XXI
-Con que... Tú ahora eres amigo de Baekhyun, ¿eh?
Luhan había mirado a Sehun con una ceja arqueada. Este estaba agachado más allá, con una botella en sus manos mientras vertía agua delicadamente sobre las plantas del huerto. Tenía su camisa blanca arremangada y un par de botones abiertos en la zona del pecho, su cabello rubio estaba un poco despeinado y su mejilla manchada con barro. Luhan ladeó el rostro porque aquella imagen se le hacía muy, muy, muy masculina y atractiva.
Justo cuando comenzaba a considerar seriamente secuestrarlo y aprovecharse de él, lo miró.
-Ah... ¿Por qué mojas la huerta? ¿No se escarchará con el frío?
Sehun se paró y corrió sus cabellos molestos de su frente con un brazo. Luhan se mordió el labio.
-Si la planta crece en un suelo con el suficiente nivel de humedad, es más fácil que pueda sobrevivir a las heladas y a las bajas temperaturas. El agua actúa como termorregulador protegiéndola.
-Mmm...
-¿Qué hablaste con Baekhyun?- Volvió a insistir cuando se movió y siguió bañando a los vegetales más allá.
-Eres bueno para esto.- Le dijo Luhan parado al otro lado de brazos cruzados.
-Sí, bueno.- Suspiró Sehun. -Mi padre siempre me llevaba a ver cómo hacía su trabajo. Fue antes, claro, de que descubriera que podía tocar el piano y ganar dinero por ello...- Se quedó un rato en silencio. -Aprecio mucho más esos momentos que los que siguieron.
-Me hubiera gustado poder conocer a tus padres. Debieron ser personas muy bonitas.
-¿Tú crees?
-Bueno, tus hermanas son muy guapas...
Sehun dejó lo que hacía y lo vio con una sonrisa tonta. -¿Y qué hay de mí? También soy su hijo, ¿sabes?
-Sí...- Fingió desinterés cuando desvió la mirada. -No estás tan mal.
Sehun rio y acabó de preparar los cultivos. -¿Por qué eres tan malo conmigo?
Luhan sonrió a su pesar. -Pues porque te lo mereces.
Eso no era del todo mentira...
Cuando quiso darse cuenta, él estaba a su lado. Lo miró con recelo en lo que este lo escrutaba con una ceja alzada.
-¿Me contestarás o seguirás haciéndote el tonto?
-¿Por qué te preocupa tanto?
Ahora se encogió de hombros y desvió la mirada. -Es sólo curiosidad.
-Ajá.- Luhan pronunció lento y lo vio un rato, entonces sonrió con malicia. -Mejor sería decirte qué no hablamos.- Comenzó a caminar rumbo a la mansión.
Sehun lo siguió pareciendo bastante exaltado de un momento a otro. -¿Qué?
Luhan apretó los labios para no reír. -No sé si somos amigos, pero me ha dicho muchas cosas interesantes...
Lo dejó en el aire a posta y Sehun quedó expectante, como al final no dijo nada lo vio con malhumor y pinchó.
-¿Qué cosas?
-No lo sé... Cosas.
Lo tomaron de un brazo y se detuvo. Lo vio con aburrimiento aunque por dentro lloraba de risa porque no podía ser más lindo con todo ese nerviosismo. ¿Acaso había cosas que no quería que supiera?
-Por eso pregunto qué cosas.
Se encogió. -Se nota que eras un buen novio.- Comentó. En realidad no sabía nada, pero si Baekhyun seguía teniéndole cariño es porque no fue del todo malo.
Sehun frunció el ceño. -¿Eso te dijo él?
-Baekhyun no es una mala persona.
-¿Ahora estás de su lado?
Luhan ladeó el rostro. ¿Lo estaba? Engañarlo no había sido algo con lo que estuviera de acuerdo, pero había leído en Baekhyun una honestidad que en otros que jamás hubiesen hecho lo mismo, no. Si le preguntaban por qué o cómo, no sabría responder porque se trataba de otra muestra de sus "superpoderes", como solía denominarlos Sehun.
