20

CAPÍTULO 20

Sentimientos.

Olivia.

Me gusta más así.

Cuatro palabras que me dejaron pensando toda la tarde de ayer, su cercanía, su calor tan cerca de mí, ¿Por qué me siento tan extraña y bien a la vez? Me miro en el espejo de mi baño, empiezo a hacerme la trenza que Charlie me dijo que me hacía lucir hermosa, cuando estoy apunto de terminar, agarro la liga y la miro, recuerdo las manos de Lina quitándola y soltando la trenza, dejando mi cabello libre, suelto la liga y me deshago de la trenza dejando mi cabello suelto, de todos modos se ve muy bien, en algo estamos de acuerdo Lina y yo, nos gusta más así.

—Olivia, ¿Puedo pasar?—me pregunta Susan al otro lado de la puerta, me acerco y le abro, de todos modos ya tengo el uniforme puesto y ya estoy totalmente lista.

—Dime.

—¿Te has dado cuenta de que Camila ya casi no escribe en el grupo? Siempre tiene algo para decir, antes hasta nos mandaba memes.—se queja Susan mostrando el chat grupal, tiene razón, incluso la última conversación entre Susan y yo por algo del almuerzo de ayer.

A mi mente llega lo que Lina me había dicho ayer en el baño, sobre Armando, trato de pensar positivamente pero que Lina sea tan sincera no ayuda, si ella dice que algo está mal con Armando es porque así es, yo le creo.

—Lina ayer me comentó cosas feas sobre él, me dijo que anda en muy malos pasos y que lo mejor es alejar a Camila de él.—digo, me coloco un poco más de perfume en mi cuello y ambas salimos del baño, coloco mi bolso sobre mi hombro.

—¿Y le crees? Si lo haces, entonces yo igual.—dice, asiento, Susan suspira y ambas salimos de la habitación caminando por el pasillo hasta las escaleras.—Tendremos que hablar con Camila entonces.

                           (...)

—¿Me acompañas al baño?—Susan me dice, estamos el receso del almuerzo, noto que Álvar alza la mirada al escucharlo, clava su mirada en el plato y suspira, Susan ya terminó de comer y no dejó nada en el plato.

Me levanto llevando mi batido de fresa en mano, Camila tiene su celular en mano mientras come, parece estar hablando con alguien, seguramente Armando, Charlie ya terminó de comer, me sonríe así qué le sonrío y me alejo con Susan hacía los baños.
 

—¿Cómo haremos para que nos crea? No tenemos pruebas y siendo sincera no creo que ella le crea a Lina.—comenta cuando ya estamos en el baño.

Aprovecho para lavar mis manos y el recuerdo de Lina haciéndolo me llega a la mente, a pesar de tener sus manos completamente limpias no se detuvo hasta que hable y se notaba que ya llevaba rato haciéndolo, fue extraño, se veía nerviosa, de ese recuerdo paso al momento donde acortó la distancia y soltó mi trenza, cierro el grifo y paso mis manos mojadas por mi cabello mientras me miro en el espejo.

—Tienes razón, no nos va a creer.—Le doy la espalda al espejo y miro a Susan.—Podemos intentar hablar con ella, preguntarle por él, ver si hay algo extraño y decirle que eso no está bien.

—Sí, eso puede funcionar.—Me sonríe, mi celular suena y lo reviso, Susan se mira en el espejo.

Charlie: Me gustaría pasar un rato con mi novia antes de entrar a clases, ¿Vamos a caminar?

—Charlie me necesita, ¿Nos devolvemos a la cafetería?—le digo, Susan asiente, pero luego niega.—En el siguiente receso podríamos intentar lo de hablar con Camila.

—Sí, adelantate, quiero hacer pis y quedan pocos minutos del receso, ve con Charlie.—dice, asiento y salgo de los baños, le pregunto a Charlie donde está y me dice que está fuera de la cafetería.

