23
Dust vuelve a despertarse, pero esta vez no siente dolor alguno y no se encuentra recargado contra una pared en una habitación pequeña de la que deba preocuparse por escapar pronto.
Esta vez, logra abrir sus ojos con una facilidad con la que antes no lo había logrado, por unos segundos se pregunta si todo lo que había vivido antes fue solo un sueño, uno muy malo.
Pero tan pronto como descubre en donde está sabe que nada de lo que sucedió fue un evento producido por su mente, todo aquello había pasado, ya que Dust puede observar las ventanas con cortinas blancas que no le pertenecían y a Eric dormido en una silla al lado de la cama -camilla, se corrigió- en la que estaba acostado.
Con un poco de curiosidad notó también que tiene una aguja intravenosa pegada en la parte interna de su brazo, sabía su nombre ya que más de una vez le habían recetado fluidos por deshidratación.
A su lado, aunque Eric parece estar completamente dormido, todavía sostiene una de sus manos, así que Dust la aprieta suavemente para llamar su atención.
Aquél mínimo gesto logró despertar a Eric quién se levantó con un gran sobresalto, parpadeando con los ojos fijos en Dust, intentando asegurarse de que ya esté despierto y no fuera solo su imaginación.
—Finalmente. —dijo Eric con un suspiro, una pequeña sonrisa instalándose en su rostro que pronto se transformó en una mueca de disgusto—. No volverás a salir de Alexandria, es mi decisión final.
Dust arqueó una ceja ante aquella extraña orden, preguntándose durante un segundo porqué Eric estaba tan enfadado, pero solo le bastó recordar lo que había sucedido en aquél viaje para comprender la molestia del hombre.
Aiden había muerto.
Noah también...
El camino de regreso Dust aún puede recordarlo, con Glenn al volante en un silencio que solo puede ser cortado por las respiraciones abatidas del resto.
Glenn no había dicho nada en todo el camino acerca de Noah, y cuando llegaron, al primero que fue a hablarle era al tipo que ahora llevaba un traje de oficial de policía, que por lo poco que Dust sabía, fue antes el líder de su grupo.
Rick. Su nombre es Rick. Recordó Dust finalmente.
Aquella tarde que Aiden había llegado molesto con el grupo por su falta de cooperación, Deanna les había aclarado que Rick y su grupo eran ya parte de la comunidad de manera plena.
No es que Dust haya logrado ver mucho más después de esa interacción, Aaron había llegado para apretarlo en un fuerte abrazo, cargandolo con intenciones de llevarlo a la enfermería y demasiado alterado por sus heridas.
Solo bastaron pocos minutos para que toda la adrenalina se escape de su cuerpo y deje de mantenerlo alerta y ansioso, y pronto Dust había caído inconsciente entre los brazos de Aaron.
Ahora, mirando la expresión reprochante de Eric, que sin palabras decía te dijimos que no vayas, Dust puede sentirse un poco avergonzado por no haber seguido el consejo que le habían dado.
Pero al menos ya todo se acabó, ya no estará Noah para atormentarme porque murió, al final todo salió bien. Pensó la parte más orgullosa de si mismo.
Oh, que equivocado había estado, solo que aún no lo sabía por supuesto.
Dust intentó sentarse sobre la cama y automáticamente las manos de Eric lo empujaron hacia abajo, como en un acto reflejo, Dust peleó un poco ya que realmente quería sentarse y finalmente Eric se lo permitió.
—Aún no puedes salir. —dijo Eric con un tono tranquilizador, el enfado de la declaración anterior pronto quedando atrás.
Dust buscó su bloc de notas en algún lado cerca y lo encontró en la mesa de luz, así que haciéndole una seña a Eric finalmente logró comunicarse nuevamente.
¿Dónde está Aaron? Escribió rápidamente, despegando la nota y colocándola en el dorso de la mano de Eric, que bufó una risita y la leyó mentalmente.
—Está con Daryl, buscando personas nuevas. —Eric se detuvo unos segundos y suspiró al ver el ceño en el rostro de Dust—. Sí, sé que no te gustan los nuevos, pero uno de ellos te salvó ayer, así que finalmente podrías... Comenzar a confiar en ellos, Aaron y yo no los habríamos traído si creyeramos que son peligrosos Dust, debes saber eso, te salvaron ayer.
Te salvaron.
Uno de ellos te salvó ayer...
Dust bajó la vista para escribir otra nota, ¿quién me salvó? sin estar muy orgulloso de cómo se veía su letra en esos momentos, le enseñó de todos modos la nota a Eric.
