XXII (PARTE I)

-Bien.- Jyu Ni metió la carta dentro del sobre que tenía en las manos y lo selló. -Aquí está el informe sobre tu condición. Con esto no necesitarás salir de casa.

Se lo extendió con una sonrisa y Luhan se lo quedó viendo, pero no lo tomó. Ella se retrajo disminuyendo la sonrisa.

-¿Está bien algo como eso, noona?- Preguntó con seriedad. -Seguir evitando lo inevitable.

-¿Inevitable para quién?

La miró con fijeza y ella volvió a sonreírle.

-Todos tenemos nuestros tiempos, Luhan.- Le extendió la carta una vez más y el joven la tomó con un refunfuño. -Hay gente que logra en años lo que tú lograste en unos cuantos meses.

Él desvió la mirada con una sonrisilla irónica. Jyu Ni lo miró con una ceja arqueada. Luhan pensó que si lo viera en el día a día no diría ni pensaría lo mismo.

-Luhan, ¿acaso piensas que este tipo de cosas se solucionan de un día para otro?

-Yo... A diario pienso en lo mucho que me odio.- Susurró con la mirada apagada. -Y es tanto que apenas logro lidiar con ello.

Jyu Ni sintió deseos de llorar.

-Entonces veo a Sehun y termino explotando.- Confesó. -Siento todo el tiempo, aquí dentro,- Se tocó el pecho. -La imperiosa necesidad de alejarlo.

-Luhan... Tú...

Le dio una mirada que se lo dijo absolutamente todo. Ella jadeó y se cubrió con una mano la boca. No tenía palabras. Sabía que él y su hermano sentían algo especial el uno por el otro, pero no pensó que Sehun se lanzaría al agua tan pronto. Debieron pasar muchas cosas en secreto.

-Lo quiero, noona.- El sonido de su voz era tan frágil como toda su entereza. -Pero no sé cómo llegar a él...- Rio, un sonido amargo mientras frotaba su cabello. -No sé por qué parece tan imposible alcanzarlo.

-Sehun, él...- Jyu Ni carraspeó, sobreponiéndose a la sorpresa de a poco. -No voy a mentirte, mi hermano es complicado.- Aceptó sin más. -Pero es el tipo de persona que jamás, jamás te haría daño. Sehun preferiría morir a dejar que la persona que quiere sufriese.

-Lo sé...

-Lo que quiero decir,- Prosiguió. -Es que su manera de ver la vida está jodida.- Asintió una vez. -Sin embargo tú...- Le sonrió. -Tú le compartes de tu alma y sólo entonces él vuelve a la vida. ¿No te das cuenta?

-¿Sabes?- Le sonrió un poco. -Cuando estoy con él, me olvido de quién soy.

El cerebro de Jyu Ni se encendió con un clic.

-¿Eres feliz, verdad?

Luhan asintió. -Porque no soy yo en ese momento... Sólo soy un chico normal y sin impedimentos al cual Sehun le gusta.

-Ese es el punto de inflexión.- Advirtió con un chasquido. -Cuando comienzas a sentirte bien es cuando escapas, Luhan. Te da miedo ser feliz porque no crees merecerlo, entonces huyes.

Luhan largó un gran suspiro de aire contenido por entre los labios. No dijo nada, sólo se mantuvo con la mirada perdida.

-Y allí,- Continuó. -Es cuando lo alejas de ti... ¿Lo entiendes, Lu?- Se estiró y le tomó una mano con ternura, provocando que la mire. -Tú sí mereces ser feliz.- Afirmó con seguridad. -Tú no tienes la culpa de nada de todo lo que pasó.

-Pero...- Él comenzó a agitarse. -Si tan sólo no hubiera caminado por aquel atajo, si-si hubiera ido con Yixing y Yifan como acordamos, entonces nadie... No me hubieran llevado y...

-Luhan.- Lo frenó con autoridad. -¿Tú pediste ser secuestrado? ¿Fuiste la persona que chocó el auto en el que iban?

-Pues, no...

-Bien. Me parecía que estabas perdiendo algunos detalles importantes.- Se apartó. -Tengo una idea, ¿qué tal si la próxima vez que sientas deseos de apartarlo, tomas la oportunidad para acercártele más?

Luhan se sonrojó por completo. -¿Aún más? Ah...- Cubrió su boca con ambas manos.

Jyu Ni apretó los labios para no reírse. Vaya... Sehun no perdía el tiempo para nada.

-Sí, todo lo que puedas y quieras. Cariño, permítete seguir tus deseos, llenarte de alegría. ¿Acaso no te sientes bien con él?

-Sí...

-¡Entonces hazlo! Ve a por todas. No he conocido en mi vida a una persona más digna de amor y felicidad que tú, Luhan. Llegará un momento en el cual también tendrás que convencerte de eso, a menos que quieras perder todo lo que significa algo en tu vida.

******

Sehun había estado buscando exhaustivamente a Luhan por toda la casa cuando había oído el sonido de un piano.