Es poco lo que camino hasta llegar a él, tiene mi bolso en su mano, sonrío, le quito mi bolso y lo coloco en mi hombro, ambos caminamos, Charlie toma mi mano y la entrelaza con la suya, caminamos por los pasillos como siempre lo hemos hecho, nuestra rutina de años, noto que muchos sonríen al vernos y entiendo el porqué, somos la pareja que más ha durado en el instituto, Camila me ha dicho varias veces que somos la pareja perfecta, ese tipo de relación que todo mundo desea tener, tranquila y bonita, llena de amor, me siento mal porque justo ahora no me siento bien, siento que mis sentimientos están desapareciendo, que ese pequeño cariño amoroso que tenía por Charlie quiere huir, Charlie detiene su andar, así que también me detengo.

—¿Me das un beso?—pregunta.

—Estamos en medio pasillo.—digo, Charlie me jala y nos sentamos en una de las tantas bancas que hay allí, su rodilla está pegada a la mía, su mano suelta la mía y la lleva a mi mejilla, le sonrío.

Nuestros labios se unen, espero el típico beso tierno y lento que siempre nos damos, pero es distinto, Charlie me besa con ganas, trato de seguirle el ritmo pero estoy sorprendida porque nunca me había besado así, sus dientes muerden mi labio inferior suavemente y luego se separa un poco de mi, lo miro extrañada.

Me gusta más así.

Recuerdo el rostro de Lina cerca del mío, su calor, sus manos tocando mi cabello, vuelvo a la realidad, noto al hombre frente a mi, mi novio, suspiro, Charlie sonríe, el rostro de Lina vuelve a aparecer en mi mente, cierro mis ojos, alzo mi mano y la coloco en la nuca de Charlie atrayéndolo para que me bese una vez más. esta vez si le sigo el ritmo, el beso es más lento y cuando nos separamos noto que solo a menos de cien metros está Lina, tiene sus audífonos puestos, está sentada en una de las bancas, está sola.

—¿Te llevo a tu aula?—pregunta Charlie, niego con mi cabeza.

—No, iré a la biblioteca antes, vete para que no llegues tarde.—Me levanto de la banca y él se levanta conmigo, me da un corto abrazo y se despide yendo en dirección contraria de donde está Lina, espero a que desaparezca del pasillo y camino hacía ella.

No alza la mirada cuando estoy frente a ella, me siento a su lado y recuesto mi cabeza sobre su hombro, no se queja, solo se mantiene en silencio, ignoro que seguramente faltan como dos minutos para entrar a la siguiente clase y ambas seguimos aquí, en el pasillo ya no hay más estudiantes, es pacifico, tranquilo, cierro mis ojos.

No entiendo qué me pasa, no entiendo el porqué Charlie me besó de esa manera, pero si entiendo algo, se que no sentí nada, entiendo que pensé en ella en vez de él y quiero creer que es solo por lo que pasó ayer, el que soltara mi trenza y me dijera que me veía mejor así, pero una parte de mi se que no es así, desde que conocí a Lina las cosas han sido diferentes, mis sentimientos y reacciones han sido distintas, he sido un caos que es más inseguro y si no sabía quien era antes, ahora menos lo sé, cuando abro mis ojos siento que arden, tengo ganas de llorar, bajo mi mirada al regazo de Lina, noto que detiene la música, alzo mi rostro de su hombro y ella tiene su cabeza girada hacía a mi, nuestros rostros están muy cerca, puedo ver el piercing de su nariz, alzo más mi mirada y nuestros ojos se conectan, podría estar pasando el fin del mundo que no quitaría mis ojos de los suyos, siento cosquillas en mi estomago, ella alza su mano, parece que la fuera a poner sobre mi mejilla, pero se detiene y la baja, quiero decirle que no me importa, que lo haga, que quiero que me toque, pero solo me quedo ahí, mirándola. 

