XXIII

Luhan había sabido que algo malo pasaba en el instante en que había mirado a los ojos a Sehun la tarde que Jongin se fue.

Había aprendido a leer a ese hombre casi a la perfección. Desde que lo había conocido hasta el presente, Sehun se había vuelto menos propenso a ocultar sus verdaderas emociones. No era un despliegue rebalsado, pero era mucho más fácil de leer. Y cuando estaba junto a él, era cuando más sincero se volvía, cosa que amaba. Sehun nunca le mentía: cuando estaba triste o angustiado lo percibía, cuando estaba enojado o decepcionado también, y cuando se llenaba de alegría no era una excepción. Algunas veces pretendía que nada le pasaba para no preocuparlo, pero al final siempre le sacaba la verdad... Creía que en el fondo no disimulaba del todo porque quería ser descubierto.

Por todas esas razones y más, sabía que algo le escocía: lo veía en su mirada perdida, en sus respuestas escuetas y en su postura rígida.

Algo le inquietaba... O quizás, pensaba de más.

Sin embargo cuanto más había querido acercársele para preguntarle qué le sucedía, Sehun se alejaba al punto de ni siquiera mirarlo. Estaba frustrado... Lo que sea que le ocurría quería saberlo para ayudarlo o al menos compartir su pesar, aliviarlo, pero Sehun por esta vez parecía querer estar solo y no podía hacer más que aceptarlo y respetarlo. Aunque la realidad era que se moría de ganas por zamarrearlo y sonsacarle a la fuerza todo. La ansiedad lo volvía loco. ¿Acaso había hecho algo mal? ¿El beso con Jongin en realidad sí le había molestado?

¿Había hecho... algo tonto mientras dormía?

Frunció el ceño. No, no podía ser. Pero... Demonios, Sehun era tan sensible y considerado como para tomar como propios los problemas, como para sufrirlos en carne propia. No estaba seguro, pero era muy probable que se sintiera mal por presenciar el ataque después de la pesadilla. Antes le había dicho que todo estaba bien y que no había nada que pudiera hacer más que estar a su lado, y quizás había sido una equivocación, porque era obvio que él no se lo tomaría con liviandad. Mucho menos se quedaría de brazos cruzados.

Rayos... Qué hermoso que era.

Sabía que no era momento para ponerse como adolescente enamorada (lo que en el fondo realmente era), pero Sehun sólo hacía más y más cosas que lo perdían por completo y le robaban un poquito más el corazón. Dentro de muy poco sería todo de él... Si no se lo había llevado ya sin permiso ni aviso. No es que bailara por su angustia, pero saber que significaba tanto para él le estremecía de pies a cabeza y le hacía agradecer al universo la existencia.

Más allá de lo tierno del gesto, no permitiría que el chico que quería se sintiera desdichado por su causa, así que parándose del sillón del salón que ocupaba, se puso de pie con resolución y echando humo. Le diría algunas cositas importantes a ese terco cabeza hueca.

Estaba cruzando la recepción con pisadas fuertes, las manos en puños y el ceño fruncido, cuando sintió que algo le caía sobre la cabeza. Se frenó y vio hacia arriba con los ojos enormes; era un abrigo y olía delicioso... Cómo no, olía a Sehun.

Se volteó y lo vio de frente con una pequeña y casi tímida sonrisa.

-Vamos.- Dijo únicamente.

Luhan estaba rodeado por la chaqueta y sólo su cara redondeada, blanca y confundida se veía. Sehun sostenía ambos bordes de la prenda para mantenerlo cubierto de forma confortable. Luhan pintó una expresión malhumorada.

-¿Ahora sí saldrás por fin de tu cuarto?

Sehun titubeó e hizo una mueca, había estado encerrado allí los últimos días alejado de todo y de todos, pensando y sacando concusiones. Descubrió su cabeza y acomodó bien el abrigo sobre sus hombros; no se atrevió a mirarlo a los ojos porque sabía que había hecho mal, aunque había llegado a un punto importante que esperaba demostrarle pronto.

-¿Quieres pasear conmigo?

La pregunta fue hecha con tanta suavidad y dulzura, que Luhan no pudo evitar suavizar su expresión.

-Cualquier cosa contigo estará bien.- Respondió.

Sehun le sonrió. -Cúbrete entonces, no queremos que enfermes.

