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Bandos.

Tus risas se escucharon hasta salones vecinos, vaya que es peculiar... Y pensar que en ese momento creí que eras simpático. Pero vaya que no me esperaba el daño que le causaste a Mei. Lamentables. Así se veían ambos, dime, ¿siquiera sabes el grado de daño que le has causado? ¿o al menos te interesa saber si no le afecto más? No, no lo creo.

Bien hecho idiota, un aplauso para ti, ¡un aplauso para el gran Bakugō Katsuki! Ahora le has arrebatado temporalmente su quirk...

Y el juez (o sea yo), bajó los cargos de intentó de lesión grave, acosamiento y bullying se te condena a una semana de favores a Kabuyā Meirara. Si no cumples con esta orden, quedarás oficialmente tachado como ciudadano irresponsable y poco humano. ¡Se cierra la sesión!

Jajaja, de todas maneras, estás suspendido cuatro días de la escuela ¿cierto? No imagino la golpiza que te dará tu vieja al enterarse lo que hiciste, jajaja, pagaría por ver cómo te regaña


¡Ah! ¿Que te parece? Solo eso, ella no necesita tus disculpas ni nada por el estilo, no te creería ni aunque te pusieras de rodillas. Ella ya no cree en ti, ya no más. Te está agradecida por lo que hiciste en el pasado por ella, pero ahora mismo te aborrece.

Pero cambiar de bando, eres atrevido por sugerirme eso jaja, me gusta. En tu carta anterior mencionaste algo interesante, ¿que yo debería tomar el bando villano? Mmm... Ahora no me parece tan mala idea, por eso te contaré un secretito: a Meirara tampoco le parece tan mala idea.

Quiero destrozarte Katsuki, no sabes cuánto. Pero creo que a ambos nos queda bien ese bando, ¿no crees? ¿que opinas? Ambos hemos errado un montón, solo que tus errores son más visibles que los míos, eso en cierto modo es bueno... No tienes nada que ocultar, no tienes a nadie a quien sorprender cuando se entere de la verdad, básicamente, tu eres libre de arrepentirte en cualquier momento. ¿Pero yo? Yo... ¡Ja! Primero tendría que confesar todo, y ahí está la parte difícil.

Por eso, si tú no te quieres redimir por tu orgullo y todo eso, y si si yo simplemente no quiero abrir la boca, te ofrezco algo: Destrocemos a los estúpidos extras de nuestro alrededor... Esos tipos que se creen protagonistas... Los destruiré algún día cuando alcancé mi meta y después seguirás tu. Al menos que para ese momento  ya no estés en mi vida, porque así, me ahorraría eliminar a alguien más de la competencia.

¿Te digo otro secreto? Se dónde contactarlos, a la liga de villanos, los he visto. Cuando quieras te paso la dirección y nos largamos de aquí. Así podríamos matarnos entre nosotros y nadie se lamentaría por nuestras vidas.

Total, un villano menos o un villano más a ellos les vale, igual creen que pueden con todo.


Ay Bakugō, Bakugō, Bakugō... Cómo me gustaría susurrar tu nombre en tu oído y causarte piel de gallina, como me gustaría avergonzarte... No sabes cuánto.

Pero tendré que esperar y ver. Y no lo olvides, solo los idiotas como tú lastiman a los demás sin importarles. Eso ya me lo has dejado más que claro.

Atte. Una persona decepcionada.

PD. ¡Ja! Ya aprendí a usarla

PD2. Me respondas o no a está nota, igual continuaré visitando te.
PD3. Linda casa por cierto.

Vió a ambos lados de la calle, no había nadie a la vista. No, después de todo, quien sabe desde que hora habían dejado esa nota en el buzón de su casa.

Su mamá había entrado a su cuarto y le había dicho que, sorprendentemente, tenía correspondencia. Por suerte ella no hizo nada por leerla o curiosear de que o de quién se trataba.

Apenas vio la estampa de una explosión de caricatura, supo quién era el remitente. Bajo las escaleras mientras lo leía apresurado. ¿Acaso sabía también donde vivía? ¿Que tanto sabía de él? Al parecer estaba más cerca de lo que creyó en un principio.

¿De verdad sabía dónde se escondía la liga de villanos o solo era inventó del extraño? ¿Si lo sabía, por que no lo había dicho a los héroes? La nota resultaba algo siniestra en cierto sentido.

¿Cómo es que alguien que tenía esa mentalidad pudo haber entrado a la UA, una escuela para enseñar y entrenar a los mejores héroes? Esa persona... Realmente estaba muy relacionado con Meirara, estaba al acecho de la joven igual. Y eso le preocupaba.

"se te condena a una semana de favores a Kabuya Meirara"

-Bien, acepto tu condena.- mascullo -¡Si es que todavía sigues aquí...- gritó con fuerza -... Tu estúpido juego no durará para siempre! ¡Te encontraré bastardo! Apuesto a que querías ver mi reacción, se que estás aquí... Te atrapare maldito.- y con eso, se dió la vuelta y entró a su casa

Y si, después de todo no estaba tan errado. La chica se encontraba a una esquina, guardada detrás de un teléfono público. Efectivamente, ansiaba ver la reacción del joven a su nota, y debía admitir que cumplió con sus expectativas.

-Jaja, ya veremos mi idiota, ya veremos.- sonrió victoriosa y se dió la vuelta mientras caminaba lento a casa

"-Oh, aguarden, debo ir a buscar algo al aula.- se detuvo y empezó a caminar de espaldas con algo de dificultad

-Dime, yo lo traigo.- se ofreció Midoriya que cargaba su mochila, se encontraba acompañando a padre e hija hasta la salida de la escuela -Ire lo más rápido posible.

-No, no quiero molestarte más. Vuelvo enseguida.- agradeció y se apresuro lo más que pudo

Las clases habían comenzado ya, por lo que los pasillos estaban vacíos. Perfecto momento para extraer la carta.

No creía que de verdad le hubiera respondido. Cuando lo vio entrar con algo en su blanco mano a aquél cuarto, se emociono sin explicación. ¿Que le escribiría? ¿La insultarla solamente? ¿Respondería a sus dudas?

En ese momento estaba por decirle a Midoriya que se le había olvidó algo, que se adelantará, y recogería de una vez la nota. Pero claro, como siempre Bakugō tuvo que entrar en escena.

Cada vez el chico estaba peor, y a ella le frustraba no saber que pasaba por su extraña cabeza, pero quizá ya había encontrado el método para descubrir que era lo que pensaba y sentía aquel rubio tóxico. Quizá, y solo quizá, pudiera descubrir la manera de quitárselo de encima y ¿por que no? También de jugar y torturarlo aunque sea un poquito.

El maldito rubio sexy le pagaría todo lo que le hizo."

-Katsu, katsu... Atrapame si puedes jaja.- se le escapó una risilla algo loca

¿Hasta donde la había orillado Katsuki?


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