XI (PARTE I)
Al final les dejaré un aviso que quizás deban leer~.
-¿Alguna vez quisiste a alguien que nunca te prestó la atención que deseabas?
La pregunta tomó por sorpresa a Luhan. Tanto que pegó un respingo en el lugar que todavía ocupaba.
Minseok no le estaba hablando de un tema descabellado, él entendía a lo que se refería; aunque nunca le había gustado nadie en su vida lo suficiente como para sentirse miserable, había tenido amigos que sufrían constantemente a causa del amor no correspondido y entendía que era una porquería, mas lo que hizo que su corazón diera un vuelco fue más que nada el tono y el rostro en el cual tal pregunta fue pronunciada. Nunca había visto a su primo tan serio y desganado, al parecer hablar sobre el tema no le agradaba y lo correcto sería frenar por consideración a sus emociones, pero Luhan estaba pecando por dejarle seguir hablando aun cubierto de tristeza.
Estaba pecando de curioso.
Minseok se mantuvo de brazos cruzados observando a través de la ventana y ni siquiera aguardó su respuesta para dar la propia, contundente y bien realista:
-Pues, es una mierda.
Se dio la vuelta y reposó sobre el sillón con un suspiro.
-Eso es todo. Fin de la historia.
Obviamente, eso no era todo y mucho menos un fin. Luhan no necesitaba hablar para demostrar con infinitas expresiones lo que pensaba; Minseok era un chico muy listo y no tardó en leerlo a la perfección. Al final se encogió de hombros y siguió tecleando en su ordenador para mantener la mente trabajando y ocupada; él solito se había metido en esas y suponía que era natural que su primo aguardara una respuesta debida.
-Todo lo que piensas, lo que supones, es cierto.- Declaró sin más. -Hace años que lo quiero, ¿y qué?- El sonido de los dedos impactando contra las teclas era cada vez más sordo y fuerte. -A él siempre le importé un carajo, incluso cuando esa persona apareció, yo...
Se quedó completamente estático, como una estatua. Pareció entender que de su boca estaban saliendo borbotones de cosas que no deberían saberse, que no deberían salir por nada, y aun así... Alejó las manos lentamente del aparato y, cabizbajo para que el otro no viera la transición de emociones turbulentas que pasaban por su rostro, las juntó fuertemente en el regazo. ¿Qué estaba haciendo? Parecía un imbécil.
-Lo siento.- El silencio que corría por causa del mutismo de su primo le estaba carcomiendo la consciencia. -Lo siento, estoy siendo muy tonto.
Cuando logró recomponerse un poco, pintó una de las sonrisas que usualmente solía portar (aunque sabía de más que en esta ocasión era una muy mal hecha) y lo miró a la cara. Luhan lo veía con un rostro deformado entre la sorpresa, la incredulidad y el dolor.
-No me hagas caso, yo...- Rio irónicamente. -Él ni siquiera sabe lo que siento, no tiene sentido ponerme así, es sólo que yo... Ahora mismo no pude...- Se cubrió la boca con una mano al desviar la mirada porque no tenía idea de lo que le había pasado. -Ser ilógico es uno de los oficios del corazón roto.
Ahora le sonrió y no se preocupó por fingir, sólo lo hizo como le salió y Luhan pensó que las personas que más sufrían eran las que más bonito sonreían.
Porque eran honestas.
Se sucedió a eso un apabullante silencio que no fue roto ni por palabras articuladas, ni por el oír de un bolígrafo sobre el papel. Nada. Luhan no tenía nada qué escribir, tampoco pensaba que fuera lo más correcto. Al final todo en lo que había pensado había sido acertado, con eso le bastaba para saciar su tan desbordante curiosidad. Seguir indagando sólo sería cruel. Minseok sorbió por la nariz y comenzó a escribir una vez más, más entero.
-Tytus jamás respondió a ninguna de las alusiones de Chopin. Él le dijo que lo amaba mil un veces, y mil y un veces fue rechazado. Ese es el final, no hay más.
Y ahí Luhan supo que no escribir nada había estado más que perfecto.
Como si fuera el colmo o una estúpida jugarreta, Sehun ingresó justo en ese mismo momento. Tanto Minseok como él se quedaron petrificados, fue la primera vez que notó a su primo incapaz de fingir nada, su expresión fue un poema, casi indescifrable. Se dio cuenta de que estaba afectado de verdad y tensó los labios en una rígida mueca.