Luhan quiso decirle que el que tenía la salud mala era él, pero se encogió y lo siguió fuera. Al principio pensó que irían a la huerta o algo así, pero se sorprendió cuando salieron por la puerta delantera. Sin una palabra, traspasaron el jardín delantero y comenzaron a caminar sin rumbo aparente, bordeando el camino ripio que llevaba al pueblo. Luhan pensó que quería ir a Yeonghon, aunque eso les llevaría bastante puesto que eran cinco kilómetros a pie, de todas formas, no se ocupó de pensar demasiado.

No dijeron ni una sola palabra por varios metros, pero tampoco importaba. Olía a tierra mojada y a rocío de lluvia sobre hojas verdes, a Luhan le gustaba mucho. Estaba fresco, pero esa misma frescura se sentía vital y le despejaba la cabeza. Sonrió y con los párpados cerrados inclinó la cabeza hacia el cielo, estaba nublado, pero igual el paisaje era lindo. Nunca se detenía demasiado a observar dónde estaba viviendo.

-Siempre hacía esto.

Lo escuchó hablar y se giró hacia él, parecía igual de complacido.

-¿Sabías que viví en el campo toda mi vida, no? A veces me sentía extrañamente vacío y cuando pasaba, salía a caminar de esta manera... El paisaje es el mismo.- Susurró a lo último.

Luhan sólo se lo quedó viendo. ¿Quería decir eso que en estos momentos se sentía de esa manera, vacío?

-¿Por qué te pasaba eso?

Sehun se encogió un poco. -No lo sé, siempre fue así... Como si algo faltara.

Tenía una familia amorosa, era bueno en lo que hacía, reconocido y ganaba dinero haciendo lo que amaba, pero nunca nada le fue suficiente. A esas instancias, creía que quizás había escapado de su vida a propósito para no tener que embarcarse en la búsqueda de aquello que le faltaba. Siempre había sido un cobarde después de todo.

Miró por primera vez a Luhan al lado caminando, sus pisadas resonando sobre la grava, él lo miraba devuelta con ojos grandes y cálidos... Quizás había encontrado lo que debía al final.

Se estiró y le tomó una mano con suavidad. -Siempre fui un idiota... Con todo, Luhan.

Luhan lo tomó devuelta por instinto. Realmente no lo creía, pero por alguna razón las palabras no le salían.

-Siempre me sentí confundido con respecto a todo... La desconfianza es una parte de mi ser que no puedo extirpar.

-¿Es eso en lo que has pensado mientras estuviste lejos de mí?- Se frenó, obligándolo a detenerse también.

Sehun pareció reacio y no lo miró aunque siguió sosteniéndolo. -No... O bueno, quizás.- Hizo una pequeña mueca. -Pensé mucho en muchas cosas en realidad.

-¿Llegaste a alguna conclusión válida?

La mirada a los ojos que le dio casi amenaza con dejarlo sin aire. Sehun ni siquiera tuvo que abrir la boca para hacerle saber que sí, había decidido qué hacer con confianza.

Repentinamente comenzó a llover.

Luhan vio hacia el cielo y llevó ambas manos a la cabeza, como si pudiera evitar el agua. Sehun se sacó el abrigo y lo cubrió completamente con él, como si se tratara de una manta. Luhan sintió como los pies se elevaban del suelo y el estómago tocaba el hombro ancho y amplio de Sehun.

-¡Escapemos!- Había gritado este, cargándolo como una bolsa de patatas. -¡Simulacro de evacuación de cita improvisada!- Exclamó sobre el sonido de la lluvia cada vez más fuerte.

Luhan había empezado a reír porque ¿qué demonios estaba diciendo? ¿Cita improvisada? A veces Sehun era demasiado adorable, como un niño gigante. Amaba que dejara escapar aquella faceta. Corrió hacia quién sabe dónde y lo dejó en el suelo; cuando se descubrió todavía entre pequeñas risas, vio que estaban frente al granero que había visto algunos metros más atrás. Sehun empujó con fuerza las puertas y descubrió con satisfacción que estaba abierto. Entraron rápido para no mojarse más y los recibió un mundo de fardos de pasto seco armados y desarmados, como consecuencia el suelo que pisaban no se veía, sólo era paja color marrón claro.

