19

CAPÍTULO 19

Un día menos.

Lina.

Escucho la voz de mi papá afuera de mi habitación, me dice que me levante ahora o llegaré tarde al instituto, lo ignoro y tapa mi cuerpo con mis sabanas, hace frío y definitivamente estoy más cómoda aquí que en las pasillos del instituto, mi celular suena debajo de mi almohada, lo saco con mi mano y lo reviso, tengo varios mensajes de Whatsapp, ignoro todos menos el de Olivia.

Olivia: No se que hacer, ¿Y si Roja lo intenta de nuevo?

Ruedo mis ojos apenas leo el mensaje, definitivamente no soy la mejor persona para aconsejar, más después de mi leve atracción por ella, bueno, quizás sea un poco más que una leve atracción, ni siquiera se que quien es la tipa esa, me quito las sábanas y me levanto de mi cama, escribo rápidamente una respuesta para Olivia mientras busco mi uniforme limpio.

Lina: Ni siquiera sé quién demonios es Roja.

Olivia: Samantha, la pelirroja de nuestra sección.

Lina: Oh, es linda.

Olivia: No desvies el tema, ayúdame.

Lina: Ignorala, no le vuelvas a hablar y listo.

Olivia: Pero le estoy dando clases de italiano.

Lina: ¿Y?

Lina: Debo alistarme o llegaré aún más tarde.

Olivia: ¿Es en serio? Lina literal ya empezó la primera clase, ya estoy en el aula.

Ignoro su mensaje, agarro una toalla y voy al baño sin prisas, de todos modos seguramente ya no lograré entrar a la primera clase, quizás me pase por el hospital a visitar a Fiorella, espero que pronto le den de alta y pueda regresar a casa, ya lleva varios días allí.

                               (...)

Camino por las calles que están cerca del hospital, quizás había sido una mala idea visitar a Fiorella hoy, es uno de sus malos días y aunque soy fuerte, esta vez no pude soportarlo, no se lo que se siente estar enferma, ser dependiente de medicinas y personas, se que no es la vida que ella quiere, ¿Qué enfermo querría vivir así? Pero no es mi culpa, me duele verla, me duele que sufra pero no puedo hacer más que acompañarla, pero tampoco puedo permitir que me hiera, está mal, pero eso no le da derecho a gritarme y pedirme cosas que no puedo cumplir.

La situación todavía es peor al darme cuenta que papá no me contesta desde ayer y no lo he visto, ni siquiera ha visitado a Fiorella en estos días y eso me pone aún más nerviosa y estresada, solo espero que al haya conseguido trabajo, porque si no tendré que pedir un prestamo de nuevo y ni siquiera he terminado de pagar el antiguo, paso las manos por mi cara y mi celular suena notificando que tengo un nuevo mensaje de Olivia, sí le puse un tono distinto a los demás.

Olivia: ¿No vas a llegar? Tenemos química y el profesor pidió que no faltaramos, vamos a hablar del proyecto creo.

No contesto y toco la opción de llamar, últimamente no pienso mucho antes de actuar cuando las cosas tienen que ver con ella, además de que a pesar de sus pensamientos homofóbicos una parte de mi la quiere a mi lado, al menos como amiga.

—¿Me llamas justo en media clase? Te salvas que es mate y la verdad es que quería salir hace ratos.—Es lo primero que dice al contestarme.

—Agradeceme entonces, te salve de la tortura de los números.—digo, camino hacía el pequeño parque que está al lado derecho, busco con la mirada al hombre que siempre anda vendiendo helados por aquí, son los mejores helados de la zona, son caseros.

—¿Pasó algo?

—Lo típico, problemas familiares, pero lo resolveré.—comento mientras sigo caminando hasta la fuente, noto que una banca hay un joven que se me hace conocido, pero lo ignoro y sigo caminando.—¿Puedes enviarme la materia que hemos visto hoy? No creo llegar ni a las clases de la tarde.

—Mal por ti, hoy traje tu abrigo, te lo iba a devolver, pero...—Olivia sigue hablando pero no la escucho al notar que alguien grita mi nombre varias veces, alzo mi mirada y lo noto, el chico conocido que estaba en la banca es Armando.—¿Me estás ignorando? ¿Quién te está llamando? Desde aquí se escuchan los gritos.

—Debo colgar, luego hablamos.—Cuelgo antes de que reconozca la voz de Armando y me acerco al chico, tiene los ojos rojos y apesta a alcohol y cigarros.