-Olvidé el libro.- Balbuceó Sehun mientras se agachaba entre quejidos a recogerlo.
Entonces Luhan se puso de pie y de forma repentina e incomprensible, le asestó un golpe en el pecho con su propio cuadernillo. Sehun se lo quedó viendo con sorpresa, no porque el golpe hubiera sido fuerte o dañino, sino porque la acción fue completamente inesperada. Minseok mantenía los ojos abiertos de par en par igual de sorprendido y Luhan le regaló a Sehun una mirada molesta antes de salir de allí pisando fuerte.
El mayor no tuvo atino de decir nada y sólo se quedó extremadamente quieto, sólo Minseok por fin demostró algo al largar una sonora carcajada al aire.
-Amo a ese niño.
******
Al día siguiente Luhan todavía seguía pisando fuerte, esta vez en su habitación.
Caminaba de un lado para otro echando humo, sin saber muy bien por qué se sentía tan molesto. Al principio se había exaltado por ver el rostro desamparado y triste de su primo; excéntrico o no, lo conocía desde que había nacido y quería a su hyung, siempre había sido un apoyo para la familia, no le había hecho gracia saber que sufría como lo hacía y al ver al causante de semejante malestar sólo había actuado por impulso. Sin embargo, ¿por qué seguía así de afectado? ¿Seguía siendo por la preocupación que le inspiraba Minseok? Demonios, se sentía confundido... Él ni siquiera entendía por completo sobre esos temas, y aun así... Sentía que no quería volver a ver a Sehun por el momento, sentía que su corazón volvería a desestabilizarse si lo hacía.
Había perdido un punto importante de equilibrio.
Comprendió que si él estaba así de frustrado por la situación, ni de cerca podía llegar a imaginarse cómo estaría Minseok manteniendo un desinterés fingido durante años. Se creía incapaz de hacer algo semejante, su cabeza no soportaría tanto. Ante tales pensamientos volvió a llenarse de enojo y gruñó bajito mientras atravesaba la recepción de la casa rápidamente. Sentía hambre y no iba a privarse de comer aunque no quisiera ver a Sehun, si él estaba presente pues, lo aguantaría y ya.
Tocó su estómago cuando entendió que la medicación que Jyu Ni le dio estaba haciendo efecto. Antes ni se hubiera molestado en bajar por comida... El sólo llevarse algo a la boca le causaba náuseas, odiaba alimentarse, pero tenía que hacerlo.
Enfrascado en sus pensamientos sólo fue consciente del momento en el cual la puerta del frente se abrió porque la luz del sol se coló y lo dejó encandilado por un momento; por eso no entendió nada cuando se encontró tendido en el suelo luego de que algo (o mejor dicho alguien) cayera sobre él. Parpadeó con el sol en los ojos todavía y enfocó algo totalmente inusual: una muchacha.
Una muchacha que no era Jyu Ni en la casa de Sehun.
Esta tenía los ojos fuertemente cerrados y la cabeza sobre su pecho, con un puño sostenía un montón de tela de su sudadera fuertemente. Su corazón comenzó a latir desenfrenado cuando lentamente elevó los párpados y levantó la cabeza para mirarlo a los ojos, sus rostros estaban tan cerca que se sintió perder el aire. Además era bella, muy bella, aunque sus ojos... Sus ojos eran conocidos, como si ya los hubiera visto antes en algún lado. La joven los abrió como platos luego de escrutarlo mejor, después de acostumbrarse a la oscuridad del interior de la mansión.
-¡Wah!
Luhan cerró uno de los ojos ante aquel grito tan fuerte. Entonces sintió cómo el cuerpo se le volvía más liviano en lo que quitaban de encima el peso de la chica; cuando pudo alzarse mejor, descubrió que fue Sehun quien lo había liberado y que ahora sostenía del cuello de su abrigo a la invasora de rostro dulce con una mano y de forma muy poco delicada para tratarse de una chica. Ella le sonrió con pena mientras él parecía cada vez más molesto.
-¿Un mendigo?
-¡Ya quisieras, idiota!
Sehun la soltó y la ignoró por completo en lo que se agachaba junto a Luhan y lo veía con una expresión mucho más suavizada.
-¿Estás bien?
Luhan apartó la mirada de sus ojos al asentir y Sehun sólo puedo quedárselo viendo fijamente.