Sehun le quitó el abrigo con una sonrisa divertida mientras Luhan todavía se reía como un tonto, ya no era por gracia, era por una indescriptible satisfacción y alegría. Dentro todo estaba oscuro, pero las puertas del granero estaban abiertas de par en par y la luz del día les permitía verse, más allá de que el sol estaba revestido por nubes. Estaban de frente mientras el arrullo de la lluvia los relajaba e invadía.

-¿Qué pasa?- Pregunta Sehun al ver la expresión perdida y risueña de Luhan.

-No lo sé, siento que te amo.- Confiesa este.

Ni siquiera se dio cuenta de que lo dijo, sólo lo dijo y ya. Como si fuera lo más obvio, lo más natural del mundo. ¿Cómo podría no amarlo? No supo si fue el ambiente oscurecido, el sonido de las gotas repiqueteando por todo el lugar, el olor a césped mojado o la imagen de Sehun con párpados entornados, pero no le importó nada. No pensó en si él se sentía igual, si estaba cometiendo un error o no, sólo sintió que quería decirlo y lo dijo. Luego vería cómo manejaría las consecuencias.

Sehun pareció sorprendido, pero en una fracción de segundo sus facciones se relajaron y su sonrisa fue plácida, sus ojos fueron dulces. Elevó ambas manos y le enmarcó el rostro con cariño.

-Yo también te amo.

Y antes de que pudieran darse cuenta, sus labios estaban unidos. El beso tuvo sabor a promesas y ansias, una pizca de agua de lluvia. Luhan le rodeó la cintura de forma apretada y Sehun enterró una mano en su cabello castaño y suave mientras la otra le acariciaba la espalda. Luhan ladeó el rostro y fue quien irrumpió en su boca con la lengua, haciéndolo titubear, pero a el otro sólo le bastó un segundo para seguirle el ritmo. Pero entonces Luhan comenzó a caminar haciéndole retroceder, sin despegarse de él ni un milímetro, y Sehun cayó de espaldas sobre el fardo esponjoso.

Polvo y algunas hojas de pasto seco volaron por el aire cuando Luhan se sentó a horcajadas sobre sus caderas, Sehun estaba semirecostado, apoyado sobre los codos mientras veía obnubilado a aquel atractivo chico sobre él sin ningún pudor. Antes de que pudiera decir o hacer algo, volvieron a atacar sus bocas a la misma vez. No es que tuviera algo para decir, la verdad. Una de las piernas se dobló y golpeó a Luhan en la parte de atrás, echándolo hacia delante. Tenía apoyadas sus manos sobre los hombros, así que cayó cuando los codos se le vencieron por el peso y ahora el menor estaba completamente pegado. Quiso removerse un poco, pero Luhan era demandante y no lo dejó cambiar de posición. Sus manos eran fuertes, manteniéndolo quieto sólo para él.

Es tan fuerte...

Y le encantaba.

Gruñó ante la necesidad de desnudarse y desnudarlo para sentir su piel caliente contra el torso. La ropa le estaba incomodando y sabía lo que eso significaba. Intentó guardarse un poco más, quizás Luhan se apartaría en un rato y no avanzarían más, pero entonces este hizo un movimiento que provocó que frotaran accidentalmente sus entrepiernas y gimió. El chico le gimió en la boca. Como si no fuera suficiente provocación, al segundo volvió a acariciarle la lengua con la suya entre gruñidos anhelantes y bueno... Podría decirse que eso fue todo.

-¿Quieres ir arriba o abajo?- Susurró jadeante.

Luhan se congeló.

Sehun esperaba exactamente esa misma reacción, así que sonrió con calma y lo miró a los ojos. Alzó una mano y le masajeó la nuca con ternura, intentando transmitirle tranquilidad. Pareció funcionar porque lo sintió relajarse.

-¿Alguna vez estuviste con alguien?- Preguntó con suavidad.

Luhan mordió su labio inferior y negó con timidez. Eso también se lo esperaba. Se estiró y le dio un pequeño beso en su nariz.

-¿Quieres ir a casa? Ya no llueve mucho.- Comentó, pero Luhan no se movió ni un milímetro. Tragó saliva con lentitud. -¿Quieres... seguir?