—Eso fue un gran beso.—Lina corta el contacto visual, se quita sus audífonos y los coloca sobre su regazo. Nos vió, miro hacía la banca en la que estuve con Charlie, pensé en ella, no en él.

—Es mi novio.

—Sí, lo es.—Se voltea y me sonríe.—Pero es la primera vez que creí ver amor.—Se levanta y me ofrece su mano para que me levante, la tomo, me coloco mi bolso bien en mi espalda, me suelta y caminamos por el pasillo.—Espero que nos dejen entrar al aula, ya he faltado demasiado.

—Como si te importara.—Lina ríe y sonrío al escucharla. 

                               (...) 

—¿Cómo van las cosas con Armando?—le pregunta Susan a Camila, Charlie y Álvaro se fueron a la cafetería o eso fue lo que nos dijeron, Camila deja su celular sobre su regazo y alza la vista, nos mira a ambas y sonríe. 

—Muy bien, ya ustedes lo conocen, es un chico genial.—contesta, Susan asiente no muy convencida.

—¿Y te quieres casar con él?—le pregunto mientras me siento a su lado.

—No hemos hablado del tema, pero sí quiero.—Su celular suena y rápidamente lo toma y contesta el mensaje.—¿Por qué de repente me preguntan estas cosas? ¿Se sienten culpables? 

—¿Qué?—Preguntamos Susan y yo a la vez, Camila ríe y me abraza por los hombros.

—Tranquilas, yo comprendo nuestra amistad, ustedes siempre han tenido más confianza entre ustedes, sé que soy un poco excluida, pero lo entiendo. Igual tengo a Aramando, estoy bien con esto.

—¿Te has sentido excluida?—Noto la tristeza de Susan al preguntar, ella se sienta a mi lado. 

—Creo ha sido así siempre.—Suspira y luego se encoge de hombros restándole importancia.—Cuando algo está mal, siempre corres hacía Olivia, yo soy la segunda opción, siempre lo he sido en sus planes, incluso se cuentan cosas que nunca me dicen. 

—¿Qué cosas?—pregunto sin entender.—Te amamos, eres igual de importante que Susan para mi. 

—¿Por qué ella sabe lo de Lina y yo no?—La miro extrañada sin entender.—Ella la saludó ayer como si fueran viejas amigas y yo ni siquiera sabía que tenían una relación con ella, ni siquiera entiendo el porqué, ella es...—la interrumpe Susan.

—Ella es una excelente chica, si no juzgas a tu novio por su aspecto, tampoco a ella.—le dice, luego se levanta de mi lado y se coloca frente a Camila.—No te contamos sobre cómo nos hicimos amiga de Lina porque tú siempre le cuentas todo a los demás, no se pueden mantener secretos contigo porque en cuestión de horas o minutos tus padres y nuestros padres lo saben. 

—Los secretos no son de Dios y si no hacen nada malo, no tiene porqué ser un secreto.—Camila suspira y vuelve a contestar un mensaje, Susan se molesta y le arrebata el celular de sus manos.

—"Eres mía, deberíamos alejarnos de este maldito lugar y ser solo uno, lejos de padres que solo nos quieren separar"—Lee un mensaje en voz alta, Camila se levanta y le quita su celular molesta.—¿Es en serio? Camila son tus padres, se preocupan por ti, te aman y siendo sincera este mensaje no sonó como el genial chico del que siempre hablas. 

—Estamos preocupadas.—Noto que guarda sus cosas y se coloca su bolso, la agarro del brazo y se suelta de mi agarre.

—Pues no deberían estarlo, estoy bien.—Nos mira molesta y guarda su celular en su bolso.—Él se preocupa más por mi que ustedes en años.—Camina alejándose de nosotras. 

—Creo que tenemos un problema grande.—digo, Susan se sienta en el lugar que estaba Camila y apoya su cara en mi hombro. 

—Creo que tiene razón, cuando pasa algo siempre corro hacía ti, he cometido un grave error.

—Hemos cometido un grave error.

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