-¿Alguien sabe dónde está Boramin?- Apareció Minseok vistiendo pijamas. -No la encuentro por ningún lado y... ¿Qué hace Luda en el suelo?
-¡Oppa!- Se alegró ella al verlo. -¡Ha sido un tiempo!
Él le sonrió con simpatía. -Estás mucho más alta y guapa.
-Aigo.- Le dio un golpecito en el hombro. -Qué cosas dices, ¡aw!
Volvió a quejarse ruidosamente cuando Sehun la tomó de una oreja y la volteó hacia él. Toda su fisionomía demostraba censura.
-¿Qué estás haciendo aquí, Luda? Más bien, ¿cómo sabes dónde vivo?
-¿Por qué en cambio no le das una bienvenida calurosa y afectiva a tu hermanita menor?- Le sugirió ella desvergonzada al juntar ambas manos a modo de plegaria. -¡Ay!
Sehun tiró más fuerte y se le acercó mucho al rostro con ojos entrecerrados. -Contesta.
Ella comenzó a reír de forma nerviosa. -Pues...
Al ver que no pensaba contestarle y seguía haciendo el tonto, la soltó y caminó hacia el teléfono más cercano. Todos lo siguieron expectantes con la mirada. Sehun marcó un número rápido y apoyó una cadera contra la mesa mientras esperaba a que respondieran.
-¿A quién llamas?- Cuestionó Minseok con diversión.
-A Jyu Ni.- Respondió él. -Ella debe saber por qué...
Sus palabras quedaron en el aire cuando fue sorprendido por los brazos de su hermana menor rodeándolo estrechamente por la cintura. Inmediatamente cortó la llamada en lo que todo quedaba sumido en un silencio sepulcral. Luda lo apretó con desesperación, manteniendo los ojos bien cerrados.
-Te lo explicaré todo, pero por favor, no llames a unnie. Te lo pido.
Sehun la observó un momento y asintió.
Más tarde se encontraban todos ocupando los sillones del salón grande. Incluso Luhan estaba allí, mentiría si dijera que toda la situación no le daba curiosidad, además tenía la oportunidad de oír a más gente que conocía de cerca a Sehun, ¡otra de sus hermanas! Aunque esta se veía mucho más deprimida y joven que Jyu Ni, sin dudas. Bo Ram había acabado de asear el tercer piso y había corrido a prepararles algo de beber.
-Lo siento mucho, oppa.- Murmuró Luda mientras sorbía por la nariz. -No era mi intención sorprenderte.
-¿Por qué estás aquí?- Volvió a insistir él, sabía que algo estaba pasando.
Ella pareció apenada. -He sacado tu dirección de la agenda de Jyu Ni unnie y vine en mi auto. Esta mansión queda terriblemente lejos, oppa, no sé cómo puedes vivir tan aislado. Sólo ayer...
-Luda...
-¡Está bien! ¡Me escapé! ¿Contento?
-¿Que hiciste qué?
-¡No me regañes!- Ella cubrió su rostro con ambas manos. -¡No es mi maldita culpa, jodido Dios!
-Vaya, Luda sigue siendo una boca sucia.- Observó Minseok sonriente a sabiendas de que Sehun odiaba las maldiciones.
Luhan rebuscó en los bolsillos y sacó un pañuelo blanco pulcramente doblado, se estiró para tocarle un hombro al extendérselo. Luda frenó sus sollozos y lo miró, en un parpadeo estaba sentada a su lado bien cerca.
-Perdóname por haber caído encima tuyo.- Le sonrió con pena, batiendo las pestañas de forma coqueta. -Eres tan bonito, ¿cuál es tu nombre?
-Oye.- Se escuchó la grave voz de Sehun, pero la menor lo ignoró.
-Yo soy la hermana menor de Sehun. Soy Oh Luda.
Luhan hizo uso de su fiel cuaderno.
Yo soy Luhan. Es un gusto.
Luda parpadeó sorprendida y se lo quedó viendo en silencio, Sehun suspiró y Minseok se adelantó en la escena.
-Él es mi primo, no habla.- Sintetizó.
Ahora escribió otro mensaje que mostró con una dulce sonrisa.
Lo siento mucho, noonim.
Luda suspiró. -Qué monada...
-No hace falta el trato, Luhan, ella tiene tu misma edad.- Dictaminó con fastidio Sehun.
