XX (PARTE I)

Sehun no estaba tranquilo.

Después de que Luhan los había dejado, se había quedado con el corazón en la garganta. Lo primero que había querido hacer era seguirlo para aclarar algunas cosas, pero Jyu Ni les había dado semejante sermón y les había pegado tal reto, que tuvo que quedarse sentado en el sillón para no provocar una tercera guerra mundial. Allí, mientras Minseok y su hermana hablaban de todo como si nada, mantenía en la mente las palabras exactas que le diría a Luhan ni bien lo viese: le explicaría que su último comentario no había significado nada malo, y que decir que le gustaba su lado adorable no era decir que no le gustaba todo él.

Porque la realidad era que a Sehun le gustaba todo de Luhan. Le gustaban sus mejillas siempre rojas, sus ojos, sus pestañas largas, la forma de su nariz, su forma de pensar, su carácter complicado, lo directo y sincero que era con todo lo que pasaba, la manera de reaccionar que tenía ante sus besos y cuando se le acercaba... Le gustaba todo.

Le gustaba Luhan, y también se lo haría saber clarito.

Sostenía una taza de té cuando sintió que la puerta volvió a abrirse. Supo que era Luhan cuando lo invadió aquel estremecimiento conocido, y elevó la mirada con ilusión porque no podía esperar a hacerse oír.

Y entonces todo pasó en cámara lenta.

Los ojos se le agrandaron y la sonrisa decayó hasta dejar de existir. De repente se sintió inmerso en medio de la mismísima nada, un lugar en donde el tiempo no existía, en donde el sonido era sordo y la vida un sucio juego. Se sintió tan débil, que la taza que sostenía entre los dedos cayó con un estrépito rompiéndose en cientos de pedazos y derramando el poco líquido que quedaba dentro.

Muy parecido a lo que estaba pasando con su cordura.

Tanto Jyu Ni como Minseok voltearon a verlo ante el accidente, y sólo entonces descubrieron que con ellos había más personas. Notaron el rostro pálido de Sehun, como si hubiera visto un fantasma, y su quietud escalofriante. Junto a Luhan había otro chico, un chico que reencarnaba todo a lo que Sehun le temía y que había significado todo por lo que había vivido y dejado de vivir... Él era el pasado, su personificación. Era una chico al cual Jyu Ni no reconoció en primera instancia, pero que a Minseok lo tensó de pies a cabeza.

Se puso de pie con tal ahínco que casi tira la mesa ratona.

-¿Qué haces aquí?

El silencio fue tan terrible como el comienzo de un final inminente.

-¡Lárgate!

Rugió con tal fuerza y tan desencajado, que Jyu Ni se asustó en serio. Minseok por otro lado sentía que la sangre le hervía y que si nadie lo detenía en ese mismo instante, cometería un homicidio en serio. Tuvo que retenerse con todas las fuerzas para no armar un auténtico alboroto.

-¿¡Qué mierda haces aquí!? ¡Desaparece de una vez!

-Minseok...

-¡Vete, vete, vete!

-¡Minseok!

Ahora el grito había sido por parte de alguien aún más sorprendente: Sehun. Eran contadas las ocasiones en las cuales se lo había visto alzar la voz de esa manera tan conmocionada. Minseok se giró hacia él con los nudillos blancos de tanto apretar los puños y la respiración agitada. La mirada que le dio fue desorbitada, no era él mismo.

-Cállate.

-¡Pero...!

-¡Cállate!

Jyu Ni supo por la vena hinchada en su frente y toda su postura rígida, que si no lo sacaba en esos momentos de allí, el homicidio sería doble. Aunque no sabía con certezas lo que ocurría, pero se daba una idea, se puso de pie e intentó apaciguarlo de alguna manera.

-Vaya.- Habló por fin el motivo de tanto alboroto. No parecía afectado en absoluto, sólo tenía una extraña sonrisa en sus labios. -Esto es toda una bienvenida, aunque no la imaginé de otro modo.

Sehun tensó todos los músculos del cuerpo al escuchar esa voz... La voz que le había atormentado la consciencia durante años. La voz que había vuelto una y otra vez como un fantasma. Se puso de pie muy lentamente, su mandíbula estaba apretada y un nervio le temblaba, su rostro era el vivo retrato de la dureza y severidad. Podría haber vuelto roca a cualquiera con sólo mirarlo.