Lo miró con un poco de timidez. -Quiero que hagas conmigo cosas que con él no hiciste.
Ahora pareció desconcertado. -¿Cómo?
-Lo que oíste.- Se frotó los brazos y clavó la mirada en un punto a la derecha. -Quiero que conmigo sea diferente en algo.
Sehun parpadeó y se alejó para darle una mirada bastante lasciva de arriba abajo. Luhan abrió la boca indignado y se cubrió mejor con el abrigo.
-Hijo del diablo, no me refería a eso, pervertido.
El mayor se rio y las palabras de Baekhyun volvieron a repetírsele en la cabeza: "procura no cometer con Luhan los mismos errores que cometiste conmigo. A diferencia de mí, él sí vale la pena".
Se lo quedó viendo de forma perdida. Estaba con una cardigan ligero color azul y la piel de sus antebrazos se notaba fría. Se veía tan pequeño y frágil en frente con aquella piel pálida y su cuerpo delgado... Le daban ganas de sostenerlo y no soltarlo jamás. Cosa que seguramente haría. Pero sabía muy bien en el interior que Luhan no era ningún muchacho débil, él podía encargarse de cualquier cosa y eso quizás antes le habría hecho sentirse inseguro, pero esta vez no. Que fuera alguien tan confiable le hacía sentir seguro.
Con una sonrisa le frotó sus brazos para darle calor.
-¿Vamos adentro, cariñito?
Luhan lo miró a un segundo de carcajear en su cara. -¿Cariñito? ¿En serio?
Tiró suavemente de los cabellos de su nuca y le hizo la cabeza hacia atrás. Le besó el cuello un par de veces y oyó suspiros salir de sus labios. Sonrió.
-A Baekhyun nunca le dije así.
Luhan lo miró como si odiara que fuera tan lindo... Cosa que era verdad, porque se sentía tonto y enamorado, cosa que también era verdad. Al final, no deseaba que fuera de otra manera.
-¿Por qué te gustó Baekhyun?
Sehun acarició su rostro con cariño. -¿Por qué quieres saber eso?
Para entender qué fue lo que viste en mí. -Curiosidad.
-Pues, no te molestes.
-Pero...
Comenzó a besarlo y se perdió... ¿Qué había estado pensando? Siempre que Sehun hacía eso le ocurría lo mismo. Las manos que le sostenían el rostro bajaron lento hacia abajo y le rodearon la cintura con firmeza, amó ese calor en la piel a través de la ropa y se le acercó para rodearle sus hombros. Sehun besaba igual a como era: delicado, suave, elegante. Nunca le oía hacer ni un sólo ruido de más y se preguntaba seriamente qué tan perfecto podía ser alguien... También se preguntaba si sería de la misma forma en todo lo demás, pero eso le ponía ansioso así que lo obviaba.
Cuando se separaron, se quedaron abrazados mientras se veían a los ojos.
-Vamos, comenzará a llover y tú tienes poca ropa encima. Te enfermarás.
-Sí, mamá.
Puso los ojos en blanco y Sehun le dio un pequeño beso en la punta de la nariz cuando comenzó a caminar otra vez. Cuando llegaron dentro, Sehun le comentó a Luhan que se daría un baño y luego subiría a tocar un poco. No sabía por qué lo hacía, pero los últimos días habían estado tanto tiempo juntos que le parecía necesario avisarle lo que haría o dónde estaría. Luhan le había sonreído y asentido, y aunque él también lo hizo, dentro no se sentía nada tranquilo. Después de que le había dicho que le gustaba él y sólo él, Luhan había dejado de evitarlo, pero no era el mismo de antes... De alguna manera, carecía de toda esa serenidad y dulzura que lo había caracterizado al comienzo, y aunque Minseok le había explicado que en realidad era así, no terminaban de cerrarle las cosas.
Cuando lo observaba en el momento que pensaba que no lo hacía, notaba su mirada seria y pensativa, como si en su mente algo no encajara e intentara entender por sus medios qué sucedía.