Luhan pareció sorprendido y Luda resopló, no hacía falta decirlo de esa manera. Entonces su hermano la levantó de dónde estaba y la dejó en el sillón enfrentado al de Luhan; sin una palabra, se sentó al lado de este como si nada. Le pareció raro, pero no dijo nada.
-Estás hirviendo.- Comentó después de haber estado cerca de él y haber sentido su toque. -¿Tienes fiebre?
-Son imaginaciones tuyas.- Sentenció este antes de carraspear. -No cambies de tema y deja de hacerte la desentendida, ¿cómo es eso de que has escapado, Luda?- Amonestó con severidad.
Ella pareció mucho más seria y decaída de un momento a otro. -No me siento lista...- Balbuceó.
-Habla más alto, deja de comportarte como una niña.
Luhan miró a Sehun exaltado porque percibía que ella realmente no estaba bien y sus contestaciones estaban siendo demasiado rudas.
Luda le hizo un mohín enojado. -Yo...- Infló las mejillas y largó aire con lentitud. -No estoy segura de querer casarme.- Dictaminó, como si volverlo algo dicho fuera muy difícil.
-¿Tuviste que llegar a este punto para darte cuenta de eso?
-¡No fue mi culpa! Yo... Yo sólo... ¡Entré en pánico! ¿Bien? Ni siquiera sé si podré ser una buena esposa.
-Estás causando problemas a todo el mundo. ¿Te parece que huyendo sin avisar arreglarás algo que sólo está en tu mente?
-No, pero...
-Los demás no tienen que soportar las consecuencias de tu irresponsabilidad.
Luda se puso de pie con los puños apretados y mirada fulminante.
-¿Por qué mierda tu cabeza no es capaz de comprender que no existe la gente perfecta como tú? ¡No todo el mundo es un prodigio superdotado, amado y venerado por el mundo entero!
Sehun la escrutó con una fijeza escalofriante. -Estás siendo ilógica. Estás enfadada y confundida y no sabes lo que dices.
-¡Perdónanos a los mortales por aspirar a un poco menos!- Siguió con sarcasmo. -¿Piensas que si no pudiera estar confundida, entonces no lo evitaría? ¿Por quién me tomas?
-Oye.- Él se paró y quiso ir con ella, pero se alejó antes de que pudiera.
-¡No! ¡No quieras funcionar como un hermano mayor ahora! ¡No lo eres! ¡No eres familia!
-Bueno, bueno.- Minseok consideró que eso había sido bastante y se puso de pie con una sonrisa, intentando calmar las aguas. -Dannie, eso...
-¡Sólo sabes ignorarnos! ¡Fui una tonta por creer que me brindarías algo de conforte en estos momentos tan agrios!
-Sólo intento que veas las cosas de forma más objetiva.- Respondió Sehun en tono neutral, aunque Luhan discernió su mandíbula apretada.
Ella dio un paso hacia atrás y lo vio con los ojos llorosos. -De seguro y hasta estás aliviado en el fondo porque no tendrás que tocar tu bendito piano en la ceremonia... Aunque no irías de todos modos.- Entonces abrió la puerta y salió corriendo de allí.
-Ah...- Minseok la vio irse con inquietud.
Sehun suspiró y se cruzó de brazos. -Déjala, se le pasará en un rato.
Entonces su amigo hizo lo que muy pocas veces: lo vio con desaprobación. -Tú también deberías saber cuándo parar.- Y se fue tras ella.
Luhan se quedó boqueando como un pez y viendo hacia todas las direcciones, sin saber qué decir o cómo actuar. Qué intenso había sido... El remolino de emociones vehementes todavía se cernía por todo el lugar y llenaba de sombras su interior; sentía que estas perdurarían para siempre en la mansión si las cosas no se arreglaban como debían. Sehun se tiró sobre el sillón con muy poca gracia, cosa que le llamó la atención porque él nunca dejaba de lado sus buenos modos. Todavía llevaba las mejillas coloradas y le costaba respirar sin hacer ruido. Lo primero que había querido hacer al oír el último comentario de Minseok había sido gritar un enorme "¡no!", porque Sehun no era así. Él sabía cuándo parar, pero no cómo. ¿Es que nadie notó el dolor en sus ojos por las palabras de su hermana? ¿Nadie entendía que él sabía que ella estaba en lo correcto? ¿Nadie vio sus muecas molestas y las ganas casi palpables de desaparecer durante la discusión?
Sehun no lo había hecho adrede, jamás lastimaría a alguien.