—Oh Lina, que bueno que te veo.—habla arrastrando las palabras, lo agarro del brazo y lo hago caminar hacía una de las bancas, lo ayudo a sentarse mientras ríe y dice incoherencias, creo escuchar el nombre de Jordan y el de su hermano, lo ignoro y reviso que esté bien.

—¿No crees que es muy temprano para beber?—le preguntas, escucho que ríe y suspiro cansada, suficiente tengo con mi padre como para cargar con otro borracho.—¿Dónde está tu celular?

—Estoy tan jodido, estoy lleno de mierda.—dice mientras sorbe por su nariz y las lágrimas caen por sus mejillas.—Debería alejarla, pero no puedo.

—¿A quién?

—Camila.—dice, se acomoda mejor en la banca y me pide que me siente a su lado, así que lo hago, recuesta su cabeza en mi hombro y a pesar de su mal olor no me quejo, porque sé que está muy mal y no soy tan fría como para alejarlo.—Es tan tierna y tan inocente, es como la chica esa, Olivia, pero más divertida, soñadora, no tiene prejuicios, me cree.

Muerdo mi labio tratando de no contradecirlo, Olivia es divertida, incluso es mucho más linda que Camila en mi opinión y creció en un hogar tan religioso que tiene miedo, al igual que Marcus en un principio, no la debo juzgar, Armando menos al verla como solo una chica aburrida y prejuiciosa. 

Busco su celular en los bolsillos de su pantalón, cuando lo encuentro agradezco que no tengo contraseña, busco entre sus contactos el nombre de su hermano y le marco mientras finjo escuchar lo que dice Armando sobre Camila, al parecer la tiene en un altar, apenas me contesta le explico la situación y me dice que ya viene para acá, que no lo deje solo, le dig que está bien y cuelgo.

—¿Qué crees que debo hacer?—me pregunta después de unos minutos en silencio mirando el suelo del parque.

—Si la quieres tanto como dices déjala, ambos sabemos que no estás bien y para poder ser el mejor para ella debes estarlo, mejora y quizás...—me interrumpe.

—Cuando estoy con ella soy mejor.

Pienso un poco y recuerdo, si Armando es como su hermano seguramente dejará a Camila con serios problemas mentales, Jordan apenas y pudo salir de esa relación tan tóxica, fueron meses oscuros para nosotros, incluso aunque suene loco, tuvo que ir a terapia y si Camila es tan buena e ingenua seguro será demasiado difícil una separación entre ellos, porque seguramente es la tonta chica que cree que puede cambiar al malo y siendo sincera en la vida real y incluso en la ficticia, el malo, seguirá siendo malo.

—¡Gracias! ¡Gracias!—Llega exclamando el hermano de Jordan hasta donde estamos nosotros, me levanto de la banca más tranquila, al menos ahora sé que el chico estará con su hermano y no deambulando por las calles como si fuera un vagabundo.

—No es nada.—Le sonrío.

El chico empieza a levantar a su hermano de la banca y lo agarra del brazo para que no se caiga, yo lo ayudo con el otro brazo y los jalamos a Armando hasta su auto, abro la puerta de copiloto, lo ayudo a colocar a Armando allí, él le coloca el cinturón y cierra la puerta, se gira y se ve un poco dudoso, se lo que quiere preguntar, así que prefiero contestar su pregunta antes de que siga mirándome de esa manera, quiero irme ya de aquí.

—Él está bien. No, no quiere verte y todos sabemos que es lo mejor.—El chico despeina su cabello y suspira antes de asentir.

Entiendo porque Jordan cayó fácilmente con un chico como él, es atractivo, tiene esa sonrisa que hace que sus hoyuelos se marquen, es alto, tiene muy buen cuerpo, se viste bien y en un principio parece ser el chico soñado por todos, es atento, amoroso, pero cuando pasa el tiempo se vuelve obsesivo, celopata y dependiente, no es sano y tampoco parece que él quisiera cambiar, ni siquiera hizo el intento, porque según me había contado Jordan, para él era normal ese tipo de actitudes en una relación.

—Gracias por la ayuda, señala a su hermano.—Asiento.—¿Quieres que te lleve a algún lugar o algo?

—No, gracias.—Él vuelve a asentir, mueve su mano en forma de despedida, me giro y empiezo a caminar alejándome de ese auto y el parque, quizás al final si vaya a las clases de la tarde y pueda llegar a tiempo a química, no quiero provocar a Olivia responsable. 

