La habitación oscura, el silencio fúnebre mi única compañía al beber café durante el día. Las paredes siendo testigos de mi sufrimiento.

Nada en la televisión cautiva mi atención, al escuchar musica mis tímpanos reaccionan como si fuera cualquier otro sonido, sin prestar realmente atención a las palabras salidas por los auriculares.

Limpió para mantener en orden mis cosas a pesar de que volverán a llenarse de polvo por mi abandono. Puedo dejar de resplandecer de brillo cualquier tipo de metal y sentirme opaco en mi interior.

La vida misma me parece un castigo cruel del destino, añorando lo injusta muerte para al fin sentirme la paz que jamás sentí en vida.

Realmente nunca he sido feliz en todos los años que llevo en esta tierra.

Sigo sentado en aquel rincon sintiéndome miserable, estancada en el pasado mientras todos en el exterior continúan con sus vidas ignorando mi dolor.

Hace mucho tiempo fallecí estando en vida, el respirar es un movimiento involuntario que hace mi cuerpo. No tengo motivos para continuar luchando por un segundo más de aire contaminado, nada me importa más, ni siquiera yo misma porque estoy muerta.