Entonces asintió. Bueno... Eso de verdad no se lo esperaba. Movió un poco la espalda sobre el colchón de heno y le acomodó un poco de cabello detrás de la oreja. No lo miró a la cara cuando continuó.

-Lo más probable es que no sea de lo más cómodo.- Explicó, lento. -Y... Va a doler, para cualquiera de los dos, depende el caso.

Luhan volvió a morderse el labio. Estaba nervioso, pero mayores eran las ansias y el deseo. El deseo por este hombre que acababa de declarar que lo amaba. No quería esperar tampoco, sentía demasiado calor por todo el cuerpo y creía que el único capaz de apaciguarlo era Sehun... O de terminar de hacerlo arder en llamas, cualquiera de las dos opciones en su mente se oía bien. Lo miró allí abajo: todavía jadeaba, tenía sus mejillas rojas, su cabello totalmente despeinado, sus ojos entrecerrados con ardor, su camisa abierta y desaliñada dejando una buena porción de piel blanca a la vista... Bien, era estúpido por sugerirle ir a casa, ¿quién podría resistirse a una imagen así?

Sin una palabra, descendió sin dejar de mirarlo a los ojos y unió sus frentes. Sehun suspiró de forma extraña, como anhelante. Luhan no le había dicho ni una sola palabra, pero no era necesario. Había olvidado que este chico había sobrevivido sin hablar por meses, era prácticamente un experto en hacerse entender con sólo silencio. Aquellos ojos brillantes y llenos de una mezcla excitante de resolución y lascivia, le hicieron saber cuál era el siguiente paso. Mentiría si dijera que no lo quería de igual manera, se habría ido a casa con una incómoda protuberancia en los pantalones de otra manera.

Aprovechando su distracción y el afloje de sus agarres, los giró para presionarlo contra el suelo, posándose encima en su lugar. Juntó sus caderas de forma apretada, haciéndolo jadear. Posó un brazo sobre su cabeza y lo observó desde arriba con una sonrisilla torcida que quiso ser arrogante, pero que por el deseo pareció impaciente.

-Bien, entonces, ¿arriba o abajo?

Luhan no era inmaculado, así que sabía de lo que hablaba. El corazón le comenzó a latir muy rápido en lo que se lo pensaba un poco. Bueno... Si le hacía esa pregunta desde aquella posición con aquella voz seductora y esa expresión lobuna de "te voy a comer", era obvio que la respuesta sería...

-¿Abajo?- Murmuró con timidez.

Sehun suavizó sus facciones y le acarició el rostro con una dulzura que le quitó el aliento.

-En serio no tengo problemas con ello, ¿estás seguro de que así lo quieres?

Luhan también se calmó un poquito más. ¿Acaso estaba preocupado de que le doliera, así que se ofrecía en su lugar? A esas instancias, era un hecho de que lo haría de todas formas, ya estaba mentalizado con el tema del dolor. Esa preocupación le llenó el alma por completo y le hizo estar más seguro sobre la resolución. Quería eso, pero también quería mostrarle una confianza infinita y nunca antes sentida hacia nadie ni por nadie. Le dolería, de seguro, pero Sehun se ocuparía de que todo estuviera bien al final.

Lo sabía.

Alzando una mano para ahuecarle una mejilla con cariño, le sonrió con más seguridad.

-Muestrame cómo sabes amar, Oh Sehun.

Entonces se ve sumergido en una vorágine de pasión y ansias casi desconocidas. Sehun cae en picada sobre sus labios una vez más después de esas palabras, pero ya no es un beso sensual y seductor, es uno más salvaje y deseoso. Aunque igual de adictivo. Luhan supone que es así como funcionan las cosas en torno a estos temas: cuando la pasión se hace parte y encarna tus entrañas, instalándose para arrasarlo todo: cualquier pensamiento, cualquier reacción fuera del pequeño y a la vez tan enorme mundo en el cual sólo están ellos dos.

Entonces Sehun comienza a tocarlo allí por fuera del pantalón y pierde por completo la consciencia. Y no sólo eso, también rueda la mano por el resto de su cuerpo enfebrecido: sube su camiseta junto a su abrigo y posa una enorme y caliente palma sobre su vientre, su pecho, entonces vuelve a bajar y acaricia el hueso de su cadera antes de colarse en sus pantalones y volverlo todo aún más íntimo. Luhan jadea entre dientes y se siente empujar por instinto hacia su mano, buscando más.