No fue extraño, de alguna manera había generado la habilidad de oír ese instrumento aun a distancias ridículas. Lo que le sorprendió fue que el sonido no venía del tercer piso, sino del salón más grande. Por un momento estuvo verdaderamente confundido, pero luego recordó que cuando recién había llegado a aquella casa, el dueño anterior había dejado abandonado un piano vertical. Jamás lo había tocado porque tenía un apego muy grande por el suyo propio. Sabía que ni Minseok ni Bo Ram sabían cómo tocarlo, así que el descarte lo llevó a una única opción... A menos que un desconocido haya invadido su hogar.

Quería disculparse con Luhan. Había intentado hacerlo ni bien habían acabado de discutir y él se había ido con un portazo, pero el enojo que le había transmitido había sido tan patente, que debía aceptar que le dio miedo ir a buscarlo con las emociones a flor de piel. Había preferido esperar a que se calmara. Entendía el punto; Luhan no llegaba a comprender por completo las razones por las cuales se le había acercado en primera estancia. Creyó que había sido suficiente decirle que le gustaba, pero tendría que haber sabido que querría más seguridad y lo entendía. Había ciertas cosas que le gustaría aclarar después de disculparse y estaba ansioso por hacerlo, ya que no podía aguantar estar lejos de él por mucho tiempo.

Le era necesario tenerlo cerca. Mirarlo, tocarlo.

Luhan no entendía por qué se le había acercado. Sehun no entendía cómo es que no se daba cuenta de algo tan obvio.

Caminó con paso firme y seguro hacia el salón. Estaba más que dispuesto a ponerlo todo sobre la mesa. La puerta estaba abierta y encontró lo que esperaba: Luhan sentado frente a aquel polvoriento y viejo piano. Minseok estaba a un lado viéndolo con interés de brazos cruzados. Luhan comenzó a cantar de la nada.

-Sehun idiota, ojalá tu cabello se prenda fuego y te quedes sin cejas.

Bueno... Veía bastante difícil volver a estar cerca de él pronto.

-Tendrías que haber escuchado la de los cocodrilos. Esa estaba mejor.- Le terció Minseok con diversión.

Luhan se volteó a verlos y Sehun se permitió olvidar por un minuto lo que debía hacer.

-Aguarden.- Frunció el ceño. -Luhan, ¿acabas de unir acordes para formar una melodía?

Este hizo un mohín con sus labios y desvió su mirada, pero no le contestó. En su lugar, Minseok recordó.

-Te dije antes que Luhan pasó sus exámenes de universidad con honores.

-No fue difícil recordar los acordes.- Mencionó este cabizbajo.

Sehun no podía caer en cuenta y su expresión lo demostró por completo.

Minseok le sonrió con picardía. -¿Estás celoso porque Lulu es un prodigio como tú?

-Ni mucho menos.- Observó con altanería. -Es sorprendente que haya aprendido tan rápido, sólo eso.

-No estoy cerca de Sehun ni soy un prodigio.- Dijo Luhan viendo el piano, captando la atención de los otros dos. -Suena algo mal.- Miró con tranquilidad a Sehun.

Este parpadeó. -Sí, bueno, este piano ha estado años sin usar y cubierto por una manta, está desafinado.

-¿Sabes cómo arreglarlo?

Sehun carraspeó porque su calma le sorprendía. ¿No había estado enojado? Lo vio sonreír de medio lado y el corazón le enloqueció.

-¿Sehun?

-Ah... Sí.- Meneó ligeramente la cabeza. -Puedo hacerlo.

Ambos se quedaron viendo a los ojos por lo que pareció una eternidad.

Luhan abrió la boca. -Yo...

-Esto... ¿Chicos?

Giraron para ver el rostro apenado de Jyu Ni asomando por la abertura de la puerta.

-Estaba por irme y encontré a un muchacho guapo en la puerta.- Se hizo a un lado y dejó pasar a Jongin.

-¿Jonginnie?- Luhan se paró.

-Hyung,- Este se acercó con premura y lo tomó de un brazo. -Ven conmigo un momento.

Sehun frunció el ceño cuando vio cómo se lo llevó sin ningún problema. Los siguió por detrás sin perder el tiempo, Jyu Ni abrió la boca para decirle algo, pero Minseok la frenó con un gesto y negó con una sonrisa muy divertida. En un entendimiento mutuo, se dirigieron a la recepción para observar a aquellos tres desde una distancia prudente. Jongin y Luhan estaban mucho más apartados.

-Debes ayudarme.- Le urgió el menor con inquietud. -No sabía qué hacer, no tengo a nadie, sólo estás tú.

Luhan estaba preocupándose. -¿Estás bien? ¿Sucedió algún accidente?

-Yo... Sí, estoy bien, pero...

-Me estás asustando.

-No, no.- Negó y aclaró la garganta, hablaba en susurros vehementes para que no los oyeran. -Es mi hermano, hyung. Él vino desde la ciudad con sus ideas locas y... Y quiere llevarme y yo no quiero. Me obligará a hacer cosas que no quiero y mis padres están de acuerdo con ello.

