15
CAPÍTULO 15
Todos estábamos un poco rotos.
Olivia.
Miro mi celular sin saber si hice bien, la voz de Lina regresa a mi mente, se escuchaba desesperada, triste, no podía decirle que no. Miro nerviosa hacía la puerta de mi habitación, mis padres seguramente no me dejarían salir a estas horas, mucho menos con alguien que ellos no conocían, además ya faltaba poco para cenar, me levanto de mi cama, me pongo un buzo gris de dormir y una camisa blanca, con eso me iría.
Salgo de la habitación y camino los pocos pasos a la habitación de mis padres, toco dos veces y mamá me dice que pase, papá ya está en casa, llegó más temprano hoy, está sobre la cama leyendo algo en su celular, solo alza su mirada y me sonríe, le devuelvo el gesto y me apoyo en el borde de la puerta.
—No me siento muy bien, creo que no debí comer esas gomitas que me regaló Camila, no voy a cenar hoy con ustedes.—digo lo primero que pasa por mi cabeza.—¿Está bien?
—Sí Olivia, tranquila. Tu padre y yo comeremos juntos, no pasa nada.—le sonrío a mamá al escucharla.—Tengo unas pastillas para el dolor de estomago, ¿Quiere una?
—No, digo sí. Dame una.—Mamá busca en su mesita de noche y luego me ofrece una tableta, yo saco una pastilla y le agradezco devolviendo la tableta.
—No te vayas a dormir muy tarde, si te sientes más mal, nos avisas y vamos al hospital.—Asiento y empiezo a salir de la habitación a medio camino.
—¿Puedo Susan quedarse unos días con nosotros? Hoy estuvo muy deprimida, creo que cada día es más complicado con el abuelo Bird.
—Claro, Susan es bienvenida, Puedo quedarse en la habitación de Marcus si quiere.—Papá es esta vez el que habla, brinco un poco sobre mi lugar, me devuelvo y lo abrazo.
—Gracias.—le digo, me separo y esta vez si empiezo a caminar fuera de su habitación.
Ya en el pasillo corro un poco, entro a mi habitación, boto la pastilla en el basurero pequeño que tengo cerca del escritorio, agarro un puño de mi ropa y lo acomodo sobre mi cama como si fuera un cuerpo, lo cubro con las sábanas y sonrío satisfecha al ver resultado, igual no creí que mis padres fueran a entrar, seguramente creerián que me dormiría pronto, me pongo mis zapatos blancos, busco mi celular y lo guardo en el bolsillo de mi buzo, agarro unos billetes por cualquer cosa y salgo de la habitación antes de que mis padres bajen a cenar, bajo las escaleras tratando de hacer el menor ruido, llego a la puerta principal, la abro y salgo, camino unas pocas cuadras para alejarme de casa, me siento en la acera y saco mi celular, le escribo un mensaje a Lina rápidamente.
Olivia: Ya estoy fuera, ¿Tú?
Lina: Que lindo vecindario. Ya estoy cerca.
Lina: Creo que ya te veo. ¿Estás sentada en la acera?
Miro a mi lado izquierdo y no veo la veo, me giro a mi lado derecho y sonrío al verla, me levanto de la acera y la saludo con mi mano, ella trota un poco para llegar a mi, la veo, tiene puesto un pantalón negro bastante flojo y ancho, tiene sus piercing a la vista, lleva un abrigo morado encima, creo que cabríamos las dos allí sin problema, ella mete las manos en los bolsillos de su pantalón y hace una mueca que pronto cambia por una sonrisa.
—¿Tus papis te dejan salir así de fácil?—pregunta.
—Bueno, precisamente no pedí permiso.—susurro, Lina ríe.—Oye, no es gracioso, ahora me siento mal por mentirles.
—¿Qué les dijiste?
—Que me sentía mal, deben creer que estoy en cama entre sueños y quejidos.—Lina empieza a caminar así que la sigo.—Es malo mentir sobre nuestra salud. ¿Verdad?
—No, si es una mentira piadosa no pasa nada, además tampoco es para tanto, no me veo como una gran mala influencia, creo.—Ella se encoge de hombros, asiento poco convencida.
—¿A dónde vamos?
—Vi una plaza cerca, podríamos sentarnos por ahí.
Sonrío al recordar, seguramente habla de la plaza a la que iba cuando era pequeña con Marcus, antes todas las tardes mamá nos llevaba allí para que jugaramos un rato, recuerdo que pasábamos la mayoría del tiempo en los columpios, era muy divertido y satisfactorio como el viento hacía mover mi cabello, no sentir el suelo, como volar.