-Quítame la ropa.- Gruñe en un estado desconocido de desespero.

Sehun sonríe un poco y le hace caso porque también lo quiere. Luego, observa un momento de más la imagen de un Luhan con la ropa desaliñada, con los pantalones y la ropa interior abajo, y todo su torso desnudo. Es de lo más magnífico que ha tenido la oportunidad de presenciar. Se siente apretado en sus propios pantalones de sólo mirarlo. Gentilmente, le ayuda a sacarse su abrigo y su camiseta, pero vuelve a cubrirlo con el primero porque hace frío y lo que menos quiere es que termine enfermo por un ataque de lujuria. Luhan lo entiende y le sonríe con amor cuando se aleja. Se estira sobre él una vez más y, comenzando otro beso necesitado, lo acaricia con toda la mano.

Luhan gime y Sehun se traga los sonidos. Literalmente lo está besando como si quisiera robarle el aliento. Comienza a moverse de forma exacerbada contra su mano, buscando aliviarse. Sehun lo frota de forma lenta y con el ritmo irregular a posta, haciéndolo enloquecer.

-Más rápido.- Ordena con los dientes apretados.

Sehun se separa y lo ve con ojos nublados. -Tengo preparado para ti algo mejor.

Luhan no puede imaginárselo por el momento, no hasta que lo ve agachado entre sus muslos y divisa una miradita maliciosa antes de terminar dentro de su boca caliente y húmeda.

Bueno... Sí podía ser mejor.

-Oh... Jodido Dios.- Maldice de forma estrangulada.

Sehun está haciendo maravillas allí abajo; lo lame, lo succiona, lo acaricia, incluso lo siente tragar... Si eso es posible. Antes le había preguntado si el cielo existía, bueno, ahora ya lo sabía: el cielo era este hombre. Mordía un puño para evitar gritar y los ojos llorosos enfocaban el techo. Ni siquiera recordaba dónde carajos estaba, todo su ser estaba enfocado en absorber cada descarga de placer enviada a través de la columna hacia todo el cuerpo.

-Mírame.- Le dice Sehun con voz profunda.

Lo obedece porque ¿qué más puede hacer? Levanta la cabeza y, demonios, aquella imagen lo vuelve todo mejor. Por inercia estira las manos y las posa delicadamente alrededor de la mandíbula de Sehun, sintiéndolo bajar y subir y trabajar alrededor. Jadea y abre los ojos cuando se siente cerca, entonces medio se aparta.

-Yo también quiero hacerlo.- Dice.

Sehun se aleja y lo mira a los ojos, todavía masajeándolo con una mano.

-¿Estás seguro?- Sin embargo su voz es suave y gentil.

Luhan intenta formular palabras mientras todavía lo tocan como si no hubiera mañana.

-Deja de preguntarme eso y ven aquí.

Sehun le sonríe con arrogancia y presiona un dedo en su punta antes de dejarlo, haciéndole gemir una vez más. Luhan ve con la garganta seca como se desviste sin dejar de mirarlo a los ojos, entonces está igual de desnudo para él. Se pone a horcajadas sobre sus hombros y Luhan tarda unos cinco segundos en procesar lo que quería que haga. Traga saliva y una gota de sudor le resbala por la sien.

Santa mierda.

No tenía miedo, antes no había mentido cuando había dicho que quería intentarlo, pero su mente estaba sufriendo una sobrecarga de emociones y sensaciones. ¿Y si lo hacía mal? ¿Y si lo lastimaba? ¿Y si al final Sehun acababa insatisfecho?

Este pareció verlo todo en su expresión y rio un poco por lo bajo antes de acariciarle los cabellos.

-Estará bien.

-Seré muy malo...

-No, no lo serás. Eres tú, después de todo, amo todo lo que provenga de ti.

Luhan se estremece tanto de amor como de placer ante esas palabras y, alzando la cabeza, abre tímidamente la boca... Escucha a Sehun gruñir y eso le gusta, entonces se envalentona y lo mete de sopetón hasta donde más puede. Ahora lo escucha gemir bajito y se sonríe, pero una arcada interrumpe el momento y tiene que dejarlo.

-No te fuerces.- Le dice la voz débil y ronca de Sehun.

