IX

¡Por favor, háblame sobre Oh Sehun!

Bo Ram parpadeó con sorpresa cuando Luhan casi le estampa aquella frase en la cara. Este se mantenía con los ojos cerrados y la cabeza gacha; bueno, suponía que estaría avergonzado, tal acción no era propia de él. Estaba sentado sobre una de las banquetas que rodeaban la isla de mármol en la cocina, mientras ella iba de aquí para allá ordenando y preparando las cosas para el almuerzo. Se detuvo un momento para sonreírle.

-¿Por qué quieres saber más sobre Sehun ssi?- Cuestionó con curiosidad.

Luhan bajó su cuaderno y se la quedó viendo con las mejillas rojas, no le respondió de ninguna manera. Ella se encogió y siguió en lo suyo.

-Bueno, supongo que es natural. Es un muchacho interesante. ¿Sobre qué quieres saber?

Ahora pareció tremendamente entusiasmado de que estuviera dispuesta a hablarle. Garabateó algo rápido y volvió a mostrarle.

Cualquier cosa está bien.

Bo Ram pensó un momento. -No podría decir que lo conozco verdaderamente, pero algunos años a su lado me han dado una idea profunda sobre él.

¿Hace cuánto lo conoces? ¿De qué ideas hablas?

Sonrió ante su obvio interés. -Hace exactamente dos años y medio que comencé a trabajar para él... Tal vez tres. La señorita Jyu Ni me trajo puesto que Sehun vivía solo junto a Minseok, y temía que muriesen o algo así.- Rio un poco. -Al comienzo estuvo totalmente en contra, como era de esperarse, pero su hermana es tan testaruda que no pudo contra ella. Al final no le quedó otra que aceptarme, me acostumbré al trabajo rápido y aprendí sus gustos de memoria. Creo que eso le agradó porque nunca más le oí tener deseos de deshacerse de "aquella desconocida".

¿Sehun era igual en ese entonces que ahora?

Bo Ram dejó de pasar la escoba por el piso para barrer el polvo, no pudo evitar quedarse un momento pensativa. Llegó a la conclusión de que últimamente había estado mucho menos gruñón y hasta más permisivo consigo mismo y con el resto. Cuando le había visto palmear los cabellos de Luhan en un gesto cariñoso se había quedado perpleja, y ni hablar días atrás cuando se había aparecido en el pueblo inesperadamente. Sus ojos por un instante no habían dado crédito a semejante escena. Sehun estaba cambiado, era raro, después de tanto tiempo estaba acostumbrada a la monotonía de sus acciones y de su forma de ser; si bien Sehun no era una persona prepotente que pierde los estribos fácilmente, en general siempre era frío y su supuesta cercanía hacia ellos no pasaba de una muy cuidada y ensayada cortesía por educación. Después de todo, sus modales eran diez sobre diez.

-No.- Le contestó con sinceridad. -Desde que tú llegaste, ha cambiado un poco... Claro que esta es sólo mi visión de los hechos. Estoy segura de que Minseok ssi sería más asertivo a la hora de juzgarlo.

Luhan sintió como se sonrojaba todavía más ante tal alegación y agitó la cabeza hacia ambos lados intentando volver en sí. No sabía mucho sobre eso porque cuando llegó no conocía a Sehun de nada, pero no creía posible que alguien tan insignificante como él lograra algo tan grande como cambiar los hábitos de una persona. Es decir, ni siquiera hablaba, ¿qué podría provocar su miserable persona?

Aun así aquella tonta sensación de satisfacción no abandonaba su pecho.

-Sehun ssi... Él es un muchacho excelente.- Dijo el ama de llaves inesperadamente. -Puede parecer imposible al comienzo, pero siempre está pensando en el otro. Siento que es la esencia que tanto se empeña en ocultar.- Le sonrió. -Ya sabes, esa gran sensibilidad tras capas de indiferencia y negación.- Siguió barriendo. -Él quiere escapar de las personas después de todo.

Luhan lo sabía a la perfección. Siempre lo supo más allá del temor infundado al principio cuando no lo conocía, siempre le había dado la sensación de que era muchísimo más de lo que mostraba. Luego había comenzado a interesarse por su bienestar y más tarde le concedió el deseo de hablar por medio de notas obviando por completo lo extraño que eso era, y a esas instancias no tenía dudas de la bondad que moraba en su corazón. Al menos con él siempre se había mostrado cálido y considerado.