-¿A qué te refieres? ¿Qué te obligarán a hacer?

-P-pues...

Tocaron la puerta de forma estrepitosa y se quedaron en silencio. Bo Ram corrió a atender y un hombre mayor que rondaba los mismos años que Jyu Ni, entró desesperado y sin permiso. Jyu Ni alzó una ceja y miró a su hermano.

-¿Lanzaste un hechizo sobre la mansión para que sólo se acerquen muchachos atractivos a visitarte?

-¿Jongin?- Preguntó el desconocido y logró enfocarlo más adelante.

El menor pareció entrar en pánico y, después de verlo sin saber qué demonios hacer, se giró hacia Luhan, lo tomó de ambos brazos y lo besó en los labios.

Minseok infló las mejillas con una carcajada imperiosa queriendo salir. -Oh, por, Dios.

Jyu Ni ahogó una gran bocanada de aire y, a la par de Minseok, se giró como un misil hacia Sehun. Este había palidecido visiblemente y en su mirada velaba una expresión asesina. Pensaron que intervendría debido a sus músculos tensos y la vena latiendo en su mandíbula apretada, pero se mantuvo clavado en donde estaba sin moverse ni un solo centímetro. Luhan por su parte se había quedado de piedra; sus ojos eran enormes y, cuando entendió lo que pasaba, quiso separarse, pero Jongin lo hizo antes. El beso había sido tonto y rápido, lo suficiente para que aquel desconocido lo viera y ya.

Soltó a Luhan lentamente. -Lo siento.- Le susurró avergonzado.

El otro se había quedado congelado en el lugar, pero cuando reaccionó se acercó a Jongin y lo tomó con rudeza de un brazo.

-¿Qué significa esto?- Le terció con voz grave y amenazante.

Jongin le dio media sonrisa cargada de nerviosismo. -Justo lo que crees.

Miró a Luhan con furia. -¿Quién es él?

El cuestionamiento estuvo tan lleno de desprecio que Sehun se vio en la obligación de adelantarse. Se metió en medio, posándose delante de Luhan y dejándolo resguardado detrás.

-Él es un miembro de este hogar y, a menos que esté dispuesto a respetarlo como se debe, tendré que pedirle que se retire.

El tipo trastabilló. -Yo...

-Y si no se va por su cuenta,- Su mirada se tornó oscura. -Tendré que sacarlo por las malas.

-Mi hermano está aquí dentro.- Insistió. -No me iré sin él.

-Jongin.- Habló Sehun con un sosiego envidiable, sin apartar la mirada del mayor. Las intimidaciones nunca habían funcionado con él. -¿Es esto verdad?

Este parecía querer desaparecer. -Sí, hyung.- Dijo rendido. -Él es Kim Jong Ki, mi hermano mayor.

-Vendrás conmigo ya.- Le terció con la misma dureza.

Tiró de él hacia la puerta y Jongin estaba tan agotado que sólo pudo seguirlo cabizbajo. Entonces Luhan volvió a sentirlo: aquel sentimiento autodestructivo, el deseo de dejar todo y no existir, la misma manera en la cual lo había conocido. Sin poder evitarlo, corrió y lo tomó del brazo libre, deteniendo a su hermano. Todos se lo quedaron viendo con sorpresa.

-¿Qué haces?- Le terció el mayor con el ceño fruncido. -Deja que...

-No puede llevárselo.- Habló fuerte y claro. -No puedo llevarse a Jongin.

Kim Jong Ki chasqueó la lengua e intentó apartarlo. -Deja de hablar tonterías, niño.

-Si en verdad desea que Jongin sea feliz, entonces no se irá.

Guardó silencio y dejó de tirar. Entrecerró los ojos cuando lo enfocó. -¿Tú qué sabes sobre lo que es mejor o no para mi hermano?

Luhan miró a Jongin y mordió su labio con pena. -No lo sé.- Susurró. -Sólo entiendo lo que siente, y en estos momentos no desea irse con usted... ¿Verdad, Jonginnie?

Este agachó la mirada y no dijo nada. El silencio cayó pesado y turbulento. Jyu Ni decidió que estaría bien intervenir como la mayor.

-¿Qué les parece si nos relajamos y hablamos sobre esto en el salón?- Propuso. Miró a Jong Ki con su usual sonrisa conciliadora. -¿Podemos ofrecerle algo?

Este se la quedó viendo con una fijeza imperturbable. Ella ladeó el rostro curiosa y él carraspeó y desvió la mirada.

-Son asuntos personales y de familia, no tienen por qué saberlos.

-Bueno, al parecer Jongin goon no piensa dejar a su amigo; si quiere irse de aquí con él, tendrá que arreglar lo que sea en este mismo lugar.