Después de algunos minutos, se puso de pie y salió de la habitación. Luhan corrió tras él, no sabía si escribirle algo porque creía que no lo leería ni tampoco le haría caso, así que sólo podía seguirlo con la intención de hacer algo y sin saber qué. Minseok apareció suspirando, todavía usando sus pantuflas gigantes de peluche. Sehun se dirigió a él sin miramientos.
-¿Dónde está?
-En el patio trasero.- Señaló el aludido. -Sigue un poco alterada, así que...
Pero el otro lo frenó y lo vio con el ceño fruncido. -Es mi hermana.- Alegó con rotundidad antes de irse hacia el patio.
-Ah...- Minseok ladeó el rostro y sonrió como un tonto. -Siempre es tan posesivo con sus hermanas.- Miró a Luhan. -Me gusta molestarlo con ellas, saca su lado más filial y cariñoso.
Luhan quedó viendo el lugar por dónde Sehun había desaparecido, no podía calmar su inquietud. Minseok palmeó su hombro un par de veces, haciéndole pegar un respingo.
-No te preocupes, Luda está enfadada, pero tiene un serio complejo con su hermano mayor.- Se le acercó al oído y le susurró con una sonrisa. -Le quiere como a nadie.- Al separarse quedó pensativo. -Bueno, supongo que Geonye es una excepción.- Al ver la expresión confundida de Luhan, aclaró: -Ella es su gemela, son como una.
Sehun por su parte caminó ciegamente hacia el patio trasero. Entrecerró los ojos cuando el sol lo recibió y le ofuscó por completo; usó una mano como visera para intentar ver algo y encontró a su hermana menor sentada en el suelo, su espalda pegada a la pared externa de la casa mientras abrazaba sus rodillas contra el pecho. Ante la visión compuso una mueca y sintió el corazón oprimido... Le recordó cuando era pequeña y corría lejos para esconderse de esa misma manera porque papá y mamá le prestaban demasiada atención a él, y se olvidaban de ayudarla con sus tareas. Luda seguía siendo una niña.
Por eso tenía que cuidarla.
-Yah.- La empujó ligeramente con un pie y se permitió ser informal. Era su hermanita después de todo.
Ella sorbió por la nariz y hundió el rostro entre los brazos.
-¿Dejarás a tu oppa sin respuesta? No seas una niña irrespetuosa.
-¡Yo no soy una niña!- Exclamó indignada.
-Sí lo eres.- Resoplando se sentó a su lado aunque el suelo estaba sucio y la ropa se le arruinaría.
-Te odio.
Hizo una mueca. -No lo hagas...
Ella volvió a hundir la nariz entre los brazos. -Como si pudiera.- Se oyó su voz amortiguada y bajita.
Guardaron silencio por un largo rato.
-Discúlpame, agi ul bo.
-¿Qué clase de disculpa es si llamas a alguien "bebé llorón"?
Sehun tensó los labios en el intento por contener una sonrisa.
-Así solía llamarte cuando eras pequeña.
-Una vez me enojé tanto que te di una patada en el estómago.
Ahora no pudo evitarla del todo y resopló una carcajada. -Jyu Ni se enfadó en serio aquella vez.
Luda se lo quedó viendo pedida. ¿Hacía cuánto que no veía a su oppa sonreír? Era tan guapo cuando lo hacía, verlo feliz era genial. ¿Tan difícil era para él mostrarse así? Ser sincero. Lentamente se borró aquella mueca tan bonita y volvió a quedarse serio.
-De verdad, lo siento.
-No.- Se apartó por fin. -Tú tienes razón, como de costumbre.
-Lo sé.- Luda lo miró con fastidio. -Pero podría haberte hablado mejor, estaba exaltado.
-Soy una idiota.- Ella posó la quijada sobre las rodillas. -Por mi inseguridad le hago pasar un momento de mierda a todos.
-Cuida tus modales en mi casa.- La regañó. -Nada de maldiciones ni palabras vulgares mientras aquí te quedes, ¿oíste?
Lo miró con aquellos ojos redondos agrandandos. -¿Eso quiere decir...?
Sehun asintió. -Nunca dije que no te aceptaba, después de todo ya estás aquí. Pero debes prometerme que...
-¡Gracias, gracias, gracias!- Ella se lanzó a abrazarlo por el cuello con fuerza.
Él resopló. -Prométeme que arreglarás todo lo antes posible. Tu prometido debe estar muy preocupado, Luda.