-¿Por qué estás aquí?- Susurró casi sin voz ni fuerzas, parado frente a él después de tanto tiempo.

Baekhyun lo miró con una fijeza perturbadora. -Creí que ya era hora.- Le contestó en el mismo tono.

Sehun se lo quedó viendo como un idiota. Se dio cuenta de que no había cambiado nada desde que lo había abandonado, y el pecho le ardió con dolor porque también notó sólo entonces que había guardado minuciosamente cada memoria sobre él, cada rasgo, cada mechón de cabello en su lugar, todo... Para tener que recordarlo cada día de su vida como un castigo. Seguía igual de pequeño, igual de lindo, pero sus ojos ya no largaban las mismas chispas que antes y se veía desmejorado.

-Vámonos.- Oyó como su hermana susurraba y entonces volvió al presente.

Luhan.

Su fachada endurecida se desmoronó en lo que comprendía lo que había pasado. Luhan se había encontrado con Baekhyun y habían llegado juntos... Por todos los cielos. Lo miró con inquietud; este estaba más atrás, cabizbajo e inerte, como si quisiera volverse invisible, como si quisiera desaparecer. A Sehun se le heló la sangre porque le recordó al mismo día en que había llegado a la mansión.

Luhan había vuelto a retraerse una vez más.

Aquello era lo que hacía cuando su integridad se veía amenazada: se replegaba por completo. Negó con la cabeza repetidas veces, incapaz de creer y aceptar que todo había vuelto al comienzo, que todo volvía a ser igual. ¿Y lo que habían pasado juntos? ¿Los mensajes, las charlas, los secretos?

-No...- Susurró y extendió una mano.

Baekhyun se movió del lugar por instinto para dejarle llegar a Luhan, pero Jyu Ni lo tomó de un brazo antes de que pudiera y se lo llevó consigo porque no lograba que reaccionara.

Cuando la puerta se cerró después de que Minseok le regalara una mirada asesina a Baekhyun, Sehun se quedó a solas con él. Comenzó a temblar como un idiota y se sonrió de forma irónica; cabizbajo, se tomó un brazo con firmeza porque se notaban mucho sus estremecimientos. El silencio lo ensordecía y tenía miedo, tenía mucho miedo. En esos momentos, lo único que que deseaba es que Luhan estuviera a su lado. Quería sentir su voz suave y arrulladora hablándole, diciéndole que todo estaría bien, que no desesperara. Quería que lo acariciara porque de esa manera todo se sentiría mejor, porque en donde sea que Luhan estaba todo se volvía apacible y el mundo ya no parecía tan mierda.

-Has cambiado.

Se tensó y lo miró. Estaba de brazos cruzados más allá, viéndolo de aquella manera tan analítica de siempre.

-Tú no.

Entonces le sonrió. Señaló con un movimiento de cabeza hacia la puerta.

-¿Cómo se llama el niño?

-¿Te refieres a Luhan?

-Luhan.- Pronunció de forma lenta mientras asentía. -Sigues teniendo un gusto pésimo.

Aquel comentario lo llenó de ira.

-No te atrevas a insultarlo.

-No es eso.- Negó mientras veía a través de la ventana. -Sigues eligiendo a personas que consecutivamente te dejarán.

Si no se controlaba mejor, se largaría a llorar. Luhan nunca lo iba a dejar, no sería capaz, no era igual a él. Jyu Ni se lo había asegurado, Luhan jamás podría hacerle daño sin dañarse él mismo. No era así... Nada de lo que Baekhyun estaba diciendo era verdad. Si Luhan se iba, si ya no lo veía, entonces... ¿Qué sería? ¿Podría enfrentar otra vez la misma situación?

-¿Cómo llegaste aquí?

-Mi tío es violinista, ¿lo recuerdas? Bueno, casualmente vive en Yeonghon y te vio allí caminando de la mano junto a otro chico.

-¿Por qué estás aquí?- Volvió a preguntar sin verlo.

-Ya te lo dije...

-Dime una razón factible. No juegues conmigo, Baekhyun.

Este tampoco lo veía, tenía clavada la mirada a través del vidrio. Se quedó en silencio y tan quieto por tanto tiempo, que Sehun pensó que nunca le contestaría. Entonces se giró y le sonrió de medio lado, aquella mueca que parecía tan permanente en su rostro desde siempre.