Llevó una mano a la boca para ocultar la pena. ¿Sería que en verdad lo había cambiado en algo al final? ¿Podía considerarse especial aunque sea un poquito?

Su corazón se estaba volviendo loco otra vez.

¿Sabes algo más sobre su vida?

-Oh, no. Lo siento.- Negó ella mientras terminaba de secar algunos tratos después de leerlo. -De su vida personal no sé absolutamente nada, es muy reservado. Sólo puedo hablarte de su forma de ser, que es muy estructurado y le gusta la rutina, cosas que tú también puedes saber con sólo observarlo unos días.- Volvió a sonreírle, esta vez con pena. -Lamento no ser de ayuda, Luhan.

Él negó con vehemencia y le dio las gracias por escrito, sonriéndole.

-Si es eso lo que te interesa entonces debes ir con tu primo.- Le aconsejó. -Él vivía con Sehun ssi incluso antes de que yo llegara, estoy segura de que será mucho más útil.

Luhan asintió con resolución, eso mismo haría. Estuvo a punto de preguntarle una última cosa, pero justo en ese momento se apareció Sehun. Jadeó conteniendo el aire y clavó en él los atentos y enormes ojos; aquello que estaba haciendo era un secreto, no podía dejar que Sehun se enterase de las pequeñas entrevistas que tenía planeadas. Este se lo quedó viendo fijamente con aquel rostro inexpresivo y se pateó mentalmente por ser tan evidente... ¿Habría notado algo? ¿Sospecharía?

Miró a Bo Ram con nerviosismo y esta le guiñó un ojo con complicidad, haciéndole saber que las cosas quedarían sólo entre ellos. Luhan le sonrió mucho más tranquilo y, después de hacerle una corta reverencia a Sehun, salió de la cocina rápidamente.

-¡Si vas a ver a Minseok ssi, hazle saber que comeremos pronto!- Le pidió ella.

Luhan caminó rápidamente escaleras arriba para tocar la puerta de la habitación de Minseok. Sus pies se movían con premura, su rostro mostraba un constante sonrojo y su corazón latía con agitación. Lo que estaba haciendo quizás fuese algo maleducado y hasta innecesario desde un punto de vista ajeno, pero lo había encontrado totalmente necesario para seguir normalmente con sus días. Debía saber más sobre Oh Sehun, era una resolución a la cual había llegado después de que este se negara a hablarle más sobre él. En vez de hacerle retractar sus deseos, los avivó. Si Sehun se enterase, probablemente no le agradaría nada y hasta podría molestarse, por eso quería que todo fuera secreto, cosa que le ponía nervioso, pero que era su única opción. Le hubiera gustado escucharlo hablar de sí mismo, pero al verlo como algo imposible por el momento no había querido esperar más.

Luhan era una persona muy impaciente y ansiosa después de todo.

Se estaba convenciendo mentalmente de que lo que hacía no estaba del todo mal. Si él no le hablaba por propia voluntad, ¿entonces qué más podía hacer? ¡No era justo tanto misterio dando vuelta! Las ganas de más se habían instalado y no podía hacer nada.

Minseok había vuelto hacía un par de días y se encontraba encerrado en su habitación desde entonces. Kyungsoo había vuelto cada día después de su primer visita con la esperanza de encontrarlo, y al no hacerlo siempre amenazaba con quitarse la vida. Luhan al comienzo siempre se escandalizaba, pero luego había entendido que sólo era parte de su dramática forma de ser... Aunque compartía su dolor, su primo era todo un caso. Justo en el momento en el cual su editor había abandonado sus intentos por cruzarlo, él había aparecido por fin. Parecía que tenía el extraño y problemático poder de sólo causar dolores de cabeza a los demás.

Estaba más que seguro de que su primo lograría sacarlo del mar de dudas en el cual se encontraba. No es que tuviera preguntas específicas, era redundante y confuso decir que quería saberlo todo, pero no encontraba otra forma de describirlo... Cualquier cosa que tratara la persona de Sehun le interesaría. En más de una ocasión había oído a Minseok referirse a él como "su mejor amigo", y aunque siempre le había parecido curioso nunca se había animado a indagar.