Sabía que allí había más. Luhan no era completamente feliz aún y eso le repateaba. ¿Seguía sin ser suficiente todavía? No había logrado llenar a Baekhyun y ahora tampoco podía con Luhan. No entendía qué es lo que pasaba. Pensar y pensar sólo lo volvía más loco y ansioso. Le preguntaría directamente, pero sabía que Luhan se negaría a hablar a menos que tuviera una respuesta sólida, él era muy precavido y así era su manera de actuar. Sehun confiaba, sabía que si tenía algo para decirle, se lo diría sin tapujos.
¿Por qué siempre buscaba chicos sin pelos en la lengua para decir lo que sentían?
En la recepción los detuvo Minseok. Usualmente lo habría ignorado, pero su rostro era serio.
-Esto... ¿Lulu? ¿Podrías decirnos si alguna vez estuviste implicado en un robo al banco o negociaste con vendedores de droga?
Luhan se quedó tan pasmado por la pregunta que sólo pudo parpadear y mirar a Sehun en busca de respuestas, pero este parecía igual de perdido.
-¿Cómo?
Minseok se frotó la nuca. -Si ese es el caso estaría genial que nos comentaras, porque allí afuera hay dos oficiales de policía buscándote.
No esperó a que le contestaran, simplemente se giró y abrió la puerta para que dos hombres uniformados entraran, no podía hacerles esperar más. Sehun dirigió una rápida e inquieta mirada a Luhan porque había sentido su tensión al instante y no se había equivocado: su semblante era alarmantemente pálido y no se movía, ni siquiera parpadeaba, parecía una estatua.
Por su parte, la mente de Luhan había comenzado a rememorar absolutamente todo: la vez que había despertado en el hospital después del accidente, había preguntado por sus padres con voz cortada y quebradiza y un oficial le había informado que estaban muertos. Los dos meses que siguieron a eso se los pasó en el hospital atendiéndose las heridas y sobreponiéndose al shock. Había sufrido una fractura doble de cúbito y radio en el brazo derecho y su cuerpo había estado lleno de contusiones que debía cuidar. Debido a su condición especial, lo mantuvieron cerca para investigar el accidente y decidir qué harían con él puesto que estaba solo en un país extranjero, y en China no tenía familia (en realidad sí, pero estos prácticamente no existían).
Al final dieron con Minseok y allí estaba.
Fueron dos meses enteros tratando con policías e interrogatorios que le recordaban cuando había sido secuestrado... La misma secuencia, una y otra vez. Parecía una maldición. Y ahora habían vuelto para seguir atormentándolo y remover el pasado, para sacar a la luz todo aquello que en ese tiempo había intentado ahuyentar de alguna manera.
Se cubrió los oídos con ambas manos y comenzó a respirar agitado con la mirada desorbitada.
Ah... Si Jyu Ni lo viera en esos momentos estaría muy decepcionada. ¿Lo veía? Nunca cambiaría, no era tan fuerte como para salir adelante. Su destino era quedarse varado en medio de toda la oscuridad que día a día lo perseguía. No tenía el poder suficiente para aprender a vivir con ello... Era inútil y patético. Pequeño. ¿Avances? No había avanzado. Bastaba que lo miraran en ese momento para comprender que nada había cambiado y su mente seguía igual de jodida y afectada.
-¿Luhan ssi?- Los oficiales se acercaron, pero Luhan gritó y se alejó.
-Aguarden.- Sehun los frenó con voz autoritaria. -Sólo un momento, debe calmarse.
Se acercó lentamente para no espantarlo y tragó saliva con dificultad. ¿Qué demonios debería hacer ahora? ¿Qué tendría que decirle? Usualmente mantendría la calma, pero se trataba de Luhan, y con este le era imposible actuar como de costumbre. Verlo tan asustado y volátil le hizo sentirse inseguro e igual de temeroso. Deseaba ayudarlo, pero no sabía cómo y eso lo desesperaba.
Si tan sólo pudiera hacer que todos sus recuerdos desaparecieran. Si tan sólo pudiera salvarlo.
Enseñó los dientes y apretó los puños.
-¿Sehun?- Minseok se aproximó, preocupado.