-No he venido a recuperarte si eso es lo que crees.

-Tan cínico como siempre...

-Si no mal recuerdo, esa fue una de las razones por las cuales te enamoraste de mí.

-¿Y de mí qué te enamoró? Ah, no, espera, nunca fue así.

Baekhyun no le dijo nada de nada, sólo lo miró largo y tendido.

-¿Por qué no estás tocando el piano?- Le susurró.

Ah... ¿En serio quería saber? Era por su culpa, y por culpa de todo el maldito mundo.

-¿Cargo de consciencia?

Otra vez se calló y no dijo absolutamente nada, en su lugar volvió a mirarlo sin más, abiertamente. Sehun odiaba que hiciera eso porque sentía que lo estaba desnudando hasta dejarlo expuesto por completo ante todos. Baekhyun siempre había sido demasiado perspicaz, sabía que con tan sólo una mirada podía darse cuenta de todo. Vio como se acercó lentamente y se quedó tieso de pies a cabeza, lo mejor era salir corriendo en ese mismo instante, pero no pudo hacerlo. Baekhyun se paró frente a él y lo vio a los ojos, entonces estiró una mano para acariciarlo y Sehun se retrajo con los párpados bien apretados, pero el otro se detuvo antes de alcanzarlo.

-No hagamos que Luhan se moleste aún más.- Le sonrió como si entendiera algo que él ignoraba.

Por su parte, Jyu Ni, Minseok y Luhan se habían movido al salón más pequeño. Minseok se paseaba de un lado a otro como león enjaulado, Jyu Ni movía una rodilla de arriba abajo mientras mordisqueaba la uña de su dedo pulgar y Luhan estaba sentando en el sillón de al lado con las manos juntas en su regazo y la cabeza gacha.

-Más le vale largarse cuanto antes de aquí.

-No sé...- Habló la mayor. -Quizás no sea tan malo que haya aparecido.

-¿Estás bromeando?- Minseok se le acercó echando humo. -Sehun es débil, Jyu Ni, débil.- Remarcó. -¿Tienes idea de lo que pasará si le hace caso a ese bastardo? Echara todo por la borda.

Jyu Ni desvió la mirada. -Sehun ha cambiado.

-Todo se irá al carajo, volverá a arruinarlo.

-Sehun... Él tiene otras prioridades ahora.

Minseok la miró y ella vio de reojo al otro entre ellos. Se quedaron en silencio.

-Si no me equivoco, esto sólo lo hará más fuerte.

-¿Y si te equivocas?

Volvió a morderse la uña y no le contestó. Minseok continuó pululando de aquí para allá con ganas de salir y echar a Baekhyun a patadas. Jyu Ni volvió a ver a Luhan.

-¿Estás bien, cariño?

Este no le contestó. Estaba preocupándose porque no había pronunciado palabra en todo el rato. Se puso de pie y se agachó a su lado.

-¿Qué tal si vas a tu habitación a relajarte?- Le acarició un brazo con ternura. -Le diré a Bo Ram que suba con un té bien caliente y dulce.

Luhan le hizo caso sin mirarla ni decirle ni una sola palabra. Subió los escalones uno por uno, sus pies se sentían pesados. Antes de dirigirse hacia el cuarto, vio de reojo hacia el salón más grande.

Cuando entró en la habitación, se quedó parado en mitad sin hacer absolutamente nada. Tuvo deseos de gritar muy fuerte hasta quedarse sin aire, pero se retuvo. Quiso lanzar y romper todo, pero no lo hizo. En su lugar se quedó muy, muy quieto formando en la cabeza imágenes que no le agradaban para nada... Sehun abrazando a su exnovio, besándolo, acariciándolo, volviéndole a decir que lo quería y cosas parecidas.

Se estaba atormentando solo.

Aquel chico había llegado a la huerta por casualidad, sólo porque se había perdido supuestamente, pero de alguna forma había sabido enseguida que se trataba de un lugar creado por Sehun. Se había presentando como Baekhyun y le había preguntado si allí vivía Oh Sehun. Cuando le cuestionó quién era (mentira, Luhan había sabido incluso antes de que dijera su nombre de quién se trataba) le había dicho que era un viejo amigo. Otra mentira más.

Entonces le había pedido si podía llevarlo con él.

-Claro.

No.

-Es por aquí.

Desaparece.

-Sígueme.

