XI (PARTE II)
Era mejor.
Mejor si era sólo él quien entraba.
Luhan se quedó parado en mitad de la habitación de Sehun, en medio de la oscuridad interrumpida únicamente por los rayos lunares colándose por la ventana. Se quedó parado con expresión neutra después de que una avalancha de pensamientos similares al primero lo atacara... Pensamientos egoístas, posesivos. ¿Cómo era posible que su mente generara semejantes cosas? Nunca en su vida se había sorprendido de esa manera. Mucho menos siendo tan impulsivo como para meterse en el cuarto de un hombre que casi no conocía y con mal temperamento. Seguramente se enfadaría si descubriera que había estado allí dentro.
Sin embargo la certeza de Minseok de que si era él todo estaría bien, le hacía latir el corazón demasiado rápido.
Caminó lentamente hasta la cama donde reposaba un cuerpo sufriendo estremecimientos, y se quedó muy quieto con los puños apretados, observando. Sehun tenía puesta una camiseta cualquiera, nunca lo había visto con ropa casual tan ordinaria, las frazadas lo cubrían sólo hasta las caderas y estaba muy sudado. Su cuerpo temblaba de forma violenta y un profundo ceño se formaba en su frente. Estaba pálido y no dejaba de balbucear cosas inentendibles; la fiebre estaba haciendo lo suyo. Luhan estaba tan nervioso que lo único que podía oír eran los latidos de su corazón, la presión sanguínea le iba a tope y ensordecía cualquier otro sonido.
Viéndolo en ese estado, tuvo el repentino impulso de cuidarlo a cualquier costo, de resguardarlo de todo. Le pareció irónico porque para alguien como él era casi imposible proteger; con su cuerpo frágil y su cabeza revuelta, ¿qué podría hacer? Pero aun así... A pesar de todo...
Enseñó los dientes en una mueca.
Es mejor si sólo estoy yo para cuidarlo.
Reposó una mano sobre el pecho cuando cayó de rodillas al lado de él. ¿De esto se trataba? ¿Esta era la molestia que lo había perseguido, el supuesto enojo? La razón por la cual había odiado que entre Sehun y Minseok existiera un amor no correspondido era...
¿Celos?
Largó todo el aire que no sabía que estaba conteniendo y de un momento a otro se sintió mucho más liviano, más libre. Quiso reírse porque aquella revelación no significaba más que problemas y sin embargo... Alzó la vista y observó a Sehun todavía inconsciente. Se arrastró más cerca y apoyó ambos brazos sobre el colchón para luego reposar la cabeza en ellos; descubrió que podría quedarse mucho tiempo así, sólo mirándolo, y no se cansaría.
Sehun despertó justo cuando notó que se quedaba sin aire. Cuando se resfriaba tan grave siempre le costaba respirar, cuando dormía era peor. Le dolía la cabeza y se sentía mareado, con náuseas, horrible... Elevó una mano para posarla sobre su frente y tocó en su lugar una toalla húmeda. Frunció el ceño y abrió los ojos para verla; no recordaba haberse dormido con eso puesto. Además sabía que había sudado demasiado y sin embargo estaba seco... Más allá de la camiseta. Entonces giró el rostro hacia la derecha y casi se queda completamente sin aire, y esta vez de forma definitiva.
Luhan estaba durmiendo con su cabeza recostada en las sábanas.
Inmediatamente se sentó, aunque todo le dio mil vueltas y se arrepintió. No podía dejar de verlo, anonadado. ¿Había entrado en la habitación por su propia cuenta? Pero nadie hacía eso, todos sabían que estaba prohibido, ¿por qué él...? Vio que en la mesa de luz había un pequeño recipiente con agua donde, supuso, debía mojar la toalla de su frente y, al lado, una pastilla y un vaso de agua. Un adhesivo de los que solían usar pegado en este último:
Si despiertas, bebe esto. Te hará bien.
Se mordió el labio inferior con mucha fuerza. ¿Había estado cuidándolo? Qué idiota... Y sin embargo qué afortunado se sentía. Que fuera él y nadie más quien se había tomado el atrevimiento de entrar y sin una palabra hacer aquello le removió el interior de forma tonta. Si hubiera sido otra persona hubiera tenido deseos de echarla inmediatamente, se sentiría avergonzado, y en cambio allí estaba, feliz de que se encontrara ahí a su lado a pesar de todo. Estaba en el suelo, durmiendo sin apoyo, incómodo y seguro con mucho frío, y sin embargo no quería que se fuera.