Se voltea e intenta recordar lo que le hizo momentos antes para imitarlo, y parece que funciona porque a los minutos Sehun está todo tembloroso y no para de murmurar cosas sin sentido. A Luhan le encanta saber que no es el único delirando. Continúa con la magia y decide intentar una vez más llevárselo hasta el fondo de la garganta, Sehun vuelve a gemir y no tiene en donde apoyar las palmas para no caer sin fuerzas presa del placer. Luhan se concentra en no volver a tener arcadas y lo logra respirando por la nariz, lo mantiene en su cavidad un tiempo récord antes de hacerse para atrás y suspirar. Lo masajea de arriba abajo con una mano mientras piensa con satisfacción que está aprendiendo bastante por sí solo.

-Joder, Lu.

Lo escucha maldecir y eso es muestra suficiente de que está perdido. Así que Sehun sólo pierde sus excelentísimos modales cuando está delirando de placer... Interesante. No sabe por qué, pero eso lo vuelve más caliente. Intenta volver a metérselo en la boca porque lo desea y porque descubrió que le gusta paladear su sabor, pero lo detiene.

-Todavía falta.

Por todos los cielos... Susurra su mente sin aliento. Bueno, todo fue increíblemente espectácular hasta el momento, pero mentiría si dijera que tenía suficiente. Aún no había pasado eso y la dureza allí abajo estaba comenzando a ser dolorosa. Sehun volvió a bajar y en un suspiro volvía a encontrarse entre sus muslos.

-Levanta esta pierna.- Le pidió con suavidad.

Volvió a hacerle caso, ciego.

Sehun comenzó a masajear aquel lugar tan sensible y le gustó, por lo que se relajó, pero cuando se chupó un dedo e intentó ingresar, se tensó de pies a cabeza como una vara de hierro. Sehun se estiró hasta llegar a su boca.

-Tranquilo.- Le susurró. -Si no te relajas, dolerá más.

Recuerda que está con Sehun, la persona que ama y la más segura del mundo sin dudas, así que se entrega a sus manos. Él vuelve a besarlo hasta el borde del delirio mientras introduce un dedo resbaladizo en su apretado interior. Luhan siente la incomodidad y el ardor, pero más allá de un ceño ligeramente fruncido intenta no tensarse. En su lugar, se concentra en aquellos besos dulces que recibe, y funciona.

Cuando quiso darse cuenta, Sehun ya lo enterró hasta el fondo y está moviéndolo para alcanzar...

-¡Oh Dios, oh Dios, oh Dios!

Luhan no sabe qué sucedió allí dentro, pero el placer es tan abrumador que sólo puede blasfemar y estremecerse sin parar. Sehun sonríe porque eso es lo que estaba buscando.

-¿Te parece que los hombres tengan que perderse de esto por los prejuicios de ser gay?- Cuestiona con voz ronca mientras continúa presionando aquel lugar delirante de la anatomía masculina. Luhan sólo se retuerce entre gemidos. -A mí siempre me pareció una pérdida tan grande.

Luhan ya lo cree. Completa y totalmente. Sehun empieza a mover su dedo de a poco y, cuando decide introducir un segundo, vuelve a tomarlo en su boca. Luhan siente una mezcla extraña y adictiva de placer y dolor. Sehun remueve sus dedos y sigue acariciando aquel punto glorioso, haciéndole llorar.

-Suficiente.- Jadea después de un momento.

Sehun se aparta y lo mira con interés. Él está sosteniendo con fuerza un puñado de pasto seco en ambas manos.

-Hazlo...- Susurra. -Ahora.

Sehun tiene el atino de reírse entre sus propios jadeos.

-Eres un mocoso dominante, ¿lo sabías?

Luhan abre un ojo para mirarlo, a punto de explotar.

-¿Para qué mentir?

Saber que tenía a aquel hombre atractivo, jadeante y anhelante por él, lo hacía sentir poderoso. Más cuando acataba a todo lo que le decía sin réplicas.

Era suyo.

-¿Qué esperas?- Siseó.

Sehun lo miró con inseguridad. -Luhan, podemos dejarlo aquí, ¿sabes? Puede dolerte, en casa tengo...

-¿Qué?- Preguntó con incredulidad, ¿dejarlo aquí? ¿Después de toda aquella tortuosa (y maravillosa) espera? Ni aunque el apocalipsis se aproximara. -No, te dije que está bien.