El hombre miró a Jongin con censura e hizo una mueca, al final accedió. Jyu Ni le señaló con un ademán de la mano la dirección por la cual ir y él volvió a verla con detenimiento de reojo mientras la seguía. Minutos después, estaban compartiendo una caliente y humeante taza de té entre todos. Sehun se había quedado junto a ellos muy a su pesar, puesto que Luhan se había ido con Jongin quién sabe a dónde. Minseok se había ido porque quería dormir y le pidió a Jyu Ni que le pasara el chusmerío luego.

-Déjeme presentarme.- Dijo ella. -Mi nombre es Oh Jyu Ni y soy la hermana mayor de Oh Sehun.- Señaló al susodicho más allá parado al lado de la puerta. -El dueño de esta casa.

Kim Jong Ki, ya mucho más consciente y calmo, miró a Sehun a los ojos y le hizo una respetuosa reverencia.

-Lamento de todo corazón la escena montada hace un rato.

-Está bien.- Aceptó este con expresión impaciente. En realidad lo que quería era irse de allí para buscar a Luhan.

El otro pareció tanto apenado como inquieto. -Jongin, mi dongsaeng causa muchos problemas... No sé cómo lidiar correctamente con él.

Jyu Ni lo observó con atención. -¿Qué es lo que tanto le preocupa?

-Yo sólo quiero asegurarle un futuro, ¿sabe?- Se explicó con sinceridad. -Quiero que tenga una familia y un negocio, nuestro negocio.

-¿A qué se dedican?

-Mi familia hace chocolates. La sede está en Yeonghon, pero se reparten muchas sucursales en la ciudad. Desde mis bisabuelos hasta mis padres y el resto de mis hermanos se encargaron y encargan del negocio familiar, pero Jongin sólo... Bah.- Hizo una mueca disgustada y removió sus cabellos.

Jyu Ni y Sehun se dieron una mirada.

-¿Es un chico rebelde?- Cuestionó ella, dándole un sorbo al té.

-Siempre se anda con tonterías.- Espetó frustrado. -Con esas cosas de ser un artista...- La miró con pura preocupación. -¿Cómo sé yo que estará seguro? ¿Qué garantías hay de que no fracasará?

-¿Qué garantías hay de que será bueno haciendo chocolates?

Él la miró fijamente y ella sonrió, afable.

-Cuando se hace algo de mala gana, siempre habrán resultados negativos.

-Pero no puede... Yo... Es lo que hicieron sus abuelos, sus padres...

-Pero él no.- Se encogió. -No es como ustedes.

-Da igual.- Dijo con molestia. -Yo sólo quiero proteger a mi hermano. Me tratan como a un villano y...

-Nadie hace eso.- Jyu Ni se estiró y dejó la taza sobre la mesa con tranquilidad. -Estoy segura de que Jongin goon entiende sus buenos sentimientos.- Se lo quedó viendo un largo rato. -¿Alguna vez se ha sentado a charlar con él?

Ahora rascó su nuca con incomodidad. Ella ladeó el rostro, algo pensativa.

-¿Sabía que era gay?

-Oh, él no es gay.- Negó con efusividad. -Él tiene novia.

Los hermanos se hicieron hacia atrás con sorpresa y, después de regalarse una mirada entre ellos, se dieron cuenta de que pensaban exactamente lo mismo. Repentinamente, las acciones de Jongin tenían bastante sentido. Sehun se permitió estar más tranquilo.

Por otro lado, Luhan y Jongin estaban en el patio trasero. Luhan lo había tomado de una mano y se lo había llevado con él porque quería que estuviera más calmo. Su ánimo no sería elevado, pero al menos su mente estaría más despejada... Al menos eso esperaba. Mientras los mayores se habían encerrado en el salón, ellos se habían mantenido caminando lento en un silencio pesado. Luhan miraba a Jongin con un ceño fruncido de pena y este último sólo estaba cabizbajo, impenetrable. Pensó en qué decirle, pero nada acertado se le ocurría; es decir, ni siquiera sabía qué estaba pasando en realidad.

-Pierden el tiempo.- Dijo de la nada.

Luhan lo miró con los ojos bien abiertos. Jongin seguía sin ver nada en especial.

-Mi hermano no cambiará de opinión respecto a nada, hablar con él de cualquier cosa será lo mismo... Mi destino no cambiará.

Luhan no podía decir nada sobre el destino. Cuando pensaba en su futuro o intentaba discernir algo sobre él, se encontraba entre medio de una neblina densa y asfixiante. No sabía si tenía un destino o no, pero admiraba (y un poco envidiaba) a las personas como Jongin que conocían cuál era.

-¿Y qué destino es ese?

Ahora se encogió un poco y masajeó su hombro. -El que todos quieren para mí.

Luhan parpadeó confundido. -No pregunté eso.- Jongin por fin lo vio. -Te pregunté cuál es tu destino. Lo que tú deseas.

Jongin pareció tan perturbado que Luhan imaginó que nadie debía hacerle ese tipo de preguntas a diario... O nunca. Volvió a desviar la mirada y él le buscó la cara.