No quería despertarlo y mandarlo a descansar como debía. ¿Qué tan egoísta podía llegar a ser?
Haciéndose el tonto por completo, se cubrió con las frazadas después de tomar la medicina sin chistar y, de entre los pliegues de las sábanas, sacó una mano desvergonzada y anhelante que se aferró a la de Luhan. Entrelazó sus dedos y suspiró. Seguramente fuera todo a causa del delirio de la fiebre alta y mañana estaría arrepentido, pero en esos momentos no le importaba nada.
Luhan despertó cuando la mañana estaba a punto de amanecer, pero aun seguía oscuro. Abrió los ojos lentamente y parpadeó, recordó que se había quedado dormido en la habitación de Sehun y, con un jadeo, se levantó bien despabilado de un momento a otro. Sintió cómo algo le caía de los hombros y descubrió que había estado caliente gracias a una frazada que lo tenía envuelto a pesar de estar en el suelo. Miró hacia la mesita y notó que la pastilla no estaba, entonces entendió que Sehun se había levantado y lo había tapado luego de tomarse la medicina y volverse a dormir. Aunque eso fue absolutamente nada comparado a cuando desvió la mirada y discernió sus manos unidas.
Si pudiera haber gritado un sonoro "¿¡qué!?", lo habría hecho. En su lugar se alejó a la velocidad de la luz y cayó hacia atrás con los ojos como platos. ¿Qué había sucedido? ¿Acaso lo había tomado dormido y sin darse cuenta?
Miró su mano impactado y pudo jurar aún sentir el tacto de la piel suave de Sehun. Estaba rojo como un tomate y el corazón le latía más fuerte que nunca. Menos mal que se había despertado antes que él, sino no podría soportar semejante bochorno. ¡Su inconsciente lo estaba traicionando!
Con mucho cuidado mojó la toalla (ya caliente por la temperatura) en agua fría y corriendo con delicadeza sus cabellos húmedos, la puso sobre su frente. Ya no se removía tanto y estaba más tranquilo, más apacible. Aún estaba pálido, pero suponía que con el tiempo mejoraría, después de todo no había cenado, estaría débil. Después de cerciorarse, salió de la habitación masajeándose la nuca... Esa noche fue demasiado para él, para su mente y su corazón. Bajó hasta la cocina para beber algo y notó que la puerta que llevaba al exterior estaba abierta de par en par.
Le entró miedo porque afuera todavía estaba oscuro y hacía frío, ¿quién saldría a esas horas? ¿Acaso había ingresado un intruso? Era poco probable, estaban en medio de la nada.
Se asomó por el rellano de la puerta y se relajó al entender que se trataba de Luda. Esta estaba mirando hacia el cielo, sentada en el suelo con un pijama que le quedaba enorme (seguramente de Minseok o de Sehun), abrazaba sus rodillas y parecía no importarle estar en pleno invierno y cerca de las nevadas. Su rostro blanco como el de Sehun era iluminado sólo por la luna y su cabello corto, fino y rubio estaba levantado en una pequeña coleta hacia arriba. Se preguntó si su hermana gemela Geonye sería exactamente igual a ella o si habría alguna diferencia.
Ella lo percibió y volteó a verlo, dándole una muy pequeña sonrisa. Luhan se atrevió a adelantarse algunos pasos.
-Siéntate conmigo.- Palmeó el suelo a su lado.
La obedeció y se mantuvo sin hacer nada un tiempo, tan sólo mirando el cielo. La luna estaba especialmente enorme aquella noche, aunque no tardaría en esconderse. Fue Luda quien rompió el silencio.
-Es toda una sorpresa verte aquí.- Le sonrió. -Es decir, no aquí, ahora, sino en la casa de mi hermano. Puedo entenderlo de mí porque ya me conoce, pero tú eres un extraño... Un bonito extraño.
Luhan se sonrojó ante el cumplido y escribió algo.
Sehun no es una mala persona.
Creía que llegaría un momento en el cual se cansaría de aclararlo. Que fuera solitario y algo duro no quería decir que fuera cruel. Luda leyó y luego le sonrió a modo de entendimiento.
-¿Siempre portas esa libreta?
Él asintió.
Es la única forma de comunicarme que tengo. Es esencial.