-Pero...

-Sehun.- Como pudo se levantó, heno pegado en todo su cabello y dándole una apariencia adorable. -Sé que va a doler, no soy tonto, pero decidí que lo quiero de igual forma y quiero que lo respetes, ¿sí? Puedo parecerlo, pero no soy un niño.- Lo vio hacer una mueca y sonrió con ternura, enmarcándole el rostro en ambas manos. -Aprecio esta preocupación, me hace amarte aún más. Por eso mismo sé que no dejarás que sea insoportable para mí, ¿me equivoco?

Ahora negó con vehemencia. Luhan sonrió con cariño y satisfacción.

-Eso supuse, ahora, manos a la obra.- Volvió a echarse con diligencia.

Sehun no pudo evitar volver a reír. -Estás ansioso...- Murmuró mientras se posaba sobre él.

-¿Qué más esperas?- Susurró Luhan, sintiendo como sus dedos lo abandonaban. -Eres tú, después de todo.

Vio con la mirada perdida cómo llenaba sus dedos de saliva y los llevaba hacia abajo otra vez para hacer las cosas más fáciles, entonces lo sintió: Sehun se internó dentro mínimamente, aún no estaba del todo preparado. Luhan ahogó una gran bocanada de aire y abrió los ojos. Sehun lo miró y le sonrió de forma torcida, luego empujó las caderas y se metió más con un gruñido.

-Oh, mierda.- Luhan apretó los párpados con fuerza.

Sehun se quedó completamente quieto. -¿Paramos?

Meneó la cabeza con efusividad. -No, no, sólo...- Gruñó, los dedos apretando los hombros de Sehun con demasiada fuerza. -¿Se pondrá mejor, no?- Preguntó sin aliento.

Sehun dejó un beso en su frente. -Te prometo que sí.

Bien, porque estaba doliendo como el infierno, sin embargo todavía estaba tan extasiado que no le importaba lo suficiente. Había algo de excitante en toda aquella extraña incomodidad. Miró a Sehun: este estaba bastante sudado y agitado, como si contenerse le costara la vida misma. Su entrecejo se fruncía en concentración mientras esperaba a que se acostumbrara a su alrededor. Con una pequeña sonrisa, le tomó el rostro en ambas manos, haciéndolo que lo mire a los ojos.

-Eres hermoso.- Le susurró.

Sehun pareció más relajado y lo besó lenta y profundamente en lo que terminaba de llenarlo. Luhan titubeó en el beso y gimió porque esa fue la peor parte, pero ya había acabado, así que sólo tenían que esperar un poquito más. Se quedaron en esa misma situación por eternos minutos en lo que esperaban a que Luhan se sintiera mejor. Escuchaban el sonido de la lluvia afuera y el de sus respiraciones agitadas. Sehun estiró una mano y comenzó a acariciarlo entre sus cuerpos apretados y juntos. Luhan cerró los ojos y comenzó a respirar de forma más irregular porque ya podía sentirlo, entonces Sehun comenzó a moverse de a poco.

-Mmm...- Prorrumpió Luhan ante el gusto, arqueando la espalda con los ojos cerrados.

Sehun jadeaba sobre sus labios en lo que aumentaba el ritmo y encontraba su propia satisfacción dentro de aquel lugar tan caliente y apretado, esa presión se sentía espectacular. Luhan lo estaba disfrutando, pero aún...

-¡Oh, Dios bendito!- Aquel lugar glorioso otra vez. -¡Sigue por ahí, justo ahí!- Rogó.

Sehun lo obedeció y, al cabo de un momento, se encontró perdiendo el control ante las órdenes balbuceadas y las caricias calientes dadas por Luhan, quien se retorcía y pedía más y más, sin tener suficiente de todo lo que le estaba dando. Aquella imagen, la de Luhan sonrojado de placer, con el pelo revuelto y delirante, fue lo mejor que sus ojos tuvieron la oportunidad de apreciar alguna vez. Después de un rato, Luhan abrió los ojos y lo miró con seriedad.

-Ya... Voy a...- Murmuró. -¡Ah!