-¿Lo tienes claro?

-Da igual si es así o no.- Se frotó ambos brazos, desahuciado. -Como te dije, todo concluye a un mismo final.

Luhan suspiró con pesar y se lo quedó viendo un largo rato. Al final se dijo que Jongin estaba perdiendo de vista cosas importantes y que, quizás, estaría bien recordárselas.

Le sonrió un poco. -Bueno, si al final es lo mismo, entonces cuéntamelo igual. Dime, ¿qué te gustaría hacer?

Pareció que no iba a contestar nunca, pero al final se escuchó un bajo murmullo salir de sus labios:

-Quiero bailar.

-No sabía que lo hacías.- Dijo con emoción. -¿Hace cuánto es así para ti?

-Desde los seis años.- Confesó. -Vi en la televisión a un grupo y... me perdí. Bailaba en mi habitación todo el tiempo cuando no había nadie en casa.

-Ya veo.

Jongin se abrazó con más fuerza. -Tampoco quiero casarme o tener una relación... Al menos, no con una chica.

Luhan lo vio con sorpresa, aquello no se lo esperaba. Jongin le regaló una media sonrisa.

-Lamento lo de antes...

-Tú...

-No, no.- Negó rápidamente. -No si quiero que Sehun hyung siga manteniéndome con vida.- Bromeó.

Luhan se sonrojó un poco. -¿Entonces?

Jongin se frotó el cuello. -Mi familia quiere que me encargue del negocio, pero yo quiero estudiar en la ciudad. Mi hermano insiste desde hace mucho tiempo en que tenga una relación oficial con la mejor chocolatera de la sucursal principal y más grande de la ciudad.

-¿Siquiera la conoces?

-Sí, es mi amiga. Es una chica lista y talentosa, pero... No me gusta. Sin embargo hyung parece no entenderlo y porque sabe que será imposible obligarnos a estar juntos, sigue planeándonos citas y encuentros "casuales".

-Entonces... ¿Me besaste para que creyera que estabas conmigo y desistiera?

-¿Algo así?

-Fue una medida un poco...

-Lo sé.- Suspiró. -También... Quizás quería que se enterara de una buena vez que las mujeres no me van.

-¿Nadie lo sabe?

Ahora largó una risa amarga. -Una vez me vieron con un chico de la escuela.- Comentó. -Se supone que debía ser secreto, pero mi familia hizo de eso algo colosal y él terminó escapando de Yeonghon al no soportar el acoso.

Luhan se sintió infinitamente triste. -¿A ti también te molestaron?

-Pues, sí.- Se encogió de hombros con desinterés, rasgando con una uña la corteza seca de un árbol. -Pero nunca me importó, la verdad. Ser gay no me representa un complejo, si me escondí fue por el chico que me gustaba. Por eso las burlas me resbalaron... Con el tiempo lo dejaron al ver que no me afectaba.

-¿Y tu familia?

-Allí fue cuando conocí a esta chica "por casualidad". En casa tratan el tema como a un tabú o algo para no recordar, así que jamás se habló de nada.

Una idea se coló en la cabeza de Luhan.

-Jongin, si en verdad sabes que nada cambiará, ¿por qué viniste?

Vio su rostro lleno de pánico.

-Sé que es así.- Habló con voz quebradiza. -Pero... ¿No lo sé? Yo... Hyung tengo miedo.- Comenzó a llorar. -Ya no puedo soportar más esta situación. Quiero irme, quiero confesarme a la persona que me gusta y hacer lo que quiero. ¿Por qué es tan difícil para ellos entenderlo?

Luhan se adelantó y lo abrazó, Jongin gimió como un niño pequeño y se aferró a él con fuerza.

-No te rindas.- Le susurró, casi a punto de llorar también. -No te conformes. Si no es lo que quieres, no lo hagas. Sé que no es fácil, pero estamos hablando de algo tan preciado como lo es tu vida. Si estás aquí, si escapaste, es porque te rehusas a vivir lo que planearon para ti y está perfecto.- Estiró una mano y le acarició el cabello. -Puede que ellos no lo hagan, pero yo siempre estaré aquí apoyándote.

Jongin se separó lentamente y continuó sorbiendo por su nariz mientras secaba sus lágrimas. Luhan lo vio con una sonrisa afectuosa, estiró ambas manos y frotó sus brazos.

-Vamos dentro. No te preocupes, ni Sehun ni Jyu Ni permitirán que te lleven si no lo quieres.

Cuando entraron, todos estaban devuelta en la recepción mucho más tranquilos. Jong Ki estaba por irse y miró a su hermano con seriedad, Jongin estaba al lado de Luhan con la mirada gacha.

-¿Vendrás?

Jongin negó lentamente. -Quiero quedarme aquí, ya no voy aceptar más maltrato.

-¿Ni siquiera irás con papá y mamá?

-Ellos lo entenderán.

Jong Ki pareció odiar tal decisión con toda su alma, pero de forma prudente calló y lo aceptó. Miró a Sehun.