Luda se lo quedó viendo un buen rato más y pensó en preguntar el motivo de su falta de habla por curiosidad, pero luego lo creyó descortés y algo entrometido así que desistió. Podría preguntar a Minseok luego. Luhan por su parte reconoció a otra persona importante que podría hablarle de Sehun y su vida; con Jyu Ni nunca lo había intentado porque le daba pena y además sabía que después de cada sesión, Sehun la interceptaba para preguntarle por lo que habían hablado. Ella nunca develaba nada íntimo, pero de todas formas le ponía nervioso.
Sin embargo, antes de cambiar de tema tenía que aplacar la bruma espesa que los invadía.
Pinchó su brazo un par de veces con un dedo para llamar su atención.
¿Estás enamorada, Luda ssi?
Ella parpadeó con sorpresa ante lo inesperado de la pregunta. -Yo...- Boqueó y se volvió al frente. -No lo sé.- Se retrajo. -No quiero pensar en ello.
Luhan ladeó el rostro.
¿Pero no es bonito recordar todos los días por qué decidiste casarte con esa persona?
-Es que casi no lo recuerdo...- Tomó su cabeza en ambas manos. -No sé qué me pasa, estoy paralizada. Hace unos días estaba perfecta y de repente ¡puf! Todo al carajo.- Hizo una mueca. -No le digas a Sehun que dije "carajo".
Luhan quedó un momento pensativo.
¿Qué es a lo que tanto le temes?
-¿Crees que el miedo me paraliza?
Creo que el miedo te sabotea... Tú lo estás haciendo.
Luda sintió como los ojos le picaban por las lágrimas contenidas. -No soy suficiente...- Susurró. -Nunca lo fui. ¿Y si después de la boda él lo descubre y me odia? Sólo mírame.- Le espetó casi temblando. -Soy pequeña e inmadura y mi cabello es feo, mi actitud es impulsiva y tengo boca de camionero. Incluso hago ruido cuando como.- Se cubrió el rostro, frustrada. -¿Por qué quiso casarse? No tiene ni una puta lógica. Aunque más irrazonable fue el que yo aceptara... Qué estúpida, estúpida, estúpida.- Siguió odiándose mientras se daba pequeños golpecitos en la cabeza con ambos puños.
Volteó a leer lo que Luhan le había contestado cuando la llamó con timidez desde su lado. Entremedio de las lágrimas y la nariz congestionada logró visualizar las letras.
¿Acaso no es genial ser tú?
Se quedó sin palabras, ¿es que no la había oído antes? ¿Qué había de genial en ella?
Al fin de cuentas, él se enamoró de la persona que acabaste de describir.
Y tras la sonrisa tierna y simple de él, sólo pudo sollozar más fuerte.
-¿Pero y si sólo le gustan mis partes buenas?
Él copió con lentitud.
Entonces no merece la pena porque cuando alguien te quiere, lo hace por completo.
Luda comenzó a hacer sonidos extraños y Luhan la miró con pena y algo de diversión; se iría al infierno por pensar que su expresión al llorar era graciosa hasta lo adorable. Le daban ganas de abrazarla mucho.
-Él no puede quererme por completo, nadie podría.
¿Pidiéndote casamiento no lo está haciendo ya? ¿Hace cuánto están juntos?
-Ugh...- Ella se enjugó las mejillas húmedas. -Alrededor de tres años.
Entonces la miró con un rostro que le dijo absolutamente todo, ¿tres años y dudaba de que no la conociera ya lo suficiente? ¡El tipo debía estar super enamorado de ella! Incluso de sus cosas más "feas." Luda sólo lloró más fuerte.
-Me estoy saboteando de antemano porque tengo miedo de intentarlo y fracasar. ¡Soy aún más idiota que antes!
Luhan sonrió, era tan agradable de una extraña forma. Percibía que detrás de toda su palabrería había una chica muy divertida y fiel, era una tonta por tirarse abajo de aquella manera.
¿Qué tal si hablas con él de todo esto?
-¿Y que me mire como a una loca?- Resopló de forma poco elegante.
Pues, si al final te entiende y se queda a tu lado, comprenderás que así como estás es suficiente.
Ella quiso decir algo más, pero él se puso a escribir otra vez y prefirió esperar.
Las cosas siempre se solucionan hablando. Si al final sale mal, al menos tendrás algo, si no haces nada y te acobardas, verás a tu alrededor y sólo tendrás la desdicha de la incertidumbre.
