⁶.⁵
Humo.
La chica se dejó caer lentamente sobre sus rodillas, apoyándose en la pared, sentía un tremendo ardor y a la vez frío en esa parte lastimada. Se sentía desprotegida. Se sentía vulnerable... Y en cierto modo, se sentía decepcionada del rubio.
—¡Mei!— reaccionaron al mismo tiempo ambos jóvenes y se acercaron corriendo a ella
—I-izuku...— con sus ojos expresando dolor, y un par de lágrimas acumuladas busco los orbes esmeralda de su amigo —¿Es-estas bien? ¿No te lastimaste?— pregunto con dificultad
—¡Estás loca! ¡Tu estás herida estúpida!— le gritó preocupado Bakugō sin saber que hacer, quería cargarla, quería revisar si no había tenido algún otro daño en su cuerpo, pero no podía... No se atrevían a tocarla, no después de lo que le hizo.
—¿Y culpa de quién crees que fue?— pregunto con sarcasmo entre dientes, viéndolo de reojo —No te quiero ver... Lárgate.— lo corto viendo al suelo
Estaba temblando como gelatina.
—Te llevo con Recovery....— bajo unos cuántos escalones y se acercó a ella —Déjame lle...— intentó posar su mano en el hombro de la joven, pero ella se apartó justo antes de que eso sucediera
—¡Que te largues! ¡Lárgate y déjame en paz Katsuki!— le gritó con fuerza aún sin verlo
No lo creía... De verdad la había lastimado... Y ahora no podía hacer nada. La impotencia lo recorrió de golpe que sintió su piel herizarse del coraje, coraje por si mismo.
Se levantó y vió la espalda descubierta de Meirara. Incluso la parte del sostén se había quemado. Vaya vergüenza... Conociéndola, creo que eso le traería problemas de nuevo con su mente. No quería causarle más vergüenzas.
Se quitó su saco y lo coloco suavemente en la espalda de ella, quién se sobresalto al leve roce de sus dedos con sus hombros.
Y salió corriendo de allí. Si, corrió. Ni él midió su acto y solo pudo sentir como sus pies salieron a dónde no pudiera ver el daño que le había causado a su chica.
¿"Su chica"? ¿Tenía el derecho de llamarla así? No, claro que no. Estaba cada vez más lejos de tener el derecho de llamarla así, y por eso, ahora mismo se odiaba.
—I-izuku, ayudame a parar.— tomó la mano del joven y se levantó lento
—Te llevaré con Recovery, sube.— se agachó dándole la espalda, ofreciéndole su espalda —Sube, así no te tocaré la herida.
Algo tímida, se subió a la fuerte y ancha espalda de su amigo. ¿Cuánta fuerza tenía ahora como para llevarla? Activo si quirk para llegar aún más rápido.
Y mientras ellos estaban en la enfermería, en el salón de clases se armaba un alboroto...
Nadie creía lo que Bakugō acababa de hacer. ¿Cómo pudo llegar a eso? Ni él mismo lo sabía.
—Bakugō, ahora sí te excediste, has herido a una compañera de gravedad, usaste tu quirk sin permiso, eso fue muy irresponsable de tu parte.— le reprendia Iida
Si, así de rápido se extendió la noticia, como la pólvora, o bueno, en este caso, como el humo después de una explosión... Tan asfixiante y dañino aunque no lo parezca.
—Bakugō, ahora sí te pasaste viejo, ¿como pudiste?— le preguntaba algo decepcionado Kaminari mientras se rascaba la nuca desesperado
—No creí que Bakugō-kun fuera capaz de herir a Kabuyā-san.— habló Tsuyu al fondo de la multitud
—Bueno, la margina desde que la chica tiene memoria, no debería sorprenderte a este paso que la haya lastimado físicamente.— le respondió Todoroki que estaba a su lado, intentando mantenerse al margen de todo esté problema
—Bro, deberías aunque sea ir a disculparte. Es lo más que puedes hacer ahora.— Kirishima puso si mano en el hombro de su amigo, intentándo reconfortarlo
—¿Pero estará realmente bien? No se veía conciente al cien. Incluso le reventaste su sostén.— intervino Mineta
—Me preocupa, quizá deberíamos ir a verla.— sugirió Hagakure
—Buena idea, será mejor que vayamos llendo, a de sentirse sola.— la apoyó Momo
—¡Cierren la estúpida boca!— les gritó golpeando su escritorio y haciendo que los que estaban más cerca de el retrocedieran por inercia —¡Nunca les intereso! ¡Nunca se fijaron en ella! ¿¡Y ahora!? ¡Claro! ¡Todos finjamos solidaridad y actúen como si fueran amigos de toda la vida! ¡Mejor cierren la boca malditos extras!