-Lamento las molestias.

-No es ninguna.- Aseguró este de brazos cruzados.

Ahora se dirigió a Jongin. -Me quedaré un par de días más, cuando decidas qué harás, llámame.

Sin una palabra más, se dio media vuelta y se perdió. Cuando lo hizo, todos se permitieron largar un profundo y largo suspiro. Luhan se giró hacia Jongin con una sonrisa.

-No trajiste ropa, te prestaré de la mía. ¿Qué tal si te das un baño? Ven, te enseñaré la habitación de huéspedes.

Lo tomó de la mano y se lo llevó con él. Jongin no pudo evitar darle una mirada a Sehun de pasada, este, obviamente, los observaba con una fijeza escalofriante. Lo miró a él en específico y entrecerró los ojos, Jongin se estremeció de pies a cabeza porque prácticamente pudo oír lo que pensaba.

Te estoy observando, niño.

******

Después de procurar que Jongin estuviera totalmente cómodo, Luhan se escabulló en mitad de la noche.

Le había enseñado el cuarto de baño, le había dado ropa limpia y le había pedido a Bo Ram que le hiciera algo delicioso para comer. Jongin no se quedaría allí para siempre, pero estaba pasando por momentos horribles y lo menos que podía hacer era hacerlo sentir bienvenido y cálido; esperaba que su mente aclarara pronto y tomara la decisión correcta, la decisión de seguir su corazón sobre cualquier otra cosa. Eso era lo más importante.

Después de cenar algo rápido, había subido las escaleras y fingido dormirse. Minseok no había salido de su habitación en todo el día debido a que era fin de mes y tenía que acabar con sus manuscritos (extrañamente no había escapado en esta ocasión) y había oído el momento exacto en el cual Sehun había entrado en su cuarto. Aguardó con ansias un poco más para procurar que nadie rondara y sólo entonces había salido para tocar en su puerta. Cuando esta se abrió, lo recibió un adormilado y despeinado Sehun. Antes de que pudiera decir nada, lo hizo él.

-Pensé que nunca vendrías, me estaba durmiendo.- Bostezó.

Luhan sonrió con ternura. Se veía demasiado adorable con esas pintas, quería apretujarlo y besarlo mucho. De un tirón, Sehun lo metió dentro; frente a él, se cruzó de brazos con una expresión mucho más seria y de pocos amigos.

-¿Y bien?

Luhan sabía a qué se refería.

-Fue algo carente de sentimiento alguno.- Explicó, alzando ambas manos. -Te lo juro. Jongin no me gusta y él...- Hizo una mueca. -Él estaba desesperado, por eso hizo lo que hizo.

Sehun pareció mucho más relajado cuando su rostro se mostró más conciliador.

-Lo sé.- Asintió una vez con solemnidad. -En realidad, me lo imaginé. Su hermano nos dijo antes que tenía una novia, mintió, ¿no es así?

Luhan asintió. -Quieren hacerle algún tipo de purificación heterosexual.

Sehun reprimió las ganas de reír. -Bueno, menos mal que no indagó en las costumbres de esta casa.

Luhan sí carcajeó. -Confías en mí...- Afirmó como un tonto. Antes había estado un tanto preocupado por lo que pudiera pensar ante lo que pasó, pero en el fondo esperaba que se mostrara así de compresivo y seguro.

-Así es.- Se encogió este. -Eres tú. No te voy a negar que hervía de rabia, pero la templanza es mi fuerte.

-¿Estabas enojado?- Se removió de forma linda.

Sehun sonrió de medio lado. -Colérico. Ahora tendré que...

Antes de que pudiera terminar la frase, Luhan lo abrazó por la cintura y lo besó con ganas. Sehun dio un traspié y sin pensarlo demasiado y por instinto, lo siguió con la misma desesperación. Había estado mucho tiempo alejado de él, sin poder tocarlo o besarlo o acariciarlo... En realidad, no había sido mucho tiempo, pero lejos de Luhan todo parecía una eternidad. Recordó para lo que había ido a buscarlo en primera instancia antes de oírle tocar el piano y le acarició ambos lados del rostro al separarse; con todo lo que había pasado no habían podido hablar.

Luhan se ocultó en su pecho.

-Lo siento.

Él se separó para verlo a los ojos con curiosidad. Sehun hizo una pequeña mueca, apenado.

-Lo siento mucho, pero nada de todo lo que has dicho antes es cierto.- Aseguró. -Quizás al principio me acerqué a ti debido a que me veía reflejado. Si tú no podías mejorar, si no tenías escapatoria, entonces yo tampoco. Por eso te alenté con todas mis fuerzas a seguir. Pero luego las cosas cambiaron... Ya no te veo de esa manera, no sé cómo explicarlo realmente, pero te juro que es diferente. Por eso no digas que estoy contigo por lástima o por obligación porque...

Luhan volvió a callarlo con un dulce beso.

-¿Lo que dijiste fue cierto?- Le cuestionó.