Aquel era el día.

-¡Lulu!

Minseok le abrió la puerta de su habitación con una sonrisa. Notó que se veía algo cansado y que tenía negras ojeras, suponía que había estado sin dormir todos esos días por adelantar su trabajo.

-¡Ven, ven, pasa!

Luhan nunca antes había estado en el cuarto de su primo y no pudo evitar dar un vistazo curioso. Había cientos de libros desparramados por doquier y apilados uno encima de otro en pequeñas torres. La cama estaba tendida, lo que corroboraba sus teorías. Más allá de aquel mundo simulando una biblioteca bastante caótica, todo estaba limpio. En el escritorio donde moraba un ordenador fijo y también en el suelo cerca, había varias hojas con notas a mano e impresas.

-Lamento mucho el desorden.- Se excusó rascando su nuca con pena.

Él le sonrió suave y negó, haciéndole saber que no tenía problemas. Minseok se cruzó de brazos.

-¿Qué necesita mi chico favorito?

Luhan le mostró el mismo primer mensaje que le había dado a Bo Ram antes. Observó cómo Minseok se quedaba algo perplejo al principio y luego le sonreía de forma extraña.

-¿Por qué?

Ahora parpadeó... Era extraño. Al igual que con Bo Ram, no quería explicar las razones, pero este a diferencia parecía que no hablaría a menos que le diera una respuesta, así que con una mueca escribió el primer comentario inocente que se le pasó por la cabeza.

Tengo curiosidad y él no va a hablarme.

Su primo observó el escrito por interminables segundos antes de sonreírle más como de costumbre y encogerse de hombros con liviandad.

-Sehun en verdad es un chico misterioso, es normal que suceda supongo.- Caminó hasta el sillón frente al escritorio y reposó sobre él con un suspiro. -Bien, ¿qué quieres saber?

Luhan ocupaba una esquina de su cama.

¿Es verdad que son mejores amigos?

Minseok largó una carcajada. -Formamos una inusual pareja, ¿no?- Se giró para escribir un par de palabras en su ordenador. -Al menos sé que es así para mí desde hace años. Él fue el único que me ayudó cuando mis padres me echaron de casa, le debo bastante.- Se giró y le sonrió. -Sí, tus tíos.

Luhan hizo una mueca de tristeza. Si hay algo de lo que definitivamente era ignorante, era de la vida de su primo. ¿Alguna vez tuvo el atino de interesarse en él cuando era el único que le hablaba a su familia? Cuando era más joven era inmaduro y sólo le importaban los amigos y pasar los exámenes, y luego había sufrido aquel incidente y ya nada le había importado. Se sintió muy mal... Qué pésima persona era.

Minseok lo frenó antes de que comenzara a escribir otra vez. -No hablaremos de mí, sino de Sehun.- Le aclaró divertido.

Quiso protestar, pero supuso que estaría bien no forzar nada, así que desistió.

¿Qué sabes de su vida?

Volvió a encogerse de hombros cuando se volteó para coger unos papeles y leerlos. -Más de lo que quisiera. Comenzó a ver el mundo y a la gente como una amenaza cuando sus padres murieron hace ya tres años y su novio lo dejó por otro. Es...

Se frenó cuando vio cómo Luhan se atragantaba con su propia saliva y comenzaba a toser. Bueno, suponía que era una reacción natural.

-¿Ya?- Cuestionó cuando el menor acabó su reacción de sorpresa.

Luhan consiguió componerse para escribir algo, aunque ni siquiera sabía muy bien qué en realidad.

¿A Sehun le gustan los niños?

Minseok quiso reírse a carcajadas porque literalmente escuchó a Luhan chillar aquella pregunta en la mente. Le sonrió con solemnidad.

-A él le gusta la gente... O bueno, le gustaba. A algunas personas el género les es completamente indiferente, deberías saberlo, eres un chico listo después de todo.