-Yo oiré lo que deben decirle en su lugar.- Habló fuerte y claro a los oficiales.
Sin embargo una mano aferrándose a su camisa lo descolocó. Luhan seguía mirando a la nada con los ojos llorosos, pero aun así había logrado reaccionar para hacer saber sus deseos. Sehun lo miró perplejo.
-Yo... Puedo.- Fue lo único que dijo.
Se sintió furioso sin saber muy bien por qué, pero tenía claro que explotar sólo lo volvería todo peor, así que se contuvo. Quizás sólo estaba tan ansioso por protegerlo que no quería exponerlo a más cosas que lo hicieran verse así... Replegado, con ganas de morir.
Se recordó ante quién estaba en realidad y refrescó en su mente la opinión que siempre había tenido sobre Luhan. Tomó aire hasta llenar los pulmones y lo largó lento.
-Sí, tú puedes.- Aseguró, hablándole bajo para que sólo él pudiera oírlo. -Tú ya no eres el de antes, Luhan, no te convenzas de lo contrario.
Este se irguió y pareció más entero, no lo soltó.
-Ahora hablas, lo que quiere decir que estás preparado para enfrentar más. Y si estás a punto de retroceder otra vez, yo me quedaré detrás tuyo para empujarte hacia delante e impedírtelo, ¿oíste?
Asintió lentamente. Entonces se acercó y con una mano sobre su frente, empujó y le hizo la cabeza hacia atrás por completo.
-Mírame a los ojos.- Le susurró. -Todo estará bien, ¿me oyes?
-Sí.
Sehun se apartó y se dirigió a los policías. -Lo siento mucho. Si están enterados de su situación, deben saber de su accidente. Aún le afecta, así que les rogaré que tengan extrema delicadeza cuando le hablen.
Asintieron y Sehun les recomendó conversar en el salón más pequeño para no ser molestados ni interrumpidos. Vio con el corazón encogido cómo Luhan se iba tras ellos. ¿Estaría bien?
Pero este se giró antes de entrar.
-Esperen.- Frenó. Miró a los policías. -¿Lo que deben decirme sólo debo escucharlo yo? Quiero que él entre conmigo.
Sehun sabía que no era momento para ponerse como colegiala, pero no pudo evitar sentirse emocionado por semejante honor y confianza hacia su persona. Agachó un poco la cabeza para que no le vieran el rostro enrojecido.
-Preferiríamos que fuera confidencial, Luhan ssi.
-Yo... No escucharé nada sin Sehun.- Se mantuvo en sus trece.
Los oficiales se vieron un momento y al final accedieron. Luhan le tomó la mano a Sehun con mucha fuerza. Antes había dicho que podía, pero la verdad era que no. No podía. Pero debía, sino aquello jamás acabaría. Entraron y se sentaron juntos frente a los uniformados. Tenerlo al lado le hacía sentir protegido, procuraría mantener la calma como le aconsejaría Jyu Ni que hiciera.
-Luhan ssi, estamos aquí debido a los avances en la investigación sobre la muerte de sus padres.
-¿Investigación?
-Así es.
-Creí que el caso había quedado en un accidente.
-La fiscal determinó que los hechos circundantes al mismo eran poco convencionales. El auto que chocó al de sus padres no tenía placa, además de parecer que esperaron a que estuvieran lejos del tráfico para proceder.
-El culpable fue un masculino de veinticinco años.- Prosiguió el otro. -Está apresado, sin embargo acabó confesando que sólo fue un conejillo de indias.
Luhan tragó saliva y apretó más la mano de Sehun, quien formuló en voz alta la pregunta que no se animaba a hacer.
-¿Eso quiere decir que le ordenaron hacer lo que hizo?
-Exactamente.
-¿Quiénes?
-Se está haciendo una búsqueda e investigación exhaustiva para averiguarlo. La fiscal investigó en primer instancia a Luhan ssi.
-¿A mí?- Frunció el ceño.
-En China sufrió un secuestro, ¿verdad? Pidieron dinero a cambio de su vida.
Luhan asintió quedamente.
-Bien, es muy probable que los hechos estén relacionados.