Volteó la hoja.
O sea, nada.
Luda dejó de llorar por primera vez y supuso que prefería saber qué pasaría en vez de quedarse con nada como Luhan decía. Sorbió por la nariz y se animó a apoyar la cabeza en su hombro. Él pegó un respingo y se tensó como una vara, ella sonrió porque esa reacción era demasiado para alguien de su edad, pero suponía que era muy tímido.
-Muchos te habrán visto como a un bicho raro por no hablar, pero ¿sabes? Eres un muchacho realmente increíble de todas formas.
Luhan se relajó un poquito más, sólo un poquito. ¿Así lo creía? Eso era nuevo.
-La mayoría sólo se lanza a despedazar con críticas y juicios, tú sólo escuchas y dices lo justo a su debido tiempo... O bueno, lo escribes.- Entonces lo miró con una sonrisilla. -Hacen falta más Luhanes en el mundo.
Sonrió ante sus palabras y por más que quiso contenerse, no pudo evitar seguir sonriendo todo el resto del tiempo. Aquello le había dado una seguridad que nunca antes había experimentado del todo. Jyu Ni le hacía entender día a día que era una persona normal y pudiente, y este tipo de comentarios sólo lo respaldaba. ¿Estaría muy mal sentirse vanidoso por un ratito? Qué va, lo haría de todas formas. Consideró que sería correcto escribir algo más:
¿Qué cosas te gustan de él?
Y todavía apoyada en su hombro, ella comenzó a hablarle de forma incansable sobre el afecto que sentía hacia su prometido. Luhan siguió sonriendo porque sabía que aquello le ayudaría a entender que, más allá de cualquier inseguridad, el amor que se tuvieran siempre iba a prevalecer. Y se notaba que estaba completamente perdida por él. Hablando se pasaron los minutos y Luda pareció olvidar por completo las razones por las cuáles sentía miedo, y sólo recordar las razones por las cuáles quería casarse.
Más tarde, él se animó a preguntarle por Sehun y ella pareció completamente entusiasmada de satisfacer su curiosidad. Esta vez pudo saber un montón de cuando era pequeño y vivía en el campo. ¡Nunca imaginó que su familia fuera granjera! Parecía un hombre de ciudad, aunque había algunas cositas que lo delataban como su poco interés por la tecnología y su inclinación por la vida de pueblo. Luda le contó que Sehun siempre fue un niño tranquilo y callado, pero muy amable. Cuando creció y se hizo famoso fue cuando se convirtió en alguien cada vez más frío y directo a la hora de decir lo que pensaba sin consciencia.
A Sehun nunca le agradó la fama y, según Luda, incluso terminó odiando hacer lo que más amaba.
Cuando ya estaba de día y todos a punto de levantarse, subieron las escaleras y se saludaron con una sonrisa cuando tomaron caminos opuestos: ella hacia la habitación de invitados y él hacia la suya. Pasó frente a la de Sehun y se paró un milisegundo, considerando echar un vistazo, pero prefirió no hacerlo.
Al menos, no por el momento.
******
Se despertó horas después por la tarde. Bajó las escaleras todavía en pijama, había dormido bastante bien debido a que, por alguna razón que desconocía, no había sufrido pesadillas. Seguramente fue porque sólo durmió muy poco, prefería eso a arriesgarse a terminar soñando. Se dirigió al salón más grande y, ni bien abrió las puertas e ingresó bostezando, lo sorprendieron unos fuertes brazos abrazándose a su cuello. Dio un traspié y terminó de despertar por la sorpresa, no tardó en entender que se trataba de Luda pegada a él como si fuera un peluche enorme.
-Luhannie, Luhannie.- Habló con voz melosa mientras frotaba sus mejillas con cariño. -Ya te estaba extrañando.
Él sonrió con pena y palmeó sus brazos. Minseok estaba escribiendo sin prestarle atención a nadie y más allá, en su lugar habitual, Sehun los miraba con fijeza. Inmediatamente cambió la sonrisa por un rostro avergonzado al recordar la noche anterior, y descubrió con consternación que el otro enfocaba el lugar en donde Luda lo tocaba. Sehun entrecerró los ojos y justo cuando iba a pedirle muy amablemente a su hermana que lo dejara, entró Bo Ram con algunos bocadillos para ingerir con el té.
-¡Oh, Luhan!- Exclamó al verlo. -Iré ya mismo a preparar tu chocolate, ¿está bien?