Deja de existir.

Así lo había llevado como el cobarde que era frente a Sehun como si nada; sin resistirse, sin poner peros.

Allí en lo amplio y frío de la habitación, quiso largarse a llorar, pero tampoco cedió. No derramaría ni una sola lágrima. A pesar de estar desgarrándose por dentro, a pesar de estar gritando con la garganta rota, no lo haría. La llegada de Baekhyun lo había golpeado como un puño fuerte en el estómago, dejándolo sin aire y posibilidades. Aquello le había dado muestras de que no era un simple recuerdo, el pasado se había vuelto algo real, empírico.

Siempre se había dirigido a aquel exnovio como un recuerdo, pero en realidad era un chico de carne y hueso.

No salió de donde estaba porque no se sentía capaz y ni siquiera bebió el té que Bo Ram le dejó en el escritorio. Estaba demasiado sumido en sí mismo, evaluando sus sentimientos, sus posibilidades. No sabía si Minseok había terminado matando a todos, si Baekhyun había vuelto a conquistar a Sehun y este se había rendido, si Jyu Ni les había dado un sermón a todos por "ser unos jóvenes impulsivos e inmaduros" o si el mundo afuera estaba cayéndose a pedazos. Salió para ir al baño y se chocó de lleno con Sehun... Aquello le trajo recuerdos.

Lo miró a la cara sin ninguna expresión y parecía como si la vida lo hubiera pasado por encima.

-Y-yo...

¿Había tartamudeado? Sehun nunca hacía ese tipo de cosas.

-Hablemos.- Le dijo. -Necesito decirte algo.

Luhan se mordió el labio inferior con fuerza, no le dijo nada. Sehun se lo quedó viendo al borde de un colapso.

-Oye.- Lo tomó de los hombros. -Háblame.

Nada.

-Luhan.- Su voz sonó quebradiza. -¿Qué estás haciendo? Háblame.

Él se quedó cabizbajo y en silencio. ¿Se estaba sintiendo desesperado? Bien, que se altere más todavía. Quería que sintiera la misma inquietud que lo invadía, que le estaba consumiendo el espíritu. No quería hablar con él, ¿qué le diría? ¿Que Baekhyun se había quedado y volvían a estar felices y juntos? ¿Acaso quería deshacerse de él de una manera amable? Porque Sehun era atento, era cortés, era modélico. Su ética no le permitiría irse sin cerrar bien la puerta, sin consolar un poquito al chiquillo iluso al que había enamorado sin querer.

Comenzó a agitarlo de forma violenta.

-¡Abre la boca y háblame, maldita sea!

-¿Para qué?- Balbuceó, sólo entonces Sehun se calmó. -¿Qué gano? ¿En qué cambia?

Sehun se apartó lentamente de él, dejando caer pesados los brazos a los lados. Luhan chasqueó la lengua y se fue corriendo; la oscuridad y soledad de la habitación volvió a darle la bienvenida. Poco después el sonido de un piano resonó por toda la casa y Luhan se vio en la obligación de salir. No supo por qué, pero tuvo que hacerlo. Se cruzó con otra persona que justo subía las escaleras con la mirada clavada en el techo.

Baekhyun.

¿Todavía estaba allí? La expresión que puso debió ser un poema. Vio cómo se detenía un segundo, oyendo, su ceño se frunció profundamente y entonces subió el resto de las escaleras. Luhan se exaltó y corrió tras él.

-Oye.

Baekhyun se detuvo de espaldas. Apretó los puños.

-No le gusta que vayan al tercer piso.
Entonces lo miró sobre el hombro y le sonrió de una manera tan vacía, que casi se permitió sentir lástima por él.

Casi.

Sin hacerle ni un poco de caso, siguió su camino como si nada. Luhan se dio la vuelta y le pegó una patada al aparador del pasillo; ni siquiera los más allegados a Sehun se acercaban a su piano, ni siquiera le había cruzado la mente alguna vez la posibilidad, odiaba que Baekhyun se atribuyera derechos que no le correspondían... O quizás sí, no lo sabía. ¿Por qué se había quedado sino?