Luhan agachó la mirada y clavó los ojos en el regazo. Lo sabía y era normal, fue sólo el estupor del momento. Por otro lado, ¿alguien había osado abandonar a Oh Sehun por otra persona? No sabía muy bien por qué o cómo, pero la simple idea le parecía surrealista. ¡Estaban hablando de Sehun claro está! Y sus padres... Estaban en algún lugar junto a los suyos... Quizás por eso había querido ayudarlo con tantas ganas.

Apretó los puños con fuerza sobre las piernas.

Minseok se lo quedó viendo un buen rato. -¿Quieres saber cómo se ganaba la vida?- Mencionó tecleando rápidamente en el ordenador.

Luhan elevó lentamente la mirada para ver cómo volteaba la pantalla en su dirección con una pequeña sonrisa. En él vio una imagen profesional de Sehun sentado frente a un enorme y brillante piano de cola, iba ataviado con un esmoquin negro que le calzaba a la perfección, su cabello rubio perfectamente peinado de forma elegante, todas las luces creando un ambiente idílico con aquel telón rojo sangre de fondo... Habían captado la fotografía justo cuando sus dedos se movían de una manera única y propia, sólo de un pianista.

Dejó el cuaderno y el bolígrafo a un lado y se echó al suelo de rodillas para estar más cerca de la pantalla. Usó el ratón para ver más fotografías en el buscador. Minseok se lo quedó viendo con una pequeña sonrisa mientras apoyaba su cabeza en una mano.

-Fue un concertista de piano épico.- Continuó hablando mientras pasaba las imágenes una a una. -Muchos aseguraron que podría tratarse del mejor del siglo XXI, o al menos que lograría ser una figura cimera.

Vio cómo se detenía en una más vieja, una en la cual Sehun aparecía de pequeño también tocando el piano mientras vestía pantalones pinzados, una camisa blanca y sobre esta un pequeño chaleco negro de vestir. Alzó una mano para acariciar la imagen y no lo culpó, su amigo se veía adorable allí.

-Es un prodigio.- Luhan se volteó a mirarlo y él le sonrió de medio lado. -A los cuatro años ya era un experto, a los seis creó su propia obra... No, a los siete.

Ahora jadeó, muy impactado. Había escuchado a Sehun tocar, sabía que era bueno dentro de lo que un ignorante podía apreciar, pero nunca pensó que su gracia fuera tan grande. Pudo imaginárselo a la perfección frente a una gran multitud de nobles, interpretando piezas clásicas antiguas y también propias... Todo un espectáculo.

Sin embargo frunció el ceño ante las palabras que había usado su primo antes... "Fue un concertista de piano...". Lo miró a los ojos y este asintió, percibiendo su confusión.

-Está retirado, para la desdicha de los buenos oídos.- Suspiró mientras se removía para voltear la pantalla. -Pasó justo cuando comenzó a aislarse cada vez más. A él nunca le agradó el circo en el cual estuvo metido involuntariamente; lo soportó por amor al arte, pero entiendo que todos tenemos un límite... Aunque Sehun fue más allá de este.- Susurró al final.

Luhan se puso de pie y lentamente volvió a sentarse sobre la cama con la mirada perdida... Sabía mucho ahora, pero eso sólo le generó más y más preguntas.

-Es muy difícil que la gente se interese por cosas así, ¿sabes?- Le comentó mientras descansaba el mentón sobre las manos entrelazadas y movía el sillón giratorio de un lado a otro juguetónamente. -Todo lo antiguo goza de prestigio, el interpretar melodías que sólo un selecto grupo de eruditos tiene la capacidad de apreciar a un nivel profundo lo es. Sin embargo Sehun logró gran fama, sus presentaciones llegaron hasta el extranjero incluso. Fue delirante.
»Siempre lo atribuí a su buena apariencia. Era joven, atractivo, elegante y debido a su reserva, misterioso. Además...

Luhan se inclinó hacia delante sin darse cuenta, estaba tan concentrado y absorto en las palabras de Minseok que quedaba completamente en vela ante sus silencios inconclusos. Su primo lo miró y volvió a sonreírle con una ceja alzada, pareciendo algo pícaro de un momento a otro.

-¿Quieres saber qué es lo que Sehun odia más en este mundo?

Asintió con animosidad, ¡por supuesto que quería!

Minseok alzó un dedo a modo de lección y develó: -Las comparaciones.