-¡Te lo prometo!- Le dio un sonoro beso en la mejilla y se fue dando saltos.
Sehun llenó de aire los pulmones y suspiró muy lentamente. Su mirada se estaba sintiendo borrosa y le molestaba, cada vez más difícil le era respirar. Se puso de pie procurando no perder el equilibrio y se encaminó hacia la recepción para subir las escaleras. Encontró a Minseok festejando con Luda y a Luhan viéndolos sin entender muy bien por qué tanto alboroto. Sintió ganas de poner los ojos en blanco, pero el cráneo le presionaba tanto que se lo ahorró.
-¿Oppa?- La mano de su hermana voló rápidamente hasta su frente. -¡Rayos!- Lo vio con pena luego de la maldición. -Estás volando en fiebre.
-Sólo iré a recostarme un rato y ya. Es cansancio.- Se apartó para seguir caminando.
-Y yo que pensé que estaba sonrojado por la emoción de verme.- Comentó la otra.
Luhan vio con el ceño profundo cómo el mayor se iba a paso lento hacia su habitación.
******
Más tarde, Sehun no bajó para cenar.
Todos se sorprendieron, en especial Bo Ram que siempre procuraba cocinar a la hora exacta que Sehun quería y prefería. Tanto Minseok como Luda comieron con calma entre comentarios animados, parecían saber que Sehun prefería estar solo cuando enfermaba, pero Luhan no podía dejar de mover la pierna de arriba abajo con histeria mientras mantenía la mirada clavada en las escaleras. ¿En serio alguien enfermo podía encargarse de sí mismo solo? Sehun era alguien demasiado orgulloso y testarudo, era obvio que no querría que nadie cuidase de él aunque lo necesitara.
Luda y Minseok comentaron que su salud siempre fue un poco endeble y que en invierno se enfermaba más de la cuenta, pero que a él no le gustaba mostrarse así porque antes habían comparado esa debilidad suya con Fryderyck Chopin, quien había muerto joven por sus defensas igual de vulnerables. Desde ya, a Sehun no le hacía ninguna gracia que esto pasara y evitaba cualquier cosa que provocara comparaciones.
Cuando llegó la hora de ir a dormir, en vez de ir a su habitación, Luhan se mantuvo parado frente a la puerta de Sehun como un idiota.
-A él no le hará gracia que alguien entre en su habitación. Lo odia.
Volteó para encontrar a Minseok a punto de entrar a la propia. Esta estaba seguida al baño después de la de Sehun, en el mismo corredor. Mantenía una sonrisa casi imperceptible en los labios, él tragó en seco.
-Pero si ese alguien eres tú, entonces no hará nada.- Dijo clavando los ojos en la madera de la puerta.
Luhan sintió como se sonrojaba inevitablemente. ¿Por qué le estaba diciendo semejantes cosas?
-Cuida de él.
Antes de entrar le dio un fugaz vistazo y discernió el mensaje en sus ojos. Se quedó estático y una carcajada le brotó de la garganta.
-¿Te estás preguntando por qué no lo hago yo mismo?- Negó lentamente. -No pienses absurdos.
Y cuando desapareció, Luhan supo que si no entraba a esa habitación y corroboraba que todo estaba en orden, entonces no lograría convivir consigo mismo por un largo tiempo.
Posó una mano en el picaporte y luego...
Bueeeeeno, quería hacerles el aviso oficial: en Notas del alma habrá tanto HunHan como HanHun en el futuro. Síp.
¿Por qué lo anuncio? Pues, he visto a otras autoras ser torturadas por comentarios rudos o innecesarios a la hora de mostrar en sus fics cosas así, y como no deseo que pase aquí, las voy preparando desde ya.
Creanme, estando de este lado, recibir comentarios de disgusto por algo tan banal como quién va arriba y quién abajo, no cae nada bien. Lo aseguro.
Y como soy una mujer con el temperamento bastante jodido más allá de mi amabilidad y cariño (?) llegado el momento les rogaré encarecidamente que, en caso de que el HanHun no sea de su gusto, tan sólo se salten la parte y ya. Sin nada que agregar, a menos que sean comentarios que valgan la pena, claro.
Obvio, para esto falta un tramo largo, pero vayan mentalizándose. Yo les avisaré cuando vaya a suceder para que no lo lean si quieren.
Ya. Nos vemos este miércoles, hermosuras ❤.
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