cap 4.1

"¿Por que las pequeñas niñas en el bosque siempre han de parar?
tan solas, con esa pizca de autoridad que las hacen sentir como reinas
¿malcriadés, egocentrismo o simplemente curiosidad?
de todas formas ya no hay marcha atrás,
resulta estúpidamente refrescante...
Que por su propia ingenuidad las logren matar"

Canturreaba melancólica una extraña figura a lo lejos, tomando por sorpresa a la chica frente al cristal, logrando que guardara silencio por si su presencia había sido notada.

" Tanta dicha, tanto pesar, supongo que para eso fue creada la humanidad.
Un simple juguete creado así no mas, para lastimar y ser lastimado por los demás, y si no entiendes esta indirecta, me estoy refiriendo a ti pequeña muñeca.
Siendo abusada por tanto tiempo, soportando la miseria que tu familia oculta, ¿o acaso sería mas apropiado "casi familia"?, después de todo, "ella" jamas logro formar parte de tu ser"

Aquel extraño siguió especulando pero algo en su voz la atención de la niña llamó, acercándose con cautela empezó a avanzar, difuminando poco a poco aquella entidad, con cada paso mas podía ver, la silueta de un curioso chico sentado en un desnivel. Con su boina llena de agujas y su alargada bufanda. Una vez cerca solo su cabeza volteo, grisáceo azul se podía ver en aquella mirada, tan profunda y vacía, transmitiendo un pensamiento raramente familiar

"¿No lo crees cereza negra?"- el muchacho cuestionó, la joven no dio respuesta, al menos no repentina. Un momento se dio para analizar la situación.

-Esa voz...-comenzó a decir la pequeña

-Fue la que habló de mi boca la otra vez, tu... fuiste quien habló por mi mientras caía- concluyó.

El muchacho nada dijo, solo mirándola se quedó

" ¿Y si ese fuese el caso, que se supone que tu has de ganar?" -preguntó con aquella mirada perdida.

" Culpa mía no es que otros travesuras te hallan hecho, dime tu entonces, mientras a los ojos me miras, ¿por que tratar de librar tu pecado siendo tan joven?" -la niña no dijo nada, no sabia como responder.

-No entiendo tu pregunta, ni siquiera se que es este lugar, ¿quien eres tu?, ¿por que estoy aquí?, ¿y mis padres donde están?, yo solo quiero irme a casa -la angustia en su voz se podía notar, el chico caso omiso le dio, se puso de pie y al horizonte miró, la peliazul pudo notar la gran diferencia de altura que ambos tenían, por su apariencia menor parecía pero su calmada y profunda voz otra cosa afirmaba, 18, 19 o hasta los 20 años debe estar. Sin pensárselo mucho a la orilla del desnivel se posó, realmente ella quería información y no habría de irse hasta que se la dieran.

"Una chica determinada me han dicho que eres, por el momento respuestas a tus preguntas vacías, no hay; tus padres aquí no se encuentran, a casa quien sabe si llegarás, en cuanto a este lugar y mi persona no hay mucho que contar"

-¿Como te llamas?- se atrevió a preguntar

-"Mi nombre ahora no es importante" -respondió el joven mientras de hombros se encogía, la niña un poco mas se acercó.

-¿Entonces no tienes uno? - cuestionó con una mirada crédula.

-"No es como si fuese la gran cosa de todos modos" -algo en su tono de voz no le gustó a la joven por lo que el ceño frunció

-¡Eso no debe ser cierto!, ¿acaso tus padres no te dieron uno?

-"Yo no tengo padres"- se excusó mientras la miraba

-¿Y como se supone que naciste?

El chico sin mucho esfuerzo silencio guardó; la atmósfera rara se tornó, comenzó a hacer algo de calor, mientras que un cosquilleo corrió por la espalda de la pequeña, -¡¿Pero que?! -fue lo que pensó ante extraña sensación. Sus extremidades comenzaron a arder y con ello a picar, tenía el extraño impulso de quitarse la piel, sin embargo su cuerpo no respondía ante los estímulos, solo se quedó paralizada ahí

-"Parece que los efectos por tus acciones están cobrando ya" -mencionó el muchacho de forma nostálgica pero raramente melódica


La niña no sabía que hacer, estaba muy confundida-¿Q-que?-se podía notar sin problema alguno el ataque de pánico que estaba presentando, gritaría, de no ser que su mente se había nublado por completo, lo máximo que pudo hacer fue aferrarse a si misma. El joven no cambió su expresión, pesadamente suspiró

-"Si es todo lo que tu ser puede ofrecer, entonces he de dar mi despedida" -dijo al mover ligeramente su boina con agujas mientras este se retiraba.