Luhan pareció turbado y él carcajeó un poco.

-Verás, cuando se es tan grande en un arte tan conocido y además gozas de popularidad, es natural que comiencen a encontrarte similitudes con otros profesionales de la rama. En el caso de Sehun la palabra clave es Chopin.

El menor siguió pareciendo confuso. Hasta él conocía a Chopin... Es decir, nunca había oído su música, pero el nombre lo tenía. Escribió algo.

A mí no me molestaría ser comparado con alguien tan grande. ¿Acaso no fue complaciente para él?

Minseok hizo un gesto. -El problema aquí es que la cosa no se detuvo en una simple comparación, la gente comenzó a decir que Sehun era Chopin.

Ante esto Luhan se hizo hacia atrás, algo consternado. Eso ya no le pareció tan agradable...

-Que miren por ti debido a los logros de otro y no por tu propio esfuerzo o talento es frustrante. Lo más extraño es que en cierto punto la paranoia de la gente fue alimentada por cosas verídicas; la realidad es que Sehun tiene mucho en común con ese viejo desconocido.

¿Cómo?

-Tienen vidas similares, familias similares... Ambos son los únicos varones entre tres hermanas, fueron reconocidos desde muy pequeños y compusieron sus obras a la misma edad. Tienen imágenes parecidas: reservados, elegantes, de gran gracia... Su música también; sus composiciones fueron caracterizadas como "delicadas y de una sensibilidad trascendental".- Se encogió. -Ya sabes, cosas así.
»Por los medios la vida de Sehun fue más un circo que otra cosa; él siempre fue de carácter fuerte, así que lo aguantó hasta donde pudo y después de hacerse una buena fortuna, se mudó a la mismísima nada y... Aquí estamos.

Observó a Luhan con su mirada en la nada y sus ojos ligeramente entrecerrados, como si su cerebro estuviera procesando de a poco toda la información recibida. La fijeza con la cual clavó en él los ojos terminó haciendo que lo viera devuelta, sintiéndose escrutado a fondo. Entonces Minseok le sonrió muy lentamente.

-¿Sabes? Nunca supieron cuál era la sexualidad de Fryderyck Chopin.

Las mejillas del menor se sonrojaron.

-Era muy efusivo con sus amigos varones.- Desvió la mirada hacia su ordenador. -Incluso sospecharon de un amorío con uno de ellos. Hay cartas que lo demuestran.

Luhan se lo quedó viendo con fijeza... ¿Por qué le estaba contando algo como eso? ¿Acaso estaba insinuando que ese aspecto de la vida de Chopin también coincidía con el de Sehun? Pero realmente no lo veía como alguien capaz de mantener muchas relaciones a la vez, Sehun era más bien alguien reservado y sencillo, no se enrollaría en asuntos tan problemáticos... Además, aunque ni siquiera sabía de dónde venía semejante idea, lo creía un hombre fiel y profundo, incapaz de rendirse a lo superficial de un placer insensible.

Repentinamente, Minseok se le acercó demasiado, casi a un suspiro del rostro, y él se hizo para atrás, sorprendido. Le sonrió lenta y sinuosamente.

-¿Quieres saber las cosas que escribía a su mejor amigo Tytus?- Le cuestionó en un susurro y, antes de que pudiera decir algo, comenzó: -"Ámame como yo te amo".- Citó en un tono ligero, grave, hipnótico. -"Te amo y querría que tú me amaras cada vez más." "Hoy soñarás que me estás besando".- Cada vez se le acercaba más. -"Adoraría acariciarte y ser acariciado por ti. Una vez más, déjame besarte".

Luhan posó ambas manos sobre sus hombros, impidiéndole avanzar más e incapaz de mirarlo a los ojos. Lo había comprendido, ya era suficiente. Creía que su corazón le haría un hueco en el pecho de lo exaltado que latía. Minseok pegó sus labios y sonrió de forma extraña aunque él no pudo verlo.

-Muy apasionado, ¿verdad?- Se alejó lentamente hacia su asiento otra vez.

Reinó el silencio por largos segundos. Luhan no fue capaz de volver a verlo y él ya no sentía deseos de hablar más sobre Sehun. Se volvió a su ordenador para teclear desinteresadamente.