Entonces sufrió un último estremecimiento antes de rozar el cielo con una última y maravillosa gran descarga de placer que le recorrió los nervios de todo el cuerpo. Lo poco que le quedaba de cordura se disparó al espacio y ni siquiera se dio cuenta entre la nebulosa cuando Sehun acabó igual que él, presionando con fuerza su cuerpo al no soportar la debilidad de sus miembros. Cuando ya había logrado regresar, el otro todavía se encontraba sumido en temblores. Le gustó mucho aquel peso sobre el cuerpo... Podría ser asfixiante, pero en cambio resultaba reconfortante.

Rodeó los brazos alrededor de su cuerpo en un abrazo apretado cuando sonrió, plácido y más feliz que nunca. Estuvieron en silencio en lo que se recomponían, entonces lo sintió tensarse de forma alarmante y lo leyó a la perfección.

-No te atrevas.- Le advirtió.

Pero ya era tarde.

-No puedo creer que te lo haya hecho sobre un pajar en el granero cerca de casa.

-Oye...

-¿Dónde dejé mi juicio?- Se apartó y lo vio con terror a los ojos. -Santo cielo, Luhan, mírate.- Dijo ante todo su cuerpo cubierto de puñados de pasto seco.

Luhan gruñó, sabía que esto era lo que pasaría al terminar. Sehun era un maníaco de los buenos modos después de todo.

-Escúchame y hazlo bien.- Se sentó, haciendo que él se pusiera de rodillas con una mirada apenada. -Nada de todo esto estuvo mal, Sehun. No fue convencional, pero yo lo quise hacer y no me digas que tú no porque...- Sintió pegajoso y no por su propia causa. -No se nota.- Balbuceó.

-Esto fue terrible.- Siguió en sus trece. -Tú te mereces algo mejor que sexo en el suelo frío y...

Perdió el hilo cuando Luhan se le acercó y lo besó de forma melosa en los labios.

-Yo te vi perder los estribos y maldecir bastante.- Le susurró de forma pícara.

Sehun se sonrojó y trastabilló. -Y-yo...

Luhan volvió a besarlo, enredando sus lenguas por corto tiempo. -Dime directamente que te arrepientes o que no te gustó. Ahora.

-No es así, pero...

-Dime.- Exigió con otro sonoro beso.

Sehun gruñó y enterró una mano en su nuca para profundizar esos besos que lo estaban volviendo loco. Luhan sonrió con ojos cerrados cuando volvieron a unir sus frentes.

-Estoy tan feliz de que hayas sido tú y no otro.- Confesó con sinceridad. -No lo arruines con tus tonterías, en serio, fue perfecto.

-Bien.- Dice Sehun, estaba demasiado feliz también y sería un tonto si lo arruinaba.

-Lo siento.- Sonríe Luhan con diversión. -He insultado mucho durante todo el rato.

-No importa. Eso fue caliente.- Le aseguró.

Ambos se rieron quedamente y Sehun se estiró para sacar del bolsillo de su abrigo un pañuelo blanco, entonces le limpió el estómago y el resto del cuerpo en donde había rastros de aquella tarde subida de tono. Fue delicado y Luhan lo vio hacer con una sonrisa boba.

-Será mejor que vayamos a casa, hace frío.- Le dijo sorbiendo por la nariz y acomodando distraídamente el abrigo sobre sus hombros.

-¿Sehun?

-¿Mm?- Lo miró a los ojos.

-Te amo.

Sehun parpadeó antes de estremecerse. Aún no se acostumbraba a semejantes palabras, hacía tan sólo unos pocos meses pensaba que nunca más sería capaz de pronunciarlas alguna vez, ¿qué tan loco era eso? Luhan en cambio lo miraba con una seguridad y una confianza sobrecogedoras, como si decir "te amo" a alguien fuera de lo más natural y obvio.

Como si amarlo fuera absoluto.

Le sonrió de forma trémula, todo su ser se sacudía por este niño tan precioso. Era su pequeño tesoro, suyo y sólo suyo.

-Yo también.- Susurró antes de acercarse y darle un beso calmo y lleno de sentimiento.

Y entonces, cuando se alejó y volvió a enfocar su mirada con fijeza, vio que en sus ojos se arremolinaban destellos del color del arcoiris.

YA :'D. Esto continúa, no desesperen, ah (?). Nos vemos el lunes con más ❤.

Esperen que hayan disfrutado el cap. de hoy ^^.

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