                               (...)

Camino por el pasillo, lastimosamente aunque lo intenté, no logré llegar a tiempo a la clase de Química y ahora estábamos en el último receso, paso por enfrente de la banca donde siempre se sienta Olivia con sus amigos y novio, miro discretamente, Olivia está con Charlie, ambos tienen su mano entrelazada, ella le sonríe y asiente a todo lo que él dice, mientras la chica que está a su lado los ignora mientras ve su celular, creo que ella es Camila.

—¡Ey! Hola Lina.—Susan me saluda cuando me mira caminar, alzo mi mirada, le sonrío, muevo mi mano en forma de saludo y sigo caminando, noto las miradas de todos sobre mi, incluso puedo estar segura de que incluso Olivia me está mirando.

Entro rápidamente a los baños de este pabellón, me acerco al lavamanos y me miro en el espejo, no me gusta que me observen, bajo mi vestida a mis pantalones de mezqulla color negro, todo está bien, me repito a mi misma varias veces, las cicatrices no se notan, respiro lentamente y mojo mis manos tratando de entretener mi mente en eso, suena estúpido, pero este tipo de cosas tan pequeñas me generan demasiada ansiedad.

—Creo que tus manos ya están lo suficientes limpias, Lina.—escucho su voz detrás de mí, alzo la mirada y me sonríe a través del espejo, tiene su cabello recogido en una trenza de lado, lleva el uniforme perfectamente, podría apostar que ni siquiera tiene una sola arruga, pero lo que más me gusta es ver lo que tiene puesto en su cuello, reconocería esa cadena en cualquier lado, incluso aunque el dije este dentro de su camisa, una mariposa, mi mariposa.

Cierro el grifo y me giro, veo que una de sus manos juega con los mechones que se zafaron de su trenza, pienso que cada día se me hace más difícil controlarme, trato de recordar sus palabras, ella no es lesbiana, para ella esto es un pecado, debo respetarlo, debo hacerlo incluso aunque cada día se me hace más difícil.

—Llegué más tarde porque tuve que ayudar a un conocido.—comento, es absurdo, no tengo porque darle explicaciones.

—Oh. ¿Está bien?—pregunta preocupada, trato de no reírme se preocupa por un imbécil que la llama aburrida y prejuiciosa.

—Sí, es Armando.—Miro la hora en mi celular, solo quedan diez minutos para que tengamos que entrar a nuestra última clase.—De hecho quería decirte unas cosas respecto a él.

—¿Es malo? Te escuchas algo preocupada.—Olivia se apoya en la pared y yo me quedo de pie a solo cuatro pasos de ella.

—Creo que no le conviene a tu amiga seguir con él, es un chico demasiado problemático y tiene serios problemas con el alcohol y no se que más.—comento, prefiero no mencionar la relación que tuvo Jordan con su hermano, al final es algo privado que me contó mi mejor amigo y no se si él quiere que Olivia lo sepa.

—Está muy enamorada, se ve feliz.—dice, frunce el ceño y suspira.—Supongo que hablaré con Susan para ver que hacemos al respecto, gracias por decirme.

—No es nada, somos amigas. ¿No?—Ella asiente.

Noto que baja su mirada al suelo y toma entre sus dedos la cadena de su cuello, la jala y saca el dije y lo mira un gran rato, muerdo mi labio con fuerza para mantener el control, noto que ella humedece sus labios y volteo mi cara hacía un lado mirándome en el espejo.

—¿Qué pasó con Samantha?—pregunto.

—Funcionó tu consejo, no se ha acercado a mi desde que la ignore en la primera clase, pero...—Se queda en silencio unos minutos.—Pero me siento mal, se supone que la iba a ayudar para que no se sintiera perdida o excluida en el instituto.

Mis pies se mueven solos y acortan la distancia entre nosotras, no se que me pasa, pero no me detengo, alzo mis manos y safo la liga que mantiene la trenza, la desarmo, dejo que su cabello con ondas esté suelto, se ve mejor así, me alejo dos pasos hacía atrás y le sonrío.

—Me gusta más así.—Olivia asiente, agarro mi bolso y salgo de los baños antes de cometer una locura. 













¡Hola! ¿Qué tal todo? 

Se viene pronto lo más esperado. 

Creo que estoy demasiado emocionada, amo esta historia.
Espero les esté gustando. <3

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