Baekhyun llegó a la última habitación del último piso y abrió la puerta sin miramientos. Dentro, lo único que había era un piano de cola y un tipo tocándolo como si supiera hacerlo. Sehun no le prestó atención y siguió en lo suyo; sabía que se trataba de él, la única persona capaz de traspasar sus barreras como si estas fueran diminutas y simples lomas en el suelo. Baekhyun rodeó el instrumento de brazos cruzados, escrutándolo sin apartarse un momento. Se apoyó sobre la tabla superior que cubría la caja de resonancia y lo oyó con mucha atención. Sehun siguió fijo en la melodía cuando lo miró.

-Te ves terrible.

-Tan grosero como siempre.

-¿Acaso tu novio no te está cuidando?

Baekhyun se quedó muy quieto y parpadeó. Se irguió y miró a través de la única ventana que había con una pequeña sonrisa. -Bueno, digamos que es un tipo ocupado.

Sehun continuó y la canción llegó a su crescendo.

-¿Weber?

Negó. -Kreisler. Liebesleid. Siempre tuviste un pésimo oído.

-Para mí todos suenan igual... Sólo lograba diferenciarlos cuando tú los interpretabas.

Se miraron a los ojos.

-Es horrible.

Sehun empezó a ir más lento.

-Lo que estás tocando... Es horrible.

Se detuvo abruptamente. Sus dedos resbalaron de las teclas y quedó cabizbajo. Baekhyun nunca había tenido pelos en la lengua.

-¿De qué hablas?

-Es un asco.

-Ni siquiera sabes lo que es un acorde.

-¿Esto es lo que te has mantenido haciendo todo este tiempo?

Hizo lo que nunca: golpeó al piano, a su piano. El estruendoso y horrible ruido que provocaron las teclas produjo que Baekhyun se estremeciera. Sehun se puso de pie respirando como una fiera y se le acercó furibundo.

-Tú no sabes una puta mierda.

Baekhyun caminó hacia atrás con los ojos bien abiertos porque se sentía acechado. Sehun jamás le había levantado la voz a alguien. Y nunca había maldecido se semejante manera. En la vida lo había hecho contra él, en la vida se lo había imaginado, estaba totalmente impactado. Se dio de lleno contra la pared y gimió, el otro se le cernió emanando un aura muy amenazante.

-No tuviste ningún derecho de hacerme lo que me hiciste.- Su voz parecía dolida y endeble y eso lo desconcertó. -Y sigues pateándome mientras estoy en el suelo.

Se obligó a hablar y la voz le salió quebradiza. -¿Eso piensas que hago?

-¿Qué es entonces?

Estaba demasiado cerca de su rostro, Baekhyun se estaba descontrolando. Chasqueó la lengua y lo empujó con fuerza. Caminó entre tambaleos hasta la ventana y se apoyó en el descanso.

-Escúchame bien.- Se giró y pareció mucho más serio. -Espabila, Sehun. Estás siendo un imbécil.

-¿De qué hablas ahora?

-¿Me tomas el pelo? Desde que te dejé no tocaste nunca más en ningún lado.

Él se apartó y caminó hasta el piano. -Que no toque en público no significa que lo haya dejado.

-¿Cuándo fue la última vez que tocaste para alguien más que ti mismo?

-Por eso te digo que no me importa el resto.

Baekhyun se retrajo con un rostro deformado. -¿Otra vez igual? ¿Todos estos años y sigues igual?

-Antes dijiste que había cambiado...

-Me retracto. Sigues siendo igual de estúpido.

-¿Sólo viniste hasta aquí para insultarme?

-Sigues viendo donde no debes, sigues enfocándote en cosas tontas. Date cuenta, Sehun.

-No sé de qué hablas.- Se sentó en la silla frente al instrumento.

-¿No lo ves?- Se le acercó con premura. -¿Has olvidado por qué tocas, Sehun? ¿Olvidaste lo que me dijiste aquella tarde de primavera?- Se cernió sobre él para espetarle en la cara. -Tú tocabas para hacer que los corazones de la gente se agitaran, para alcanzar sus almas y que siempre te recordaran. Por eso siempre te siguieron, por eso fuiste aclamado, no por parecerte a un maldito concertista muerto hace siglos.

Sehun tenía los ojos bien abiertos y se había quedado muy quieto. Se hizo para atrás porque tenía a Baekhyun encima y sus codos hicieron sonar una gama de agudos. Tragó saliva con dificultad.