—Bueno, me temo que no podrás agradecerle... —comenzó Eric, mirando algo por encima de su hombro, Dust siguió su mirada para ver como en una camilla alejada Tara estaba inconsciente, con una intravenosa también en su brazo—. Los salvó a ambos.
No digas que Noah, no digas que Noah. Suplicó Dust mentalmente.
—No sé si lograste conocerlos la verdad, pero él era solo un chico... Por más que digas que ya eres grande, eres un niño Dust y él también lo era, y yo solo... Sigo pensando en que podrías haber estado en su lugar y me culpo por permitirte ir.
Las manos de Eric fueron a su rostro, intentando ocultar sus ojos brillantes por las lágrimas contenidas, Dust se siente incómodo, intentando encontrar palabras para hacer sentir bien a Eric, pero él de entre todas las personas, jamás ha sido bueno con las palabras.
No habrías logrado detenerme si quería ir. Terminó por escribir después de tachar un par de veces lo que quería explicar, Eric lo leyó y soltó un fuerte suspiro, aceptando aquella verdad con un asentimiento de su cabeza, en su rostro una expresión de derrota que lo hace sentir incluso un poco peor.
—Lo sé, sé bien que jamás podremos detenerte de hacer lo que realmente quieres, pero también sé que te has apegado a nosotros, incluso aunque aún no puedas aceptarlo, yo lo veo y sabes que yo nunca veo mal. —comenzó Eric, tomando una de las manos de Dust al ver que estaba a punto de escribir algo—. No hace falta que respondas, porque no te creeré si es una mentira lo que estás preparando.
Dust se mantiene en su lugar al escuchar esas palabras, no estaba intentando mentir si no que confirmar ese cariño que Eric había declarado, sabía que eventualmente tendría que hacerlo, decirle tanto a Eric como a Aaron lo agradecido que estaba por salvarlo aquella tarde.
Hay tantas cosas que aún no he dicho... Tanto que he querido expresar y me he negado a hacerlo.
Pero eso es lo mejor, es mejor que no hables, solo escucha.
Dejalos creer que Samuel ya no existe, que ya no eres esa persona, hasta que eventualmente tu mismo lo creas.
Dust es bueno, Dust no mata... No... Dust no...
Los pensamientos de Dust fueron interrumpidos cuando Eric se puso de pie, soltando su mano—. Sé que conoces a alguien en ese grupo y es por ello que desconfías tanto, Aaron me pidió que cuando despiertes no te insista en descubrir que es lo que escondes y no insistiré, pero quiero que sepas que yo sé.
Dust se tensó un poco ante esa declaración, preguntándose que tanto Eric sabría, que tanto habían logrado descubrir desde que él se fue y ese día que estuvo dormido.
Uno de ellos te salvó ayer. Lo que significaba que había pasado todo un día dormido, millones de posibilidades, de situaciones que podrían haber ocurrido mientras estaba dormido.
¿Alguien les contó?
¿Ahora van a odiarme?
¿Ya me odian?
Desesperadamente Dust intentó encontrar algo en la mirada de Eric que demuestre el odio y resentimiento que el hombre tendría por él, por haberle ocultado algo tan importante.
Sus manos temblaron en busca de su bloc de notas que había caído sobre sus piernas, escribiendo rápidamente ¿Qué sabes?
Eric sonrió al leer la nota—. No sé nada, bueno ahora sí. Con esto de aquí ya me confirmaste que mis teorías no eran tan descabelladas.
Dust lo miró sorprendido al notar la trampa que Eric le había armado, sin haberla esperado de él, tal vez de Aaron sí, de una manera mucho más notoria, pero no de alguien tan tranquilo como Eric.
Perece que no soy el único que oculta cosas. Pensó Dust con emoción, copiando la sonrisa de Eric que lo miraba con una expresión de seguridad.
—Te lo dije, no insistiré. Pero ahora sé que hay algo allí. Respeto tu privacidad para no decírmelo, pero reafirmo mi autoridad como tutor al decirte que no te dejaré en paz hasta descubrirlo.
Dust bufó una risa, negando con la cabeza ante las palabras de Eric.
Toda la tensión que antes había sentido comenzó a escaparse de su cuerpo con cada nueva respiración. No había nada de incomodidad o dolor en su cuerpo, pero sabe que aquel efecto no durará para siempre y se pregunta que tan herido estará.
Se quita las mantas de las piernas para descubrir que solo tiene puesta una remera con su ropa interior, sus rodillas se encuentran cubiertas por vendajes, seguramente debieron rasparse ante la caída debido a la onda expansiva de la granada.