Él le sonrió al asentir y, antes de que se fuera, la frenó para escribirle una pregunta mientras veía de reojo a Sehun.
¿Comió hoy? ¿Despertó temprano? ¿Lo viste mejor?
Bueno, quizás más de una pregunta. Bo Ram le sonrió y se acercó para susurrarle a modo de confidencia.
-Comió. Le hice algo para que recobrara energías y curara su resfriado. Se lo comió sin chistar, no le gusta estar así después de todo. Despertó temprano y sí, está mejor aunque sigue muy débil. ¿Bebió la medicina anoche?
Luhan asintió y sonrió, satisfecho por las noticias.
Luda le hizo sentarse a su lado en el sillón diagonal al de Sehun y le habló todo el tiempo sobre muchas cosas aleatorias. A Luhan le agradaba escucharla porque era muy animada y las ideas sobre su persona habían sido acertadas: divertida y confiable, sí. Incluso se descubrió riendo por sus comentarios, al menos hasta que sufría escalofríos en la nuca y giraba para encontrar a Sehun viéndolos sin inmutarse, su rostro inexpresivo, pero fijo en ellos. Entonces tragaba en seco y se preguntaba qué es lo que estaba mal.
Sehun escuchó a su hermana preguntarle a Luhan cómo se escribía su nombre en mandarín, y elevó la mirada del libro que leía una vez más para ver cómo se inclinaba de más sobre él con intención de verlo escribir. Se puso de pie en un segundo y, sin pensar en nada, pasó por detrás y estiró una mano para tomar una de las galletas sobre la mesa, pasando el brazo entremedio de ellos y separándolos en consecuencia. Caminó como si nada hacia la ventana con la mirada sorprendida de los otros dos sobre él.
-¿Has solucionado algo, Luda?- Preguntó viendo hacia afuera.
Ella sonrió y asintió. -Hice las llamadas que debía.- Se giró y le sonrió a Luhan, provocando que este le devolviera el gesto.
Sehun dio un tieso asentimiento de brazos cruzados. -Excelente.
Más tarde tocaron la puerta y, antes de que si quiera atendieran, la abrieron de golpe y de par en par. Jyu Ni apareció frenética y lo primero que hizo fue correr hacia su hermana para tomarla de los hombros y zamarrearla mientras le cuestionaba qué había pasado por su cabeza y que por qué era tan descuidada y egoísta. Luda sólo rio porque sabía de antemano que su unnie causaría semejante alboroto desde el comienzo.
-Ya, te explicaré qué pasó, pero cálmate.
Jyu Ni suspiró y la miró con seriedad. -No es a mí a quien le debes explicaciones, Dannie.
La menor pestañó justo cuando un muchacho igual de joven, aunque algunos años mayor que ella, aparecía corriendo con la misma desesperación. Balbuceó un "¿dónde está?" mientras veía hacia todos lados y, cuando la divisó, corrió hacia ella para meterla entre sus brazos y fundirla en un posesivo abrazo.
Ella estaba demasiado sorprendida, pero intentó decir algo de todas formas. -Oppa, yo...
-¿En qué estabas pensando, Luda?- Le reprendió, viéndola a los ojos lleno de inquietud. -¿Cómo se te ocurre escapar en mitad de la noche?
-Pues, eso es...
-Ibas sola, sin nada y llevándote el auto.
-No te pongas así, yo...
-¡No avisaste a dónde ibas! ¿Cómo demonios quieres que me ponga? ¡Dime!
Sehun gruñó un poco y se adelantó, Jyu Ni ahogó un pequeño "¡ah!" e intentó frenarlo, pero el menor no le prestó atención.
-Oye.- Palmeó el hombro del que creía sería el prometido de su hermana. -Ella estuvo conmigo todo el tiempo, así que no tienes de qué preocuparte. Por otro lado, te aconsejo que bajes la voz y le hables con educación; no estaba precisamente bailando cuando llegó.
-¿Y tú quién eres?
Sehun se cruzó de brazos y pareció un auténtico miembro de la aristocracia con toda la arrogancia subyacente que desprendía.
-Su hermano mayor. Esta es mi casa y no permito maldiciones ni malos modos, mucho menos si es contra una de mis hermanas.