Todos se quedaron callados. Nadie decía nada ni se atrevían a ver a Bakugō a la cara.
—Si nadie se acercaba a ella, ¿de quién crees que fue la culpa?— quién menos se esperaban que hablara y se metiera con Bakugō, lo hizo —¿Quién fue el que la marginó y la amenazó todo esté tiempo?
—¡Cállate pájaro! ¡Tu no sabes que...!
—Bakugō, aunque me intentará acercar a ella, ¿que crees que siempre hacía?— los chicos le cedieron el espacio que quedaba justo a lado del pupitre del rubio —Siempre veía a tu lugar, con miedo y con coraje, con impotencia y con rencor. Luego me veía a mí, y lo veía en sus ojos. Simplemente no quería ocasionarme problemas. Ni a mí ni a nadie más.— apoyo su mano en su cadera —No nos heches la culpa de los traumas que le dejaste.
—¿Traumas? ¿Amenazas? Jaja...— Murmuró entre dientes —¡¿Y porque rayos no siguieron intentándolo?! ¡Díganme! ¿¡Por qué rayos no la defendieron ni una sola vez!?— los señaló a todos con rabia — Malditos inútiles... Si se hubieran interesado de verdad en ella... Yo no hubiera sido ningún impedimento.— dejó caer su brazo con su mirada ensombrecida
Parecía que el tiempo en el aula A se había detenido. Ni un sonido, ni un movimiento, ni siquiera un susurro se realizó, y quizá hubiera continuado así si no fuera por la puerta deslizándose con algo de fuerza, atrayendo miradas.
Aizawa Sensei entro por la puerta de golpe. Y enseguida se acercó a dónde Bakugō estaba de pie.
—Bakugo, sígueme.— ordenó, su voz se escuchaba algo molesta
Caminaron hasta la enfermería en silencio, bajo la atenta mirada de todos los alumnos a su alrededor.
—¡Que rayos ven malditos extras!— se desespero y les gritó, activando levemente su quirk en una de sus manos
Los que se encontraban más cerca a él corrieron asustados y otros solo lo vieron con temor.
Antes esa reacción no era tan exagerada... Ahora sí que le tenían miedo.
—¡Bakugō!— le llamo su profesor activando su quirk y apagando el de su alumno —No la lies más.
—Sensei.— una voz sorprendida llamo la atención de ambos
—Midoriya, ¿como está Kabuyā?— le pregunto acercándose
—Recovery le está vendando la herida, su padre ya está con ella.
—Bien, reaccionaste lo más rápido posible, hiciste bien.
—Gracias sensei.— hizo una leve reverencia y siguió su camino, sin dirigirle la mirada siquiera al rubio
—Tch...
Llegaron a la enfermería justo cuando el padre de la joven salía. Su rostro cansando por el trabajo, y ahora agregada la preocupación de su hija denotaba agotamiento.
—Señor Kabuyā.— se acercó el mayor de cabello oscuro —Sentimos que esto le haya pasado a su hija, y más aún en las instalaciones.— hizo una reverencia media, y se levantó al oír la voz del padre de familia
—Ah... Profesor Aizawa, realmente lo respeto, como profesor y como héroe, era el preferido de mi esposa jaja... Pero en serio creí que hacía un mejor trabajo en educar a sus alumnos y futuros héroes.— vió detrás de Eraserhead al rubio cenizo, con la miraba baja, evitando la mirada acusadora del padre de la joven —Lamento darme cuenta que no es así.— agregó con decepción negando un poco la cabeza al ver qué el jovencito no se digna a decir siquiera algo
—Puede llevar a su hija a casa, ambos se pueden tomar el día.
—Me lo otorgarán o no, eso pensaba hacer. Permiso.— inclino su cabeza y se fue por el otro lado
Aizawa solo suspiro y giró levemente su cabeza a su alumno.
—¿Ves lo que has ocasionado Bakugō? Tus emociones descontroladas pueden afectar no solo a la víctima, también a terceros.— se terminó de girar para verlo de frente —Estas castigado, después de clases limpiaras el aula tu solo, el resto del castigo se te informará a la salida. Ahora entra ahí y disculpate con Kabuya. — señaló la puerta con su cabeza, se dió la vuelta y la abrió
La chica estaba sentada al borde de la cama, con su mirada pérdida, y con Recovery terminando de vendarle toda la espalda y el pecho.