-Sí, no sé qué carajo es un acorde y mi oído es pésimo, pero no te hablo como pianista, te hablo como parte del público que alguna vez amó verte sobre los escenarios.- Se alejó lento y respirando con dificultad. -No eres ni la sombra de lo que fuiste.- Escupió. -Apretando las teclas con dureza, siguiendo la melodía sin pensar, fríamente. Todo emana brusquedad y cólera, debería darte vergüenza siquiera pensar en interpretar algo.

-¿A ti qué más te da?- Cuestionó por lo bajo, sin poder verlo a la cara. -¿Quién eres ahora mismo? No tienes idea de lo que habita mi interior. Vuelvo a repetírtelo, Baekhyun:- Sus ojos reflejaron una oscuridad apabullante cuando lo vio bajo su flequillo. -¿Por qué estás aquí?

Baekhyun se calmó y lo vio con los párpados caídos, su expresión demostraba cansancio.

-Te quiero, Sehun.

Este sintió como su corazón se saltaba un latido, pero su respuesta lógica fue resoplar con ironía. -No, no lo haces. De hecho, nunca lo hiciste.

-Te equivocas. Yo no estoy enamorado de ti, pero sí te quiero...- Entonces pareció terriblemente abatido. -¿Tan difícil te es entenderlo?

-No hables estupideces.- La única manera de protegerse en esos momentos era siendo insensible... No tenía ni la más mínima idea de cómo reaccionar a todo lo que le estaban diciendo.

-¿Acaso te piensas que para mí fue fácil dejarte? ¿Que después de hacerlo me fui a casa saltando y seguí mi vida como si nada?

Lo fulminó con la mirada. -No creo que se te haya pasado por la cabeza lo mucho que me querías mientras me engañabas con tu compañero de curso.

Lo vio retroceder como si le hubiera dado una bofetada y supo que había tocado su punto débil. Por primera vez, Baekhyun perdió el valor que lo caracterizaba y dejó de verlo a la cara. Mordiéndose el labio con fuerza, apretó entre los puños el bordillo del suéter gris que vestía.

-Eso no... No quita el hecho de que te quiera. Eres y siempre fuiste un hombre excepcional que me amó con todo su ser hasta el final, aunque no me lo merecía. No tengo razones para decir que no te guardo cariño.

Cariño... Pronunció Sehun por dentro. Todo lo que habían vivido, todo lo que sintió alguna vez y que consideraba la emoción más grande que había transmitido y vivido alguna vez, se reducía a eso... "Cariño".

-¿Te arrepientes?

Ahora alzó la mirada y lo enfrentó a pesar de estar temblando por dentro. -No. Nunca. Lo nuestro no tuvo un futuro, yo lo arruiné antes de avanzar más dentro de todo aquel sinsentido.

-¿Sinsentido?- Lo miró, muy herido. -Yo era feliz junto a ti, yo... Te amaba.

-Y yo igual.- Le susurró con el corazón encogido. -Pero debes aceptar tu parte, Sehun... Aguanté todo lo que pude, pero soy humano.

-Y por eso fuiste y te acostaste con otro.

-No fue ni de cerca lo mejor, ya lo sé. Me sentía miserable y triste, sólo... fui débil. No es excusa, pero algún día entenderás que fue lo mejor que nos pudo pasar... A ambos.

Sehun lo dudaba mucho, después de que Baekhyun lo había abandonado había dejado de confiar en todo el mundo. La vez que se abrió y entregó todo su ser a otra persona pasó lo que pasó, no volvería a ser tan idiota como para dejar que suceda otra vez. Aquello lo había marcado de por vida, ¿y ahora venía y le decía que había sido lo mejor? Lo mejor para él, quizás, que había tenido vía libre para escapar con su amorío... Y parecía que les había ido genial en comparación, porque pasaron los años y seguían juntos.

Baekhyun lo miró fijamente. -Y si no lo entiendes por las buenas, lo entenderás por las malas.

Sin una palabra, se acercó rápidamente y posó ambas manos sobre sus hombros para empujarlo hacia atrás. El piano volvió a resonar de forma horrible. Cuando Sehun quiso darse cuenta, ya tenía los labios de Baekhyun sobre los suyos.

La balada de Kreisler que toca Sehun, Liebesleid, se traduce como "Love's sorrow" o, en nuestro idioma: "El dolor del amor".

Les dejé la balada para piano en multimedia para que la oigan y opinen sobre ella y este capítulo, pero también está disponible su versión en violín y como dúo ❤.

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