El muchacho se quedó estático. Sehun parecía tan impenetrable y gigantesco... Parecía un rey dispuesto a cortarle la cabeza a cualquiera que osara desobedecerlo. Tragó saliva, un poco más calmado, y miró a su novia quien le asintió muchas veces seguidas con los ojos bien abiertos; entonces consideró que bajar la voz era una muy buena opción. Suspiró y cerró los ojos, cuando acalló los latidos desenfrenados, miró a Luda con seriedad y abrió los labios para pronunciar más suave:
-¿Ya no me quieres?
La pregunta fue tan sincera y dolida, que ella estuvo a un paso de volver a llorar. Negó con la cabeza igual de frenética.
-No es así.
-Entonces dime, ¿por qué huiste? ¿Te arrepientes?
Luda tomó aire y suspiró, dispuesta a ser sincera como le habían aconsejado. -Me dio miedo ser yo.- Ante la mirada confundida de su novio, sonrió con los labios apretados. -De repente consideré la posibilidad de no ser buena para ti.
El otro le frunció el ceño. -¿De qué hablas? Tú eres perfecta para mí.
Ella pestañó con una sonrisa temblorosa. -¿Lo soy?
-Pues, claro.- Le acomodó un mechón de cabello corto detrás de su oreja con una suave sonrisa. -¿Crees que le pediría matrimonio a alguien que no me gusta?
-¡Pero!- Ella se adelantó con el corazón exaltado. -¿Y mis partes malas? ¿Qué harás si vivimos juntos y te das cuenta de que me odias?- Se retrajo con expresión amarga.
Él en cambio rio un poco. -Mira que eres tonta.- Luda infló sus mejillas con molestia y él le acarició una mejilla con el dorso de la mano. -¿Piensas que no te conozco ya? Decidí avanzar contigo a pesar de todo. Yo también tengo defectos al final, todos los tenemos. No debes avergonzarte por ser quien eres, te quiero así.
Luda y Luhan sonrieron a la misma vez. Ella se adelantó y lo abrazó estrechamente, él también la rodeó con ternura.
-No sé si seré una buena esposa... Quizás sea un desastre.
-Bueno, yo tampoco sé qué tipo de esposo seré. ¿Qué tal si lo averiguamos juntos?
Luda asintió sonriente y se hundió aún más en su pecho. Jyu Ni sonrió con dulzura desde su lugar, viendo todo el espectáculo junto a los demás.
-Lamento haberlo traído a él también.- Le susurró a su hermano.
Sehun se encogió de hombros, mirando a los otros dos acaramelados. -Ya no importa.- Habló indiferente.
-Kyungsoo amará esto.- Balbuceó Minseok, sin perderse detalle de nada.
Jyu Ni sonrió a su hermanito y le palmeó un hombro a la vez que daba un paso hacia delante.
-Será mejor que vayamos rápido, Yeye estaba quedándose calva de la preocupación. Creo que te ligarás unos buenos golpes cuando llegues, Dannie.
Luda rio rodeando con un brazo la cintura de su prometido, asintió y les pidió un minuto más. Lo primero que hizo fue correr hacia Luhan y abrazarlo con todas las fuerzas.
-Eres el muchacho más especial que he conocido.- Le susurró con cariño. -Gracias, te debo mucho.- Entonces se separó y le apretujó las mejillas. -También eres el más bonito. Si no fuera a casarme pronto, estaría sobre ti.
Luhan no tuvo tiempo de sonrojarse cuando Sehun la separó de él en un parpadeo.
-Ya lo despediste, adiós.
Luda se cruzó de brazos y, con una sonrisa pícara, ladeó una cadera cuando lo vio con una ceja alzada.
-He estado curiosa sobre esto desde que llegué, ¿por qué no quieres que esté cerca de Luhan?
Sehun la miró, altivo. -Porque no.
-¿No me dejarás tocarlo?
-No.- Negó rotundo. -Nunca te dejaré.
Jyu Ni abrió tanto los ojos que parecieron dos círculos perfectos, Minseok ahogó una ruidosa carcajada tras la mano y Luhan se quedó cabizbajo porque el calor que había comenzado a sentir, que le había enrojecido las mejillas y que se le extendía por todo el cuerpo, era demasiado para soportar en público. Luda rio sin tapujos, sosteniendo su estómago y retorciéndose. Sehun la enfocó con muchísimo malhumor, vio a los demás y quiso espetarles un enorme "¿qué?" en la cara. Sintió como lo abrazaban y dio un traspié cuando Luda echó todo su peso sobre él.