-Cada palabra. No vuelvas a pedir que me aleje de ti... Qué rayos, aunque lo hagas no te haré caso, te quiero cerca.

Luhan le sonrió de forma perezosa. -En ese caso no te pediré que devuelvas mi beso.

Sehun también le sonrió. -Sólo te recompensaré por ellos.

Volvió a besarlo, esta vez de forma lenta y acompasada, perfecta. Luhan siempre se aferraba a él con seguridad y bien pegado a su cuerpo, eso lo volvía loco, lo sentía por completo. Inclinó su quijada con el dedo índice para ladear su rostro y tener más apertura. Después de besarlo suave sobre los labios, pidió permiso delicadamente con la lengua y Luhan lo satisfació como mejor sabía. El beso se volvió más feroz y, consecutivamente, Luhan acabó acorralado contra la pared.

Ni siquiera se dio cuenta de ello, sólo tiró de los cabellos de Sehun con una mano y con la otra se aferró tan fuerte a su hombro que logró hacerle gruñir de dolor. Sobre sus labios, Sehun sonrió travieso porque adoraba (y seguía sorprendiéndole) que Luhan fuera tan efusivo y rudo. Después del primer beso que habían tenido había cogido la confianza necesaria para comerle la boca de una manera inesperada y encantadora. Sehun lo adoraba en cuerpo y alma.

Luces de alarma se le encendieron en el cerebro cuando repentinamente, Luhan lo empujó con tanta fuerza que logró removerlo y salir de donde estaba. Sehun entendió que había estado acorralado porque quería y que tranquilamente podía moverlo. El corazón le latió rápido cuando Luhan tomó el control y mientras seguía besándolo, lo hizo retroceder hasta chocar con la cama. Cuando cayó sobre el colchón con un par de botes, se lo quedó viendo como un tonto hechizado por su provocación; entonces le apoyó una rodilla entre las piernas y gateó sobre su regazo.

Sehun debería apartarse, pero...

Luhan rozó de forma casi imperceptible sus labios, ambos tenían los ojos abiertos y se observaban directamente sin titubeo. Sehun se hizo para atrás a posta y Luhan lo siguió porque no quería dejar de besarlo, al final terminó recostado encima de su cuerpo. Los muslos reposaban al lado de sus caderas y sus respiraciones se oían en un volumen demasiado alto. Sehun alzó una mano para enterrarla en la nuca de Luhan y profundizar el beso, mientras que a la otra la usó para pararse en su espalda y bajar lentamente, muy lento, con una caricia. Subió el bordillo de la camiseta dejando al aire su piel desnuda y cuando la acarició con una mano abierta, Luhan pegó un respingo.

El contraste de las manos frías de Sehun con su piel caliente le causó serios problemas.

Entonces, cuando Sehun se atrevió a bajar más y la punta de sus dedos se hundió tras el bordillo del pantalón, tocando su ropa interior, abrió los ojos y dejó de besarlo.

Notó sólo entonces que sus pantalones apretaban mucho en aquel lugar. Sus manos se apartaron de él y Luhan sintió su cambio, así que se alejó ligeramente de sus labios. Sehun lo miró con los ojos enormes, el pelo revuelto, las mejillas rojas y la respiración errática.

-Hum... ¿Vamos a dormir?

Luhan pareció tan perturbado que no pudo proferir palabra alguna, sólo se quedó en aquella posición como si fuera una estatua. Sehun le sonrió nervioso de medio lado.

-¿Qué?- Balbuceó por fin.

Sehun hizo una mueca y usó los codos para elevarse del colchón, sólo entonces Luhan por fin se apartó.

-Me dejé llevar.

-¿Te dejaste llevar?- Terció con incredulidad.

-No, aguarda.- Se adelantó antes de ser golpeado. -Quiero esto, de verdad.- Aclaró la garganta y desvió la mirada porque aun se sentía sonrojado. -Quiero cualquier cosa que provenga de ti, pero... Es complicado para mí.

No dijo más nada y Luhan lo miró en silencio.

-¿Es por Baekhyun, no?

Sehun agachó la mirada, avergonzado. -No pienso hacer algo como eso porque sí. Contigo no.

Luhan aspiró aire hasta llenar los pulmones por completo y suspiró lento, con paciencia.

-Está bien.- Le sonrió un poco. Se mordió el labio y se acercó sólo un poquito más, tomando una punta de su camiseta con una mano. -Pero ¿puedo dormir contigo?

Sehun se lo quedó viendo fijamente, preguntándose si lo hacía a propósito o... Esa apariencia inocente y linda no se parecía en nada al Luhan de hace un par de minutos atrás. Al final suspiró y se separó un poco.

-Aguarda un momento.

Luhan se quedó callado a su lado, sentado sobre sus piernas. Sehun posó una mano sobre el pecho y cerró los ojos, respirando con tranquilidad e intentando mentalizarse. Cuando se calmó, lo miró con los ojos entornados y mucho recelo.

-¿Te portarás bien?