-¿Están diciendo que los psicópatas que le hicieron eso a Luhan lo siguieron hasta Corea?- Sehun estaba comenzando a molestarse mucho.
-Lo seguro es que no tengan nada contra él, más bien era con sus padres el problema.- Vieron a Luhan. -¿Sabe si estos tenían deudas o eran partícipes de actividades como el juego ilegal?
Luhan negó lentamente, perdido. -No...- Aclaró la garganta. -Que yo sepa no, nunca me han dicho ni demostrado nada de eso.
-¿Solían viajar mucho?
Ahora asintió. -Solíamos hacer varios viajes esporádicos a Corea a lo largo del año, prácticamente era nuestro segundo hogar. Nunca nos quedamos en un lugar fijo, ni aquí ni en China.
Los oficiales volvieron a darse una mirada seria.
-Entenderá que necesitaremos de su ayuda imprescindible para que este caso avance.
-Recibirá un petitorio obligatorio para prestar información valiosa.
-No se puede.- Se adelantó Sehun con la misma autoridad de antes. -Luhan no puede ir a la ciudad. Está bajo tratamiento psicológico, puede probarse fácilmente. Si necesitan de su testimonio y opinión, tendrán que venir hasta aquí otra vez.
Luhan se lo quedó viendo y no pudo evitar sonreír con amor. Que lo cuidara de esa manera se sentía tan...
Después de hablar unos minutos más, los oficiales le recomendaron mantenerse oculto por el momento hasta que dieran con una pista factible de los posibles culpables. Luhan ni siquiera esperó a que cerraran la puerta para correr escaleras arriba. Abrió la puerta del baño y tropezó cayendo de rodillas frente a la taza, donde vomitó. Sehun lo había seguido y se había parado en la puerta, pero al verlo se había movido a la pared, ocultándose para dejarlo solo, al menos, en parte. Ni loco se iría.
Sin embargo Luhan sólo salió de allí después de enjuagar su boca y con pasos temblorosos se encerró en su habitación sin una palabra. Sehun quiso estar con él, pero si lo había ignorado era porque quería estar solo y lo respetaría. Después de un par de horas en las que se mantuvo caminando por las paredes por la preocupación ya que no salía para nada ni tenía miras, decidió hacer algo que no hacía hace muchísimo tiempo. Subió rápido las escaleras de dos en dos y llegó a la última habitación del tercer piso. Su piano lo recibió otra vez. Se sentó frente a él y lo acarició con tristeza... La última vez que había estado allí había tenido que presenciar una fea disputa, incluso lo había golpeado.
Lo siento... Te pediré prestada tu ayuda ahora.
Levantó la tapa y respiró hondo. Posó ambas manos sobre las teclas y comenzó a tocar lo primero que se le vino a la mente: Liebesfreud de Kreisler. Sonrió al instante sin poder evitarlo cuando notó que había elegido la canción contraria a la que tocó cuando Baekhyun se había quedado y había subido. Ambos habían sido actos inconscientes, pero le dijeron mucho más que cualquier análisis exhaustivo hecho en la soledad de su habitación. Una vez más, el piano había sido su salvación... Pensó en Luhan y se ocupó de mantenerlo presente durante toda la melodía, entonces logró lo que había dejado de hacer hacía años y que le había quitado brillo y energía a sus presentaciones.
Tocó para otra persona.
"¿Cuándo fue la última vez que tocaste para alguien más que ti mismo?". Ahora lo entendía. El sonido no viajó, bailó a través del aire de forma traviesa y llegó a cada rincón de la casa. La perfecta quietud de la que Sehun ostentaba a la hora de tocar, se había ido para dejarlo moverse a la par de la melodía, jugando, transmitiendo.
Eso es. Aquello es lo que había olvidado. Siempre había tocado para alguien. Para sus padres, para sus hermanas, para Baekhyun, para su público.
Para Luhan.