Sus manos se encontraban con diversos raspones que fueron cubiertos con un par de benditas adhesivas de personajes animados, lo cuál logró hacerlo sonreír un poco.
—Ese fue Sam. —dijo Eric con diversión.
Dust se tensó un poco ante el apodo de su nombre, pero después recordó al pequeño rubio Anderson, aquél tan parecido a si mismo, pero al mismo tiempo tan diferente, su expresión asustada se volvió rápidamente en una calmada sonrisa mientra seguía investigando.
En sus antebrazos, tenía un par de vendajes más parecidos a los de sus rodillas, y al levantarse la remera observa un par de moretones rojos con comienzos morados que no parecen tan preocupantes.
—No es una hemorragia interna, Pete se aseguró de ello. —dijo Eric, Dust levantó la vista para verlo, pero el hombre ya no se encontraba en la silla a su lado, sino que había caminado hasta la ventana para mirar a alguien que estaría acercándose, o tal vez solo para darle más privacidad a Dust.
Asintió en silencio y se bajó la remera nuevamente, cubriendo sus piernas con las mantas y dejándose caer contra las suaves almohadas blancas, alegrandose un poco de estar nuevamente en Alexandria.
Nadie lo echaría de allí.
Nada malo había ocurrido al final.
Aaron y Eric no sabían la verdad acerca de él.
Todo está bien...
Todo está bien.
Ya había comenzado a extrañar a todos allí, a Aaron, a Eric, a Sam, a Ron...
¿Dónde estaría Ron?
Dust volvió a sentarse, escribiendo una nota nueva ¿Dónde está Ron? esta vez con una letra un poco más clara que las últimas veces que había interactuado con Eric.
Golpeó con la palma de sus manos la mesa de luz a su lado, llamando la atención de Eric para que voltee y lea la carta.
La expresión de Eric confundió un poco a Dust, ya que la respuesta no fue automática y tenía una mueca un poco decepcionada, como si estuviera intentando no estar molesto, pero al mismo tiempo fallando.
Dust volvió a golpear la mano contra la mesa de luz y Eric finalmente lo miró de vuelta, rompiendo la nota de manera disimulada.
—Eh Ron... Aún no ha venido a verte. —admitió finalmente Eric.
Dust frunció aún más el ceño ante ello, preguntándose porqué Ron no habría venido a verlo siendo que había pasado un día completo desde que llegó.
¿No sabría que yo estoy aquí?
Pero si sabe, si Sam vino él debió saberlo.
¿Enid, Mickey? Escribió en una nueva nota, Eric simplemente suspiró y se dejó caer nuevamente contra la silla a su lado.
—Enid vino un par de horas hoy por la mañana, Mickey no. No sé que está pasando con esos dos... Pero que no vengan a ver a su mejor amigo, me parece detestable.
La expresión en el rostro de Eric indicaba que habría preferido usar palabras mucho más despectivas que esa, pero parecía contenerse para beneficio de Dust, pero él aún no entendía porqué.
Seguro es una confusión.
Ron y Mickey me quieren, ellos siempre lo dicen. Se admitía Dust para si mismo, pensativo acerca de ello.
—Deberías descansar un rato más, Dust. —finalmente dijo Eric, después de un largo silencio—. ¿Te gustaría que te prepare algo para merendar?
Dust repasó si sentía hambre y justo en esos momentos sus tripas hicieron un incómodo ruido que logró sacarle una risa a Eric.
—Supongo que eso es un sí, espérame aquí, haré algo contundente ya que no has comido en mucho tiempo. —dijo Eric, levantándose de la cama y comenzando a caminar hacia la puerta, pero a último momento pareció recordar algo ya que se volteó a verlo, señalandolo con un dedo—. No te vayas a levantar, chiquillo, ya estás en muchos problemas por ir a esa búsqueda y no quieres tener aún más.
Dust sonrió inocentemente, levantando ambas manos en señal de inocencia, el tubo de plástico conectado a su brazo tirando levemente de él.
Eric lo miró con sospecha durante unos segundos, pero finalmente lo dejó estar y se marchó para prepararle algo de comer.
Realmente no tenía intenciones de ir a ningún lado, no sin saber cómo quitar el tubo de manera correcta de su brazo y sabiendo que no quiere aún más heridas después de todas las que tenía.
Recordó que también tenía una en su frente y subió su mano a examinar su rostro, encontrándose un gran vendaje justo en su frente, rodeando toda su cabeza.
