Novena parte - 16/05/2005
Lunes 16 de mayo de 2005
¡Al fin se terminaron los parciales! Por suerte me saqué un ocho en gramática —y yo que pensaba que me había equivocado mucho más— y aprobé las demás materias con ocho y nueve. Ahora ya puedo estar más tranquila. Voy camino a la promoción en todas, salvo en una que no es promocionable.
Por otro lado, papá me dijo que hoy iba a ir al centro a comprar dos celulares, uno para él y otro para mí, como premio por haber aprobado todas las materias. Además, justo había una promo de dos por uno que quería aprovechar. Me emociona mucho esto. En mi curso de la facultad más de la mitad ya tiene su propio móvil y se avisan cosas por cadena telefónica. Hace unos días faltó Mirta, la profe de Lengua Inglesa, y lo notificó por cadena. Yo no me enteré y tuve dos horas libres porque no valía la pena volverme a casa caminando para tener que regresar a clases más tarde. Las aproveché para estudiar en la biblioteca, por supuesto. Ni siquiera había traído esta libreta así que no pude aprovechar a escribir. Tampoco me dieron ganas en ningún momento la semana pasada, ocupada como estaba.
Este fin de semana quise coordinar con Pablo para concretar esa noche de pasión, pero justo viajaba a Buenos Aires; me dijo que a visitar a un amigo que estudia allá. Así que hicimos planes con Andrea y Sofi el sábado por la noche. No salimos a bailar esta vez, sino que nos juntamos en casa de Andrea a mirar películas. Hicimos maratón de El señor de los anillos y no dormimos casi nada. Tuve que hacer una siesta de cuatro horas el domingo. Igual valió la pena; las pelis están muy buenas y ninguna las había visto aún.
El fin de semana que viene es el cumpleaños de mi... ¿novio? y me invitó al festejo, que va a ser en su casa. Solo con amigos, al fondo en el quincho. «Nada familiar», aclaró, dándome a entender que no me va a presentar aún a su familia, que me quedara tranquila. Así que tampoco vamos a poder concretar hasta recién el otro sábado. No creo que Pablo quiera intentar nada conmigo en su propia casa, con sus padres allí. Además, me prometió llevarme a un hotel.
Se hace larga la espera ya. Es el único problema. Ya llevo demasiado tiempo de abstinencia. ¿Me iré a volver virgen de nuevo?
Por cierto, Adela. Hoy te vi rara. Estabas, no sé, ¿distraída? ¿Triste? No te noté bien. Estuviste un buen rato sentada en tu escritorio, con la mirada perdida. De a ratos, cuando explicabas cosas, perdías el hilo de lo que venías diciendo. ¿Te pasa algo? Esto no es nada normal en vos.
Me dio la impresión de que estuviste llorando antes de venir a dar clases porque tenías los ojos un poco rojos y la cara hinchada.
Espero que estés bien. No me gusta verte así.
Daría cualquier cosa por ser capaz de ayudarte. Pero no puedo, debo quedarme quietita en mi lugar y limitarme a mirarte desde la distancia.
Mejorate. Quiero verte bien.
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