Este, sentado sobre la cama con las rodillas al pecho, salió del mundo frío al escucharlo y elevó la mirada al techo. Las lágrimas habían amainado de repente y el corazón le había comenzado a latir con una emoción extraña. Guiado únicamente por aquel sonido, salió de allí e ignorando todo subió lo que restaba de las escaleras aun cuando estaba prohibido. Pero no importaba en esos momentos y lo sabía muy bien, Sehun se lo estaba diciendo. El pasillo que atravesó para llegar allí fue largo y algo oscuro, en desuso, se paró frente a la última puerta y la abrió sin dudar.
Dentro no había mucho, como siempre había imaginado, sólo un muchacho tocando el piano con alegría, lleno de energía.
Su interior se sintió caliente. Se lo imaginó del color del atardecer en verano. Cualquier resquicio de miedo desapareció y quedó derretido por aquella tibieza. Se adentró y lentamente llegó hasta él, Sehun lo miró con una enorme sonrisa mientras sus dedos seguían moviéndose ávidos y ágiles. La canción llegó a su final de una manera limpia y perfecta. El silencio los envolvió.
-Me llamaste.- Dijo Luhan.
Sehun asintió sin verlo. -Y viniste.
Luhan se sentó a su lado con una pequeña sonrisa. -Lo siento, estaba avergonzado y me escondí.
-No deberías, yo nunca te juzgaré.
Asintió. -Me asusté. El pasado sigue persiguiéndome.
-Te entiendo.- Le dijo, punteando una melodía simple. -Me pasa igual, pero aunque no lo creas es liberador en cierto punto. Saliendo del shock inicial, me gustó ver a Baekhyun al final.
Luhan lo entendía. -Me da demasiado miedo recordar... Porque duele.- Murmuró, copiando el punteo que había memorizado viéndolo, sin embargo en la última nota se equivocó y sonó horrible. -Ah...
Sehun rio un poco. -Mira.- Se acomodó. -Haz esto.- Marcó un acorde perfecto con los dedos.
Luhan lo copió.
-Es un do. Ahora así.- Hizo otro que volvió a seguir. -Esto es re, y este,- Otro y esperó a que Luhan lo copiara de su lado del teclado. -Es mi.- Enseñó con paciencia fa, sol, la y si. -Estos son los acordes básicos.- Explicó. -¿Recuerdas do? Bien, mantente repitiéndolo en un tiempo.
Luhan creyó entenderlo y lo hizo. Se sintió tontamente emocionado cuando Sehun le sonrió a modo de aprobación. Seguido, él se puso a puntear una melodía a la par que concordaba con el acorde que sostenía. Sintió que lo estaba mirando y se puso nervioso; también quería verlo, pero no se sentía seguro dejando de ver el piano. Después de un tiempo lo logró y descubrió que le sonreía. Le devolvió el gesto.
-Nada de todo lo que ocurrió es tu culpa.- Le dijo con suavidad. -Tú no deseaste ser secuestrado ni causaste el accidente.
Aquella seguridad en sus premisas le hizo sentirse mejor. Mucho mejor. Sehun acabó moviendo sus muñecas con semejante destreza creando música tan perfecta, que tuvo que apartarse del instrumento al sentir de alguna manera que lo estaba deshonrando. Lo observó embelesado porque era de ensueño tocando de aquella manera con semejante semblante. Sin poder evitarlo se le acercó y le dio un dulce beso en su mejilla. Sehun sonrió y giró el rostro mientras seguía tocando, esperó a que lo besara y lo complació. Puesto que él estaba ocupado tocando, estiró ambas manos y le rodeó sus mejillas con delicadeza. Le removió el interior sentir aquella mandíbula moviéndose bajo los dedos mientras acaparaba sus labios de forma demandante.
El mayor se separó y lo miró con los párpados entornados.
-Nunca le enseñé a tocar a Baekhyun, a ti sí.- Comentó. -La música clásica siempre le pareció un bodrio, aunque le gustaba oírme a mí. Decía que era diferente aunque nunca lo entendí.
-Pero el piano no sólo puede usarse para reproducir música clásica.
Sehun hizo una mueca. -Sí, bueno, no sé de pop y esas cosas modernas de los jóvenes de ahora.
Luhan se le alejó con una sonrisa incrédula. -No sabía que eras un purista.