—Con permiso.— dijo al entrar —¿Cómo te sientes?— dijo dando un paso dentro de la enfermería
—No lo quiero ver Sensei.— habló en seguida —Alejelo de mí.
—Bakugō solo quiere darte una disculpa.— dio otro paso acercándose a ella, y entonces, el joven que lo seguía se detuvo en el marco de la puerta
—¿Disculpa? Jajaja... ¿Siquiera será sincera?
—Si, lo es.— intervino el de ojos carmín, interrumpiendo la risa amarga de la joven, que, al oírlo, lo vió de reojo, con su cabeza aún inclinada hacía abajo, por lo que, por sus cejas gruesas, y sus ojos hundidos provocaban miedo. Era una mirada siniestra.
—No me interesa. Lárgate.— pronunció con voz ronca al estar conteniendo sus emociones
—Aunque sea escúchame mocosa.— dio un imponente paso adelanté, sin importar que estuvieran dos grandes héroes observando su actitud aún con toques de arrogancia
—¡Que te largues Katsuki!— gritó con fuerza y rabia —¡Por tu culpa tengo esto!— señaló sus vendajes —¡Por tu culpa no podré usar mi quirk en esa área por un buen tiempo! ¡Cauterizaste mis poros! ¡Pudrete y desaparece de mi vista idiota!— le lanzo la almohada de la camilla, se levanto y avanzo unos cuántos pasos, y pensaba seguir haciéndolo y si podía, propinarle una paliza al pálido, pero Aizawa la detuvo poniendo su mano en los hombros de la chica
—Kabuya, cálmate.
—¡Suelteme Sensei! ¡Déjeme aunque sea darle un golpe y que sienta una minoría de lo que yo sentí!— intentaba safarse —¡¿Te gustaría que secaran tu sudor?! ¡¿Que tus poros se cerrarán y no pudieran expulsar más nitroglicerina?! ¡Respondé maldita sea! ¿¡Te gustaría sentirte inútil!?
Su quirk en sus brazos estaba empezando a activarse, Aizawa podía sentir como atraves de la tela, los espinos empezaban a salir de los poros de la chica.
—Comportate como un futuro héroe Meirara.— le hablo con algo de fuerza para que la chica lo escuchará, y eso hizo, lo oyó fuerte y claro, haciendo que se detuviera de golpe, con su mirada aún en Bakugō, pero no viéndolo directamente a él —Comportate y no te rebajes. Los héroes reciben heridas todo el tiempo, incluso en ocasiones de parte de compañeros en la batalla, pero nunca guardan rencor. Guardar rencor no es Grandes.
—¿Ren-rencor?— le tembló la voz —Rencor sensei... El rencor fue lo que me hizo llegar hasta aquí...— Pareto sus manos en puños —¿Cómo cree que di todo para entrar a esta escuela?— su quirk se fue apagando —¿Cómo cree que vencí a Sero en el festival e intenté llegar a la final? ¿Cómo cree que he dado todo en cada entrenamiento?— sus hombros decayeron y sus rodillas empezaron a flaquear —¿No fue acaso por el rencor que le sentía a este... A este ser?— cuestionó viendo a Bakugō con intensidad de desprecio.
—Ese rencor te envenena Meirara. Por eso ahora no puedes soportar una herida temporal.
Y se dejó caer, aunque, no con tanta fuerza, porque su profesor la sostuvo hasta que ambos tocaron el piso con sus rodillas. Y entonces se hecho a llorar, lloro con fuerza refugiándose en el brazo que el mayor le ofreció.
— Bakugō, sal de aquí.— le ordenó
Dio unos cuántos pasos de espaldas y salió corriendo de ahí nuevamente.
—¿Bakugō-san?— pregunto Tsuyu que caminaba a la enfermería con sus compañeros de clase
—¿No irás tras él Uraraka?— le pregunto Sero a la castaña algo preocupado por su amigo
¿Ir tras él? No, ella también estaba molesta con su supuesto novio. De no ser por Meirara, Deku hubiera sido el herido. Está vez había ido lejos.
—No. Dejenlo sólo.
Meirara escucho eso, y lo único que pudo pasar por su mente fue un claro: "Que se asfixie él con el humo de su problema... Porqué yo ya no lo haré."
Capitulo algo largo jeje, perdón, no pude evitarlo. ¿Que les pareció?
En serio, muchas gracias por leer ^^ les agradezco sus votos y sus comentarios, jaja me animan muchísimo, y sus comentarios me divierten xD
Bueno, eso sería todo por hoy, Liianshi ¡Cambio y fuera!
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