—¿Por qué no fuiste al instituto? No te vi en todo el día, por eso te escribí, bueno también porque quería que nos pongamos de acuerdo para el otro fin de semana avanzar con el proyecto.
—¿Acaso solo piensas en el instituto? esta noche las responsabilidades no existen.—sentencia, suelto una carcajada al escucharla, Lina se gira un poco para verme y sonríe.—En serio, por favor no hablemos de trabajos o proyectos.
—Bueno. ¿De qué hablamos?—pregunto yo a cambio.
—Cuéntame cualquier cosa sobre ti, te escucho.
Ya ambas podíamos ver la plaza frente a nosotras, unos pocos pasos y estaríamos ahí, pienso en algo genial para contarle a Lina, pero nada se me ocurre, mi vida era aburrida, muy monótona y rutinaria, esta era la primera vez que hacía una locura de hecho, muerdo mi labio y suspiro.
—Esta es la primera vez que me escapo de casa, siendo sincera estoy muy nerviosa, si mis padres se enteran estarán muy decepcionados y definitivamente en la primera confesión de la iglesia diré que le mentí a mis padres y pediré perdón por eso.
—Tienes dieciocho años. ¿Y es la primera vez que escapas de casa?—dice, ambas cruzamos la calle después de mirar a ambos lados, pronto estamos sobre la acera de la pequeña plaza, ya no hay nadie, solo unos chicos que justo se están preparando para irse.—¡Vamos!—Lina corre hacía los columpios, niego con mi cabeza y la sigo.
—¿Crees que esto nos aguanta?—le pregunta mientras tomo la cadena del columpio, Lina no me responde, se sienta en el que está al lado y se mece un poco.—Supongo que eso es un sí.—Me siento mientras me agarro de la cadena de ambos lados, no quería caer de culo sobre el pasto.
—¿Cuál es tu color favorito?—pregunta después de un rato en silencio donde nos estuvimos meciendo, realmente este columpio aguanta demasiado, me mecí más fuerte mientras alzaba mis piernas para impulsarme más.
—Rojo. El tuyo de seguro es negro.—contesto.
—Creí que dirías rosa, rojo está bien. ¿Soy tan predecible?
—No, solo lo deduje porque casi siempre estás usando prendas de ese color.—comento, veo a Lina asentir, ella detiene el columpio y apoya sus pies en el suelo, la imito y me quedo a su lado.
La miro unos pocos minutos pensando si estaría bien preguntarle, no quiero incomodarla, ahora se escucha mejor, incluso se ve alegre, pero eso creía de Susan días atrás y ahora sabía que estaba muy mal, muerdo mi labio nerviosa, Lina frunce el ceño, ella también me mira, le sonrío y ella hace lo mismo, noto que su mirada se queda unos segundos en mi boca, veo que niega con su cabeza y alza su mirada, sus ojos conectan con los míos, me levanto del columpio y me acerco a ella, toma la mano que tiene apoyada en su regazo y le doy un leve apretón, la expresión de Lina cambio y no se como interpretarlo.
—¿Estás bien? Se que no somos muy cercanas, que quizás no me tengas confianza, apenas nos estamos conociendo...—me interrumpe.
—Mi hermana está enferma.
—Oh, ¿Qué tiene? ¿Cómo sigue?—le pregunto, ella alza su mirada y se levanta del columpio, no suelta mi mano y yo tampoco me alejo.
—Fibrosis quística, ya está fuera de peligro, solo fue una recaída.—Ella me sonríe a medias, miro sus ojos, ya no tiene la misma mirada de antes, ahora puedo verlo, ha estado reteniendo sus ganas de llorar todo este tiempo.
Hago memoria, tratando de recordar de dónde había escuchado sobre esta enfermedad, después de unos segundos lo recuerdo, había visto una película con Camila sobre eso, una historia de amor con un final trágico, la chica había perdido a su mejor amigos al final, alguien que no abrazo ni siquiera una sola vez, tenían un tratamiento muy grande, muchos medicamentos, cierro mis ojos, las enfermedades eran lo peor que podía existir, nos rompían, nos quitaban a los que más queríamos, incluso a personas que no habían hecho ningún mal en este mundo, eran guerras que nadie podía soportar y en las que siempre terminas herido, a pesar de no ser el enfermo.
—Te dejé sin palabras.—Ella ríe, mira hacía un lado y regresa su mirada a mi.—Y eso que no te he contado todo.
—Dios, eres muy fuerte Lina.—acorto la poca distancia y la abrazo, escucho que ella suelta un jadeo y luego suspira, me regresa el abrazo fuertemente, nos quedamos un gran rato así, podría decir que hasta minutos, hasta que Lina se aleja, retrocede unos pasos y limpia sus mejillas rápidamente.