Con una mueca de asco Dust notó que su cabello seguía pegandose contra su frente y se encontraba aplastado por el vendaje, se preguntó cómo se vería en esos momentos y pensó que aquella sería la razón por la cuál Ron y Mickey no lo venían a visitar.
¿Tal vez me veo muy mal y les daría impresión? Pensó distraídamente, volviendo su vista a la camilla en donde Tara seguía inconsciente, ella no parecía tener muchos vendajes como él, pero la herida en su cabeza definitivamente fue más grave que la de él.
Toda la enfermería se encontraba en una extraña calma, una que por supuesto no duró demasiado.
De repente la puerta fue abierta, y con una gran sonrisa Dust descubrió que era Ron quién entraba por ella, pero su amigo no le devolvió la cálida sonrisa que siempre tenía para ofrecerle, no, Ron no estaba sonriendo.
El rostro de Ron estaba contraído en una mueca de molestia y odio sin adulterar, sus ojos casi brillaban con desesperación y sus pasos fueron rápidos hasta la camilla de Dust.
—¡Oh qué bien, finalmente despertó! —gritó Ron, llegando hasta un Dust que ahora se encontraba notablemente confundido, detrás de Ron, Mickey y Enid habían llegado, pero se mantenían en silencio—. ¿Cómo te encuentras? ¿Sientes dolor? ¡Vamos, respóndeme!
Dust lo miró con confusión, preguntándose porqué Ron le pediría que hable cuando durante tanto tiempo el chico había respetado su decisión de mantener silencio.
—No habla, ahora no habla. —dijo Ron, un tono burlezco en su voz que no emocionó en lo absoluto a Dust. Ron se volteó para ver a sus dos amigos, una expresión falsa de sorpresa—. ¿Por qué no habla ahora?
Yo no hablo.
Yo nunca hablo.
—Ah por cierto. —Ron se volteó nuevamente hacía él, sus ojos casi parecían desorbitados mientras lo miraba con una gran sonrisa en su rostro, que no parecía para nada feliz—. Felicidades por matar a Noah, buen trabajo ¿eh? Justo como lo habías pensado.
Dust comenzó a negar con la cabeza, bajando la cabeza para escribir una de sus notas y explicarle a Ron que él no fué.
No entendía porqué Ron se comportaba así, pero ciertamente no fue la primera vez que sucedía.
Cada vez que Ron se enojaba con su padre solía tener esta actitud cínica y sarcástica, como si todo a su alrededor fuera un insulto elaborado a su existencia.
Seguro por eso no vino a verme, estaba molesto con su padre, seguro Pete hizo algo terriblemente mal y Ron se debió encargar de ello.
Con aquél pensamiento en mente Dust sonrió un poco, intentando relajarse a si mismo, pero antes de que pueda escribir una de sus notas Ron le arrebató el bloc y lo tiró lejos.
—¿Por qué no hablas ahora? Háblame, como le hablaste a Carl, vamos, dime algo a mi también, amigo. —ordenó Ron, acercándose aún más al rostro de Dust, que solo pudo mirarlo en blanco.
Como le hablaste a Carl...
Oh... Mierda.
Carl...
Ron se volteó una vez más a ver a sus dos amigos silenciosos, mientras apoyaba una mano en el hombro de Dust, apretando de una manera desagradable.
Me estás haciendo daño. Quiso decir Dust, pero no hablaría, él no hablaba, Ron no podría obligarlo a hacerlo.
—Sabía que ibas a matar a Noah, estábamos de acuerdo con ello. —comenzó a decir Ron de manera oscura, tal vez finalmente decidido a darle una explicación al confundido Dust—. Pero no tenías porqué matar también a Aiden...
Dust comenzó a negar nuevamente con la cabeza, pero la mano de Ron lo sostuvo de la mandíbula para detenerlo.
—Ahora bien, quédate quieto, mentiroso. —lo cortó Ron, sonriendo con burla al ver como la mano de Dust fue a parar a su muñeca, pero sin hacer real fuerza para apartar la mano de Ron de su rostro—. Primero le hablaste a Carl, después mataste a Aiden... ¡Aiden, que es uno de los nuestros! ¿Qué carajos sucede contigo Dust? Noah estaba bien, pero el hijo de Deanna... No debiste Dust...
Ron guarda silencio durante unos segundos, sus ojos desesperados por una respuesta de Dust antes de seguir hablando—. O tal vez eso también era parte de tu plan... ¿Verdad? Siempre fuiste parte de su grupo, ¿cierto? lo que temías no era que Noah te delate, sino que nosotros te descubramos...