Su hermanita olisqueó sobre su pecho como cuando era pequeña y sonrió con los ojos cerrados.
-Así estás mejor.- Susurró. -Así me gustas más, oppa.- Levantó la cabeza y lo miró a los ojos. -Estás mucho más vivo.
Sehun sintió como se sonrojaba y odió no poder culpar de ello a la fiebre. Resopló y volvió a hundirle el rostro sobre el pecho hasta dejarla sin aire.
-Vete, eres un verdadero fastidio.
Luda se separó riendo, él se estiró y le dio un par de palmaditas en la cabeza como si se tratara de un cachorro. ¿Qué más podía o debía hacer? Al final invitaron también a Luhan a la boda y, aunque este sabía que lo más probable era que no podría ir, aceptó la invitación con alegría. ¡Nunca lo habían invitado a una fiesta semejante! Increparon a Sehun también para que tocara el piano en la ceremonia una vez más, pero este directamente no dijo nada. Luhan se apenó, pero supuso que era esperable y hasta natural. Se fueron todos y quedaron sólo él, su primo y Sehun.
-Bien, me iré a roncar un rato porque estoy despierto hace mucho.- Dictaminó Minseok mientras caminaba hacia las escaleras, estirándose y bostezando.
Lo vieron alejarse en silencio y cuando estuvieron completamente solos, fue el momento en el cual el ambiente se tornó extraño. No era incómodo o desagradable, sólo... extraño. Luhan sacó la libreta de forma torpe y escribió algo con letra fea por los nervios.
¿En verdad estás mejor?
Sehun lo miró con los párpados entornados y se agachó para estar a su altura.
-Fíjate tú.- Le pidió inclinando la cabeza hacia él.
La cordura de Luhan se disparó al infinito y más allá y procuró no volver en un buen tiempo. Su voz era rara, como mucho más grave e hipnótica. ¿Por qué le hacía hacer eso? ¿Acaso planeaba matarlo de un ataque al corazón? Entonces lo miró a los ojos y terminó por cortarle la respiración.
-¿Qué sucede? ¿Anoche no lo hiciste por mí?
Joder... Luhan llenó de aire los pulmones en un intento por no morir de vergüenza , y estiró una mano para apoyarla en su frente suavemente. Sehun seguía mirándolo a los ojos sin titubeo, pero él procuró ignorarlo para no terminar desmayado. Notó que ya no estaba tan caliente como antes y se alegró. Sehun se irguió al apartarse.
-¿Y bien?
Él le sonrió y asintió, aceptando que estaba mejor. Sehun sacó un pañuelo blanco del bolsillo de su chaqueta y tosió sobre este, apartándose un poco. Esa tos se oyó muy mal y Luhan comenzaba a deshacerse de su alivio. El otro percibió su preocupación y negó levemente, procurando dejar limpia su nariz también.
-Debo tener temperatura, pero poca. Naturalmente, la enfermedad no se me irá en una noche; estaré débil durante un tiempo, pero sólo porque mi cuerpo ya es así. No te preocupes, estaré bien, siempre pasa.- Comentó con disgusto, odiaba ser así de debilucho.
Luhan hizo una mueca con el ceño fruncido; temía que hasta que no lo viera bien otra vez, seguiría inquieto. Si tan sólo pudiera estar junto a él cada noche para procurar su mejoría... Pero lo de anoche había sido una excepción porque el otro había estado muy inconsciente y enfermo. No volvería a sudecer.
-Gracias por cuidarme.- Le dijo.
Lo miró rápidamente y sorprendido, aunque Sehun no lo hacía, como de costumbre.
-No me molestó para nada.
Y tras esas palabras, caminó devuelta hacia arriba, pero no fue todo. Luhan no supo si fue una coincidencia o sólo su imaginación, pero justo cuando pasó por su lado, los dedos de Sehun rozaron su mano y acariciaron su palma con delicadeza, casi como si se tratara de una pluma. Sólo ese tonto toque bastó para estremecerlo de pies a cabeza.
Se giró jadeando para verlo subir las escaleras con completa calma, como si no hubiera pasado nada.
Pero Luhan sabía que había pasado mucho... Lo sentía.
Luda en Notas del alma:
Para lxs que no conocen, ella es Luda de WJSN ❤.
Por cierto, adivinen quién cumple años hoy... Así es, ¡esta nena! Estoy feliz de poder actualizar el día de mi cumpleaños jdndkw *-*.
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