—Gracias.—Sonríe, yo la imito, me abrazo a mi misma al sentir la brisa fresca, no creí que hiciera tanto frío esta noche.—Oh, tienes frío.
—No no,—digo rápidamente al ver que Lina empieza a quitarse su abrigo, cuando lo logra intenta dármelo, pero niego con mi cabeza.
—No tengo frío, además mira mi blusa.—La señala, es de manga larga y de rayas, creo que es la primera vez que veo a Lina tan colorida, rayas del color de la arcoíris.—Acéptalo o me sentiré muy mal.
Suspiro y lo tomo entre mis manos, rápidamente paso mis brazos por las mangas, me coloco el abrigo completamente y veo que casi llega a mis rodillas, está caliente y cómodo, me encanta y huele muy bien.
—Te lo devolveré después.—Lina se encoge de hombros restándole importancia.
—¿Te animas a subirte al tobogán? Te reto.—escucho que me dice, niego con mi cabeza, Lina camina hasta el tobogán y lo mira.—Vamos, no seas miedosa.
Supongo que al escuchar que me diga miedosa ya es suficiente incentivo para mi, porque rápidamente estoy subiendo las escaleras de madera para tirarme por el tobogán, Lina me aplaude cuando estoy en la cima, yo le sonrío, veo que saca su celular, me siento sobre el inicio del tobogán, es un poco incomodo, pero si puedo tirarme.
—Lina, tómame una foto.—Hago una pose exagerada, ella asiente y pronto el flash de su celular se ve, me toma varias fotos, me dejo resbalar por el tobogán, esperaba un poco más de diversión, pero el recorrido fue bastante corto, Lina me ayuda a levantarme.
—Mira, en esta sales muy bien.—Me muestra su celular, es una de las fotos que me tomo, salgo de piernas cruzadas, sonrío mostrando mis dientes, el abrigo morado le da el toque a la foto, me gusta.
—Tienes que enviarme las fotos.—Algo confianzuda tomo su celular, me salgo de galería y busco la cámara.—Acércate, quiero una foto contigo.—Lina no se muy convencida al principio pero se acerca, la abraza del hombro, pongo la cámara en modo selfie y sonrío capturando la foto.—Esa también tienes que enviarla.
Lina asiente y se aleja, yo le devuelvo su celular y ambas empezamos a caminar alrededor de la plaza, saco mi celular y miro la hora, me negaba a creer que habían pasado tanto tiempo, ya eran casi las once de la noche, no había ni un alma fuera, solo éramos Lina y yo en esta hermosa noche.
—La luna está hermosa.—me dice, asiento totalmente de acuerdo con ella, había luna llena hoy y se podía observar muy bien, vi que negó con su cabeza y luego sorpresivamente me empujó suavemente haciendo que casi cayera en el pasto.
—Eso no se hace.—La empujo esta vez, pero mi fuerza quizás se excedió y Lina termino en el suelo, me reí y ella me vio mal, le ofrecí mi mano para que se levantara.
—Bueno, al menos me ayudas a levantarme.—Ella toma mi mano y en vez de levantarse me jala y hace que yo caiga al suelo a su lado. El pasto está algo húmedo y sucio, me quejo y Lina solo ríe aún en el suelo. Unos segundos después ambas reímos aún en el suelo, me giro para verla y veo que sus ojos se ven algo pequeños al reír, tiene una risa muy linda, se veía muy bien así, incluso feliz.
—¿Por qué ya no ríes? Me dejas en mal, la única loca riendo en el suelo.—Se queja y se empieza a levantar, yo la imito porque estar en el suelo ya no es tan genial, sacudo mi buzo y su abrigo.
—Lo siento, me hiciste sentir mal, mi risa es fea, en cambio tu risa es divina, podría escucharte reír todo el día.—Veo que ella niega con su cabeza.—Creo que ya debería volver a casa y tu igual, mañana tenemos clase.
—Regreso la Olivia responsable, maldición.—Se queja mientras caminamos de regreso a mi casa.
¡Wenas! ¿Cómo están?
La verdad yo estoy algo feliz/triste, hoy es el día del libro, así que deseo que todos tengan muchos libros en físico como regalo. También es mi cumpleaños, solo por eso hice esta pequeña maratón, horrible tener 19 años, pero bueno, un año más, un año menos, creo que voy a seguir diciendo que tengo 18 hasta que cumpla 30. (re exagerada)
Recuerden que los quiero, son seres geniales. No lo olviden nunca.
Pórtense bien y lean mucho. <3
Love u.
Pd: Este es uno de mis capítulos favoritos.
Pd2: Siempre me pueden escribir al privado para recibir mi regalo. JAJAJ
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top