En un mes pueden suceder varias cosas: nacimientos, fallecimientos, cumpleaños, aniversarios de boda, accidentes, rupturas, o inicios de alguna relación que creemos que durará toda la vida.

Lamentablemente nada dura para siempre.

Sé piensa que la felicidad es un estado inalcanzable que requiere mucha preparación espiritual, en la que hay que meditar por largos años hasta alcanzar la iluminación.

No obstante, yo no pienso eso ni tampoco estoy de acuerdo en ello.

Justamente hoy se cumple un mes, en el que cierta persona que conocí en la infancia reapareció en mi vida para moverme el piso.

Siempre albergue sentimientos por él, pero nunca avanzaron a más, me resigne a qué eran juegos de niños nada más.

Pero en una refrescante noche de verano, cuándo la luna brillaba en lo alto del cielo. El abrasador momento alrededor de tus brazos nos hizo perder el estribo, dejándonos llevar por nuestros impulsos, tan solo con un par de palabritas para estar de acuerdo y darnos cuenta que compartíamos un mismos sentir tras varios años atrás.

Un rato tan placentero que parecía infinito aunque en realidad fue muy breve.

La vida es una maldita ladrona de buenos momentos, debería llevarse los malos o dejarme en paz por una maldita vez.

En tan solo un mes no te he podido olvidar, tú recuerdo me acompaña en cada momento del día.
Al dormir mis pensamientos te traen a mi lado, el recuerdo de tus ojos mirándome se ha quedado guardado en mi memoria.
Puedo sentir el roce de tus labios besándome, el tacto de tus manos tocando mi piel.
Pero no quiero que tan solo sea un recuerdo, desearía volver a repetirlo, tenerte a mi lado justo ahora mismo pero te has ido de mi vida, como todo lo bueno que llega para irse.

Te conté que yo no quería saber nada sobre el amor, te conté para que entendieras pero creo que solo te inspire a hacer tú propia jugada.
Aunque digas lo contrario, el daño está hecho y ya no podrá repararse.

Desearía que aquel último beso me hubiera alcanzado hasta el final de los tiempos.

Te quisiera volver a ver una última vez para aclarar todo lo que sucedió; si el encuentro significó algo para ti, si existiera la posibilidad de retomar lo que empezamos o mandarlo al olvidó.

Me siento tonta por comportarme de este modo, no sé con exactitud lo que siento pero no ayudas en nada al confundirme todavía más.

Te apareces en mi vida sin previo aviso y luego te vas como sino hubiera pasado nada. ¿Quién te da el derecho de hacerme sufrir?

Dejarme como novia de rancho, vestida y alborotada únicamente acrecenta más mi irá que estalla como un volcán.

Si te volviera a ver, te abrazaría, besaría, y te daría una cachetada por jugar con mis sentimientos y emociones inestables.

Pero así es el amor, nos puede hacer feliz o nos puede hacer sufrir; sea cuál sea el caso siempre permanecerá el recuerdo en nuestra mente. Después de todo, no se llamaría amor si no doliera.

Son tan solo un par de cosas que han pasado en un mes desde que tú no estás.