien, Lina.—Esta vez es Camila la que agarra del brazo a Armando alejándolo de Harold, él lo suelta y se coloca a mi lado.—Vamos, vamos a casa.—le dice.
La pareja se leja de nosotros y tengo deseos de ir tras Camila y sacudirla por estúpida, porque ella no debe permitir que ningún hombre la trate así, si antes creía que Armando estaba mal, ahora estoy más que segura de que no es una persona estable ni buena.
—Supongo que es Olivia.—me dice Harold detrás de mi.—Vamos a dentro, quiero más alcohol en mi sistema.—Se ríe y toma mi mano haciendo que lo siga adentro de la casa.
Esta será una larga noche y mis emociones siguen despiertas, deseando a una linda chica que no está a mi alcance.
(...)
Me despierto tratando de acostumbrarme a la luz, hay demasiada claridad, las paredes son blancas, un gran ventanal muestra la ciudad, rápidamente miro hacía abajo y suspiro tranquila al notar que tengo mi ropa puesta, no hay nadie a mi lado, me levanto y estiro, camino hacía la puerta y la abro, estoy en la casa de Joshua, escucho a los chicos en la cocina, sonrío, no hice ninguna estupidez.
—Buenos días.—Le doy un abrazo a Jordan apenas me acerco, apoyo mi cabeza en su pecho, me siento muy cansada y mi cabeza duele, nadie me responde, los miro.—Diganme que no hice una estupidez anoche, no recuerdo nada.
—Bueno, no hiciste una estupidez, fueron varias.—dice Joshua, Harold ríe, él sirve café en cuatro tazas, me ofrece un vaso y lo acepto, tomo pequeños sorbos lentamente ya que está demasiado caliente.
—El más gracioso fue cuando te subiste a una mesa y bailaste una canción de Taylor Swift mientras cantabas, no sabía que te gustaba esa cantante.—dice Harold, me doy una palmada en la frente mentalmente.
—No le gusta, pero a Fiorella sí.—contesta Jordan.—Hay algo peor.
—¿Qué es peor que eso?—pregunto.
—Llamaste a Olivia, siendo sincero no estoy seguro de que le lograste decir, te quite el celular, me disculpé y colgué.
—Mierda, definitivamente dejará de hablarme, quién sabe qué tontería le dije.—suelto un quejido deprimida, Jordan acaricia mi cabeza como si se tratara de su mascota.—¿Qué diablos tomé?
—Cuando los encontré a Harold y a ti, estaban en una esquina junto a un montón de gente, estaban tomando tragos sin parar, parecía una carrera, Jordan me llamó para que los fuera a buscar.—me cuenta Joshua, miro a Harold, él se encoge de hombros.
—No es mi culpa, tu dijiste algo como: "Quiero divertirme y no pensar"—dice, Jordan se rie.
—Y creo que lo que más hizo fue pensar y deprimirse, que triste eres ebria.—se burla Jordan, golpeo su pecho y me separo de él apoyándome en la encimera.
—¿Dónde está mi celular?—les pregunto, Joshua me señala la sala, salgo de la cocina con el café entre mis manos, en uno de los sofás está mi bolso, me siento y lo agarro, coloco el café sobre la mesita que está allí, saco mi celular, tiene poca batería, tengo varios mensajes en mi celular.
Susan: ¿Estás bien?
Susan: fui yo la que contestó la llamada, Olivia está dormida.
Susan: Elimine los audios que le enviaste, supongo que te vas a arrepentir de enviarlos mañana, así que como soy tan buena amiga, te hice el favor para que Oli no se entere.
Susan: No se que sucedió entre ustedes, pero no me gusta ver a mi amiga deprimida, así que por favor vuelvan a ser amigas.
Susan: Buenos días, no respondiste. ¿Sigues viva?
Ese último mensaje fue enviado hace apenas media hora, me fijo en la hora, son las diez y media de la mañana, le escribo una rápida respuesta a Susan.
Lina: Gracias, espero no haber dicho una estupidez, no estaba en mis cinco sentidos, ni siquiera lo recuerdo.
Reviso los otros chats, no hay nada raro, no le escribí a nadie más, ni llame, suspiro, al menos Olivia no lo sabe, me meto en nuestro chat, está en línea, cambia a escribiendo, me quedo mirando la pantalla emocionada, me está escribiendo, quizás por primera vez en mi vida fui demasiado negativa y las cosas están bien, aún quiere ser mi amiga.
Olivia: Pasé muy buenos momentos contigo, me alegró muchísimo tenerte como amiga, descubrí nuevas cosas, me divertí como nunca lo había hecho, pero no puedo seguir con esto, Lina no podemos ser amigas, porque la realidad es que yo no quiero serlo, porque se que lo que pasó ayer me gustó, me encantaría hacerlo de nuevo, está mal, no puedo estar cerca de ti. Espero lo comprendas, le diré al profesor de química que me deje hacer el proyecto sola, así no tendremos que estar juntas nunca más, no te vuelvas a acercar.
Quizás fui demasiado positiva y ingenua, muerdo mi labio inferior con fuerza, no voy a permitir que las lágrimas salgan porque no vale la pena, es ella, una chica homofóbica que no acepta su orientación sexual, es ese tipo de personas que debes tener lejos porque son las que más hieren, me recuerdo eso una y otra vez, no vale la pena, debo quedarme con lo bueno, soltar lo malo y ella es lo malo, no merezco esto.
¡Wenas!
¿Cómo están? <3
Lamento actualizar tan tarde, no he tenido internet estos días (Estoy teniendo problemas con eso) espero se solucione pronto.
Antes que nada quiero decirles que no odien a Olivia, es una chica increíble, solo que está muy confundida y tiene miedo, se los digo yo que cuando me enteré de que era bisexual lo oculte por años por miedo al rechazo, por las críticas y porque en ese entonces no se me hacía "normal", creí que algo estaba muy mal conmigo. Ahora se que existen muchas formas de amor y que no tiene que importar quien sea esa persona, hombre, mujer, negro, blanco, no binario, lo que importa es que respetes y ames sin barreras. :3
Los quiero.
Chau.
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