-No hay mucho más, podrás saber el resto por tu cuenta, Lu.

Este, aprovechando que estaba entretenido en otra cosa, elevó la mirada para observarlo. Lo entendía... Completamente, no sabía si estaba en lo correcto o no, pero había sabido leerlo casi a la perfección. Este le había transmitido cada una de sus emociones al hablarle, al citarle, al acercársele, al sonreírle... Todo.

Su corazón se encogió y el dolor casi lo abruma.

Minseok...

Estando totalmente de acuerdo en dejar las cosas por el momento, se puso de pie y en silencio recogió el cuaderno y el bolígrafo. Echó un rápido y último vistazo a su primo sonriendo como si nada a la pantalla, pero sabía que en aquella mueca velaban más sentires que nunca. Minseok siempre estaba sonriendo, mas nunca le había visto hacerlo de una manera sincera; siempre era en gesto de burla o con sarcasmo, o simplemente porque estaba acostumbrado a verse así: como un farsante. A Luhan le entristeció sobremanera que aquella sonrisa haya sido la más honesta que le había visto pintar en su rostro alguna vez... Al menos estaba teñida de angustia, y eso sí que era serio.

Cuando abrió la puerta, se quedó de piedra porque alguien estaba del otro lado, y no cualquiera.

Estaba Sehun.

Sus labios se abrieron y cerraron mil veces aunque ni siquiera era capaz de articular palabras. Sus ojos eran grandes mientras intentaba acaparar aquella imagen repentina y su mente había comenzado a implorar a los cielos que no haya escuchado nada. Las cosas serían pésimas tanto para él como para su primo. Dirigió rápidamente la mirada a este y lo descubrió observando a Sehun con aburrimiento.

-Es toda una sorpresa tenerte en mi habitación, Hunnie Hunnie.- Mencionó siendo el de siempre.

A Luhan no le pareció que haya estado hablando de cosas importantes hacía tan sólo un escaso minuto. Se preguntó entonces cuán natural le era hacer las cosas de esa manera, actuar de esa manera... Pretender. Por su parte, Sehun también mantenía un rostro inexpresivo como de costumbre.

-Bo Ram me ha dicho que venga a buscarlos puesto que ya es hora de almorzar.- Postuló con simpleza.

Minseok murmuró un "claro" mientras se ponía de pie y caminaba hacia afuera, Luhan quedó observándolos con un rostro lleno de pena. Cuando Minseok pasó por su lado, Sehun se lo quedó viendo. Este se volteó con una ceja alzada.

-¿Me dirás que soy hermoso o qué?- Bromeó.

Sehun guardó silencio un momento antes de apartarse por fin y continuar su camino con pasos tranquilos.

-Para nada.

Minseok se encogió de hombros y caminó a su lado con naturalidad. -Aunque no me lo dijeras, yo ya lo sabría.

Y Luhan abrazó con fuerza el cuadernillo contra el pecho, porque no supo cómo ni en qué momento este había comenzado a sentirse oprimido con disgusto.

Nota de interés: todas las cosas citadas sobre la vida de Fryderyck Chopin son ciertas.

Él es mi pianista favorito y leí muchos libros sobre su vida antes de decidirme a traerlo reencarnado en Sehun. Muchas de las actitudes de este y su personalidad en general, son características que le dieron históricamente a Chopin.

Nunca se supo si gustaba de hombres o mujeres o de los dos por igual, pero a mi parecer y después de tanto leer y descubrir, es evidente que estaba enamorado de su mejor amigo, aunque este jamás le correspondió nada. Era muy apasionado.

Al final acabó con una escritora de seudónimo George Sand (su nombre real era Amandine Aurore Lucile Dupin, pero en aquellas épocas las mujeres debían publicar sus obras con nombres masculinos para ser tomadas en serio) que se disfrazaba de hombre y tenía las actitudes de uno. Eso dice bastante.

Al comienzo se odiaban. Chopin preguntó por la actitud ruda de George si ella de verdad era una mujer, y George preguntó por su lado si Chopin si quiera era hombre debido a sus aires elegantes y delicados.

Murieron separados después de compartir años juntos.

Triste, ¿no?

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