La joven dama como pudo sujeto débilmente su antebrazo, aun sin saber el por que, no quería que la dejara sola en ese lugar, el chico la miró con seriedad, mientras que sus ojos se tornaban en un gris oscuro. Eso la hizo estremecer. Su cuerpo comenzó a temblar a la par de que en su garganta un nudo se le le hacía. El muchacho apartó la mirada esbozando un suspiro leve, y tirando con fuerza de su brazo, la joven chica trastabilló, estampándose delicadamente en su pecho. Era una sensación peculiar. Muy suave y serena, con una fragancia a lavanda. No tardó mucho en recordar en donde estaba posicionada.

-¡L-lo siento! -exclamó de forma nerviosa mientras que de su pecho se apartaba, el chico sin pensárselo mucho como respuesta sujetó su pequeño rostro con ambas manos envueltas por blancos vendajes, y juntando su frente con la de ella -¿eh?- soltó de forma involuntaria, exaltada mientras sentía como el color se expandía por sus mejillas.

-¡¿Que crees que estás haciendo?!- protestó al intentar separarlo de ella, el joven tomó sus manos y preguntándole le dijo:

-"¿Con fuerzas aun sigues para soportar el recorrido?" -sus ojos azulados otra vez estaban, transmitiendo algo parecido a lo que sería la preocupación.

-¿Mi fuerza?, n-no lo sé, no lo creo...-Se preguntó al intentar caminar por su cuenta, el muchacho soltó una de sus manos y sujetando la otra, hacía de guía para que diera unos cuantos pasos. Al apenas dar dos la pequeña perdió el equilibrio y cayó sobre sus rodillas. Sus piernas le dolían, estaban muy débiles, el chico se arrodilló a su lado por el gesto.

- He de suponer que eso es un no -concluyó serio, mientras dirigía únicamente su mirada hacia sus piernas.

La joven realmente detestaba esa sensación, era como si estuviese enferma y dicha enfermedad le causaba malestar físico por el simple placer de descubrir que tan lejos podía llegar con su frágil cuerpo de infante, debido al inmenso desagrado, decidió enfocar su mente en otra cosa que fuese capaz de distraerla, para cuando ya se había dado cuenta tenia los ojos puestos en aquel muchacho, en un área de su cuerpo para ser exactos, la cual la exaltó.

- ¡Oh por dios, estas herido! -Alzó la voz preocupada mientras se llevaba ambas manos a su boca, cubriéndola.

En definitiva, si era cierto lo que la azabache con plata afirmaba. El chico, en su pecho, en donde estaría ubicado su corazón, presentaba dos agujas de tejer semi enterradas haciendo ilusión a cruz de metal que salpicaba de rojo parte de su blanca bufanda y de su azulado suéter. A pesar del escandalo el joven se levantó, ayudando a la pequeña niña a pararse.

-¡Tienes que ir con un médico ahora! - dijo mirándolo aun sin bajar el tono de su voz.

-"No necesito uno, eso así ha sido siempre"-tajó.

-Pero estás perdiendo...

-"Hasta donde yo sé, eso es normal para mi"

- ¿Normal?

-"Así es como llegué a este lugar, al parecer la pérdida no es algo que me afecte en lo absoluto"

-P-pero...

-"Y si ahora me permites, algo antes tengo que hacer"

-¿UH?

Tomando suavemente su cintura, la pequeña fue cargada fácilmente en brazos por aquel extraño, y a pesar de haber protestado resistencia alguna no presentó.

-No es necesario que hagas esto por mi

-"Lo es, si a tu destino quieres llegar"

-¿Y a donde se supone que me vas a llevar?

-"Por ahora no has de preocuparte, pronto lo sabrás"

-¿Tomará mucho tiempo?

-"Eso solo será determinado por el entorno"

-¿Te han dicho alguna vez que eres raro?

-... -_-

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top