-Ni mucho menos. Sólo... Tengo otros gustos.
El cerebro de Luhan volvió a activarse con dudas y cuestionamientos que no pudo contener, no era su naturaleza.
-¿Qué viste en Baekhyun?
Sehun frunció ligeramente el ceño. -¿Otra vez con esas?
Luhan sabía que estaba cerca de hacerlo enojar, pero consideraba que no le costaba nada hablarle de eso... A menos que siguiera afectándole todo lo referente a su exnovio, lo que le dejaría en claro que no había renunciado del todo a él más allá de su confesión. Quizás sólo quería asegurarse más y tantear el camino.
-Sólo quiero saber... No es nada.
Sehun dejó de tocar y lo miró. -Yo no creo que sea "nada", la verdad.
Luhan alzó la barbilla con altanería. -Pero lo es.- Aseguró, no podía decirle la verdad por completo. Le avergonzaba y no le concernía.
Al final suspiró y regresó la mirada a las teclas del piano. -No lo recuerdo bien...
Hizo una mueca. -Alguien que sigue trastornándose de semejante manera por la sola mención de una persona, no puede no recordar.- Lo miró a los ojos con fijeza. -Al contrario, lo tienes presente. Todo el tiempo.
Sehun mordisqueó la comisura de sus labios sin apartarle la mirada. -¿Te preocupa que Baekhyun vuelva?
Luhan cerró los ojos y suspiró. ¿Cómo debía decirle que no era Baekhyun quien le preocupaba, sino él? Era una locura confiar más en su expareja que en él mismo, pero así era al final y no por nada.
-No.- Contestó llanamente.
Sehun se quedó un momento callado y pensativo, al final se paró para asomarse por la ventana.
-A Baekhyun nunca le importó quién era.- Explicó. -Me trataba como a un tipo cualquiera, no como a un "famoso".
-¿Pero eso no es negar tu esencia?- Lo vio y desvió la mirada, ya no quería enfrentarlo. -Tú eres famoso, después de todo. ¿Qué sentido tiene hacerse el desentendido?
-Tiene sentido cuando toda tu existencia se reduce a eso.- Se frotó los brazos como si se sintiera desprotegido. -Yo no soy sólo un hombre que toca el piano, Luhan.
-¿Ah, no?
Sehun chasqueó la lengua y apretó con fuerza sus antebrazos al punto de sentir dolor. Luhan sabía que él podía con más, pero no lo demostraba. Se empeñaba en decir como un niño pequeño entre pataletas que no sólo era un pianista, pero reducía todo a eso: siempre volvía a lo mismo, estaba metido en un círculo vicioso en donde su vida comenzaba y terminaba en aquel instrumento.
No había nada más.
Entonces, ¿qué sentido tenía?
Se puso de pie y con un nudo en la garganta enfrentó sus temores: -Dime, ¿por qué estás conmigo?
Sehun se volteó lentamente hacia él.
Apretó los puños. -¿Por qué eres así conmigo? ¿Por qué hiciste tanto por mí?
-Luhan...
Pero ya no podía detenerse. -¿Fue por lástima? ¿Querías hacer la buena acción del año con el primo huérfano y mudo de tu mejor amigo?
Sehun se tensó de pies a cabeza; ¿cómo se atrevía a hablar así de sí mismo? -¡Oye!
-¿O acaso buscabas alivio?- Agachó la cabeza porque no se sentía capaz de mirarlo. -Quizás la abstinencia después de Baekhyun te dejó mal.
-¡Para!- Alzó la voz con ira. -¡Estás hablando idioteces, no sabes nada!
Entonces Luhan lo miró y su gesto fue tan furioso que casi da un paso hacia atrás.
-¡Si todo lo que hiciste fue por una obligación moral, entonces aléjate de mí!
Y dándose la vuelta, pegó un fuerte portazo cuando lo dejó solo y sintiendo mucho más frío que antes... Más desolación.
La canción de Kreisler que en esta ocasión Sehun toca es Liebesfreud, "Love's Joy", o "La alegría del amor".
La dejé en multimedia. Nos vemos el lunes ❤.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top