Al notar que negar con la cabeza ya no era una posibilidad, Dust intentó encontrar la mirada de Enid, pero ella mantenía la vista en el suelo, y por unos segundos Dust se preguntó si ella también creería lo mismo que Ron.
Intentó mirar a Mickey en busca de ayuda, pero el pelinegro solo le devolvió una mirada furiosa, haciendo contacto visual por un segundo Dust cree ver decepción en sus ojos, pero Ron vuelve a tirar de su rostro para que vuelva a mirarlo a él.
—Todo este tiempo... Creímos que de verdad eras nuestro amigo, solo intentabas conocer todo aquí, ¿Verdad? Llegaste primero, fingiendo ser el niño inocente que sabemos que no eres y una vez que te aseguraste de que Alexandria era un buen lugar, los llamaste para que vengan, usaste a Aaron y Eric, por eso estabas tan cerca de ellos.
Las teorías de Ron se sentían ridículas para Dust, que sabía que todo estaba tan alejado de la realidad, pero solo le bastaba escuchar el sentimiento de traición en cada una de sus palabras para notar que lo que Ron decía en realidad tenía mucho sentido.
Dust siendo un espía en Alexandria, llamando a su grupo al ver que era un lugar seguro, era por supuesto un error de deducción muy terrible por parte de quiénes creyó que eran sus amigos.
¿Pero como odiarlos? Ni siquiera les dije toda la verdad acerca de Noah.
Yo no fui quien se marchó ese día, ellos me abandonaron, por eso estaba tan preocupado acerca de mi encuentro con Noah.
Antes Noah no había tenido permiso de vengarse, pero con ese grupo nuevo todo podría ser posible y solo sería cuestión de tiempo para que haga lo que una vez no pudo.
Pero ahora Noah está muerto. Tiene que recordarse Dust.
Y su grupo de amigos cree que es un traidor.
—Solo háblame. Dime que no es así, dime que lo estoy inventando todo, Dust. —pidió Ron, casi en una súplica, soltando su hombro y su rostro como si el tacto hubiera comenzado a quemarle. Una sonrisa lastimera cruzando su rostro durante unos segundos—. Ese ni siquiera es tu nombre, no sé porqué te sigo llamando así.
Dust abrió su boca, pero ningún ruido salió de ella, ya había cometido el mismo error antes.
Al hablarle a Carl, fue completamente involuntario, de manera inconsciente dejó que sus pensamientos se escuchen, pero ahora, con la presión de los tres pares de ojos mirándolo, Dust simplemente no podía permitirselo.
Esto va más allá de todos ellos, es una decisión que tomé aquél día que Eric y Aaron me encontraron.
Cometí un error con Carl, uno que no puedo volver a repetir.
No hablar fue el peor castigo que su cruel mente logró imponerle, sabiendo que herirse a si mismo no lo haría sentir absolutamente nada, pero no hablar, estando él tan desesperado por gritar, era el mejor y único castigo que podría darse por todo el mal que hizo antes.
Por todas las atrocidades a las que no quería dar nombre, aquellas que a veces temía recordar y con las que aún sueña por las noches oscuras de manera constante.
—Háblame, solo dime... que estoy equivocado. Y me disculparé por el resto de mi vida por todo esto. —pidió Ron, su tono bajo, casi un susurro, pero lo suficiente alto como para que Dust pueda escucharlo.
Ron... ¿Por qué me haces esto...?
Hablar será volver a aquél momento, volver a aquella vida, ser esa persona que otros me obligaron a ser.
No me obligues a volver a eso.
No quiero ser esa persona otra vez, el de antes está muerto.
Yo soy Dust.
Y Dust no habla.
Dust negó con la cabeza, y eso fue todo.
BUENAS BUENAS!!
Muchísimas gracias por el recibimiento del capítulo pasado, intenté responder la mayoría y quiero que sepan que todo el apoyo me inspiró a escribir hoy este capítulo, bueno además de que tuve un día muy estresante, supongo que todo ayudó.
Hace meses que tenía planeado este capítulo que se convertirá en un antes y después en la vida de Dust, el día que realmente todo comenzó a cambiar, muchas gracias por todas las sugerencias acerca de cómo podría haber sucedido la historia de Noah, pero desde que Noah entró a Alexandria yo sabía que todo esto debía suceder y aún si no cumplió sus teorías espero que les haya gustado.
¿Dudas, sugerencias, comentarios?
Si les gustó no se olviden de votar y comentar♡
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