Luhan parpadeó como un niño pequeño confundido y un segundo después, le sonrió de una forma tan seductora y traviesa que creyó perder toda la entereza recuperada. Vio con los ojos bien grandes cómo se le acercaba y le susurraba al oído:

-¿Tú quieres que me porte bien?

Al final decidió tomárselo con gracia porque si lo tomaba en serio, no lo dejaría salir de la cama en una semana.

Le corrió los cabellos de la frente con una caricia mientras le sonreía de forma torcida. -Tengo sueño.- Hizo un mohín infantil.

Luhan le sonrió y se frotó con cariño, justo como un cachorrito. Sehun se recostó con placidez y abrió los brazos con una sonrisa adormilada.

-Ven, tontito.

Luhan se tiró sobre él y lo abrazó de forma apretada, ocultándose en el hueco de su cuello. Se sentía demasiado tibio y feliz.

-Prometo que haré todo lo posible por no apartarte de mi lado.- Susurró.

Sehun acarició su cabello, sin poder oírlo muy bien. -¿Cómo?

Le dio un pequeño beso en el cuello. -Nada.

Se durmieron en esa misma posición porque Sehun sentía demasiado bien el peso de Luhan sobre sí y, entre caricias y besos pequeños, terminaron soñando. Transcurrida la noche se habían movido de lugar entredormidos, y habían acabado abrazados de frente. Sehun los había tapado con la frazada.

En determinado momento, este último despertó porque sentía algo extraño en el ambiente. Fue como si un sexto sentido le dictara al inconsciente que debía reaccionar. Aún con los ojos cerrados frunció el ceño porque una pesadez que antes no había estado allí se apoderaba de su interior de a poco, era como una oscuridad cerniéndose sobre ellos. Abrió los ojos y enfocó a Luhan en frente: estaba sudando demasiado, respiraba con dificultad y sus facciones se retorcían con disgusto. Terminó de abrir los ojos por completo y lo vio con mucho temor; cuidadosamente deshizo el abrazo en el cual se encontraban y se separó un poco.

-¿Luhan?

Este comenzó a temblar y a balbucear cosas sin sentido. Su cabeza se meneó de un lado a otro con fuerza. Sehun ya se había sentado sobre el colchón con premura, viéndolo con las palabras atascadas en la garganta y casi igual de agitado que él: Luhan, de alguna manera, le había trasmitido su inquietud.

Cuando estiró una mano titubeante para tocarlo, este se sentó súbitamente sobre la cama con un gemido ahogado.

Sehun retrocedió por el susto. Luhan se quedó completamente quieto con sus ojos bien grandes enfocando la nada, estaba más pálido que un fantasma. Cogió valor y acabó apoyándole con delicadeza una mano sobre su hombro, entonces Luhan jadeó con pánico y lo apartó como si su vida dependiera de ello. Sehun vio en sus ojos la oscuridad y el miedo apresante adhiriéndose a sus entrañas con resolución, cada vez más. Le retorció el estómago que lo viera como si fuera un monstruo.

Como si fuera su secuestrador.

Intentó acercársele otra vez, pero Luhan se alejó hasta quedar al borde de caer de la cama.

-¿Cariño?- Susurró, sentía tanto miedo como él, pero no podía dejarlo así. -¿Luhan? ¿Me oyes?

Este parpadeó y lo enfocó mejor. Sehun dejó caer la mano pesada sobre las sábanas.

-Soy yo, no te haré daño. Dormimos juntos, ¿recuerdas?

El pecho de Luhan dejó de moverse tan rápido y con un gemido, comenzó a llorar en silencio. Sehun tuvo que hacer acopio de todas las fuerzas para no caer completamente por aquellas lágrimas rodando de forma tan fácil e impune por sus mejillas blancas. Apretó las sábanas bajo las manos con tanta fuerza que los puños le temblaron. Luhan por fin reaccionó y con pequeños jadeos gateó hasta llegar a él para abrazarlo con tanta fuerza, que amenazó con dejarlo sin aire.

A Sehun no le importó, también lo sostuvo con muchísima fuerza.

-No pasa nada.- Arrulló. -Estás conmigo, no dejaré jamás que nada te pase. ¿Lo sabes, no?

Luhan sorbió por la nariz y asintió. Sintió como le empapaba la camiseta por completo y eso sólo le hizo desear que todo su pasado desapareciera por completo. Todo. No quería nada de él, nada de nada. Para lo único que servía era para trastornar a la persona que más quería en el mundo.

Y lo único que podía hacer era sostenerlo hasta que volviera a dormir.

Sintiéndose frustrado, inútil e iracundo, supo que eso no sucedería aquella noche.

Ha sido un capítulo especialmente largo D:. A partir de ahora la mayoría será así, espero que no les moleste ❤.

¡Nos vemos el miércoles para ver cómo termina todo con Jongin! ¿Ustedes qué creen que pasará? e.e.

Les regalaré un extra de paso el miércoles. Pueden o no leerlo ^^.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top